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viernes, 29 de septiembre de 2023

EL DESNUDO EN LA PINTURA DE ANTONIO CAMPAÑA, EXPOSICIÓN EN CAPUCHINOS.





 

 En el Aula Magna del exconvento capuchino de Alcalá la Real se exhibe una nueva exposición de  la obra del veterano pintor Antonio Campaña Expósito. Natural de Castill de Campos, se inició en la Escuela de Artes y Oficios de Córdoba, donde tuvo la fortuna de topar con famosos profesores , entre ellos Antonio Povedano, Dionisio Ortiz y Francisco Torralba  y obtuvo el título de profesor de enseñanza media como  agregado y catedrático de Dibujo.  recorriendo con su docencia diversos centros educativos de enseñanza secundaria y compaginando sus estudios con la enseñanza de modo que su huella se hizo patente en muchos pintores de la Sierra Sur formando el grupo ARPA y en cursos sobre pintura de la Sierra Subbética. Su profesionalidad le hizo valedor de ser un gran enseñante y se ejercitó en su dedicación artística siempre que ha presentado sus obras pictóricas o escultóricas.

             Afincado en la ciudad de la Mota desde hace casi  cincuenta  años, ha seleccionado para manifestación pública un elenco de otras treinta y ocho  obras, en las que recoge el último periodo de su versión artística sobre el desnudo, y  donde  el retrato de su hija Adelaida y  tres magistrales  bodegones complementan el conjunto expositivo.   Por encima de cualquier otra connotación  adyacente, sus cuadros denotan dominio del  arte pictórico en toda su esencia: la composición, la armonía, el color, el relato y discurso  visual y el encuadre reflejan una consagrada maestría de las técnicas  de un pintor ya consagrado y acicalado por los años, la docencia y el oficio. Parte del  axioma estético  y, haciéndonos eco de sus palabras "un cuadro es ordenar, componer formas, al margen de que las formas sean realistas en la interpretación naturalista o geométrica o en lo irreconocible , pero siempre pesa en su obra la armonía y la estética". Su verbo sintético conduce perfectamente a estas tres maneras de acercarse a la producción artística.

            Ya recogimos en anteriores comentarios que,  con su sensibilidad  por sus calidades pictóricas y su sinfonía inusual, nos muestra  en todas y en cada una de sus obras  un conjunto  armonioso,  una explosión de fuerza y un gran colorido de forma variada y vigorosa. Pero, en esta nueva muestra cada obra recoge un pequeño universo sobre variantes de  una temática cuestionadora del mundo actual de la mujer que interpela al espectador. Y, lo  realiza en forma de una simplicidad que complementa simbólicamente con todos los ingredientes que componen la obra: desde el encuadre paisajístico o arquitectónico hasta los cuerpos humanos o animalistas  pasando por la reinterpretación de una gran cantidad de objetos naturales,  mitológicos o bíblicos que aparecen en sus cuadros.  A cada  mensaje directo le corresponde una respuesta de color, composición y estudio anatómico de los cuerpos, en posición estática y en atrevidos escorzos. En esta pintura todo es sugestivo y se presta a la interpretación y el diálogo entre el pintor y el espectador sobre todos los aspectos del mensaje del cuadro.

  Para la obra de  Campaña el color es un mundo , y , en su proceso de estimulación sensorial objetiva, logra efectos subjetivos por haber elegido sabiamente las situaciones y el cromatismo adecuado y compositivo. En palabras de John Gage,  el color se convierte en una cantera de valores que el espectador debe descifrar, a los que añadimos llenos de contemporaneidad. En Campaña, además   al adanismo con el estudio del desnudo, proporciona una serie de lecciones de auténtico erotismo que discurre a lo  de la mayoría de sus composiciones como elemento fundamental, pasando por los elementos del surrealismo y la fantasía, en  la que, con incrustaciones complementarias y enigmáticas,  se incorporan todo tipo de sentimientos, vivencias y su visión del mundo sirviéndose  de los objetos presénciales que le rodean y de símbolos de la mitología y la tradición paradisíaca.

