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martes, 31 de diciembre de 2013

DIETA PARA EL VIAJE DE VUELTA


UNA RECETA PARA SOPORTAR UN VIAJE

 

 

 

UNA RECETA GASTRÓNOÓMICA

 

. CONDITUM MELIZOMUM PERPETUUM QUOD SUBMINISTRATURPER VIAM PEREGRINANTI.

 

VINO AROMATICO CON MIEL PARA EL VIAJE,

que se conserva siempre, y pueden llevarse los que se van de viaje.

 

 

            INTRODUCCCIÓN

 

No sé pero es muy frecuente que en los pueblos los viajes de la clase llana se acompañan de viandas y bebidas para hacerlo más festivo, recordando las concentraciones romeras. Nos puede servir este texto para conservar el vino.

 


Texto latino
 

Piper tritum cum melle despumto in cupellam mittis conditi loco, et ad momentum quantum sit bibendum, tantum aut mellis proferas aut vini misceas. Sed si uas erit, non nihil uini melizomo mittas,adiciendum propter mellis exitum solutiorem

 

Traducción:

 

Echar dentro de un barril pequeño pimienta molida con miel espumada en lugar del vino aromático, y cuando se quiera beber, mezclar miel y vino según la cantidad a tomar. Si en lugar de un barril fuese un recipiente de cuello estrecho, añadir al vino con miel un poco más de vino, para facilitar la salida de la miel.

 

DICCIONARIO:

Iter, itineris: viaje

Habeo 2 tener

Fleo 2 llorar.

Misceo: 2 mezclar

Mel, mellis, neutro miel

Piper, piperis: pimienta.

Cupella, cupella: barril

Vas, vasis, neutro vaso

Strictus, a, um : estrecho

TRITUS, A , UM : MOLIDO

 

lunes, 30 de diciembre de 2013

EL BANQUETE, EN LA ANTIGÜEDAD


 

EL  ELEMENTO GASTRONÓMICO  EN OTROS GÉNEROS DE LA LITERATURA LATINA EN LA ÉPICA  Y LA LÍRICA (I)

 
 

Introducción:

Ya comentamos , en el  trabajo anterior, que “ la gastronomía ocupa un lugar de la literatura científica de los saberes. Son conocidos los tratados “De arquitectura “ de Vitrubio,  o los compendios y corpus de las leyes romanas por ser la base del  Derecho Civil actual. Pero se soslayan los manuales de Agricultura o de Geografía de autores de la  Antigüedad  como los de Catón o Columela.  Y reivindicamos la  presencia de la gastronomía como un  saber científico y práctico en el mundo de la alimentación tan relacionado con la medicina por su interés actual, partiendo de la figura de Apicio. En este apartado, vamos exponer la presencia de los elementos gastronómicos dentro de los distintos géneros literarios de la literatura latina.

 

 

EN LA LÍRICA

 

En otras  literaturas, nos podríamos remontar a muchos cantos de campo, de  actos religiosos o de convivencia social, donde surgen los fundamentos o precedentes de su lírica posterior. Pero en Roma,  la poesía lírica está unida inexorablemente con  la influencia griega que se introduce en Roma posterior al siglo III a.c. Es evidente  que el banquete, como elemento gastronómico ocupa un lugar, sin duda, muy importante  y como recurso ambiental y de significación poética  en muchas obras griegas tanto épicas como líricas ( por citar  dentro de la épica,  el banquete, unido a la hospitalidad de los personajes,  se encuentra en muchos pasajes  de la Ilíada y la Odisea y los elementos gastronómicos y festivos aparecen explícitos en gran número de sus versos ).  

CATULO      

Dejando atrás  los poemas líricos  referidos, pero perdidos,  en el primer siglo de a.c.,  nos encontramos al famoso poeta Quinto Lutacio Catulo, que,  en su poema 13,   invita  a cenar a su amigo Fabulo. En este poema, contemplamos el carácter de sociabilidad del banquete romano, en el que, a diferencia del banquete griego, se permite  acudir  con representación femenina. Nos muestra que no es el banquete característico, que comentamos en el artículo anterior  sino que se reduce a una invitación personal con elementos típicos del banquete, pero partiendo de la precariedad del anfitrión.

A lo largo del poema, a parecen elementos constantes: anfitrión, invitados ( las mujeres que suelen ser una excepción se nos muestran en este banquete catulano),  la comida con  sus productos ( vino y sal y las viandas que traerá Fabulo) , el elemento festivo ( toda clase de carcajadas aludiendo a los aspectos de  danza, diálogos , mimos, carmina fescennina, parodias…como luego aparecen en la Cena de Trimalción) , y  el obsequio entre los presentes (el perfume que le hace el poeta a su amigo, lo que en  el poeta hispanorromano  Valerio Marcial desembocará en los célebres Xenia y Apophporeta).  Este es el texto:

XIII
Cenarás bien, mi querido Fabulo (44), en mi casa dentro de pocos días (si los
dioses te son propicios), si traes contigo una cena buena y abundante, y no faltan una
deslumbrante muchacha y vino y sal y toda clase de carcajadas. Si, como te digo, te traes
eso, guapo mío, cenarás (45) bien, pues la despensa de tu Catulo está llena de arañas. Eso
sí: en respuesta, recibirás puro cariño o algo más delicado y elegante: pues te daré un
perfume que regalaron a mi niña las Venus y los Cupidos (46) y que, en cuanto lo huelas,
rogarás a los dioses, Fabulo, que te hagan todo entero nariz[1].

