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miércoles, 29 de enero de 2020

NUESTRA SEÑORA DE LA IGLESIA MAYOR DE LA MOTA


Entre los alcalaínos, existe  un debate sobre el origen y procedencia de la imagen de las Mercedes. Se le relaciona con una imagen anterior de la Iglesia Mota que dio lugar a la de la Patrona.  Incluso se insinúa la de Nuestra Señora de la Antigua, como precedente suya según los inventarios recogidos por el arcipreste Montañés Chiquero. Aportamos un nuevo dato, que se encuentra en el testamento de María de Contreras, esposa del licenciado  Juan de Carvajal, vecino de Jaén ante el escribano Francisco Ordóñez, en 13 de agosto de 1541. Es interesante, porque aporta varios aspectos familiares, patrimoniales y sociales.

-Su marido era un hidalgo que poseía el grado de licenciado y se hallaba encuadrado en la Universidad de San Andrés, donde formaba parte de aquella entidad religiosa de Jaén, en cuya iglesia tenía reservada una sepultura, donde mandaba su mujer también ser enterrada en la capilla de la Concepción. Y, en la que su esposa dejó una haza de pan comer que se situaba en la Hoyuela de Vilchez en el término de Jaén para pagar una memoria de misas cantadas y rezadas que se dijeran cada Viernes de cada semana sobre su sepultura donde se dijera un responso. 

-La manda de la donación que le hace a la Madre de Dios es lo más importante. Primero, porque adelanta la referencia a la imagen de la Virgen que dio lugar a las Mercedes hasta 1541; y en segundo lugar, nos describe la iglesia mudéjar gótica en una parte. Dice así:"una saya de raso se le ponga en un bulto de la Imagen de Nuestra Señora , que está en la capilla de la  Iglesia Mayor en la primera nave en el altar que está junto al Vestuario , y la saya se haga a la medida de la dicha imagen, y así mismo  le añado que se le ponga  a la dicha imagen una camisa de lienzo delgado que está labrada con seda grama  y una cofia  de oro labrada a la dicha imagen. Como se ve, hemos encontrado de este tiempo otras capillas Santiago, Santa Ana, Sacramento, Columna, pero la de Nuestra Señora, respomde a la ubicación que luego tuvo la Virgen de las Mercedes. Lo que si es cierto que la sacristía, mencionada como Vestuario, se encontraba en el lugar de enfrente a la actual.
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Sacristía de la catedral de Bresanona (Italia).
Como se sabe, Lsacristía (del latín sacre, sagrado) es el lugar donde se revisten los sacerdotes y donde están guardados los ornamentos y otras cosas pertenecientes al culto.  objetos necesarios para la misa guardados en la sacristía son, por ejemplo, hostias sin consagrar, cálices, casullas, agua, manutergio, etc. En especial es empleado por el párroco y demás oficiantes como lugar para realizar las preparaciones necesarias y para cambiarse antes y después de la misa. La sacristía está habitualmente al cargo de un sacristán​ El registro parroquial se conserva a menudo en la sacristía.
Las sacristías tienen habitualmente una pileta especial, el sacrarium, cuyo desagüe va directamente al suelo. En esta pileta se lavan los lienzos empleados durante la celebración de la misa y otros objetos utilizados durante la comunión.
Normalmente está situada dentro de la iglesia, pero puede encontrarse en una anexo o en un edificio separado (como en algunos monasterios). En la mayoría de las iglesias antiguas la sacristía se encuentra cerca de uno de los retablos laterales o más habitualmente detrás o al lado del retablo mayor
-María de Contreras debió estar ligada con los descendiente del capitán Contreras, hombre y capitán de frontera;  sus hermanas eran Francisca y Elvira, a las que le dejaba algunos donativos, y a  sus  hijos Diego de Contreras y Lorenzo de Carvajal como a su criada Isabel en 3.000 maravedíes.