 

No obstante, cada una de sus producciones se concibe como un alumbramiento que ofrece diversos ángulos para su interpretación y su recreación refinada en la que predominan la interpretación onírica y los  arquetipos del inconsciente  colectivo. Es consciente el pintor que la simbología no es lo más importante  en un cuadro de caballete y  que siempre está en segundo apartado, de modo que le interesan más otros aspectos ya comentados a los que añadimos a la proporción áurea , la compensación de masas, los ritmos y desequilibrios , la unidad técnica el estilo propio. Por esos sus cuadros del desnudo se prestan a la versión consciente e inconsciente de los espectadores  para analizar el significado de su simbología atendiendo la idiosincrasia de cada uno  que se percibe con diferentes visiones del su mundo interior o de sus propias vivencias,  De ahí que su obra  se aparta de otras producciones artísticas que aportan una simbología neta y directa como es el cartel o la pintura de historia o religiosa.

             Sus cuadros son , esencialmente, esencia estética,  pero tienen la independencia de lo plástico en medio de una visión ilusionista, al mismo tiempo que  también  denuncian, cuestionan  y  crean una interrogación permanente a la hora de su contemplación. No dejan al espectador desapercibido ni insensible ante la contemplación de su obra. Atraen por el estudiado colorido e imantan hasta desentrañar el enigma de su razón de ser: desde interpelación total  de su cuadro Ponle tú el título hasta el  sincretismo artístico y  simbólico de  La sombra de la perspectiva inquietante pasando por el resto de las obras, entre las que destacamos Mujer y vaca, el feminismo campestre, Comunicación mamífera,  Recelando de Asclepio, La Justicia del feminismo, las señoritas de Sevilla, Ya llegas tarde, La otra cara del feminismo, Me voy  o Vendedora de higos . Temas candentes, en este caso  relacionados con el mundo de la mujer, como la maternidad, el sexo, las pasiones, los nuevos tiempos,  la frustración, autorrepresión, la moralidad, masculinísimo y feminismo, límites de género , los eternos valores frente al populismo y el postureo en todos los terrenos desde los sexual al campo político se dejan entrever y se subliman en el rincón más insospechado de su obra.  Introducen al mundo inconsciente, donde el surrealismo, lo onírico freudiano y lo daliniano dejan su huella, pero siempre con la impronta sublimada de un artista que eleva a categoría artística su discurso bajo la paleta siempre del dominio del color y la composición. Símbolos son los bíblicos del Génesis, los mitos  de Asclepio y de Europa, las formas geométricas que se  contemplan por doquier, y, sobre todo, las manifestaciones oníricas, son el vestíbulo para pasar del inconsciente al mundo consciente, de lo desconocido a lo conocido. Y, los dos instintos freudianos siempre presentes, el eros y el thanatos. La obra de  Campaña responde a dos aspectos platonianos con los que el filósofo enjuiciaba la obra artística; por  un lado, tras desechar tanto la copia o la imitación ficticia de la realidad, proponía dos objetivos básicos del arte, la utilidad, entendida en un sentido moral, como medio para formar el carácter, y la justedad que  debía atenerse a las leyes que rigen en el mundo. La noción de justedad se refiere a lo oportuno, acertado, conveniente y sin desviaciones hacia los extremos, ya que cálculo y medida garantizan la justedad, por herencia pitagórica. Consiste en la disposición adecuada de los elementos de una obra, su orden interno, la conveniencia entre las partes y el todo.