 

 

 

HORACIO

 

En el poeta clásico, ya en el el siglo Ia.c.,   Quinto Horacio Flaco, el banquete ocupa un papel primordial dentro de su obra poética, tanto en las Odas como en los Épodos. Ya decía el propio poeta: Yo canto los banquetes, y las luchas en que las muchachas se debaten con afiladas. Y en verdad que, el poeta introduce la temática del banquete como elemento  esencial en su poesía para contraponerlo como forma de vida, donde la creatividad y su espíritu epicúreo se desarrollan frente al mundo bélico romano. Y hemos podido encontrar varias calas del tratamiento del banquete:

 

1.-   EL BANQUETE  COMO  LUGAR DONDE SE EJERCE EL CANTO LÍRICO.

Clara muestra de ello es el  poema XXXII del libro I de sus Odas, donde se ensalza la lírica en sus últimos versos y en el  que contrapone con ese clasicismo que caracteriza a Horacio el  mundo de lo lírico como canto de la mediocritas aurea con el de la épica , canto guerrero[2]:

“Me invitan a cantar. Si nunca en mis ocios bajo la sombra he modulado contigo mis versos, te pido un canto latino que viva este año y muchos más, lira mía, tocada antes por un ciudadano de Lesbos que, ya en medio de las armas, guerrero feroz, o amarrando a la húmeda orilla su nave batida por las olas cantaba a Baco, y a las

Musas y a Venus con el niño siempre a su lado, y a Lico de, bellos ojos negros y de negros cabellos. Honor de Febo, lira, querida en los banquetes de Júpiter soberano, dulce consuelo  de nuestras penas; recibe el saludo de mis rituales invocaciones

 

            Y no se puede mejor adentrarse en un poema lírico sino con esta oda, la que hace el número  XI, donde se ilustra al lector desde los preparativos, el escenario, la presencia femenina, el mundo de la luz y la noche, los integrantes del banquete, el tema amoroso,  el clima religioso, el canto…

 

Tengo, Pilis, una tinaja de vino albano de más de nueve años; tengo en mi jardín,

apio para trenzar coronas; tengo gran abundancia de una hiedra con la que brillarás al

ceñir tus cabellos. Mi casa ríe con la plata, y el altar rodeado de guirnaldas de casto

follaje desea ser rociado con la sangre de un cordero sacrificado.

Toda la multitud se apresura. Acá y allí corren, mezclados, muchachas y

mancebos. Las antorchas se agitan y sube, hacia las alturas y en espirales, un humo

negro.

Preciso es, río obstante, que sepas para qué fiesta se te llama. Has de celebrar los

Idus que dividen Abril, el mes de Venus marina; día para mí solemne a justo título v

más venerado que mi propio cumpleaños, porque desde este día, mi caro Mecenas,

cuentas el tranquilo correr de los años.

Una muchacha rica y petulante se ha prendado de Télefo, y le tiene encadenado

con dulces grillos: este joven que tú pretendes, pero no es apropiado para ti.

Faeton, abrasado por el rayo de Júpiter, es el espanto de ávidas esperanzas, y un

terrible ejemplo Pegaso, el animal alado que no pudo soportar a Belerofonte, su

caballero terrestre, te enseña a buscar siempre objetos de tu amor, dignos, y a evitar

un compañero desigual teniendo por sacrílegas las esperanzas que van más allá de los

límites permitidos.

¡Ea, pues, tú, término de mis amores -pues en adelante no me apasionaré por

ninguna otra mujer-, aprende aires para repetirlos con tu amable voz! ¡Con amores -pues en adelante no me apasionaré por ninguna otra mujer-, aprende aires para repetirlos con tu amable voz! ¡Con los cantos se disiparán las sombrías preocupaciones!

