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miércoles, 30 de septiembre de 2015

Entre Ben Jakán y Madoz. Su tesoro.


Parece que, en Charilla , sucediera algo así como si se entablara  un  bello diálogo de  amor entre sus aldeanos y la tierra, un diálogo de orgullo entre el ser   y el ensueño,  un bello vínculo que se parece a todos aquellos enamorados de la poesía,  el mismo que cantaba  Ben Jakán, poeta charillero,  cuando lo hacía con estas bellas palabras:


Me perdí, y dejé mi continencia en el desierto;
Y monté mi gozo a rienda suelta.
Me ofreció la rosa de sus mejillas,
Y la recogí  con la mirada sin pecado.
Quise abstenerme de su amor, pero no pude,
Mostrándole seriedad en medio de la broma.
Y dejé que mi corazón fuese, por el ardiente afecto,
Como un ave con la que vuelan, sin ala, los deseos.

Por eso, no es de extrañar que los charillero





s siempre se ufanen de que  han nacido en esta tierra, y Charilla sea su escudo y honor, su tarjeta de presentación en muchos  lugares de España, porque esta tierra ha dado muchos frutos. Ya hace ciento cincuenta años, de esta manera nos la describía bellamente  el ministro  Madoz  en tiempos de Isabel II:


aldea con dos alcaldes pedáneos en la provincia de Jaén. Es uno de  los doce partidos de campos de la ciudad de Alcalá la  Real, y, por tanto, corresponde a su partido judicial  y abadía, distando de ella media legua. Está al sur al pie del cerro de la Torre, sobre la cañada de la Boca de Charilla, en terreno bastante alegre y pintoresco, por las muchas aguas que fertilizan sus ruedos y la multitud de  cerros que la circundan, formando variados paisajes. Su figura es irregular, sus once calles tortuosas y la mayor parte sin empedrar, aunque casi todas llanas y  anchas; sus 184 casas, una de  un piso, dos de tres y las demás de dos pisos”

martes, 29 de septiembre de 2015

CHARILLA, SAN MIGUEL, FANDANGO DE CHARILLA. SU PATRONAZGO.

CHARILLA, LA TIERRA Y EL HOMBRE


Algo oculto debe tener esta tierra;  o  algún espíritu especial  baja todos los días desde el portillo Cerrado de los Llanos hasta  la ermita de San Miguel. Ese arcángel que le dio nombre  a esta ermita a finales del siglo XVI cuando se fundó al amparo de algún noble hidalgo, tal como se conserva  en el escudo de una fuente cercana a la tahona  de Charilla. Este arcángel  que debió insuflar este espíritu superador entre vuestras gentes, para conseguir este entronque tan perfecto entre el personaje y el paisaje, el paisanaje y la naturaleza.  













SAN MIGUEL ARCÁNGEL
San Miguel



Era una fiesta votiva de la ciudad de Alcalá la Real, que se instituyó en los primeros decenios del siglo XVII y oficial como la de San Blas. Se mantuvo hasta el siglo XIX. Solo queda imagen, donación de Francisco Gámez a la cofradía del Cristo de la Salud.

lunes, 28 de septiembre de 2015

DE LA AGRICULTURA Y GANADERÍA A LA AGRICULTURA TOTAL EN ALCALÁ LA REAL

Desde finales del siglo XVIII hasta el siglo XIX  gran cantidad de tierras de la abadía o de las instituciones religiosas fueron poco a poco desamortizadas o convertidas en bienes de la beneficencia municipal, sobre todo, en los










primeros años del siglo XIX. No hay un estudio serio de la gran cantidad de tierras que controlaba la iglesia a través de capellanías, memorias de misas que se pagaban con los rendimientos anuales de fincas, fundaciones que costeaban servicios de huérfanas, fiestas que dependían de donaciones de patronos como la de las Angustias o el Cristo de la Salud, y, aún más, el gran número de tierras, cortijos, y tierras gravadas con impuestos para los beneficios de los seis conventos de la localidad.


