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sábado, 31 de marzo de 2018

CAPÍTULO IV. LOS APÓSTOLES. CUADRILLAS, PASOS Y HERMANDADES


Cuadrillas, gallardetes, pasos y hermandades

EL JUILLAS Y NUEVA LINTERNA

Solían  formar las distintas agrupaciones que desarrollaban los pasos, un modo de asociación que varía en el tiempo y en las distintas cofradías. Los hay quienes son hermanos de gallardetes, banderolas o estandartes, que abundan en los pasos de la Cofradía de la Veracruz y de la del Dulce Nombre de Jesús. Así, en la primera están los gallardetes de la Cruz, pendón de la Cofradía, el de la Soledad, de San Juan , Crucificado y Cristo de la Columna. En la del Dulce Nombre de Jesús, el propio Pendón, gallardete de Jesús[1], el de la Madre de Dios del Rosario y el de San Juan[2]. Todos  suelen formar una hermandad de una cuarenta miembros  que, a veces, establecen una relación de contrato con la cofradía, con la abadía (en el caso de la Veracruz) y con el convento, cuyos puntos más importantes de los estatutos se centran en la salida procesional del gallardete por parte de la hermandad constituida y la obligación de la cofradía o convento de acompañamiento y misas a la hora de la muerte. La cuota ronda los dos reales o el pago de una misa al Convento.
Semana Santa 2018
No era  privativo este tipo de cuadrillas a las anteriores cofradías sino que la Hermandad de la Señor de la Humildad, también solía tener varios gallardetes con similares características. El de la Soledad es un claro ejemplo de ello, formado por cuarenta y tres hermanos que, vestidos de túnica negra, acompañan al gallardete portándolo con sus borlas y en riguroso orden de antigüedad.[3]  El Paso de la Soledad  del Convento de San Francisco también se acompañaba de un gallardete de dicha imagen[4] y el de San Juan con su un gallardete  en la procesión que salía con motivo del Entierro de Cristo en el Viernes Santo por la tarde.[5]

            Otras formas de asociación religiosa


Los pasos de personajes del Antiguo Testamento  suelen constituir grupos de personas que representan sin diálogo los momentos culminantes de la Biblia desde la Creación con Los planetas  hasta Los profetas, pasando por Los Ángeles, Abraham, Jueces, Tribus de Israel o Reyes, sobre todo, David. Hay constancia de que solía encargarse un Padre de Animas de su organización, o, incluso la Tropa, en la Cofradía de la Veracruz. Disfrutaban de los mismos beneficios de las anteriores hermandades  como enterramiento, misa y acompañamiento de pendón para el hermano y familia.
Las cuadrillas responden a una estructura medieval en la que un oficial o patrón o padre de ánimas se encargaba de todas las obligaciones que le ligaban a la cofradía, mientras que otro responsable de la hermandad se comprometía a ejecutar el paso  en los  aspectos técnicos de representación en la procesión. Dentro de este grupo, serían las de la Cruz de los Discípulos, donde, incluso, se distribuyen en forma de las distintas cuadrillas de los Juegos de Cañas.
 A veces , como en el caso de la comentada, se constituyen en  hermandad, cuyos estatutos se conciertan entre la cofradía, el convento y la propia hermandad. Esta forma de organización se generalizó a gallardetes y hermandades y pasos. Lo mismo que en las hermandades de gallardetes se comprometen a la salida del paso, se insiste en el número limitado de miembros ( en este caso setenta y tres) y en la asistencia a entierros y misas de muerte.
Otras asociaciones  como la tropa se organizan  en forma de los anteriores postulados y con el paso del tiempo adquieren el pleno papel director de la Semana Santa. Su estructura trata de imitar a la milicia de la ciudad en la jerarquía, las órdenes, el reclutamiento y la vestimenta, pero en los deberes y derechos se regulan atendiendo a conciertos de escritura parecidos a los de los gallardetes.
Los pasos individuales como el Longino o  Simón Cirineo, o grupales como los Judíos, Los Azotes, la Gente Armada, los Apóstoles o Judas, el Juego de la Túnica, la Sinagoga , los Letrados se van a ir agrupando en unas nuevas hermandades, como la del Señor de la Columna en la Cofradía de la Veracruz y la del Señor del Ecce-Homo en la Cofradía del Dulce Nombre de Jesús.

Todas estas hermandades solían caracterizarse por un número limitado de miembros ( de cuarenta a más de sesenta los Discípulos), que se sustituían generalmente por lazos familiares, por la obligación de asistir y representar a determinado paso según la cofradía matriz en un día determinado de Semana Santa (Miércoles para la Cofradía de la Oración en el Huerto, Jueves para La Veracruz y Viernes para el Dulce Nombre de Jesús), por el beneficio de sufragios y pompas de enterramiento (tumba o bóveda, misas, pendón y hachas) que recibían del Convento y de la Cofradía, y por la cuota de hermandad. Las variantes de sorteo de imágenes, vestimentas penitenciales o de actores, suelen ser muy pocas y se han mantenido hasta la actualidad. Solía recaer el cuadro en un hermano, al que se le acompañaba desde su casa hasta la vuelta de la procesión.   