viernes, 24 de enero de 2020

DE LAS VENTAS ALDEANAS A LAS CASAS RURALES




DE LAS VENTAS ALDEANAS A LAS CASAS  RURALES

El hombre no ha sido siempre sedentario, sino que la trashumancia le sobrevino por su capacidad de movimiento desde los primeros años de su existencia. En el traslado de un lugar a otro, jugaron  un gran papel los alojamientos,  un espacio fundamental para el descanso de su trayecto andante, Los hubo de cuevas, chozas y casas de retama o  teja. Pero, en nuestra comarca, cuando la población se asentó en las partes altas de las cumbres, ocupando atalayas, torres, castillejos, fortalezas y castillos, comenzó a urbanizar su entorno y a crear un asentamiento mediante el desarrollo de la agricultura y la ganadería. Este es el origen de algunas aldeas; pero en su entorno, siempre hubo una vivienda que sirvió de alojamiento de tránsito para el caminante.
Datan de tiempos árabes las ventas de Cequia y  Rábita. En tiempos de frontera, se proliferaron estos alojamientos que  recogían peregrinos de lugares religiosos, usuarios de baños y  sitios termales como los Ardales de Fuente Álamo o Alhama, romeros de Cristo del Paño, aventureros de posibles negocios entre los pueblos, comerciantes, arrieros, ganaderos, artistas, y un tropel de pobres de solemnidad que se trasladaban de unos lugares a otros para conseguir su sustento básico. Reyes, personajes públicos, escritores como Washington Irving, al Hinyari,  pintores como Baldi  y altos cargos eclesiásticos como obispos y santos futuros  la iglesia como san Juan de la Cruz o el de Ávila pasaron por estas ventas,
Se mantuvieron las ventas musulmanas, y renacieron  otras en torno a los caminos de paso del reino de Castillo a Granada : en el camino de  Granada, no pueden olvidarse varias ventas y ventillas en el entorno de la Fuente del mismo nombre que permanecieron hasta tiempos recientes; desde Alcaudete, en el Carrizal del río San Juan también se ofrecía otra venta que dio lugar a este núcleo rural; por la entrada de Montefrío, junto a la fuente de los Bramaderos nació otra venta, Pero, en la época moderna, con la ciudad de la Mota que se bajaba al Llano inaugura un nuevo tipo de alojamiento, los  mesones que incluso dieron nombre a la  primera calle de Los Arrabales Nuevos junto a la Puerta del Arrabal sin olvidar otros como el del Arrabal de San Sebastián o los que existían en el entorno del Llanillo, Álamos y Tejuela junto a las nuevas puertas de la ciudad. Pero se generalizaron en detrimento de las ventas  compuestos de palacios o recintos de dormitorio individual  y caballerizas más las casas de los venteros.
 En el Catastro de la Ensenada, se citan los de Pedro de Viedma, Niñas Huérfanas de Córdoba, Juan Leo, el clérigo Juan Ignacio Navarro, Josefa Cedillo, Manuel del Mármol, Antonio Bertín y el más famoso de Alfonsa de Alba, sin embargo las ventas quedan reducidas a las del Carrizal, la de Juan de Viana en la Rábita y la de Juan de Callava en la zona de Mures, junto con el puente de la Vega de Paz. Sin embargo, acercándonos al siglo XX, con motivo del ascenso de la población rural y el tránsito, se remodelaron los mesones,  que se quedaron con el nombre de tres posadas, según el  Diccionario de Madoz a mediados del siglo XIX, que luego dieron lugar a las Posadas u Hoteles del Comercio, Aurora , y Álamos y se aumentaron n las ventas por doquier  : la Venta de Mateo junto al camino de Velez o del  Civil en Villalobos, ventas de Góngora y de Máximo a en Santa Ana,  Venta Castillo en Charilla. Venta del Pilarejo en Pilas, Torre de Abril, ventorrillo  y venta de Moyano  aunque desapareció Cequia En este entorno, junto con  Venta Regalo, Venta Fantasía en Caserías, Bramaderos y Ventilla en Valdegranada, Los Baños y la vena El Sordo Montañés en  Riberas y Mures,  Venta Valero cerca de Majalcorón,  permaneció Bramaderos.  Casi todas las ventas han desaparecido, convertidas en cortijos de campo, aperos de campo o viviendas aldeanas, otras han  desaparecido por degradación temporal,  
            En la sociedad del ocio, muchos cortijos se han convertido en alojamientos de turismo rural a lo largo de todo el campo alcalaíno. Raro el partido de campo que no ofrezca este servicio a los turistas de este tipo de alojamiento relacionado con la naturaleza. Destacan los núcleos en el entorno de los ríos Frailes y Palancares. Cortijo Blancares, Cortijo el Ciego, la Jineta, Molino Abajo, Media Luna, Piqueras, Cañada Membrillo, Monjas, Jineta ,…ero no se olvidan otros puntos que sirven de miradores naturales como la Cañada de Membrillo, las Albarizas, Hoya, y  el de Tierras de Frontera en la misma ciudad de la Mota.

jueves, 23 de enero de 2020

NUESTRA SEÑORA DE GRACIA EN LA IGLESIA SANTA ANA

Por el testamento de Ana Hernández, mujer de Domingo Ruiz, cuyos hijos eran Ana López y Cristóbal Ruiz, ante el escribano Francisco Ordóñez  folios 55-57  del legajo 4555 en  9 de marzo de 1548, se encuentra un dato interesante sobre Nuestra Abuela Santa Ana. 
Tras manifestar que fuera enterrada en la iglesia de Santo Domingo de Silos, se le celebraran por su ánimas y de sus padres y ánimas del purgatorio las exequias y misas acostumbradas lleva a cabo una serie de mandas muy interesantes.
-Se declara cofrade de Nuestra Abuela Santa Ana y la Limpia Concepción, que le acompañaron con pendón y hachas de cera en su entierro.
-Parece que estaba ligada al mundo de los telares y regaló a los frailes del monasterio de San Francisco   una manta de freza, unos manteles de estopa y 12 varas de estopa  y una sábana de dos piernas con cintas coloradas para que rezaran por su alma, trigo y camisones; otra manta colorada y una sábana se la concedió al Hospital del Dulce Nombre de Jesús para los pobres. 
- Como mujer del mundo textil regaló a otras personas varios camisones y otro paño de manos labrado de seda  para el altar de Santo Domingo de Silos.
Y es muy interesante esta manda " para imagen de Nuestra Señora de Gracia que está en Nuestra Señora Santa Ana una toca de Paris  y una camisa de seda de grana".
Esta advocación mariana  está  muy arraigada en las tierras de la Corona de Aragón así como en otras zonas de España. como Carmona, ciudad Real etc  la Península.  Se  refiere en sus  orígenes a la frase que el Arcángel San Gabriel dijo a María el día de la Anunciación "Dios te salve María, llena eres de gracia", con la que los cristianos con esta advocación resaltan  esta cualidad divina que Dios puso en la Virgen María. Por cierto, la festividad de Nuestra Señora de Gracia se celebra en la mayor parte de lugares el primer domingo de agosto y esta imagen aparece en otros lugares alcalaínos como  la iglesia de la Veracruz y la ermita de  Cequia. 
Se remonta su leyenda a 1307, cuando salieron dos monjes del monasterio agustiniano de Valencia (España) para encargar a un imaginero una imagen de Nuestra Señora. Se encontraron con un peregrino, que al conocer el encargo, les entregó un icono de la Virgen, diciéndoles: De gratia do vobis (os la doy de gracia, es decir, gratis). “De Gracia” este fue el nombre del venerado icono que tanta veneración alcanzó con el tiempo, no sólo entre el pueblo sino entre las más altas instancias religiosas y políticas.En 1370, el rey de Castilla, Enrique II Trastámara sufragó los gastos de la primera capilla gótica, que fue sustituida en 1754 por otra de grandes dimensiones cuyo retablo fue obra de Francisco Vergara el Mayor.
En 1401 existía una cofradía, en los conventos agustinianos de Valencia y Lisboa, con el título de Nuestra Señora de Gracia.
A partir del siglo XVI, la devoción adquirió gran difusión, a través de los numerosos monasterios, tanto de frailes como de monjas, que la Orden Agustiniana erigió bajo el título de Nuestra Señora de Gracia, tanto en España como en Hispanoamérica.
Pero no es exclusiva esa advocación de los agustinos, como acontece en Alcalá la Real, que está relacionada con el clero secular, y , en otros lñugares con los franciscanos. Se le representa como Madre de Dios o en la Anunciación recibiendo el mensaje del Ángel Gabriel. 