FRANCISCO MARTÍN ROSALES

Académico de Bellas Artes de Nuestra

Señora de las Angustias de Granada

jueves, 21 de septiembre de 2023

SEPTIEMBRE FERIADO. ÉRAMOS POCOS Y PARIÓ LA ABUELA


Pasaron julio y agosto, convirtiendo la ciudad alcalaína en la ciudad del ocio. Entre festivales, fiestas de barrio y aldeas, encuentros culturales y festividades religiosas ha transcurrido un verano muy caluroso y sin poder dar a abasto para acudir a un acto. Y llegó septiembre, y se mueve en la órbita de que 'todo será maravilloso", según cantaba Gelu por los años sesenta del siglo pasado. Pues nos movemos dentro del mundo festivo. Y, como dice otro refrán, en este caso, asumiendo la acepción aplicada a las personas con respecto a los eventos: “Éramos pocos, y parió la abuela”. Septiembre se levantó feriado y dormirá en sus últimos con la feria de San Mateo ( más bien la l
Feria Real de Carlos II, privilegio de 1688). Además, se mantiene la feria de ganado. Y el calendario escalonado de ferias de los pueblos de la Sierra Sur, para no dejar una semana libre para disfrutar del ocio.
Sin embargo, hablar sobre las ferias actuales de muchas ciudades andaluzas se concreta en divertirse en casetas que van de las actuaciones de la caseta municipal hasta las de asociaciones y grupos sociales variopintos, o en disfrutar de algunas actividades derivadas del mundo del ocio como gigantes y cabezudos, o el mundo y carrera de cintas y caballos y, a lo más, en sentir nostalgia por la feria de un ganado que se nos marchita. Pero, si nos remontáramos a mediados del siglo XX, e, incluso, a siglos anteriores, tal vez el núcleo de dinamizador de la feria era la compraventa del ganado y sus protagonistas fueron los corredores, ganaderos, campesinos, gitanos, veterinarios, la guardia civil, la caseta de los arbitrios y, cómo no, el mundo animal. Muchas ferias se remontan a una concentración de trato comercial que fue refrendada posteriormente por los reyes como un privilegio para el desarrollo económico de su localidad, como acontece con la de Alcalá la Real, por el rey Carlos II en 1688.
Jaén, Andújar, Noalejo, La Carolina, Huelma, y Alcalá la Real fueron importantes centros comerciales en estas ferias de ganados, muchas de ellas entroncadas actualmente en ferias agroganaderas, donde se comparten las ofertas ganaderas con los productos y maquinaria agrarios. De ahí que surgieron dentro de la feria de ganado, una variante la feria de muestras englobadas den sus calendarios festivos. En Alcalá la Real, hubo momentos que llegaron a crear otra feria de muestra ganadera en el mes de junio en tiempos de la República, que luego se sacralizó en los años cuarenta con el nombre de San Antonio. La feria de muestras complementó en la ciudad de la Mota las actividades comerciales de la ganadería con otros géneros agroalimentarios desde 1991 en la primera feria de este tipo celebrada en el patio del Colegio Alonso Alcalá; años más tarde, vino su ubicación en el Silo y su ampliación en el Llano de las Aves Frías en el tercer milenio. Pero las tres ferias formaban un conjunto: de ganado, muestras y festivo.