Hay constancia de que muchos frecuentaban todas las procesiones como era típico en el Paso de los Romanos, que lo mismo acudía al del Santo Entierro como a la Veracruz y a otras manifestaciones religiosas.


[1] AHPJ. Legajo 5143. Año 1722 Francisco montes Lezcano. Pag 5. Concierto entre los hermanos del Gallardete y la Cofradía del Dulce Nombre de Jesús. Ver Revista del Gallardete año 1996.
[2] AHPJ .Legajo 5372. Manuel Monte Lezcano. Fol. 1. Fecha veintidós de marzo de 1649.
[3]AHPJ Legajo 5373. Folio  73.Escribano Manuel Monte Lezcano. Escritura de concierto entre el Convento de Consolación, la hermandad de la Soledad y la del Cristo de la Humildad. Seis de abril de 1651.
[4] AHPJ. Legajo 5371. Folio 20. Felipe Montes Lezcano. Concierto entre el Convento de San Francisco y hermandad del gallardete y la de la imagen de Nuestra Señora de la Soledad. Eran cincuenta y tres hermanos, de los cuales tres iban con el gallardete, el resto, vestidos con túnicas negras y disfrutaban de las hachas, misas y enterramientos acostumbrados.
[5] AHPJ. Legajo 5369, Folio 334. Manuel Monte lezcano. 16 de Septiembre de 164O. Concierto entre el Convento de Nuestro Señor San Francisco, la Hermandad de Nuestra Señora de la Soledad y los cuarenta y los hermanos del Gallardete del Señor San Juan.

viernes, 30 de marzo de 2018

CAP.III. LOS APÓSTOLES. LA COFRADÍA DEL DULCE NOMBRE DE JESÚUS. Y LA DE LA ORACIÓN DEL HUERTO.


La Cofradía del Dulce Nombre de Jesús

Fue la hermandad que mayor número de pasos representó y la que más ha perdurado hasta nuestra actualidad. Nacida bajo la protección de la Orden Dominica en el Convento del Rosario en  1597. Al principio, se dedicó a la justa labor de luchar contra los falsos juramentos y en la defensa del Nombre de Jesús.  En el siglo XVII, se convierte además en hermandad penitencial. Aunque al principio parece que la imagen del Nazareno era un privilegio con el que la comunidad religiosa participaba en sus relaciones con la cofradía, siendo ella propietaria de conceder el pendón y la capilla, pronto debió caer la responsabilidad en la organización cofrade de la Madre del Rosario y del Dulce Nombre de Jesús.

En sus cabildos, tanto la Cofradía del Dulce Nombre de Jesús como la de la Madre de Dios del Rosario, los hermanos mayores, mayordomos, alcaldes, y  patronos bajo la presidencia del prior del Convento solían determinar "que en la dicha Procesión se sacaran los Pasos". Tras el nombramiento de oficiales y encargados, estos se comprometían a realizar el paso. Unos lo hacían individuales, otros en forma de cuadrillas o gallardetes, otros en forma de hermandades filiales o concertadas con los dos anteriormente mencionados, la cofradía y el prio



r del Convento. Debieron preparar al principio cada escenificación de un modo autónomo bajo la dirección religiosa de algún fraile del convento. Más tarde, se transmitirá de padres a hijos o parientes toda la puesta en escena de tal modo que en sus casas ensayarían para el día del Viernes Santo. En los períodos de oscuridad que se producen a lo largo de los tres siglos de la historia de los pasos, unas veces, los Judíos; otras, el Juego de la Túnica  mantuvieron latente dicha tradición. Desaparecido el Convento de los padres dominicos, reabsorbió en el siglo XIX la Hermandad del Señor del Ecce- Homo y Jesús en la Columna . En nuestros días, es significativo que continúe la cofradía y la hermandad.
Solían aparecer los siguientes pasos en el siglo XVII  y en el siguiente orden: el gallardete de Nuestra Señora, el gallardete de Jesús, el gallardete de San Juan, las andas de Jesús Nazareno, las andas de Nuestra Señora, el palio, las andas de San Juan, el capitán de la Compañía, alférez, sargento, cabos de escuadra y tropa, los apóstoles, los Evangelistas,  el Rey David,  Simón Cirineo, la mujer Verónica, Longinos; Abraham, Verdugo y los reos (El Buen ladrón y el Mal Ladrón), los sayones y las cuadrillas de los discípulos, las Tribus, Trompeta, Tambor, regentes y demandantes.





La Cofradía de la Oración en el Huerto y del Señor de la Humildad.