miércoles, 22 de enero de 2020

LA PUERTA MARTÍN RUIZ

Siempre fue una cuestión interesante de interpretar la ubicación de las Puertas de la fortaleza de Alcalá la Real. Entre ellas, ofrecían alguna duda las de Granada, Martín Ruiz, Rastro y Zayde. Las anteriores están prácticamente identificadas en nuestro libro sobre la Mota y sus arrabales. Pero la puerta del Cambrón o Martín Ruiz  siempre nos inclinamos por la ubicación cercana a la iglesia de San Blas, que, antes de su construcción, se encontraba un barrio de casas con el nombre de Cuesta del Cambrón. Por una  escritura entre el sastre Alonso Sánchez como vendedor de unas casas a Fernando de Valladolid, podemos manifestar que se acertó en aquella apuesta, ya que es muy explicito el documento del contrato, realizado ante el escribano Francisco Ordóñez en 24 de mayo de 1540 del Archivo Histórico Provincial de Jaén. Dice así:
"unas casas con toda su posesión que les pertenece, que yo tengo en la Questa del Cambrón de esa ciudad, que alindan con casas de Alonso Hernández de Arjona, e casas de Juan Martínez de Jerez, e, por las espaldas con el camino que está junto el Portillo de la Puerta de Martín Ruiz, y va hacia la Puerta de Santiago".
 La adquiría el comprador por 15.000 maravedíes.

CONCLUSIÓN







Entre los barrios de expansión de la ciudad fortificada de la Mota, se encuentra este de la Cuesta del Cambrón, posteriormente, de San Blas entre   los que se concedieron, en forma de grandes hazas, delimitadas por entre las caminos, que se repartieron entre los descendientes de los caballeros conquistadores y estos vendieron en solares y se estructuraron con calles interiores, Esta haza entre el camino de Granada, el que se dirigía a la Puerta de Santiago y tierras del ruedo, que entre los agraciados fue la de Juan de Narvaez.
Esta casa se ubica perfectamente, en la zona de Cuesta del Cambrón,y, por  el Portillo, o pequeña puerta  a su espalda, la que existía en este camino  era la de la Puerta de Martín Ruiz, que todavía se conserva. No puede ser ni la de Granada, ni la del Arrabal ni Rastro, está claro la ubicación comentada en otras ocasiones, y que se encontraron su base y arranque 

lunes, 20 de enero de 2020

EL LIBRO LA SEMANA SANTA EN CAMINOS DE PASIÓN

EL LIBRO DE LA SEMANA SANTA EN CAMINOS DE PASIÓN, EDITADO POR ASOCIACIÓN PARA EL DESARROLLO TURÍSTICO DE  LA RUTA DE CAMINOS DE PASIÓN







 Es obra de los profesores universitarios y expertos en Antropología Salvador Rodríguez Becerra y Salvador Hernández González, dos profesores sevillanos que recibieron el encargo de redactar la Semana Santa como una guía histórica, artística y antropológica, que se centra en las manifestaciones religiosas de las ciudades medias de Andalucía( Alcalá la Real, Baena, Cabra, Carmona, Écija, Lucena, Osuna, Priego de Córdoba, Puente Genil y Utrera). Tras el prólogo del presidente  de esta asociación turística, el lucentino Juan Pérez Guerrero, y otros dos prólogos de los autores y del profesor  sevillano  Quiles García, que destaca la labor de Caminos de Pasión y de los profesores "por conjuntar la actividad de profesionales en dos disciplinas más implicadas en el conocimiento de esta manifestación del patrimonio cultural, la antropología cultural y la historia( y del arte)", los autores  prologan aludiendo a la importancia del mundo cofrade, su metodología para encarar el trabajo y su enfoque a lo largo del libro. Resaltan, a la hora de agradecimientos, en Alcalá la Real Francisco Martín Rosales, Dolores Priego , Francisco Toro Ceballos, Raul López Zafra y Carmen González Montañés. Y, en revisión de obra, Francisco Martín. 
El Primer capitulo La Semana Santa en Las Ciudades Medias de Andalucía se abre con un sayón portando el signum passionis de taladro y martillo y, al fondo, la tropa con su capitán, los reos y la imagen de Jesús Nazareno en la mañana del Viernes Santo. Descubre la singularidad de  los distintos centros urbanos y población, la procesión principales devociones, en concreto se centra el Nazareno, y el marianismo.