 

2.-LOS COMPONENTES POÉTICOS DE UN BANQUETE

 

            Horacio eleva a categoría poética cada uno de los elementos de un banquete sabiendo conjugar  su parte material con su aspecto metalingüístico que lo traspone al mundo de la inspiración poética. El vino no será un puro elemento de alimentación corporal, sino que seleccionado, se convertirá en un elixir de los dioses como si transformara al poeta en una nueva posición personal que le hace apartarse del mundo circundante. Y lo mismo, se puede comentar con la  influencia dionísíaca de Baco, la danza- contrapuesta  en su versión apolínea  con  la marcha guerrera,  los ornamentos de las flores,  los condimentos como el apio…etc. Veamoslo en el poema XXXVI:  

 

 

 

 

“Me es dulce sacrificar con incienso, con la lira y con la sangre prometida de un

ternero a los dioses guardianes de Numidia que, volviendo hoy salvo de los últimos

confines de Iberia, reparte abundantes besos entre sus buenos camaradas, pero a

ninguno más que a su querido amigo Limia, recordando que sobre su infancia gobernó

un mismo maestro y que juntos tomaron la toga nueva.

No neguemos a este hermoso día la señal de la tiza ni demos paz al ánfora sacada

de la bodega. No demos, al modo de los Salios, reposo alguno a nuestros pies; que

Damalis, gran amiga del vino, no llegue a vencer a Basso en beberse de un trago la

ancha copa de los tracios; que no falten en el banquete ni rosas ni el verde apio ni el

perecedero lirio. Todos pondrán en Damalis sus ojos enturbiados por la embriaguez;

pero nadie apartará a su nuevo amante de ella más envolvente que la trepadora hiedra.”

 

 Y en esta misma línea, donde aparece el vino como hilo conductor y  los instrumentos  acompañantes de la lírica, se encuentra el poema XIX:

 

“ Cuentas qué distancia hay de Inaco a Codro que no temió morir por su patria; la

descendencia de Eaco y los combates librados sobre la santa Ilion. Pero callas a qué

precio compramos una jarra de vino de Quíos, quién calienta el agua al fuego, quién

me ofrece su casa y en qué hora estaré libre del frío peligro.

Escancia, muchacho, por la luna nueva; por la medianoche, por el augur Murena.

¿Están hechas las mezclas en los ciatos con tres o con nueve copas? Aquel que ama a

las Musas en número impar, el poeta beodo, pedirá tres veces tres copas. Temerosas

de pendencias las Gracias desnudas, dando las manos a sus hermanas, prohíben beber

más de tres. Me place perder la cabeza. ¿Por qué callan los sones de la flauta

berecintia? ¿Por qué penden calladas la siringa y la lira? Odio las manos quietas.

Haced que lluevan rosas. ¡Y que oiga nuestro estrépito insano el envidioso Lico y la

vecina reñida con este viejo vecino!

Cloe, rasadura para ti semejante al puro brillo del Héspero; te desea, Télefo, hermoso con tu espesa cabellera. A mí el amor por i Glicera me abrasa a fuego lento”.

 

3. – LA TÉCNICA DEL CONTRASTE DEL BANQUETE COMO SÍMBOLO DEL OCIO,  PAZ Y  FELICIDAD DEL POETA EN SU CONCEPCIÓN PÓETICA EN LOS ÉPODOS.

No  podemos pasar por alto el banquete  con el tratamiento que hace el poeta de su famoso y clásico épodo latino “Beatus ille qui procul negotiis…”. A través de su texto, reconocemos:

 

1. -El contraste entre la naturaleza, el otium, el trabajador del  campo frente a la ciudad, el negotium y el soldado,comerciante etc:

 

Dichoso aquel que, alejado de la diaria vida y como la raza de los mortales en los

primeros tiempos, trabaja los campos de sus padres con sus bueyes libre de toda

usura! ¡Dichoso el soldado que no es despertado por los amenazadores sones de las

trompetas, el que tiene miedo a la cólera del mar, y el que se guarda del Foro y de

pisar los umbrales soberbios de los ciudadanos poderosos! ¡Aquel que, en cambio,

dedica su tiempo en ayuntar los altos chopos con los vástagos adultos de la vid, o pasa

su mirada por los rebaños errantes de su ganadería en los umbrosos valles, o corta con

la podadera las ramas estériles para insertar las más fecundas, o encierra en orzas

nuevas la miel que él mismo exprimió, o esquila las débiles ovejas! O que, cuando el

Otoño levanta por los cam pos su cabeza engalanada de frutos sabrosos, siente que la

alegría de coger las peras maduras y los racimos que rivalizan con la púrpura,

trayéndolos en ofrenda a ti, Príapo, y a ti Silvano, padre y protector de las lindes.

Se complace en tenderse; ya bato una encina añosa, ya sobre la tupida grama.”

 

2.- El escenario y momento de llevar a cabo las fiestas y el banquete, compuesto de la parte gastronómica y de convivencia social y literaria:

 

“Entretanto, las aguas corren por profundas orillas, y los párpados modulan sus quejas

en las selvas, y las fuentes con sus aguas saltarinas dejan oír un murmullo que invita a

un sueño sin pesadez.