 La desamortización de Mendizabal supuso un punto final a lo que ya venía sucediendo desde la política de Godoy por lo que  se refiere a los bienes y beneficios eclesiásticos. Más tarde, acabó por los años cuarenta, con el diezmo, un impuesto que obligaba a los campesinos  pagar el diez por ciento de sus fruto. Aquellos bienes eran considerados que no producían en manos de la iglesia, sin embargo no supusieron un cambio en los alcalaínos sino que vinieron a caer en otras manos forasteras, que se aprovecharon de las políticas desamortizadoras. Luego, algunos pasarán años más tarde a los labradores y pujareros sin beneficio para la masa jornalera que cada vez se acrecentaba más en este siglo. Así se nos describe años más tarde por un periódico conservador[1]:

llegó el año 1836, precedido de epidemias y acompañado de estruendo del cañón. La nación española se agita a impulsos de una revolución, todo se conmueve, todo se trastorna y la transformación que sufriera el sistema de gobierno, se hizo sentir  de una manera bien notable en nuestro país. Los privilegios e inmunidades de Alcalá quedaron  suprimidos, y con ellos parte de nuestra riqueza, especialmente la vinícola. Las inmensas riquezas acumuladas en monasterios y clero se declaran en venta. Los mayorazgos y vinculaciones de todas esas propiedades cambian de dueño con prontitud, con una velocidad pasmosa. los montes desaparecen para utilizar su valor, se descuajan casi todos los terrenos con un afán vertiginoso. Las continuas guerras exigen sacrificios, y para hacer frente a ellas se grava la agricultura con impuestos extraordinarios, y como consecuencia natural de estos acontecimientos, varió completamente nuestra manera de ser  en orden a la explotación de los campos. Los terrenos, que a raíz de la desamortización, fueron roturados produjeron relativamente a su bondad, por cierto tiempo, medianas y aún abundantes cosechas de cereales, pero siempre a costa de la riqueza pecuniaria, pues a medida que se aumentaban aquellas, disminuía esta. Las fincas que antes pagaban rentas exiguas, los nuevos propietarios en general variaron sus arrendamientos, subiendo los precios a  tal punto, que en la actualidad casi es imposible que ningún colono pueda subsistir. Aquella seguridad que el arrendatario disfrutaba en el goce de su colonia, desapareció desgraciadamente, pues habiéndose aumentado el número de habitantes, claro es que siendo muchos los pretendientes, tanto más cuanto en este país no existen otros recursos con que poder hacer frente a las necesidades de la vida, de aquí el obtienen la colonia aquellos, que más ventaja ofrecen al propietario. El precio del dinero que en tiempos pasados era bastante módico, en la actualidad ha subido en tales términos, que el labrador que necesita pedir dinero prestado para atender sus labores, seguramente que más temprano o más tarde concluye por arruinarse.   