Recorre la Historia de la Semana Santa desde los orígenes hasta el convulso siglo XX pasando por la Ilustración y los demás siglos de las Edades Moderna y Contemporánea. Analiza antropológica y sociológicamente las hermandades y cofradías, la relación entre las hermandades y los eclesiásticos, el clero secular, y el regular, y la rivalidad entre hermandades como constante histórica. Al desarrollar la tipología de las hermandades y cofradías se centra en el modo general o sevillano, el modo malagueño, el modo surcordobés, y en otras tipologías, hermandades de la Veracruz, Nazareno, Soledad y Santo Entierro, Silencio, Estudiantes, Gitanos, Servitas y otras formas de asociación como las cuadrillas . No se olvida en las relaciones entre hermandades, federaciones, confraternidades, encuentros, convivencias y congresos. 
En el apartado de las características socioculturales, insiste en las vivencias de la Semana Santa, el discurso evangélico y las procesiones, la música y costaleros.
El punto quinto lo centra en la dramatización de imágenes  diferenciando entre imágenes y pasos vivientes, añadiendo otros actos como besapiés, besamanos, pasos, sermones, figuras, encuentros y abrazos.
En el apartado sexto sobre las imágenes se remonta desde el gótico tardío  para llegar al neobarroco actual, pasando por los focos escultóricos del Renacimiento destacando el origen alcalaíno de los dos grandes imagineros andaluces Pablo de Rojas y Martínez Montañés, la dialéctica entre el centro y  periferia del  esplendor Barroco,  y la decadencia de la imaginería en el siglo XIX.
En el apartado séptimo, recoge los siguientes ritos : los  quinarios, novenas, septenarios, instrumento rituales, el santo Entierro Magno, Vía Crucis, la participación de los Niños en la Semana Santa, la Semana Santa infantil, y  un elenco de actividades  caritativas, sociales y culturales que surgen en el entorno cofrade. Tras comentar la red de espacios de Interpretación, donde explica el centro alcalaíno de la hermandad del Señor del Ecce-Homo y Jesús en la Columna, recoge una amplia bibliografía y webgrafía semanasantera.
A lo largo de cincuenta páginas, desarrolla un estudio de la Semana Santa de Alcalá la Real, con la figura de Jesús Nazareno prologando este capítulo, que inicia los capítulos del del resto de  la Semana Mayor Y Hermandades de las ciudades medias. Tras unas generalidades sobre Alcalá la Real, analiza la historia de la Semana Santa alcalaína a lo largo de los siglos, para pasar a las características socioculturales con su calendario festivo, modo de procesional, acompañamiento musical , indumentaria, y las sedes canónicas y privadas. Hace un recorrido por los itinerarios procesionales de las hermandades alcalaínas y resalta como originalidad los Pasos Vivientes con el título de la teatralización de la Pasión, comentado los pasos vivientes actuales desde el prendimiento a Longinos. Los pasos escultóricos son analizados desde el punto de vista de su evolución artística,  abarcando desde los desparecidos hasta las últimas incorporaciones. En un apartado especial analiza cada una de las hermandades desde la Borriquilla hasta el Resucitado,  pasando por Oración del Huerto, Humildad,  Apóstoles y Discípulos de Jesús, Ecce-Homo y Jesús en la Columna, Dulce Nombre de Jesús, Gallardete de Jesús, Santo Cristo de la Salud Nuestra Señora de las Angustias, Santo Entierro,  y Soledad, desgranando su historia, patrimonio,  sus peculiaridades  y novedades con respecto a  su singularidad cofrade y acompañadas de una imagen significativa del paso. Finaliza con una amplia bibliografía de la Semana Santa Alcalaína y Webgrafía para consulta de los lectores.
No es grato agradecer y valorar en grado sumo la publicación de esta obra por su transversalidad, contemporaneidad, estudio profundo a pie de obra y no libresco, su universalidad, su rigor, su sentido crítico, su carácter enciclopédico y antropológico,   su análisis serio y  su discernimiento veraz que la convierte en obra universal de la Semana Santa andaluza, Una obra de la que nos sentimos orgullosos de haber colaborado poniendo nuestro grano de arena en la manera que se nos requirió por parte de los autores de los que damos fe de su buen hacer y presencia en el mundo estudiado. 