Mas cuando la estación invernal del cielo borrascoso acarrea lluvias y nieves, y el

cazador persigue de un lado a otro, con abundante jauría, los jabalíes fogosos contra el

obstáculo de las redes, o de la pértiga ligera cuelga mallas de fina trama, cepo para los

voraces tordos, o con lazos atrapa la liebre temerosa y la grulla viajera, grato botín,

¿qué hombre, en medio de estos placeres, no olvida las preocupaciones que el amor

¿Cuándo beberé yo este cécubo reservado para las comidas de festividades,

brindando por Júpiter y alegre por la victoria de César y en tu compañía, al pie de tu

alta mansión, feliz Mecenas, mientras que las flautas y las liras mezclan sus acentos

dorios con éstas y bárbaros con aquéllas?

 

3.- Y la invitación y crítica larvada en medio de la forma conversacional de la ventaja de compartir el  banquete frente a las amenazas externas.

 

Así hicimos nosotros poco ha, cuando, perseguido a través de los mares, el jefe,

hijo de Neptuno, huyó con sus naves incendiadas mientras amenazaba a la ciudad con

las cadenas que él, a fuer de amigo, había quitado a esclavos pérfidos.

El soldado Romano ¡ay! -lo negarás, posteridad-, hecho propiedad de una mujer,

llevará para ella las empalizadas y las armas y obedecerá como esclavo a ajados eunucos.

¡Y el sol ve este deshonor! ¡El mosquitero de ella entre las enseñas militares!

Más de dos mil Gálatas han vuelto hacia nosotros sus caballos feroces, aclamando

el nombre de César, y las embarcaciones enemigas, empujando a prisa su popa hacia

la izquierda, se esconden en el puerto. ¡Triunfo! ¿Tú retienes el carro de oro y las

terneras que no soportaron el yugo? ¡Triunfo! Tú no has traído un jefe igual ni el que

venció a Yugurta ni el Africano, cuyo valor levantó para Cartago una tumba. Vencido

por mar y por tierra, el enemigo ha cambiado su manto de púrpura por el sayal de

duelo. Ahora se dirige, bien a la Creta, ilustre por sus cien ciudades y a donde le

empujaron vientos que no son para él, o bien a las Sirtes, atormentadas por el Noto. O

llevado, sin saber a dónde, por los mares.

Trae acá, muchacho, vasos más capaces y vinos de Quíos o de Lesbos, y

escancianos cécubo, para contener el flujo de las náuseas.

 Horacio fue fuente de muchos autores posteriores de la literatura latina o escritores en lengua romance. En  Ovidio, el banquete se convirtió en un escenario de amor y celos  como se reflejo en el poema cuarto del libro Amores, o , en los versos 565-606 del Arte de Amar;   entre los poetas elegíacos, citamos a Tíbulo que lo  convirtió en elemento religioso fundamental que se celebraba tras el sacrificio y se compartía con los presentes como se manifiesta en el poema VII del libro I.

 Incluso, el cristianismo aprovechó sus formas y recursos poéticas para introducir el contenido religioso del banquete  en su expresión poética de la literatura paleocristiana. Yasí, en los poemas III y IV del Cathemerinon Liber o Libro de las Horas, se dedican unos poemas a antes y después de las comidas, que son muy ilustrativos para un comentario gastronómico. Sirva de ejemplo de una versión cristiana concebir la comida a la imagen del alma y cuidar por la sobriedad ante la muerte que destruye el cuerpo o sea vivir los cuerpos según las costumbres del alma, ya muy alejado de la mentalidad latina pagana.:

 

 

Credo equidem, neque vana fides,

corpora vivere more animae:

nam modo corporeum memini

de Phlegethonte gradu facili

ad superos remeasse Deum

 




[1] Cenabis bene, mi Fabulle, apud me
Paucis, si tibi di fauent, diebus,
Si tecum attuleris bonam atque magnam
Cenam, non sine candida puella
Et uino et sale et omnibus cachinnis.
Haec si, inquam, attuleris, uenuste noster,
Cenabis bene; nam tui Catulli
Plenus sacculus est aranearum.
Sed contra accipies meros amores
Seu quid suauius elegantiusue est:
Nam unguentum dabo, quod meae puellae
Donarunt Veneres Cupidinesque,
Quod tu cum olfacies, deos rogabis
Totum ut te faciant, Fabulle, nasum
 
 

domingo, 29 de diciembre de 2013

PARA EMPEZAR, UN GASTRÓNOMO: EL ROMANO APICIO.


 

LA  GASTRONOMÍA,  UN SUBGENERO  LITERARIO  DE LA LITERATURA LATINA: LA  LITERATURA CIENTÍFICA Y DE LOS SABERES

 

 

Introducción:

La gastronomía ocupa un lugar de la literatura científica de los saberes. Son conocidos los tratados “De arquitectura “ de Vitrubio,  o los compendios y corpus de las leyes romanas por ser la base del  Derecho Civil actual. Pero se soslayan los manuales de Agricultura o de Geografía de autores de la  Antigüedad  como los de Catón o Columela. Pretendemos reivindicar la gastronomía como otro saber científico y práctico en el mundo de la alimentación tan relacionado con la medicina por su interés actual, y, sobre todo a un personaje latino APICIO.