No se han encontrado las bulas ni los libros fundacionales de la Hermandad de la Oración en el Huerto y el Cristo de la Humildad. Fundada en el convento de Consolación, se tienen noticias de su existencia a principios del siglos XVII. Por un inventario de  1620, se sabe que posesionaban  las imágenes  de la Subida de Jesús al Huerto y   la Oración de Jesús en el Huerto, otro del Lavatorio de los pies, el de Nuestra Señora  y Cristo de la Humildad , la Cruz  y el paso de los Ángeles portando los signos de Pasión. La Cofradía debió pasar distintas vicisitudes a lo largo de su historia cofrade. En el año 1693, se volvieron a renovar sus constituciones, y se observa un renacimiento cofrade, compartido con la Cofradía de la Veracruz. Por estos años eran los hermanos un número limitado de setenta y dos y sacaban todas las insignias, la Santa Cruz, el Cristo de la Humildad, el Cristo Crucificado y Nuestra Señora de las Angustias. Todos los pasos de hermandades y gallardete corrían a cargo de un oficial, llamado también alcalde o padre de ánimas, tal como aparece en 1727. En 1750, se firmó un documento entre la cofradía y la hermandad del gallardete del Cristo de la Humildad para organizar la procesión que salía el Miércoles Santo; y se sabe que esta hermandad se componía de 43 hermanos ( vestidos de penitentes con túnica negra, que acompañaba al gallardete  y tres portándolo y a sus lados)En 1751, participaba con la cofradía el paso de los Judíos, una hermandad de 43 hermanos  porque renovó un compromiso de salir el Miércoles Santo a cambio del enterramiento en el Convento de San Francisco de la Orden Tercera  y exequias con misa y acompañamiento. En este mismo año existía un paso del gallardete de  la Soledad, formado por 43 hermanos,  vestidos con túnica negra y portando cera blanca En 1756, hay constancia de la hermandad del Crucificado, que se componía de un número ilimitado de hermanos, pero 40 debían salir el Miércoles Santo, con zapatos y medias que no fueran blancos, sin coleto ni cinto.  Prácticamente estaba desaparecida cincuenta años después, cuando renace con gran fuerza por medio de la constitución de muchas hermandades y gallardetes, como la del Crucificado y de la Soledad, e, incluso, el de  Consolación. Debió ser el momento de mayor esplendor estos años de siglo XVIII, cuando abundan estos pasos, y se funda la Congregación de los Siervos de María Santísima de los Dolores. En el año 1784, se unieron la Cofradía del Cristo de la Humildad y la nueva congregación, dando lugar a la actual Esclavitud del Señor de la Humildad y María Santísima de los Dolores. Hasta nuestro presente siglo,  ha mantenido algunos cultos como la Oración de las Siete Palabras del Viernes Santo y resurgió tras la reorganización del año 1948. En la procesión actual del Jueves Santo por la noche se representan los Pasos del Falso Concilio y Prendimiento de Jesús. 

jueves, 29 de marzo de 2018

II. CAPÍTULO. LOS APÓSTOLES.. Los organizadores: La Cofradía de la Santa Veracruz






Los organizadores: La Cofradía de la Santa Veracruz

          















La cofradía de la Veracruz, ligada con la iglesia de San Juan de Letrán ,  recibió del Papa Julio III  en 1553 una bula papal por la que se permitía su fundación y erección de ermita, capilla y hospital, concediéndole las mismas indulgencias en las fiestas que lo recibían en la basílica romana. Podía  celebrar misas y sacramentos en su iglesia, nombrar capellanes, hacer enterramientos en su iglesia,  practicar las confesiones y disfrutar de todos los privilegios que tenía la iglesia de Letrán  así como otorgar las indulgencias a los devotos y patronos que colaborasen con la obra. Se conserva su bula  de fundación  así como  las primeras actas de Cofradías y un Libro de Inventario y Cabildos. Pero los datos más fidedignos los vamos a recoger en forma de resumen de la declaración que hace su hermano mayor Antón de Alcalá el diecinueve de marzo de 1568, ante el corregidor don Gómez de Messía. Estas son las respuestas a las preguntas emitidas por la cédula de Felipe II:"que podrá aver diez y ocho años, poco más o menos, que, a pedimento de algunos vecinos de esta ciudad e, con licencia  e autoridad del Reverendísimo don Juan de Ávila, abad que fue de esta abadía, se compró ciertos sitios de casas e solares para el efecto de hacer  y edificar  en ello una iglesia y Hospital de la advocación de la Santa Veracruz, e cofradía de disciplinantes. E ansí, desde dicho tiempo, se començó a edificar e se a ido aumentándose la dicha con  la ayuda e limosnas de los fieles Xrnos, e de los hermanos que han entrado en la dicha cofradía, de tal manera que siempre ha ido aumentándose la dicha obra e deboción. Y está hecha e fundada una iglesia a donde de ordinario se diez e celebra misa,  e para ello tiene sus ornamentos e todos recaudos,  e se entierra en la dicha iglesia muchas personas, por estar como está bendecida  por el obispo con autoridad e licencia del prelado, e se le guarda inmunidad e privilegio  que a las demás iglesias, e parece que la costa que tubo las casas e solares que se compraron , aunque  de parte de ello se impuso censo, se ha redimido, sino  es diez mil mrs. que le restan  por redimir . E todo o demás  que ha tenido de costa los edificios de la dicha iglesia y hospital  y ornamentos  y recaudos para celebrar misa, imagen, e crucifijo que se saca en la procesión del Jueves Santo y en las demás ordinarias. Todos se han hecho  e comprado,  e de las entradas de hermanos,  e lo que parece que de presente tiene el dicho Hospital e cofradía de mandas que han hecho algunas personas e lo siguiente.
( Con lo que se comprueba el año de su fundación en 1550, la cofradía que erigió iglesia y hospital con la ayuda de los hermanos, y su procesión penitencial de disciplinantes el Jueves Santo con la imagen de un Crucificado).