domingo, 19 de enero de 2020

EL SOLDADO DEL SANTO ENTIERRO DE CRISTO, UN CARTEL DE 1784



EL PAJE DE LA JINETA DE CARMONA
 QUE ACOMPAÑABA
A SOLDADOS Y JUDÍOS, COMO A LA VERACRUZ, 
DULCE NOMBRE DE JESÚS Y SOLEDAD
Mira por donde el mismo día que se presentaba el cartel de Semana Santa 2020, topé, en los archivos alcaláinos, con un soldado de los Soldados del Santo Sepulcro de Alcalá la Real. Levantaba el documento el  escribano Florencio Serrano un 26 de diciembre de 1784  en la escribanía de su casa de la Calle Real. Se llamaba Juan de Vega, y me vino a la mente la familia y saga de los Vega tan ligados a estos pasos de Semana Santa, en concreto el capitán Juan Vega ya fallecido, pues debió ser un antepasado suyo, quien testaba ante el escribano y aportaba datos muy interesantes. Lo deje hablar. Y me dijo que sus padres eran José de Vega y Ana Teresa Hinojosa. Se casó por dos veces: en la primera lo hizo con María Canovaca Ruiz( hija de Pedro Cano y Ana Ruiz) , con la que tuvo un hijo de nombre Antonio  y una hija, de nombre Dorotea,  que no llegó ni a ser casadera, pues murió pronto y tuvo que tener un ama para su crecimiento;  en segundas nupcias, contrajo matrimonio con  Manuela Martha, hija de Juan Martín  y Manuela Nieto.
Vivió en la calle Rosario, muy cerca de las iglesias  en las que se desarrollaron sus  actividades cofrades, entre la iglesia del convento del de Nuestra Señora de los Remedios, subiendo la calle Real llegaba  al  convento franciscano de La Observancia de San Francisco, y por la misma calle Rosario ascendía a su  parroquia de Santa María Mayor, que tenía su sede por estos años en la iglesia de San Juan. 
Durante su vida, se veía que debía haber sido un buen labrador, que había labrado las tierras de la capellanía de Francisco Márquez.  Consistía en un peculio de cuatro fanegas y media con su lagar y dos fanegas de tierra calma en  el pago del Rosalejo, a la que se añadía aranzada y media de viña torrontés, alguna que otra albillo o albarillo, y unas cepas de todos vidueños. También gozaba de un solar junto a la iglesia de Santo Domingo de Silo, más bien un solarín, porque el barrio estaba prácticamente abandonado y allí laboraba algunos alcachofares, espinacas, acelgas, tomates de secano y unos almendros. 
Buen cristiano, participaba como hermano de  la hermandad y esclavitud del Pendón de los Soldados del Santo Sepulcro de la iglesia de San Francisco de la Observancia, una iglesia  de mucha amplitud, con la que compartía culto diario a través de una reja que le exponía a su vista  su Santo Entierro, la Soledad  y un Santo Cristo a sus pies, en una capilla frontal a la capilla Mayor,  que daba a la plazoleta desde  que venía del campo por el barrio de San  Blas, calle Lagares, y Cristo de la Piedra; otras veces lo hacía desde la ermita  de San Sebastián, lindando con el claustro de San Francisco y contemplando el barrero, la Mata, la Acamuña, y por delante las dos calles  casi abandonadas que subían a la fortaleza de la Mota.  Tampoco olvidaba la práctica piadosa del Vía Crucis, ya no se acordaba del que se había levantado en la Cuesta del Cambrón, sino el que lo practicaba, simulando a Jesús y  subiendo al barrio del Calvario, donde desde mediados del siglo XVII, se levantó la primera estación con su cruz, que señalaba como hito la Pimera Estación, junto a un oratorio, donde se veneraba un cuadro del Señor del Ecce-Homo, una capilla sencilla, de cúpula de media naranja, que invitaba a proseguir el camino del Calvario, como se llamaba el  barrio, y luego de las Cruces, por las catorces cruces de las estaciones. Se detenía en algunas que habían horadado una pequeña urna en la roca de las faldas de los Tajos  y habían introducido la  escena pasional, de modo que  siempre lo hacía en la ermita de la Verónica, o cuando leía detenidamente en las peanas de otras "Aquí cayó por primera vez... por segunda vez... por tercera vez...". Y, un poco sudoroso y casi sin aliento, se detenía en el oratorio del Santo Sepulcro, donde albergaba otras imágenes como la de san Judas,  a los pies del molino de viento de los Llanos. Contemplaba la ciudad, señalaba su casa de la calle Rosario, el ayuntamiento, los conventos y regresaba por  los rincones con olor  de romero, entre cuevas  de pastores y almendrales, por verdas que daban a los  huertos de los vecinos de los barrios altos  con solarines. Tmabién le venía a la mente, la leyenda del corregidor y la muerte que se ecnontró mientras simulaba una dama con toga negra envolvente. 
Como otros hermanos del Santo Sepulcro, se comprometía a salir todas las tardes del Viernes Santo hasta las primeras horas de la noche acompañando al Santo Entierro de la iglesia franciscana, también a velarlo durante la misma noche sin poder salir de las estancias del convento, recogiendo la costumbre de otro nombre de la hermandad como Judíos y Guardas del Santo Sepulcro, que incluso firmaron un acuerdo con el  clero conventual y la cofradía para sacar el gallardete en la misma noche y velar al Santo Sepulcro. Salían con el gallardete de la Soledad y  el del Santa Sepulcro,  eran 42 hermanos vestidos de judíos, con su capitán, alférez, sargento  y cabos de escuadra, el hermano mayor y alcaide, y un personaje peculiar, el paje de la Jineta, un niño provisto de una espada y bellas vestimentas como todavía se conservan en otras ciudaddes castellanas y andaluzas ( Sevilla, Carmona o Navalcarnero) entre las tropas de romanos y judíos.  (Ya en este tiempo solían salir los gallardetes de las casas de los hermanos mayores de estas cuadrillas, y llevarlos hasta la procesión con las costumbres de evitar salidas por el lado izquierdo, evitar escándalos y salir vestidos de judíos o de soldados de la tropa de la ciudad). Y, en la velada, a pie firme, junto al Santo Sepulcro relevándose aquella noche, y volviendo a la celda del claustro que le reservaban los frailes para descansar y sosiego del trajineo de aquel día. No era hidalgo como los cofrades de la cofradía de la Soledad, fundada por los años finales del siglo XVI, ni entraba en los litigios como habían provocado sus miembros en el siglo XVIII, cuando salían por la noche, y valiéndose de la nocturnidad y alevosía, se cubrían de rostrillos y cometían muchas tropelías, cuyos litigios llegaron nada menos a  la Chancillería de Granada en tiempos del corregidor Montoya, y, en clara lid contra las autoridades rigoristas de la abadía alcalaína, sobre todo los provisores y vicarios que no comprendían los pasos alcalaínos, donde se mezclaban los de imágenes con los vivientes cubiertos de rostrillo, vestidos con atuendos de la tropa de la ciudad e, incluso, de sayones, verdugos, sambenitos del Santo Oficio, y personajes no privilegiados  de la ciudad. 
A la hora de morir, no se olvidaba de las horas que pasó junto al Santo Entierro, en visitas desde la plazoleta y en las convocatorias anuales del Viernes Santo. Recordaba que lo debían velar como lo acostumbró con el Santo Entierro en la noche del Viernes Santo. Y para compartir el mensaje de aquella escena de Pasión, quiso ser enterrado en la bóveda que tenía reservado todos sus compañeros de esta hermandad menor, siendo recibido por la comitiva de frailes, pendón, hachones y cirios de la  cofradía. 

