F.Martín
Caballeros e Moclín,
peones de Colomera,
entre sí han hecho un
concierto,
de Alcalá robar la tierra,
ellos van a hacer un asalto
a los molimos de Huéscar.
En concreto, esta demarcación
es una de las vegas de estas riberas. Desde la villa de Frailes
hasta Húescar, se han podido localizar hasta siete molinos,
propiedad de los caballeros alcalaínos y concedidos como mercedes
reales en los anteriores repartimientos concedidos desde Alfonso I
hasta los Reyes Católicos. Junto a la villa de Frailes, existían
dos, el alto y el bajo, eran propiedad de las familias de los
Cabreras, por otra parte en las Riberas los más conocidos eran el
del Cubo, Cabrera, Vao Chiquero y Húéscar o de los Canales. Por el
camino de los Llanos o de los molinos se encauzaba las reatas de
mulos cargados de trigo hasta trasladarlas para la molienda. Antes
de llevarlo debían pasar por el Peso de la Harina y lo mismo debían
hacer cuando volvían del molino con la carga. La casas del molino
suele estar asentadas junto a la rivera del río. Este lleva el
agua a través de un cauce, que cae a un estanque que mueve el
mecanismo de la molienda. Generalmente, los molinos son de rodezno,
de una o dos piedras con una o varias paradas. Al frente del molino,
hay generalmente un maestro de molino que arrendaba el molino a los
caballeros de la ciudad Los hay de funcionamiento y organización
propiamente familiar: el padre con sus hijos. Pero, a veces, el
molinero se acompaña de varios oficiales, y de varios gañanes o
muchachos de servicio, según la capacidad productora del molino.
Junto al molino, existe una pequeña extensión de tierra en forma
de huerta o tierra de cereal, que acompaña en las rentas a los
molineros.
Las ordenanzas alcalaínas se
preocupan muchísimo de la reglamentación de las actividades
molineras: desde su traslado hasta el cobro de la molienda. Son muy
estrictas para evitar los fraudes con la ciudad tanto con los
propietarios de trigo como con molineros controlando el trigo que
llevan los arrieros -propios de los molinos o de panaderos- y la
harina producida, procuraba la limpieza y la separación de la
actividad molinera con otras actividades como la agrícola o el
autoabastecimiento de aves caseras, a las que prohibía que
estuvieran cerca del molino y debían estar encerradas en corral,
humedad de los sacos que suponían defraudar la los vecinos etc.
Obligaba a colocar una cerca en torno al molino para evitar cualquier
entrada y regulaba hasta las mínimas distancias entre la maquinaria
de la piedra de la rueda, pleita, tolvas de madera:
“Que alrededor el molino
esté de todas las partes cerrado e, junto con la rueda cuanto la
pueda pasar e tenga una pleita encima de la rueda más alta que tenga
una cobertura por debajo en cuantía de xeme por do salga la harina e
que en derredor ansimesmo con la cobertura del harinal no aya otra
abertura salvo aquel jeme que sale del harinal”.
La maquila consistía en una
parte pequeña de trigo que se quedaba por parte del molinero en pago
de su actividad, generalmente graduada en medio celemín por fanega.
Este estaba obligado a tener limpio el caz y debía respetar las
órdenes del alcaide del agua; también a conservar en perfectas
condiciones el molino..
En cuanto el horario,
trabajaban de lunes a viernes, primando su actividad en el uso de
agua sobre los regantes de las huertas a hacerlo en distintas horas
del trabajo delos molineros.
Son muy frecuentes las
canciones de los molineros que se han conservado en la ciudad
Que vengo de moler, moler,
De los molinos de enfrente
Y hablo con la molinera
Y su marido lo consiente
Que vengo de moler, moler,
De los molinos de arriba,
Y hablo con la molinera
No
me cobran las maquilas.
EN
EL ALJIBE MAYOR, colocaría el ciclo del pan, maqueta de molino y
montaje virtual..
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