Más tarde, en el año 1855 la nueva desamortización de Madoz va a significar la pérdida de todos los bienes del ayuntamiento alcalaíno, los importantes cortijos que les había permitido hacer frente a las cargas municipales, y todos los bienes comunales y concejiles que la Corona había dejado a la ciudad que disfrutara durante los dos últimos siglos. Tampoco, la política liberal  consiguió que  fueran sus beneficiarios las clases más desfavorecidas. Generalmente cayeron en manos de la burguesía de ciudades cercanas, comerciantes procedentes de Francia y otros países y antiguos labradores.
Aun hay más. Impulsados muchos por el deseo de poseer, de salir de la humilde esfera de colonos o pegujaleros y pasar a las elevadas regiones de los propietarios, se lanzaron de una manera activa, tomaron parte en la última desamortización, adquirieron fincas, aparecieron en la sociedad no ya con aquella tradicional, modesta y característica angorina el hombre y las enaguas de lana la mujer e hijas, sino con el bordado capote, los pañuelos de seda y los vestidos de esas telas que tanto halagan la vista por los variopintos colores, como despiertan en el corazón los deseos de obtenerlas a todo trance. Vencían los plazos de la finca adquirida, y como carecieron del dinero para adquisición , se vieron obligados precisamente a tomar fondos prestado, siendo al término de esta operación, dar la finca en quiebra, quedarse sin capital, que poseían, sin labor y algunos, por desgracia, sin crédito.  
     No obstante, algunos pudieron mantenerse en manos de los antiguos arrendatarios de cortijos por medio de un sistema de censo perpetuo o renta perpetua que al final les libró de caer en manos de la burguesía estatal ajena  a la situación económica de la zona. Este proceso conllevó que extensas dehesas, montes, terrenos cercanos a los ríos se roturaran y, divididos en suertes y parcelas, pasaran a manos particulares en detrimento del ganado. Sin embargo, aquellas tierras, al principio, lograron satisfacer las necesidades de los nuevos censatarios o propietarios que pagaban un censo perpetuo por la producción en cada una de las parcelas otorgadas. Sin embargo, algunos nuevos propietarios tuvieron que ceder sus terrenos a los antiguos labradores. En estos  años, se culmina la nueva situación agrícola, que dará lugar a un gran minifundio, explotado por una gran cantidad de labradores, que desarrollan poco a poco las aldeas con sus casas de labor y cortijos cercanos a los lugares de producción hasta tal punto que, a finales de siglo la población aldeana supera la población del casco urbano.       Además, se produce un cambio en los cultivos, donde se mantiene el cereal y se ve mejorado por los adelantos de la técnica en los últimos años de siglo XIX. El olivar va ocupando los nuevos terrenos  roturados en las partes altas y, debido a la filoxera, se perdieron muchos viñedos de tal manera que a principios de siglo ya no se exportaba vino y el consumo interior provenía la mitad de tierras manchegas. En el año 1891 tan sólo quedaban cuatrocientas hectáreas de viñedos. La ciudad tuvo gran preocupación ante la situación, creándose una Comisión antifiloxera que no pudo impedir que aquella se propagara y quedara el viñedo reducido a escasos pagos.  Por lo que respecta a los cultivos de huerta son insignificantes con respecto al resto de los otros cultivos y, pretenden el abastecimiento de las economías familiares.




[1] LA VOZ DE ALCALÁ LA REAL. Periódico científico, literario, de intereses locales y noticias. Año I.20 de abril de 1879. Número 4.Nuestra agricultura II.  


domingo, 27 de septiembre de 2015

DIARIO DEL RUTERO POR EL NACIMIENTO DEL RÍO SAN JUAN




DIARIO DEL RUTERO 
Este domingo madrugamos, y recibimos a las nueve a varias jovenes que nos acompañaron, entre ellas mi poetisa Rocío y hermana.Luego, Paco y Juana, desayunamos e intercambiamos regalos. Al bajar de mi casa, muchos ruteros , llegaban a los cien. Salimos en coches sin que nadie se quedara en Alcalá hacia el Castillo de Locubín, reencuentro en el Parque junto ermita de Jesús Nazareno. Nos recogió Moisé Gallardo ínclito y fiel guía que nos llevóa a través del Cantón Alto,  Baja(Real Bajo), Montecillo ( breve parada para recordar a la Ñerra, mujer símbolo de l patrimonio tradicional y de raigambre ) , Zacatín, Cruz Verde, Iglesia de San Antón ( parada con comentario sobre fundación de la iglesia y cementerio antiguo de la villa en el reinado de Carlos III)I,
Por las calles castillera, unaprocesión cívica





 Por una pronunciada y asfáltica subida llegamos al cementerio visitamos varias tumbas de famosos del Castillo ( relacionados con la Perejila, Parera, Castillo, Álvares y presonajes copmo Tomás Villén "Cencerro"), luego  ascendimos hasta llegar al depósito de agua y caz abandonado