Y no olvidó que le dijeran misa de réquiem y otra cantada, como  estaban obligados a decírsela los frailes y los miembros de la cofradía de la Soledad con los gallardetes  del Santo Sepulcro y Soledad, y el pendón de la cofradía, como lo habían hecho con su mujer y su hija Dorotea, así lo marcaban los estatutos.  Por haber sido hermano de la Tropa de Soldados y salir con ellos en la procesión. 

Se lo encargaba a su hijo Antonio y a don Manuel Berlango.
Su hijo debió vivir momentos muy tristes para la cofradía de su padre. En primer lugar, todos los bienes y memorias y fundaciones cofrades desaparecieron  en tiempo de Godoy, en la mal llamada primera desamortización de este personaje, que el no promulgó. Posteriormente, en el año 1808, cuando todas las cofradías y hermandades, gallardetes, pasos y cuadrillas  practicamente  se integraron en la Cofradía del Dulce Nombre de Jesús,  a la que se añadió Santa Caridad, para poder recoger el nuevo esíritu real de ejercer la labor caritativa y social, integrándose o transformándose otras muchas en simples cofradías de ánimas, para decirle las misas en el óbito final. En tercer lugar, cuando el Santo Entierro se integró en 1830 en esta última cofradía, prácticamente ni salían ya en las procesiones, entre años de guerras, conflictos sociales y los malos tiempos que corrían. Finalmente, vivió los momentos de que el convento fue cerrado, la imagen de la Soledad y todas las demás imágenes, y retablos fueron vendidos, y tan sólo desde el Rosario, se levantó un nuevo retablo de la Soledad,  frente al de Jesús Nazareno y comenzó a realizar la procesión bajo la égida del la cofradía del Dulce Nombre de Jesús. Venía de tiempos, en los que la Madre de Dios de toda las las iglesias, que acompañaba en su Dolor , se transformó en Soledad en la mayoría de las procesiones de Semana Santa, la del Miércoles Santo del Señor del Huerto, y cambio de nombre por el de la Humildad, la del Jueves Santo de la Veracruz, y la Madre de Dios del Rosario que  compartió este cambio.  Incluso, hubo algunas Soldades como en San Juan. 

Su hijo no preveía , la confusión  de esta  procesión de la Soledad y Santo Entierro, al  salir dentro de la del Dulce Nombre de Jesús, su posible uso del Santo Entierro de la virtina de cristal de la ermita de Santo Sepulcro, ni el depósito en las Dominicas para salir el Viernes Santo por la nochea principios del siglo XX, lo mismo que la pérdida o extravío del Santo Entierro, ni la creación de otro nuevo, obra de Jacinto Higueras en 1951,  en el convento dominico- Eran nuevos tiempos...se vivía con otros aires, la oficialidad, el cambio de la Virgen de los Dolores por la Soledad en esta Noche....muchos cambios y periodos de  ausencia hasta 1982..... 

EN LA SEMANA DE JAÉN. REMIGIO DEL MÁRMOL


REMIGIO DEL MÁRMOL



Existen en las zonas limítrofes de cualquier territorio elementos, personas, o actos que son difíciles de enmarcar en una determinada ubicación. Entre ellos se encuentran artistas desconocidos de nuestro entorno provincial que han pasado desapercibidos por muchos estudiosos. Se centra el fenómeno en unas tierras que compartieron demarcación geográfica con las provincias o reinos linderos. Sucede con Santiago de la Espada y tierras de Murcia, lo mismo acontece entre tierras de la Campiña de Jaén y Córdoba; o las de tierras de Sierra Mágina y los pueblos granadinos orientales, o entre Campotejar y Noalejo. Este es el caso de Remigio del Mármol, (1758-1815), un escultor nacido en Alcalá la Real y que desarrolló, según los datos conocidos, su obra en pueblos de la Subbética. Sin embargo, nuevos estudios permiten reconocer la expansión de su producción artística y la presencia de este personaje entre los pueblos jiennenses y cordobeses, ya que la Abadía de Alcalá Real englobaba a muchos de ellos y les permitía un campo de trabajo por  investigar en otros pueblos. Sus padres intercambiaron vecindad entre Priego y Alcalá la Real, porque precisamente en la ciudad de Alcalá la Real recibió las aguas bautismales un dos de octubre de 1758 en la parroquia de Santo Domingo de Silos, además de que otro miembro de la familia del Mármol también mantuvo su vivienda en la ciudad de la Mota; por la parte de su madre prieguense  de la saga de los Cobo-Rincón se relacionó con el mundo cultural y la formación artística gracias a ser maestro de protocolo de los servitas, y como dice su crítico de arte  Marín Molina.   Al ser Maestro de Servicios y Ceremonias de la Orden Carmelita, el alto dominio de los textos bíblicos, además de los libros de su biblioteca personal, pertenecía también a una prestigiosa familia prieguense los Cobo-Rincón, y como ideólogo intelectual, esteta y filósofo, le permitieron trasladar sus visiones personales a sus espacios estéticos, como el complejo de la Fuente del Rey. Es verdad que su huella quedó relacionada con gran parte de la construcción del complejo escultórico y monumental de la Fuente del Rey de Priego de Córdoba, pero no podemos olvidar que en Alcalá se conserva alguna obra como la Fuente del Paseo de los Álamos. Y no nos extraña que la investigación pueda descubrir nuevas aportaciones al mundo del arte de Remigio del Mármol.  Se sabe que tardó en alcanzar la autonomía artística pues, en sus primeros años, y que estuvo enrolado en varios talleres de esta ciudad cordobesa, entre ellos el de su maestro Francisco Javier Pedrajas. Con él debió participar en varias obras que su maestro realizó para los retablos de la iglesia de Consolación, Dominicas y san Juan.
Además, en el año 1780, se encontraba en Alcalá la Real, donde tuvo que pasar un mal trago de su vida. Pues Juan de Pedrajas, un familiar de su maestro, y él fueron acusados por la Justicia, el corregidor don Joaquín Saura y Saravia, sobre la muerte del vecino castillero Vicente Collado, lo que nos indica que debieron acudir a realizar un retablo para las iglesias y ermitas de Alcalá la Real y Castillo de Locubín y tuvo que surgir una reyerta entre el vecino castillero y los contratistas. Entre los meses de julio y agosto fueron apresados, tanto Remigio como su maestro se vieron obligados a dar escritura de poder a los procuradores alcalaínos y sus agentes de Granada para que los representara en la Chancillería de Granada a la hora de defenderlos. Parece que el autor del asesinato fue Juan de Pedrajas, que se ausentó de la ciudad de Alcalá. y le acompañaron a la acción como encubridores su discípulo Remigio, otro prieguense José Ortiz y los maestros de obras castilleros José Manuel Contreras y Cristóbal Contreras. Todos ellos fueron apresados y tuvieron que salir en su defensa y dar fianza a la Justicia varias personas relacionadas con el mundo de la retablista como el artista alcalaíno Francisco Paredes y los carpinteros Francisco Palomino y Juan de Aguayo.
 Corresponde este acontecimiento alcalaíno a su primera etapa formativa y en contacto con el taller de Francisco Javier de Pedrajas, con el que comparte ese momento de la configuración del barroco andaluz, cuyo centro neurálgico fue Priego de Córdoba, donde bebió de las fuentes de otros maestros como Juan de Santaella, los hermanos Sánchez Rueda y José Álvarez Cubero. Es un momento artístico en el que este barroco singular se incardina con estilo rococó, la originalidad de cada artista y la transición al neoclásico. Posteriormente a este acontecimiento en la ciudad de la Mota, hasta 1790 consiguió desvincularse de su maestro creando su propio taller.  e intervino en el Sagrario de la Asunción de Priego, portada y torre de la iglesia del Carmen, y retablo de la Caridad de Priego, Artista que dominaba perfectamente el arte de esculpir la piedra, fácilmente trabajó otros materiales como el yeso y la madera como escultor, retablista, arquitecto, imaginero, pintor, y hasta urbanista, ya que fue maestro de obras de la ciudad de Priego.