-Que podrá haber doce o más años poco más o menos que un Juan Romero , vecino de esta ciudad mandó ciertos bienes al dicho hospital  e cofradía  de la Santa Vera Cruz, e que estos se vendieron  y de su valor se compraron  treinta fanegas de tierra en la Fuente el Soto, término de esta ciudad, las cuales con autoridad del prelado de esta abadía se dieron a censo perpetuo a Miguel Sánchez Godoy y paga en cada un año doce fanegas  de trigo ,e se dizen por el ánima del dicho Juan Romero doce misas en el dicho Hospital".
Fue el primer donante y a éste otros bienes se le añadieron: una media casa de Juan Durete en el arrabal, otra media casa en el arrabal Nuevo de Pedro Sánchez Talamón, cuatro fanegas de Diego Hernández Anguita en el arroyo Alamoso. Junto con los enterramientos, limosnas y cuotas de entradas de hermanos, se juntaban unos cien ducados, que, en su mayoría se gastaban  en los cultos y misas de hermanos y en los gastos de hospital para los más Pobres y en el año 1667 en una capilla y sus ornamentos. [1]  
Son muy importantes sus primeros cabildos que nos ilustran de la vida , bienes  y  objetos cofrades ( dos arcas para la Cofradía y para el Hospital,  una cruz de madera, obra del pintor Rodrigo de Figueroa que  la doró y pintó, los ocho cetros del mismo pintor y las crucetas de las puertas, atriles, la cruz de enterramiento- en una cara la insignia de Cristo, y  en la otra, la Señora de la Concepción- el pendón de la cofradía, un arca pequeña con el Libro de la Regla, escrituras, entre ellas la Bula traída de Toledo para ganar indulgencias, ocho ciriales, pintados de verde, tacillas de madera con la cruz de insignia de la Hermandad y hostiario, objetos  litúrgicos ( frontales de altar, el pendón de lienzo teñido juegos de vestidos sagrados);  y además se aprecia la introducción penitencial de la Cofradía con el contrato de un trompeta de Granada, la confección de una  treintena de túnicas negras, las insignias que pintó Pedro Sardo, los tronos, las andas, los ciriales ( que costaron dos mil ochocientos cincuenta maravedís que pagó a Rodrigo de Figueroa, amén de la labor de carpintería de Martín Pérez , entallador que alcanzó la suma de tres mil setecientos ochenta y dos maravedís para las andas del Crucifijo e imágenes ), las imágenes  (un crucifijo grande de estatura de un hombre con  una corona de espinas con las púas doradas  e está puesta en una cruz de madera teñida de verde e está nuevo y sano y una imagen de la Señora, con sus ropas, tocados y cofias). En 1578 aparecen nuevas imágenes pasionales como "un retablo portátil con una imagen del Cristo de la  Resurrección, un crucifijo o cruz , dorado a la redonda y el campo verde y en el pie cuatro escudos con cuatro penitentes, Nuestra Señora de La Quinta Angustia, el nuevo pendón de la  Cofradía con una Cruz y las insignias de Pasión, también se enriquece la iglesia con la Virgen de las Angustias en dos tallas,  cuadros y capillas como la de la Cruz o Jesús Nazareno, Nuestra Señora y San Idelfonso y la De Santa Quiteria.[2]
De los primeros años de la vida de la hermandad nacen dos aspectos muy importantes de su participación  de Semana Santa: el monumento del Jueves Santo y la procesión del Jueves Santo por la tarde. Del primero hay que destacar que le dedicaban todo tipo de  gastos en carpinteros, pintores, y luminarias. 
Era una cofradía cerrada de una treintena o cuarentena de hermanos que se rotaban cada año en los distintos cargos y oficios: hermano mayor, alcaldes, capellán   y patronos de almas. Solían pertenecer a ella los regidores, jurados y oficiales destacados de la ciudad, así como algunos clérigos. Dependía totalmente de la Abadía, que asistía a las reuniones con la supervisión del gobernador o provisor, y se nombraba siempre capellán. Su festividad inicial era la celebración del día de la Invención de la Cruz.
En el siglo XVII, fue importante la unión  que mantuvo con la Cofradía de la Santa Caridad, formando  el Hospital de la Veracruz  Santa Caridad, manteniendo su cementerio y , lo más interesante, creando el Corral de Comedias que sirvió de fuente de ingresos para la cofradía, aunque parece que ya se regentaba en muy malas condiciones sobre el 1587, siendo abad Andrés de Bobadilla. Las obras de restauración se llevaron a cabo entre 1626 y 1628, interviniendo los mejores canteros y arquitectos alcalaínos, el veintinueve de Junio de 1628, siendo hermano mayor Martín Hernández Cantarero, tasó las obras el maestro de la Iglesia del Rosario Pedro de Arévalo Portillo, que fue a apreciar" lo que se hizo a  tasación con el quarto de frente  del teatro, que es donde está el aposento de la ciudad, que son cuatro pilares y sentar las columnas y enlucido y todo lo demás tocante al dicho quarto desde el suelo alto an quanto a la manifactura son los materiales, yeso y maderas y así como  las demás columnas, corredores y gastos en yeso y aposentos y ventanas y la escalera". La tasación de las obras alcanzó dos mil cincuenta reales. [3]  Solía arrendarlo a una persona ,que le proporcionaba una parte estipulada y la reserva de asientos y determinados días de fiestas. Como datos de lo que venimos exponiendo, en el año 1623, siendo hermano mayor Francisco Ramírez Valenzuela, se le arrendó a Juan Alonso de Bustamante por ciento cuarenta ducados anuales,  en la misma cantidad el año 1626  a Juan Martín Hernández de Alcántara o Rafael Ventura Martínez en 1629. La hermandad se dedicaba durante este siglo a la fiesta de la invención de la Cruz, la Candelaria, al monumento del Jueves Santo, a la procesión del mismo día, sin muchos gastos en ella , salvo la trompeta contratada y los músicos y ministriles que acompañaban a la procesión.
A pesar de que el principio de siglo significó un paso en la reorganización financiera de la cofradía, el final de siglo supone una gran participación en la vida cofrade de la Semana Santa. Su cabildo era presidido por un miembro de la curia abacial, un notario o  provisor, y se celebraba el cabildo ordinario y t anual  de elección de hermano mayor y de nombramiento de cargos, tanto para la organización y funcionamiento como la preparación de la procesión del Jueves Santo, el Domingo de Ramos y Día de la Santa Cruz. Solían nombrarse el hermano mayor con sistema de rueda, así como los  alcaldes y patronos, y por tradición y experiencia a los cargos a los pasos de imágenes y sus correspondientes gallardetes y banderolas, así como los pasos que salían en la tarde del Jueves Santo. Generalmente, los primeros eran un grupo muy reducido  y formado por personas privilegiadas que ejercían cargos municipales ( regidores, jurados, síndicos, escribanos, alguaciles, recaudadores, depositarios… )y eclesiásticos ( presbíteros, capellanes, ..) que comenzaban su mandato a partir del tres de mayo y nombraban los capellanes para decir la misa los días de fiestas en la iglesia durante toda el año, los demandantes para el Jueves y Viernes Santo y  los hermanos de banderolas, andas e insignias; , los segundos eran miembros de las clases no privilegiadas y ejercían de campesinos y oficios artesanales.
            La procesión, al principio, salía con los siguientes pasos: la banderola o estandarte de la Santa Cruz con sus hermanos, a continuación, las andas de la Santa Cruz; la hermandad del Cristo de la Columna estaba formada por su gallardete y hermanos, seguidos de los de las andas del Cristo, continuaban las hermandades del gallardete y andas  del Cristo de las Penas; tras estos, los de San Juan con su gallardete, y al final cerraba la Madre de Dios, que recibía el nombre de la Soledad con su gallardete. A finales del siglo XVII, se integraron los pasos representados y vivientes.
         Por estos años, el hermano mayor Juan Manuel Ureña inició un libro de Cabildos, se reorganizó la hermandad y se obtuvo licencia del abad don Pedro de Toledo la facultad de decir misa todos los domingos y fiestas de guardar en la Iglesia de la Veracruz por el capellán de la cofradía. Tanto el Cristo de las Penas como el de la Columna adquieren una devoción especial por estos años, además del apóstol San Juan. Con la reorganización de la Compañía de soldados se muestran de nuevo los pasos en la calle. Al principio se obliga el capitán Alonso de Ramos, pero dimite por no poder afrontar los gastos. Los primeros pasos de esta cofradía  que se mantuvieron en todo el siglo dieciocho fueron los Azotes, Profetas, Arcángeles, Planetas y Doce Apóstoles. El paso del gallardete y el del Cristo de la Columna adquirirá una gran importancia y en 768, se le concedió el  privilegio de guardar los cordones de plata de la imagen, algo parecido a lo que sucedió con el Ecce- Homo en las prendas de Jesús Nazareno.  