En todas ferias jugaba un papel fundamental la localización del núcleo capitalino. Si ponemos por ejemplo la ciudad de la Mota, desde tiempo inmemorial fue un sitio de paso, puerto de Casilla y reino de Granada y lugar de intercambio comercial entre los pueblos del Alto Guadalquivir y las zonas costeras. Alcalá la Real fue siempre un lugar de travesía humana y de intercambio comercial, social y cultural entre los pueblos de los antiguos reinos de Granada, Jaén y Córdoba. Era, en efecto, un cruce de caminos obligado los diversos tipos de viajeros que cruzaban y recorrían las tierras de Andalucía o bajaban de Castilla hacia el reino de Granada. Desde que se instituyó la Corte en Madrid, a partir del siglo XVII, el camino real era frecuentado por todos aquellos que se dirigían a Granada o volvían de la capital de España, a través de una importante vía del Llanillo alcalaíno. Secretarios, miembros del Consejo de Estado, escribanos de la Corte, abogados, religiosos de las nuevas órdenes y mercaderes pasaban por la ciudad alcalaína para pernoctar o, simplemente, de paso hacia sus destinos en donde debían resolver los pleitos judiciales en la Chancillería de Granada o los complicados asuntos relacionados con la Corona. Por el camino de Córdoba, los viajeros y los comerciantes de la campiña cordobesa y de las antiguas tierras de la orden de Calatrava se adentraban en una extensa red comercial, en la que grandes grupos de arrieros traficaban el vino, el aceite, el trigo y otros alimentos con destino a la capital granadina y malagueña. Por otro lado, desde Murcia procedía otra ruta comercial que, además de comercializar el trigo desde Totana y los puertos del Mediterráneo a través de Iznalloz, tuvo gran importancia en el abastecimiento de las libras de seda para este tipo de artesanía que fue muy pujante en Granada, y, también, en el siglo XVI y XVII en la comarca alcalaína. Desde Málaga, los playeros, hasta principios de siglo XX, acercaban a los pueblos de Córdoba y Jaén por un camino que desde Vélez –Málaga atravesaba la comarca alcalaína y se bifurcaba hacia Priego y el Castillo de Locubín. A todo ello hay que añadir las redes intercomarcales de los mercados de ganado y de productos básicos, cuyo centro más importante se asentaba por el mes de septiembre en la feria de Noalejo sin olvidar otros caminos de menor trasiego comercial que enlazaban con Montefrío, Castillo de Locubín, Baena, Priego o Moclín. Y, aunque un poco más lejanos, también comunicaban con los pueblos del corregimiento: Loja y Alhama de Granada.
El cambio en los itinerarios comerciales, el desarrollo de nuevas comunicaciones a través de las autovías y de otros medios de comunicación más rápidos, supusieron un rotundo declive cambio y metamorfosis en las ferias de ganado. No sólo se produjo esta metátesis festiva, sino que convirtió a septiembre en feriado: con tres ferias, tres fechas y tres intereses diferentes. Sin acritud, ni de sarcasmo, más bien con sentido de sorpresa, ante un mes tan prolífico en fiestas , le cuadra perfectamente esta variante de esta frase popular “éramos pocos, y parió la burra”. Pues, la feria originaria era la del ganado, y las otras son productos de otros tiempos que la complementan al socaire de los vientos que corran.
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Paco Mures, Encarni Romero y 9 personas más