 

 

APICIO Y LA GASTRONOMÍA

 

Podíamos remontarnos a muchos autores latinos que, a lo largo de sus obras, han tratado sobre los diversos aspectos gastronómicos. Generalmente,  predominan los que aluden al arte de comer  de una manera incidental en el transcurso de su obra literaria. Incluso, en otros momentos, hay obras  denominadas “banquetes” en las que el acto de una comida se nos transmite con la riqueza  minuciosa de sus platos o de su ambiente social. Pongamos por ejemplo la Cena de Trimalción del Satiricón de Petronio Arbiter. Pero no es esta nuestra intención,  nos vamos a fijar sobre la importancia literaria de la obra de Apicio, su De re coquinaria para  fijar las características  este género científico (literario de mínimos).

En primer, esta obra, en concreto su tratado  gastronómico,  ofrece un carácter didáctico y pedagógica, donde la síntesis y la claridad son elementos esenciales. Se dirigen directamente al lector con la segunda persona y  de una manera sentencial sin rodeos algunos.

En segundo lugar,  le da rango de incluirse en el mundo grecorromano la introducción de elementos léxicos de terminología  y  manuales griegos . Por eso, los capítulos se denominan en griego:  Epimeles: "Reglas culinarias, remedios caseros, especias"; Artopus: "Estofados, picados, etc."; Cepuros: "Hierbas que sirven para cocinar", Pandecter: "Generalidades"; Osprión: "De las verduras"; Tropherter: "De las aves"; Polyteles: "Excesos y exquisiteces"; Tetrapus: "De los cuadrúpedos"; Thalassa: "Del mar" y Halieus vel halieuticon: "Del pescado y sus variedades".

En tercer lugar, el autor con su ego se refleja en su obra que es fruto de una experiencia dilatada entre comensales y quiere transmitir sus conocimientos a la posterioridad par hacerse clásico en este terreno. Por eso no podemos olvidar que Apicio, de familia rica, nacido  25 años antes de Cristo,  perdió  sus caudales  en  los famosos banquetes, exuberantes  bacanales y  actos sociales tan abundantes entre los romanos de su tiempo.  Cuentan que “ Roma entera le nombraba por su capacidad de superar cada día, asombrando si cabe más que el día anterior”.

En cuarto lugar su capacidad radicaba que no es un puro imitador de otros tratados anteriores sino que es un gran recopilador (la mayoría de sus 480 recetas  de su libro  “De re coquinaria”, se refieren  a las  personas  y sitios donde consiguió sus fórmulas gastronómicas) y  en menor medida, es creador, tan  sólo siete son creadas por su pluma.

En quinto lugar, ¿se puede considerar un clásico de la literatura científica gastronómica? Es cierto que algunas recetas son extravagantes o exageradas, como cuando se comieron cinco mil lenguas de flamencos rosa y un número parecido de sesos de ruiseñor, o el fletar un barco para ir a las costas de Libia a encontrar quisquillas enormes, o criar truchas con higos secos a fin de conseguir un sabor único.; también dicen  que “  sus aportaciones a la cocina eran complejas, largas, sofisticadas y nada comunes, como él mismo; pero podemos afirmar que se supera proponiendo nuevas fórmulas culinarias , para convertirse en un hombre famoso, universal y clásico hasta tal punto que, a pesar de que su obra se hace a su gusto y manera,  su fama de extravagante y raro fue  divulgada por Plinio Juvenal o Marcial entre otros,  y ,  marcó una huella ineludible hasta tal punto que, según dicen, que a muchas cosas se le aplicaba el adjetivo de Apicio, por ejemplo era llamado el 'vino de Apicio' o el 'arte de Apicio' con ponderación a las mejores cosechas o la más selecta cocina. Y, como hombre de tal talante y comportamiento, así murió suicidándose y  entre su estrafalaria fortuna. 

 

sábado, 28 de diciembre de 2013

Acelgas y zanahorias cocidas, dos recetas romanas de Apicio


DOS  RECETAS LATINAS ADAPTADAS A LA COCINA ANDALUZA

 

     Estas recetas latinas  fueron recomendadas por Apicio. Nuestro interés ha sido tratar de promoverlas y  enmendarlas para ser empleadas por los hogares  andaluces gracias  a su facili elaboración y  posibilidad de cocinarlas. Son las siguientes:

 

I.- Acelgas cocidas

II.- .Zanahorias cocidas

 

                            I ACELGAS  COCIDAS

 

         En cuanto a la primera receta sobre  acelgas cocidas, Apicio se manifestaba de la siguiente manera  ". ALITER BETAS ELIXAS.  Ex sinapi, oleo modico et aceto bene inferuntur, cuya tracucción sería "otra fórmula de acelgas cocidas: Se pueden servir con mostaza, un poco de aceite y vinagre.