En los últimos años de vida de la cofradía, se transformó con el nombre del Santísimo Crucificado de las Penas, manteniéndose todavía la placa del pendón del siglo XIX. Algunos pasos, el tambor y la trompeta eran sus elementos básicos en estos años finales  ( la imagen de San Juan, La Cruz[4], el Crucificado de las Penas, la Soledad y el Cristo de la Columna). El año 1783  se le hizo una lámpara a la capilla del Cristo de las Penas y se celebraron Fiestas de Moros y Cristianos para recaudar fondos.  Como cofradía penitencial se mantuvo hasta el decreto del Abad Alonso y Gatica, desapareciendo por completo con la insistencia en la prohibición de las procesiones, promulgadas por el Abad Palomino en los años 1791 y siguientes hasta tal punto que no consigue una  renovación posterior como le sucedió al Dulce Nombre de Jesús. No obstante la imagen del Cristo Crucificado de las Penas, de la Columnas y de Nuestra Señora  de la  Soledad siguieron saliendo la tarde del Jueves Santo, salvo el año 1795, que en un nuevo litigio con el abad Palomino transformó esta iglesia al servicio de la Parroquia de Santo Domingo de Silos. En el siglo XIX, todos sus derechos y bienes pasaron a beneficencia municipal y la propia cofradía, ya simple esclavitud, no tuvo apenas vida, como se comprueba en la declaración de gastos ante el Alcalde Constitucional de 1840.   Tan sólo el paso del Cristo de la Columna pervivió hasta  principios del siglo XX y en el siglo XIX volvió a reconstruir sus estatutos, según exponemos en el aparato documental por José Bolívar.