EN ALCALÁ LA REAL, ENTRE FERIAS, LA MOTA

 

ENTRE FERIAS, LA MOTA


Ya no hay que decir que se está convirtiendo la ciudad alcalaína en la ciudad del ocio. Pues, se ha repetido lo que venimos expresando hace años,  entre festivales, fiestas de barrio y aldeas, encuentros culturales y festividades religiosas se ha intensificado un verano muy caluroso,  sin poder dar a abasto para acudir a un acto. Hemos aprendido  lo mejor de aquellos romanos en entre el binomio del otium y negotium, porque nos hemos inclinado al disfrute del ocio, y, cada vez recortamos los tiempos de negotium, lo que no es diversión, sino trabajo físico e intelectual. Aún caminando a la sociedad del ocio,  proliferan los días feriae, los festivos en todos los meses. Y  eso es lo que ocurre con el septiembre alcalaíno. Septiembre se levanta festivo  con la feria de muestras y se dormirá en el mismo estado en sus últimos con la feria de San Mateo. Si, además, se mantiene la feria de ganado, el calendario festivo  y escalonado de ferias de los pueblos de la Sierra Sur,  no deja una semana libre para disfrutar del ocio.






Si a esto añadimos  que el mundo digital ocupa un gran espacio en las actividades del ocio,  no queda rincón alguno  para las actividades del negocio, porque la ciudad también se ha visto representado en diversas formas de muestras  de disfrutar el ocio a través de diversos medios de comunicación. La fortaleza de la Mota lució en el programa televisivo  Master Chef con unas imágenes sensacionales y una puesta en público nacional, que no hubo rincón español que no conociera esta remozada fortaleza. Pero, como me decía un antiguo emprendedor alcalaíno, todas las obras  o empresas deben, como negocio, y por ende disfrute en tiempos de ocio, crearse, mantenerse y mejorarse. Aunque estamos en tiempos de ingratitud con el pasado, es el momento de no olvidar  esta triple actividad, y, sobre todo, la de mejorarse, pues el contrapicado de las imágenes aéreas mostraba la mella de la muralla de Santiago. Y a este mejora hay que comprometer a todas las instituciones andaluzas y españolas para cerrar la restauración de la Mota, como ciudad de ocio, y, por qué no, de negocio, como recibió el premio de Hispania Nostra en 2018 gracias a los convenios entre las instituciones locales, andaluzas y españolas.






lunes, 18 de septiembre de 2023

LA LANA Y EL COMERCIO DE LOS FLAMENCOS SEVILLANOS EN ALCALÁ LA REAL

 




En el siglo XVII, la ciudad de la Mota mantenía la actividad ganadera y su consecuente relación comercial de la venta de la lana. Como acontecía anteriormente, las élites ganaderas y agrícolas y los miembros de la hidalguía entablaban relaciones con los mercaderes genoveses afincados de Granada, sobre todo los emparentados con la familia Veneroso( Bartolomé, Juan y Marcelo y Pedro), que fueron sustituidos por Alejandro y Alberto Catana. No sólo vendedores los vecinos de Alcalá la Real, sino que el radio de acción se prolonga a Castillo de Locubín y Frailes, Pero, a partir de 1607, se va desplazar el centro de compra con la llegada los mercaderes flamencos Fernando de Peralta y Adolfo Breydel, que estaban representados por el cordobés Marcos de Torres. Generalmente, se mantuvieron las mismas condiciones de venta de productos a pesar de la distancia con respecto a Sevilla.  No nos extraña de que cambiara el eje, porque anteriormente se mantenían vínculos comerciales y familiares con la ciudad de la Mezquita, porque el precio de la arroba a 14 reales en 1605 no difiere mucho de lo estipulado con los genoveses en otros tratos(ejemplo el vecino frailero Bartolomé Martín en 1605 vende 50 arrobas a ese precio; Mateo de Pareja, idem, Pedro de Frías regidor 70, Gaspar de Trillo 100, Vazquez Mesia 50, ). En el siguiente decenio, los flamencos afincados en Sevilla Pedro Jiles y Antonio Bebete coparán el mercado. 