 

         Una vez cocidas, se le echan unas rodajas de  ajito frito en pedacitos a las acelgas. Junto con el aceite frito del ajo se expande vinagre o limón con una pequeña porción de sal. Son muy digestivas y muya apropiadas para la cena de personas ya mayores o de la tercera edad. Muy fáciles de elaborar por las personas que no pueden dedicarse intensamente a la cocina y les cubre la situación de una manera rápida para la ocasión.

 

                            II ZANAHORIAS COCIDAS

 

         Semejante al anterior es el  plato de  Apicio  encuadrado dentro de variedades de las zanahorias : II 2. ALITER CAROTAS. , lo que se traduce  por " otra receta de zanahorias" y se  llevaban a cabo  mediante la cocción de  las zanahorias,  a lo que se añadía  en palabras latinas , " Sale, oleo puro et aceto", es decir con sal, aceite puro y vinagre. En los hogares andaluces a la zanahoria se le añaden habichuelas verdes, trocitos patatas cocidas e, incluso, alcachofas cocidas. Receta muy digestiva y saludable para los enfermos de ácido úrico. Puede acompañarse de trozos de ajo frito y  cambiar el vinagre por el limón.

miércoles, 25 de diciembre de 2013

CAPÍTULO XXII.NO LLEGA MIGUEL DE RAXIS


CAPÍTULO XXII. NO LLEGA MIGUEL DE RAXIS

 

El escribano Gome Muñoz no pasaba un momento de admirarse por la belleza de cada uno de los objetos que, en aquel gran portalón y cuarto de entrada, ocupaban los rincones más insospechados. Tan pronto, fijaba su vista en un tronco semidebastado como lo hacía  con una pequeña imagen de la Madre de Dios; en un rincón, se encontraban una gran cantidad de escudos de piedra a medio tallar, junto con algunos putti y angelotes. Destacaba un escudo grande con los símbolos de la ciudad de Alcalá la Real, la llave y los castillos y leones bellamente tallados. En su mesa, -que ocupaba el centro del  vestíbulo- parecían varios medallones que insinuaban la cabeza de un evangelista. Junto a una escalera de subida a los cuartos,  un banquillo de trabajo  estaba ocupado por las herramientas de tallar la piedra con algunos martillos de diversos tamaños, tres cinceles, una piedra de bruñir  y diversos punzones con puntas de diversos tamaños y filos aplanados y apuntado; otro banquillo-que daba a  la puerta del patio, con el fin de evitar el asma y el ahogo durante el trabajo- estaba repleto de herramientas de carpintería. Cepillos, gubias, y escofinas para realizar el ensamblaje y tallado del ambón  o una escultura, junto con una gama muy amplia de formones, barrenas, raspadores, lijas y limatones para preparar los trabajos de policromía y encarnado.  En varias baldas de la pared, unos caballetes tumbados, rollos de lienzos, algunas tablas,  botes con boj, vasos para dorar, estofar y encarnar,  frascos diversos con la escala cromática, y  algunas taleguillas con tierra para cromatar y hojas de  plantas cromáticas como la de zumacal. Junto a las baldas y  en un  poyete un arca pequeña guardaba 227 estampas de dibujo, de entre ellos 23 libros de estampas, trazas  y  música.  Sacos de yeso y escayola se colocaban sobre otro pequeño poyete para no recibir la humedad del suelo.    Sobre un bufete como mesa de despacho, se amontonaban muchas láminas de un tal Zuccaro  curiosamente, ocultaban los dibujos por estar cubiertas con mucho polvo de la piedra arenisca salida de los escudos,  formando una  mezcla amarilla con el serrín  de la madera. Tras el bufete, dos bastidores de pintar y  varios paramentos pintados ya  viejos que los ofrecían como muestra de la clientela que se acercaba a esta casa. De  una alcayata grande colgaban varias calabazas con cola para pegar. 

            Quiso convidarlo el padre Pedro Sardo y bajó a la  bodega, donde en varias tinajas guardaban los vinos de la tierra. Gome  Muñoz le dijo:

-Te has hecho de ricos caldos este año.

-Son de viñas muy diferentes Algunas propias y otras  de  alguna que otra compra. Mías y de mis hijos. Comparto negocios  con algunos mercaderes de Granada. Del arte solamente no se puede vivir        

-Aquí, está mi  hacienda y  en mis manos. Pues en los cuartos altos, no están más que muchos dormitorios y muchas bocas para comer.

-No me había llamado para algo importante, ¿acaso  no  me habrá llamado para que le dé testimonio de las arrobas de vino almacenadas?