 Hasta 1803, se inicia una nueva etapa de su vida siendo reclamado por varias ciudades para acabar obras proyectadas del barroco y otras de estilo neoclásico. Entre ellas, los sayones del paso de Jesús de la Columna, y los retablos de los Servitas de Iznajar, los neoclásicos del Sagrario de Priego y los diseños de esculturas de la Fuente del Rey. La última etapa que acabó con su muerte, entre varios otros retablos de iglesias de Priego, y las fuente públicas y privadas de esta ciudad, de nuevo trabajó para tierras alcalaínas con la fuente de los Álamos de Alcalá la Real, lo que manifiesta que no perdió sus vínculos con la ciudad que le vio nacer.  Es verdad que su producción artística se entronca en esta escuela prieguense, pero ningún tratadista olvida que Remigio del Mármol fue vástago de una escuela barroca andaluza singular que algunos remontan a tiempos de Pablo de Rojas, continuó con Hurtado Izquierdo y tuvo sus mejores representantes con sus maestros  ya comentados y  su discípulo  José Álvarez  Cubero, Una escuela que en el círculo alcalaíno de su abadía dio al Arte importantes artistas imagineros y retablistas de la Escuela Andaluza Barroca.




sábado, 11 de enero de 2020

EL OFICIO DE CARBONERO EN ALCALÁ LA REAL

Compartimos estas palabras de David  Martínez  Corralo

Esta industrias y profesiones han desaparecido, debido al avance industrial y a la salida de los habitantes de los pueblos a las ciudades. 
No hace tanto, los carboneros se asentaban en los montes de toda la Península Ibérica. Utilizaban la madera para elaborar carbón vegetal que luego vendían. Su campaña se prolongaba, dependiendo de la zona en la que se encontraran, en verano o a finales del mismo, prolongándose durante el mes de otoño y el invierno.
Una vida dura, ya que los carboneros, durante el tiempo que duraba la campaña, se quedaban a dormir en el monte, en muchas ocasiones acompañados de sus familias, ya que el horno en el que se hacía el carbón debía de estar vigilado continuamente, para ver cómo iba la combustión, el color de humo y tapar agujeros.



El horno o carbonera era hecho de forma manual por los carboneros. Se tardaba tres o cuatro días en que el carbón se hiciera poco a poco en el horno natural. Luego se extraía y se extendía durante otros dos o tres días para que se enfriase. Tras ello, se transportaba el carbón, antiguamente al lomo de las mulas o burros para llevarlo hasta la localidad más cercana.

Han sido muchas las familias que han vivido del carbón en España durante muchos siglos, pero ya a mediados del pasado siglo XX, el sector se vería desplazado por el petróleo y, posteriormente, por la electricidad. Todavía, se mantenía la relación de la extracción del carbón y comercialización con los fabricantes granadinos en el siglo XVII. En 1721, ante el escribano Pedro Monte, nos encontramos que el fabricante granadino Alberto Marcela se comprometía con el convento de las madres dominicas de Alcalá la Real a la entresaca de madera del monte, en el paraje de Villarreal junto al arroyo del Salobral, 
 Una demanda que bajó de forma considerable y un trabajo muy duro que, pese a intentar resistir, al final ha terminado por desaparecer, quedando en el recuerdo de todos aquellos que trabajaron como carboneros durante muchas campañas.