anexo




LA CONSOLIDACIÓN DE LA NACIÓN FLAMENCA EN SEVILLA EN 1604. Desde los años 70 la población flamenca de Sevilla no dejó de crecer. El perfil habitual del comerciante flamenco era el del joven que llegaba para trabajar con algún mercader ya establecido en la ciudad, con cuya hija, con suerte, acabaría por casarse24. Aunque no pretendemos examinar la proporción de flamencos que se quedaron frente a los que regresaron, creemos que el significativo incremento de los mercaderes de madera, que llegaron a formar una comunidad de varias familias entrelazadas –los comerciantes con sus mujeres, hijos, criados, etc.– residiendo en las Atarazanas y su entorno, partiendo de un grupo que a comienzos de los 60 apenas contaba con cinco individuos, habla por sí solo. El crecimiento de efectivos lo fue también de actividad y de influencia civil. Por ejemplo, tras una serie de confiscaciones en el marco del embargo de 1595, la ciudad intercedió en favor de sus flamencos25. Un influjo creciente que se traduciría en la promoción de la construcción de un nuevo lugar representativo para la nación con el nivel de prestigio adecuado a su nueva condición: la capilla y hospital de San Andrés. En julio de 1604, los frailes dominicos del Colegio 20 AHPSe, leg. 7772, f. 394r. 21 AHPSe, leg. 9236, f. 599r. 22 Algunos ejemplos: Testamento de Cornieles Valdovinos, AHPSe, 1579, leg. 16712, ff. 1288v-1292r; Testamento de Jaques Enríquez, 1590, leg. 9265, ff. 526r-530v; Testamento de Simón Enríquez, 1600, leg. 9312, ff. 517r-520v. 23 AHPSe, Audiencia Real de Sevilla [ARS], leg. 28275, exp. 1, f. 624. 24 Eddy Stols “La colonia flamenca de Sevilla y el comercio de los Países Bajos españoles en la primera mitad del siglo XVII”, Anuario de Historia económica y social, II:2, 1969, pp. 364-366. 25 Carlos Gómez-Centurión Jiménez, Felipe II, la empresa de Inglaterra y el comercio septentrional, 1566- 1609, Madrid, Naval, 1988, pp. 280-288. GERMÁN JIMÉNEZ MONTES Y JUAN MANUEL CASTILLO RUBIO 333 de Santo Tomás de Sevilla concertaron con los representantes de la nación flamenca la cesión de un espacio “en el dicho colegio para capilla, entierro y sacristía, por precio de 500 ducados de renta anual perpetua”. Negociación en la que destacó fray Enrique Conde, flamenco y colegial de Santo Tomás, puente entre la congregación y sus compatriotas. El mismo que acudió a la corte para conseguir de Felipe III el privilegio que permitiría construir la capilla y sufragarla por medio de una serie de derechos fiscales reconocidos a la nación26. Por parte de ésta intervino una comisión, elegida en junta seis meses antes, formada enteramente por mercaderes27, cuyo control de los órganos representativos de la nación demuestra el uso de esta institución como instrumento para coordinar sus actividades comerciales y su influencia política en la urbe. Este carácter comercial, así como la capacidad de fiscalizar a los inmigrantes noreuropeos llegados a la ciudad del Betis, queda aún más clara en vista de las funciones atribuidas a la corporación: derecho “de uno al millar” sobre todas las mercancías entrantes o salientes de Sevilla de los naturales de Flandes y una tasa de 8 maravedís por tonelada a los navíos flamencos llegados a la ciudad28.. La negociación con los dominicos culminó con la adjudicación a la nación flamenca y alemana de Sevilla de un edificio de varias plantas, capaz de albergar una capilla con cimborrio, bóvedas, entierros y sacristía29. Todo un monumento flamenco en el corazón financiero de la ciudad, estratégicamente situado entre los ejes donde se había fraguado su progreso: las Atarazanas, el Alcázar y la calle Francos. Aunque la documentación apunta a que, después de 1604, la nación germano-flamenca empezaría a perder el control de las Atarazanas30, esto no implicaría necesariamente su retroceso frente a otros grupos de poder que ansiarían despojar a los flamencos de su lugar, sino, más bien, un cambio de estrategia de una comunidad flamenca sevillana que iría perdiendo interés en el comercio de madera, cada vez más concentrado en la costa gaditana. Al fin y al cabo, el espacio deja de ser útil cuando deja de ser estratégico. 