[1] AMAR. Caja 23. Pieza 14. Declaración de cofradías y hermandades con motivo de una cédula real de 1568.
[2]Martín Rosales, Francisco. La fiesta de la Santa Cruz. Año 1996.
[3] AMAR. Legajo suelto sobre las obras del Corral de Comedias
[4] Amar. Caja 243. Recibo de Juan Butierrez.

miércoles, 28 de marzo de 2018

CAPÍTULO I. LOS APÓSTOLES EN UN TEATRO RELIGIOSO EN LA CALLE. LOS DISÍCIPULOS DE JESÚS Y APÓSTOLES EN LAS COFRADÍAS DE LA VERACRUZ Y DE LA ORACIÓN EN EL HUERTO.


LOS DISÍCIPULOS DE JESÚS Y APÓSTOLES EN LAS  COFRADÍAS DE LA VERACRUZ Y DE LA ORACIÓN EN EL HUERTO.
                                                                       
                                                       I


   LOS APÓSTOLES  EN UN TEATRO RELIGIOSO 

EN LA CALLE

           

Decíamos, hace años en el libro Pasos, que “ debieron representarse en Alcalá la Real, pequeños autos con motivo de la Navidad, Semana Santa y el Corpus Cristi. Claro testimonio de ello son las Constituciones Sinodales de Juan de Ávila en el año 1542, que en muchos apartados, como luego haría el abad Moya en el siglo XVII, recogía anteriores capítulos de las constituciones de los abades Gómez de Padilla y Ordóñez de Villaquirán”. Incluso recogimos  la alusión a estas representaciones : 
"Somos informados que en algunas Iglesias y hermitas de esta nuestra abadía se hagan algunas representaciones, juegos o remembranzas: otras cosas semejantes no muy honestas y porque de los tales actos se ha seguido y sigue muchos inconvenientes y traen escándalos en  los corazones de algunas personas ignorantes o no bien instructas en nuestra sancta fe cathólica, viendo los desórdenes  y excesos que en ella passan  por ende o p.sc.et.a. statuimos y mandamos a todos los beneficiados y curas y a otros clérigos  in sacris que no hagan las tales representaciones ni den lugar que en las dichas iglesias se haga ni consientan que se hagan velas en las iglesias perroquiales sopena de dos ducados por cada vez que las hiziere o consintiere hazer alguna cosa de las susodichas aplicadas la mitad para la fábrica de tal iglesia y la otra mitad para el juez y el acusador"[1].