-Sí, Gome, te he llamado  para algo importante. Pero, no para el vino. Esto es un detalle para empezar bien el negocio.  Vivir entre artistas no es posible. Y, más, siendo mis hijos. Cada uno tiene su orgullo. Se cree que es el más importante. Raro es el día que no hay una trifulca entre ellos. A veces no se aguanta ni  una broma.   Me tengo que andar con pies de plomo para poder mantener la paz familiar. Y eso que me murió mi rey negro Baltasar. Mi Juan le siguió los mismos pasos; y mi otro Juan se fue a las Indias.

-Ya me lo  dijo usted  hace unos años cuando hizo el testamento hace cuatro años.

-Y eso, que mi hijo Gaspar se hizo sacerdote y se marchó a Priego.

-Pedro, uno menos, porque Gaspar no está relacionado  con los otros  hijos, está solo; así pues ni tiene familia que alimentar  y, al contrario, se ha hecho con algunos bienes gracias a su oficio de sochantre.

-Y eso que en Priego  no hay colegiata.

-No hay colegiata,  pero Gaspar, mi segundo  rey mago como le llamo cariñosamente, se ha ganado el prestigio de las iglesias del señor de Priego. Tiene un oído excelente  y domina el canto llano en todos los sentidos. No tienen tiempo ni para venir a verme, anda corrido  entre misas y  el acompañamiento musical de  entierros, misas solemnes y las fiestas  de la tabla  de las parroquias.  Prepara, además,  el coro de los niños para los actos solemnes y  enseña a los capellanes al canto. Incluso cuida de la biblioteca de la iglesia de la Asunción...y, además, ha adquirido un  cortijo en las Navas,  

-Ya me dijeron sobre su prestigio y su influencia en la  villa. Sus hermanas Ana y Catalina le acompañaron al principio en las labores de amas, pero pronto se casaron y se domiciliaron en aquellas tierras.  

-Bueno, mi hijo Juan  tampoco cuenta, porque ya no está con nosotros. 

            En este preciso instante, su hijo Melchor entró en la casa  saludando a su  padre y al escribano. No había tenido que andar sino unos cuantos paso desde su portal a la casa de debajo de la calle Real, donde vivía su padre.  Puso una cara de pocos amigos. No le gustaba que sus  problemas trascendieran a otros estratos. Llegó dando voces que su taller no tenía nada que ver con el de su padre,  manifestando “llevo varios años emancipado”. “ ya pasó mi tiempo de preparar las colas, elaborar las barnices y los colores, cuantos bastidores han pasado por mis manos,  cuantos troncos han quedado tan solo para que mi padre le diera el retoque de las manos y la cara” “qué más volviera mi tiempo de oficial”.  Pero asentía el parecer de su padre, porque a veces no podía controlar la situación sino se hacía con las leyes. 

            -Padre, ¿otra vez con los papeles?

            -¡Qué le vamos a hacer!

            -Sí ya hemos terminado recientemente con mi hermano Pedro el retablo de  las hermanas  Gutierre de Burgos  en el Convento de San Francisco. Fuimos como las manillas de un reloj para presentar con prontitud y arte el túmulo de l príncipe Carlos en 1568, yo como ensamblador y escultor, Pedro de pintor y Nicolás un camaleón que obraba en todo.  Incluso, no nos duelen prendas en que se incorpore a nuestros trabajos el joven Miguel. Pablo, el más problemático de todos, se nos ha marchado  y parece como si hubiera renegado de nuestro apellido. Ahora firma con Pablo de Rojas. Ni Sardo, ni Raxis ni Sardo Raxis. Me dice mi hijo que se ha ido con é a Granada que no quiere pareces un moro Rasis, y  se identifica con las ilustres  de aquel lugar, por eso se ha llamado Pablo de Rojas.

            Fiel a la cita, se acercó Nicolás Raxis, que no llegaba a los treinta años. Traía en su cesto algunas asaduras y cabezas que había comprado en las Carnicerías Altas, y además, un par de  botos grandes para evitar los fríos invernales.

            -El que faltaba Nicolás.-Le interrumpió Gome.

-No, que todavía queda tu hijo Pedro. Me ha dicho su esposa que ha ido al Llanillo para  tratar  cierto asunto con un arriero de Granda en la posada de los Álamos. Ah…y Miguel ha ido a recoger una carga de leña para calentarnos, pero está al venir.

-Siempre mis hermanos Pedro  y Nicolás abriendo nuevos mercados. Se pasan los días en fondas, entre corredores, regatones y mercaderes.  Un día, reciben una misiva por medio de un cosario anunciando que le llamaba Sebastián de Solís, para hacer una imagen en Jaén; otro, que en Granada les reclaman  para colaborar en un retablo; las noticias de probables contratistas en Priego  son diarias…¡qué  os voy a decir que no sepáis!   Nos falta trabajo, pues mis hijos y tus nietos ya comienzan a trabajar como oficiales y  aprendices. Fijaros en Gaspar, Baltasar y Pedro.

           

            -Esperemos, pues, un poco-dijo el escribano.

            -Vayamos aclarando los asuntos, ¿cual  es el conflicto?