4. CONCLUSIONES Hemos visto a un grupo de mercaderes liderar a una comunidad en un doble proceso de autorreconocimiento y posicionamiento económico y político en una ciudad. Y hemos constatado, siguiendo su trayectoria urbana, cómo dicho proceso se produce en paralelo a su posicionamiento espacial. Una de las principales aportaciones de nuestro estudio es la demostración de que sus estrategias comerciales y políticas eran eminentemente urbanas, puesto que se desarrollaban en espacios concretos, y de cómo el estudio de su relación con la génesis o usufructo de estos espacios –como la capilla de San Andrés– o de su vínculo con determinadas actividades –como el comercio de madera en las Atarazanas– nos ayudan a conocer la evolución del grupo en la ciudad, tanto como la evolución espacial de la propia urbe. Así, hemos visto cómo la comunidad flamenca inició una estrategia religioso-asistencial en estrecha relación con su fortalecimiento socioeconómico por la vía del comercio de madera, paralela a su reconocimiento político como nación mediante la fundación de una corporación que asimismo serviría a sus fines comerciales. Pasos simultáneos al traslado físico de los intereses y medios materiales flamencos desde su base primigenia hasta el corazón político-económico de la 26 AHPSe, ARS, leg. 28275, exp. 1, f. 48. Pleito estudiado en Jaime García Bernal y Mercedes Gamero Rojas, “Las corporaciones de nación...”, op. cit., pp. 247-288. 27 Roberto Arnao (mayordomo), Fernando de Peralta y Adolfo Breydel (tesoreros), Francisco Helman, Francisco de Conique, Elias Sirman, Arnaldo Crave, Miguel Bequer, Jaques Nicolás, Pedro Fransois y Justo Canes (diputados); AHPSe, 11-15 de julio de 1604, leg. 12631, ff. 410v. 28 AHPSe, 11-15 de julio de 1604, leg. 12631, ff. 407r. 29 AHPSe, 11-15 de julio de 1604, leg. 12631, f. 400r. 30 Esto se desprende de acercamiento aún no exhaustivo a los documentos del ARAS, cajas 138-142. LA CONSTRUCCIÓN DE UN ENTREPÔT: ORGANIZACIÓN URBANA DE LOS MERCADERES EXTRANJEROS EN SEVILLA EN LA SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XVI 334 urbe, donde definitivamente se erigirán los espacios arquitectónicos que representarán a la comunidad ante el resto de la sociedad. Pero ubicarse en el núcleo político y económico de Sevilla no era para esta gente una mera cuestión de representación y prestigio. El posicionamiento y la capacidad de influir en el entorno en el que residían y trabajaban eran herramientas para adecuar el medio urbano –civil y espacial– a las necesidades de sus casas. Así, los flamencos operan en las Atarazanas hasta convertirlas en la base de su oligopolio maderero, y se apropian de su entorno al fundar su sede político-religiosa en el Colegio de Santo Tomás, en adelante uno más de los centros de poder hispalense. La ciudad, entre 1561 y 1604, se vuelve más flamenca precisamente porque este grupo, que seguía siendo minoritario en comparación con italianos o portugueses, asumió su papel de agentes de la transformación urbana, condicionando con ello la manera en la que los futuros ciudadanos de Sevilla se relacionarían con su ciudad.