Dentro de la vigilia de la noche del Jueves Santo al Viernes Santo, se  prestaba a celebrar con  canciones y sermones de Pasión, que a veces se continuaban con otras actividades representadas. En torno al predicador se realizaban, sobre tablados, las escenas más significativas de la Pasión[2], en las que debieron participar los apóstoles dentro de las escenas de Pilatos, la Sinagoga, la Túnica, el Señor en la Columna, Ecce-Homo,  y, sobre todo, en la Santa Cena, Oración del Huerto y la Negación de Pedro. No se conserva más que un  texto de 1860 en el Castillo de Locubín, en la que se describe la Pasión  en forma de sermón acompañado de escenas pasionales ( se insiste a lo largo de las digresiones  en muchos detalles de representación y  sugiriendo  las escenas mientras el sacerdote lo declama).[3] En concreto está clara la presencia de los Apóstoles en este título del pequeño legajo “La Santa Cena y la Oración del Huerto, pasos que se representan  en la tarde del Jueves Santo”. El sacerdote comienza haciendo la introducción hasta la llegada de los apóstoles a la casa donde se celebraba la Pascua. Y, en este momento aparecía Jesucristo, rodeado de los Discípulos; a continuación, seguía describiendo la comida del cordero, que se complementaba con la escena de Jesús  repartiendo a los apóstoles los trozos del cordero mientras que el sacerdote  comparaba los trozos de carne con la pasión que iba a sufrir Jesucristo. Luego, anotado con epígrafe el Lavatorio de los Pies de Jesús a los apóstoles, lo recogía exhaustivamente, mencionando la traición, la reacción de los apóstoles y el acto del lavatorio. Y tras ella, con el epígrafe de la Cena Usual y diaria  y la institución del Santísimo Sacramento, se relataba el pasaje evangélico, mientras predicaba el sacerdote, en este caso un capuchino, con gran solemnidad, sobre todo la Institución de la Eucaristía con textos latinos. En la delatación del traidor Judas, se insiste en la postura de san  Juan como discípulo predilecto y la comparación con recibir la comunión con mancha. Se alude a la Venta de Jesús con otro epígrafe.   , la declaración del traidor, el intento de los apóstoles de defender a  Jesús ( mencionando “dos espadas” para defender a Jesús), y el Huerto eran escenas con el mismo formato entre discurso explicativo y montaje de escena mímico. Este último pasaje se describe apartando Jessie a Pedro , Juan  y Santiago, la  agonía y oración final, y la llegada del Ángel que le fortaleció ante la llegada de Judas con toda la caterva de soldados romanos, judíos y sacerdotes para entregarlo, la reacción de Jesús y pedro ( quem queritis y la violencia). 
En un capítulo aparte, se desarrollaba la Sentencia y la Sinagoga ante los Pontífices Anás y Caifás y la Negación de Pedro  con las accion es que realizaban los apóstoles o animales como el gallo ( canta). Señala que cambian  de tablado. Termina el acto con la Sentencia de Pilatos.  No nos debe extrañar que este tipo de represetnaciones frecuentaran en Alcalá, porque abundan las cofradías con la tradición de pagar a los predicadores por el sermón de dichos días en la iglesia de la Veracruz, en el convento del Rosario y de Consolación. 
Por otro lado, las procesiones se celebraban  el Jueves Santo con la de la Veracruz y el Domingo de Resurrección, oficial para la iglesia y el cabildo; su velada  y visita a los monumentos de las iglesias era una costumbre  obligada de cualquier tipo de cofradías, eran los elementos más importantes de la Semana Santa del siglo XVI. Y decíamos: “Aquella noche del Jueves Santo entre disciplinantes, rostrillos y penitentes era propicia a que se formaran altercados”.Y en 1569 en medio trajín de la guerra contra los moriscos se ordenó:  ×" será para bien que, en la noche del Jueves Santo para escusar algunos inconvenientes y algunas bellaquerías  que se podían facer,  se haga alistada de cien hombres, lo cuales por la orden de los comisarios , a quienes se acometiese , hagan guardia toda la noche, con los dichos cien hombres ciento cincuenta  y ronden y visiten toda la ciudad alrededor de ella y guardando las iglesias para escusar los dichos inconvenientes o cualquiera que pudiera acaecer"[4]. 
En el siglo XVII, con  la "Máscara", los caballeros anunciaban la fiesta en el día de la Víspera, mientras lucían sus hermosas vestiduras y cubrían  sus rostros con armaduras hasta que fue degenerando en forma de máscaras. De estas máscaras y de los rostrillos de los personajes del teatro y de los autos se pasará al de las representaciones de Semana Santa. En Semana Santa se pregonaban (kerigma)  las fiestas del Señor en medio de rostrillos  y la tropa de ciudad. Por lo tanto, repetimos para conocer el origen dramático de la Semana Santa,  el Paso de los Apóstoles “ A principios del siglo XVII observamos que el rostrillo de las máscaras y del Corpus, las representaciones de dicha fiesta, las desfiles de las mascaradas, la participación de los grupos y danzas en la festividad del Corpus así como la introducción de personajes simbólicos el día de la fiesta son los ingredientes  y elementos básicos del teatro pasional en el discurso procesional de la Semana Santa. A esto hay que añadir el inicio y expansión del teatro por medio de la Cofradía de la Veracruz en su corral de Comedias desde el año 1587 en tiempos del abad Andrés de Bobadilla”.




Pero, ya entrado el siglo XVII,  las  cofradías  y hermandades pasionales cambiaron de ser disciplinantes a penitenciales, lo que dio lugar a algunos momentos de enfrentamiento con las autoridades eclesiásticas. Así  el Abad Moya dispuso en sus Constituciones la prohibición del teatro dramático, misterios  o los autos dentro de las iglesia, porque se degradaron los elementos dramáticos hasta tal punto que se convirtieron  en objeto de burla y escarnio, sin el sentido original cuando nacieron. En este siglo se paso de de la representación de las insignias e imágenes a la representación humana, cuando los pasos se procesionan  y se introducen en la celebración de la manifestaciones religiosas. Y frente al carácter mayestático y devocional de los primeros momentos no extraña que algunos  abades publiquen edictos para limitar los abusos y los actos deshonestos que se producían en la Semana Santa, ya que  la marcha procesional no se mantenía con el fervor ni respeto que tales momentos requerían. Por un lado,  entre los penitentes "había risas, escándalos, e indecencias en los participantes y sus vestimentas": por otro lado, “ los cubiertos con rostrillo, se portaban cosas profanas e indecentes y realizaban acciones y gestos indecentes.[5]           