            -Me parece que no lo hay  entre ellos. Pero sí quiero marcar las lindes de mis bienes, los que pertenecen a todos en caso de herencia, y los de mi hijo Miguel, que ha preferido vivir conmigo. Hasta ahora compartíamos entradas y salidas, pero su obra, sus trabajos y sus negocios  ya me superan. Es mis pies y mis manos, si tengo que ir de veedor a Jaén, mi Miguel conmigo; si tengo que presentar  a un hijo o nieto a otro artista para hacerle valer mi  arte, mi Miguel no se aparta de mi lado ; si un nieto hay que llevarlo a Granada para  que  se quede en casa de un  escultor o pintor como hace unos días lo hacíamos con Gaspar el de Melchor, Miguel no se separa de mí.; si debo embarcar a tierras italianas como lo hice en 1568, mi criado es Miguel …Pablo ya apenas nos visita, sea marchado, no quiere saber  mucho de mi y de Miguel, tan solo mantiene relaciones con Melchor y sus hijos. Pero  el que Miguel  sea  mi ángel custodio, no quiere decir que su  arte no valga.   No vayan a creer los demás que sus bienes me pertenecen a mí y a todos  ellos.  El es libre de hacer con lo suyo lo que quiera.

            -Padre, entre, Nicolás, Pedro y yo  hacemos buenas migas-le contestó Melchor, un poco alterado-, fíjense los contratos compartidos entre nosotros o los del propio Pedro y Nicolás que forman una piña, le llamaban confraternidad  en la que consideran que  cualquier trabajo es firma de ambos lo hiciera quien lo hiciera. Además, Pedro solo tiene que alimentar a su esposa.  Mi caso es un poco más complicado, parece como si  me  pisaran los talones mis hijos, porque me han salido también artistas. De tal palo, tal astilla. En este4 caso de tu tronco, tales ramas…

            -Bueno, dejadme. Hoy, simplemente, quiero que don Gome  se lleve unos apuntes. Copie, don Gome: poseo muchos colores del oficio de pintor, 27 hierro de talla, como formones y gubias; 25 cepillos de ensamblar con sus hierros, garlopa y junteras, un banco, abadejo, puente con abadejo, tablero y dos sierras.  

            Al quedarse en silencio, Leonor bajó al portalón. Se quedó quieta sin decir nada, no hacía sino mirar de reojo a don Gome; parecía como si  le quisiera desvelar algo a los presentes. Mientras sacaban papeles, y los anotaba el escribano en un folio, ella regresaba a la cocina para retenerse. Canturreaba en el patio para disimular que no percibía la conversación. Se decía  a sí misma que este escribano era el mismo que había visto la noche anterior con la Comadre, que ella no estaba confundida, el mismo sobre el que se comentaba que frecuentaba una casa de alrededor a altas horas de la noche. Se acercó al padre y en voz baja le dijo:

            -Padre, ten cuidado, este señor no tiene buenas compañías. Le remuerde la conciencia. Me lo ha dicho la mujer de Contador. Es comidilla que juega a varios palos.

            El escribano no quiso hacerse el sordo,  sino que alzó su pluma y , alterado, no quiso seguir el trabajo. Muy irritado, dio un golpe sobre el banco, y sin mediar palabra alguna, salió corriendo  como "a  perro flaco no le faltan pulgas" y  dando un fuerte portazo. Hablaba solo pasando por la cruz de la calle de los Vicentes y no escuchaba la fuerte regañina que le estaban dando los hermanos  Sardo y su padre a Leonor. Le recriminaban su indiscreción e insensatez. 
Aplazaron para otro día  la escritura de formar una sociedad  laboral  y el deslinde de bienes.  

                 

domingo, 22 de diciembre de 2013

FELICITACIÓN NAVIDEÑA



ASOCIACIÓN DE VECINOS "HUERTA DE CAPUCHINOS"
DE ALCALÁ LA REAL.
Con la zambomba de pita
ha llegado Navidad,
la anuncia el pastorcico
a toda la humanidad:
  


Hoy termina el tiempo de la espera, y estamos en las puertas de un gran acontecimiento, hemos recorrido muchos caminos y rutas,
hemos sentido las mismas vivencias vecinales,




 y hemos cooperado con las inquietudes sociales




y  la cultura  de Alcalá,




con mis mejores deseos de un año de nuevos encuentros vecinales, alegre convivencia  e inquietudes grupales, os doy un fuerte abrazo de agradecimiento.


Qué bellos, que están
María y su esposo José,
pues les sirve Isabel
dulces y pacharán.
Qué rico que está, el gran polvorón,
lo hizo mi madre, también el alfajor.



 


 Qué bello está el  Niño,
entre  sauces llorones,
 nanas de amor e ilusiones,
probando  un rico  pestiño.
Qué rico que está, el gran polvorón,
lo hizo mi madre, también el alfajor.