 Por una pendiente pronunciada, bellos paisajes ( a nuestras espaldas la Nava; y,  enfrente, Nacimiento del Río, Marroquí,Hoyón  y otros montes cercanos. Entre olivos y el camino de la cuesta "Hoya del Peñón bajamos hacia el cauce del Guadalcotón. Por un  puente de hierro  del Guadalcotón lo atravesamos sus aguas  y acampamos en él, Nacimiento del Río San Juan, donde presenciamos  una exhibición egabrense de trepadores de las paredes  de los alrededores, observamos algún que otro tejón y nos merendamos  unas manzana, nueces y abundante agua entre las charcas del nacimiento. Foto de rigor para el corresponsal del Jaén. Contamos la historia del nacimiento sísmico del río San Juan y las teorías del origen de la fuente










Junto al río y las huertas, una bóveda de cañizo

Y nos dirigmimos al Castillo por carretera , pero pronto por unos breves escalones bajamos entre cañas, y por una vereda en forma de bóveda de cañizo a una vereda con  la ribera del río San Juan a nuestra izquierda, y a la derecha las ricas huertas paseamos dulcemente y con un agradable microclima  en un día de sol radiante nos dirigimos hacia el punte del río llamado de Valdepeñas. Comentamos el mundo de los cargueros, el reparto de las huertas, el mercado de sus productos en Alcalá la Real y nos imáginamos alguna que otra serpiente que no nos saludó. 







 Por el caz entre casas de campo y segundas viviendas llegamos al Batán, casa del conde de Humanes, Triana  y comentamos estos personajes , los Arandas y los célebres constructores del puente Ginés Martínes de Aranda y Gabriel de Aranda
 Pasamos la fábrica de almendras de los Benavente y probamos algunas de ellas, el antiguo convento de los Capuchinos y subimos su cuesta ( Dura cuesta, con algún intento de desmayo salvado por la fortaleza de los ruteros). En la plaza del Carmen, nuevo comentario sobre la fortaleza, su patio de armas, caballerizas, carnicerías y torres desaparecidas. En el mirador,  bajo los restos de la Villeta explicamos el Olivo Grande y la fortaleza del Castillo. Y por la calle de la Iglesia, Moisés nos ilustró del carlismo y nos adentramos a la iglesia de San Pedro, donde comentamos su estructura, autores ( GInés, Barba y Aranda Salazar), las devociones y ya no tuvimos más tiempo que ver a Jesús Nazareno.,





.. 

 Por una cuesta subimos al restaurante los casi sesenta que nos quedamos  y disfrutamos de un buen ambiente rutero y gastronómico gracias a Manolo y Merchi y el servicio del BAR  AL KU U  FIN . GRACIAS, MOISÉS, QUE  NOS HAS PREPARADO una ruta inolvidable y  nos hecho pasar un día excelente  de ecocostumbrismo extraordinario. Te lo agradecemos todos. No puedo olvidar la cooperación de los miembros y , sobre todo, de la Junta Directiva de La Huerta. Muchísimas gracias.  

PARA LA CAMISETA DE HUERTA DE CAPUCHINOS Y LOS RUTEROS EN CAPUCHINOS. TIENDA DE MARCOS. MÁS QUE MARCOS. CAPUCHINOS, PROBAD TALLA. PRECIO 6 EUROS.



sábado, 26 de septiembre de 2015

PRIMEROS AÑOS DE LA IMAGEN DEL CTISTO DE LA SALUD

La hermandad del Cristo de la Salud adquirió una nueva imagen en el año  1940, obra de Martín Simón, fue fotografiada en el patín en el momento de bajarse del camión que la trajo por aquel año .  No salió penitencialmente  hasta el año 1949 en el Viernes Santo de la Semana Santa. La imagen iba portada por cuatro costaleros en un trono pequeño, con los floreros de plata que regaló Antonio Urbano Aguayo. Todavía se conservan estos enseres, así como la peana y las horquillas ( foto).