En el siglo XVIII, ya nos son las autoridades eclesiásticas las que se preocupan de esta salida de tono sino  la propia  ciudad se siente desbordada por los acontecimientos de modo que se ocupada  del mal uso de  vestimentas y  rostrillos semanasanteros  y acuerda esta  ordenanza "Otro sí prohibimos el destestable y pernicioso abuso de que en la fiesta y Octava del Corpus salen  por las tardes y en otras fiestas y procesiones muchas quadrillas de Diablillos, no sólo con ropas y rostros de tales, sino con los de los sayones de Semana Santa y otros ridículos y extraordinarios trages que no  vienen en al caso para el Culto, ni cosa de razón, sino para ejecutar lizenciosamente toda suerte de desórdenes ; y así mandamos que tan sólo aya ocho libreas  propias de la ciudad, y para una quadrilla que con lizencia  del Juez si quisiere  darla y reseñados los sujetos en el oficio del Cabildo, y asistidos de un ministro, y qualquiera que de otra suerte saliere, será multado en diez ducados, diez días de cárcel, y perdida la ropa o vestidos, y el que diere alquilados otros que de la Ciudad o prestados, los perderá y se serán sacados dos mil mrs., todo lo qual se executará con rigor indispensable"[6]. No obstante, abundaron en estos tiempos los pasos de tablados o en el decurso de la procesión de modo que en la primera mitad del siglo dieciocho e, incluso, algunas decenas posteriores se alcanzaron el  máximo auge de representaciones pasionales, el  renacimiento de cofradías, sobre todo, en la del Cristo de la Humildad que había desaparecido, y la multiplicación de pequeñas hermandades, pasos y gallardetes que instruyeron una nueva forma de organización cofrade. Simplemente, como una muestra dentro de la Semana Santa de Alcalá la Real, nunca falto el paso del apóstol San Juan. Por un lado, hay noticias que su imagen mantenía una hermandad, lo mismo que su gallardete dentro de la procesión de la Soledad que salía de la iglesia de San Francisco; incluso estos hermanos-43 en concreto- de gallardete firmaron en 1640 un acuerdo con la cofradía  para salir con ella con hachas de pabilo y recibiendo en compensación los derechos de sufragio y exequias[7].  En 1669, la cofradía del Dulce Nombre de Jesús firman un acuerdo parecido con los hermanos de San Juan, representados por Antonio y Lorenzo Calvo, Francisco Benavides, Joan Escobar, Joan de l Mármol, Manuel y Fernando González, Pedro Jiménez, Bartolomé de la Rosa y Pedro García de Almarja; incluso en 1749 hicieron un reglamento. En la Cofradía de la Veracruz, desde finales del siglo XVIII posesionaban imagen y gallardete, pero el reconocimiento formal no tuvo lugar hasta el cabildo de seis de mayo de 1776, siendo sus representantes  y padres de ánimas Nicolás López y Cristóbal de Frías, y se obligaban a llevar las andas de San Juan y desfilar como penitentes.    En medio de un siglo convulso, donde se sucedían  fundaciones, renacimiento, desapariciones y remodelaciones de gallardetes y pasos, a mitad de siglo , con la llegada del vicario y provisor de don Álvaro de Mendoza, don Pedro Pablo de Vera y Barnuevo, el espíritu de la Ilustración la emitió ordenó “que no se hicieran velas nocturnas en las Iglesias ni ermitas, procesiones de noche, prescribiendo la forma y modo que se deberá observar en las procesiones de Semana Santa, desterrando el abuso de las caras tapadas y otras indecencias".[8] Y no es de extrañar que  muchas hermandades y cofradías  desaparecieran, al interpretar un atentado con la liturgia todo este tipo de representaciones, “sucedió en el año 1782 con el Decreto del  Obispo- Abad Mendoza y Gatica. O más tarde, de una como manera más estricta, con la aplicación realizada por el espiritualista Abad Palomino en 1791, que provocó la desgraciada desaparición de una de las cofradías más importantes del acervo alcalaíno, la de la Santa Veracruz. Y, con ello, despareció también el Paso de los Apóstoles de esta cofradía.  Sin embargo la raigambre popular no se resistió y volvió a renacer aquellos pasos, cada vez más esfumados, quince años después, en 1797, con el mismo abad Palomino Lerena, pero continuaron difuminándose  hasta el siglo XIX.




[1] CONSTITUCIONES SINODALES DEL ABAD JUAN DE AVILA. Año 1542. Título IV. Cap IX.
[2] Constituciones Synodales del Abad Moya. Año 1623. En la Constitución 13 Que la noche de la Navidad ni otro tiempo del año, no se haga cosas indecentes en los Oficios divinos. Prohibimos y mandamos , que la noche de Navidad no otro tiempo, ni Fiestas de entre año, no se digan, ni hagan cosas deshonestas, ni representadas, ni se hagan representaciones algunas, ni se canten villancicos, ni coplas sin nuestra especial licencia, y sin que primero sean por nos examinadas, o por la persona que nombraremos, para que se vea si en ellas se dize cosa deshonesta, falsa o escandalosa, o contra nuestra sancta Fe Cathólica, ni  se canten con viguelas o guitarras, ni otros instrumentos profanos, ni se prediquen sermones de noche en Jueves ,o Viernes Santo, ni ottro tiempo del año, sino antes que anochezca o después de amanecido: ni tampoco se hagan velas de noche en las Iglesias , ni Hermitas, salvo las noches de la mañana de Resurrección, por ser Fiestas tan principales, y estos días , y los demás que hubiere tinieblas, o Maytines en las Iglesias, a que acude el pueblo, mandamos que aya luzes en ellas, de manera que todo esté claro ".
[3] El texto original facilitado por  Francisco Juan. Largo sermón, con citas evangélicas,  interrumpido por las escenificaciones.
[4] AMAR. Libro de Cabildo de 1569.
[5] Murcia Rosales, Domingo. Curiosidades de la Semana Santa de Alcalá la Real. Ideal 31 de marzo de 1996.
[6] AMAR. Libro de Ordenanzas de 1751. 3º.Nota final.
[7] AHPJ. Lefajo 4269. Folio 534. 13 de septiembre de 1640.                                                                                             
[8] Espinosa Garrido de los Monteros, Diego. Historia de la Abadía de Alcalá la Real. Diputación Provincial de Jaén 1996.