En la actualidad, en muy pocas ciudades de España podemos encontrar un carbonero, pero en un negocio y trabajo muy distinto al tradicional. Las nuevas tecnologías permiten hacer el carbón con otras técnicas menos laboriosas. Estas carbonerías aguantan con la venta de carbón para barbacoas, braseros, leña para chimeneas y bombonas de camping gas.
Hace ya décadas que este oficio relacionado con el sector de la madera desapareció. Algo que ha estado muy cerca de ocurrir con otros como el de resinero, el del leñador o el de la saca de corcho. Trabajos que gracias a la crisis por la que pasó España pudieron reflotar, al ser considerados por muchos una posibilidad para volver al mundo rural y volver a explotar los recursos naturales que en él se encuentran, tal y como hicieron hace tiempo sus antepasados.

SE ACABÓ EL AÑO 2019. IN MEMORIAM VALVERDE, HERMOSO Y MOYANO EN ALCALÁ INFORMACIÓN

SE ACABA EL AÑO, Y VIENE 2020


Se acaba el trabajoso año 2019;  y comienza  uno nuevo, y lleno de inquietud, el  2020. Atrás quedaron los sinsabores y las alegrías, los malos resultados y las promesas cumplidas, las cosechas impagadas y los augurios incumplidos; el ayer, el anteayer y el pasado. Parece como si se quedaran atrás algunas generaciones que trajeron la convivencia con su trabajo y solidaridad, y no marcaron estos nuevos tiempos de crispación que se avecinan. Se fue la generación del esfuerzo y de la democracia, y se avecina la del poder de la gente online, digital y amazónica. Se rompió con la antigua tienda de barrio y aldea, y  surgió de las cenizas el Ave Fénix de las grandes superficies;  se marcharon las mileristas de los primeros años del tercer milenio,  y se partieron  a trozos los sueldos en el cómputo de horas, minutos y segundos de jornadas laborales, a pesar de subir el sueldo base. Cayó el bipartidismo, y no hay modo de arreglar  la curia nacional con el multipartidismo y el nacionalismo. La información del periódico dejó paso a las noticias trepidantes y a la centésima de segundo, en medio de unas redes repletas de  fake news, medias verdades, periodistas ceros, ciudadanos y fingidos; el anonimato se envuelve de medusa lanzando veneno por doquier, trepando cumbres y bebiendo de las aguas lodales de los lagos más contaminantes.
            En medio de un año que se va y otro que viene, el recuerdo y la esperanza pueden ser dos componentes  muy importantes en estos momentos. En el recuerdo, traemos a la memoria tres personajes que definen la intrahistoria  de la comunidad alcalaína. Primero, con Antonia Hermoso Hinojosa, nos viene a la memoria una aldeana que se nos fue de las tierras ribereñas, claro testimonio de una generación que partió de unos tiempos difíciles de una  guerra civil, que sufrió el duro desierto de su familia en los años del silencio, y trabajó por su aldea compartiendo  la  convivencia y su buen talante hasta los últimos años de su vida. José Valverde es el segundo personaje, clara muestra del progreso que partió de mediados del siglo XX; prototipo de una generación marcada por el espíritu safista, donde impartió sus primeras lecciones como maestro de los Colegios Profesionales de la Sagrada Familia de Villanueva del Arzobispo; luego se imbuyó, en su segunda etapa educativa, de un nuevo espíritu regentando la docencia y sus correspondientes cargos directivos en el Colegio Público  Alonso de Alcalá hasta alcanzar el grado de profesor de enseñanza secundaria en el Instituto de Enseñanza Secundaria Antonio de Mendoza, donde se jubiló; partiendo de la  labor silenciosa de sus primeros años José Valverde se manifestó con un espíritu comprometido con la sociedad alcalaína expandiendo su altruismo  cultural, ya que formó parte de varios colectivos que dejaron su huella en los años de la transición: su presencia coralista como excelente músico barítono en la Coral Alfonso XI, a la que siempre apoyó con sus intervenciones  musicales y su dedicación a la organización de esta asociación colectiva e inquieta; por otra parte, su huella artística la dejó escrita  en sus publicaciones dentro del Grupo de Patrimonio  de Alcalá la Real al alcance de los Escolares, proporcionando su labor minuciosa  y certera  de los complementos auxiliares de la historia mediante  un estudio concienzudo y didáctico. Y como miembro de una familia que rebosa arte,  la cuerda y púa de la rondalla de los Antiguos Alumnos de la Asociación Padre Talavera  se ha quedado huérfanas, como su familia,  de una mano directora, tan generosa, paciente y comprometida.
Finalmente, en estos días una enfermedad cruel se ha llevado un miembro de la generación de los años cincuenta, José Moyano Torres, un alcalaíno sencillo y artesano del dulce, que enraizaba con el mundo cuadrillero de la Semana Santa Alcalaína, siempre  dispuesto a mantener nuestras tradiciones y a no dar la espalda al compromiso de  ofrecerla a los demás, llueva o descampe, haga frío o calor, caigan chuzos o apriete el calor. Esta primavera, el tambor del jefe de la tropa de judíos y romanos del Ecce.Homo sonará más ronco y más pausado  simulando el toque de réquiem  al bajar desde  la ermita de la Verónica, la que siempre acompañó desde los años ochenta que renació el mundo semanasantero. Por otro lado,  las púas y las cuerdas de la rondalla safista se tensarán  en muchas ocasiones tratando de que su dulce sonido llegue al mundo etéreo de su maestro Valverde, y por otra parte, las aguas de los molinos de Huéscar esperarán mojarse con las manos de aquella mujer aldeana generosa, trabajadores, familiar  y  enciclopedia del costumbrismo alcalaíno. Pero, a malos tiempos nos quedamos con sus compartimientos ejemplares Como escribíamos para este año: en la postal navideña  Estos son mis deseos/ para vosotros buenos augurios, / abriendo nuevos senderos, /marcando paso  conjunto.