domingo, 17 de septiembre de 2023

SOBRE FERIAS DE LA SIERRA DEL SUR

 






SOBRE FERIAS DE LA SIERRA DEL SUR

 

   Es verdad que no hay un dato fidedigno sobre la fecha exacta de la fundación de la feria de Noalejo. Y, sin embargo, esta feria gozó de gran importancia a lo largo de la Edad Moderna. No hay duda de que parece que fue noticia cierta de que comenzó antes de la de  Alcalá la Real, aunque se concebía la feria como relaciones comerciales en algunos lugares del entorno de la lonja y alhóndiga de esta ciudad desde su conquista, e, incluso, anteriormente a la toma musulmana, así se concibe en muchos contratos de tratos de animales, compraventa de asnos, mulos, caballos y otros. La feria de Noalejo mantuvo hasta la Edad Contemporánea algunos conflictos con los de Alcalá la Real, debido a que ambas a veces llegaron a coincidir en las fechas y los mismos actores de dichos eventos. N o es más que consecuencia de la cercanía de ambos pueblos y la celebración de sus respectivas ferias en fechas cercanas, la de Alcalá pasó de fechas finales del mes de agosto, por el día de San Agustín hasta los primeros días de septiembre, de modo que  suponía un gran riesgo para la desaparición de la feria en Noalejo. Este conflicto tuvo lugar a finales del siglo XVIII y principios del siglo  XIX, de modo que finalmente se atrasó la celebración de la feria Alcalá, y se mantuvo  la feria de en Noalejo como siempre los días 8, 9 y 10. Varios escritores han abundado sobre el origen de la feria y sus primeros pasos. Hay una carta  de un  canónigo,  fechada en septiembre de 1602, en la que se trata de la primera noticia que tenemos de la existencia de la feria como tal. Lo que todos están de acuerdo que, como dice Manuel Amezcua, :" Hasta pocos años antes y desde los tiempos de la fundación de la villa, el día de la Virgen de septiembre era celebrado como su fiesta mayor, y con ocasión de enseñar la lujosa colección de reliquias que Doña Mencía trajo de la corte, este día se convirtió en una verdadera peregrinación que atrajo a numerosos comerciantes, que se establecían en unos portales construidos para tal efecto en las casas, calles y plazas de la villa, desde donde vendían sus mercaderías previo pago de un alquiler al señorío. Así aparece por cierta información realizada en el año 1592, lo que quiere decir que de existir privilegio real para la celebración de la feria tuvo que despacharse en la década siguiente, que es cuando la actividad comercial tuvo su inicio.

Pero, he aquí que un documento alcalaíno de 1594 nos aporta nuevas luces sobre la feria de Noalejo y las relaciones de los alcalaínos y los vecinos de Noalejo, en aquel tiempo compartiendo linderos y negocios (LEGAJO 4945 AHPJ FOLIO 343 y ss.). el escribano Alonso Sánchez recogió un poder en el que  un vecino alcalaíno trata de defenderse ante la Justicia por encontrarse preso en la cárcel  debido a una pendencia en que acabó muerta una persona en la feria de Noalejo. En concreto, Ana de Suazo, en nombre del bordador Juan de Olarte, difunto, vecina de Granada, otorga a su hijo del mismo nombre, otro poder para cobrar los maravedíes o bienes que le ocasionaron en el pleito que contrajo contra los molineros de Alcalá, apandilladlos los Delgados, vecinos de Valdepeñas y Juan de Ortega. regidor de este pueblo; por sus manifestaciones (25 de octubre de 1594) se sabe que habían herido en la cabeza y brazo a su hijo y esto le había ocasionado muchos gastos en la cura y en el pleito entablado ante la Justicia; esta había encarcelado en Alcalá la Real al vecino Hernando de Ojeda que había avalado a Sebastián Delgado. 

  El poder original ante un escribano de Granada, aparece en letra procesal y dice textualmente" por cuanto en días pasados EN LA FERIA DE NOALEJO le hirieron los Delgados molineros, de lo cual causó proceso ante el rey nuestro señor y los señor alcaldes del Crimen de la Corte de la Chancillería de Granada y de ello ubo un pleito". Especifica en concreto que Sebastián Delgado fue uno de los causantes de las heridas y le fio Hernando de Ojeda, zapatero de Alcalá, por lo que fue absuelto de la prisión Sebastián Delgado. Pero ese quedó difunto, y la fianza no se ejecutó y basaban al alcalaíno, para encarcelarlo y cobrar la fianza. Le solicitaban diez ducados y si lo hacía, lograba el perdón y la soltura de la cárcel. 

Luego ésta  feria se adelanta antes de 1594 y, durante su celebración, ya se ejercían los tratos y los conflictos con los alcalaínos. Frecuentaban la feria los vecinos de los pueblos limítrofes como Valdepeñas y Granada, y en concreto no se ceñían los tratos a los animales sino a los bordados, industria molinera y artesanía.

 

 

domingo, 3 de septiembre de 2023

PEDRO VENEROSO, UN GENOVÉS EN ALCALÁ LA REAL EN EL JAÉN Y FOTO DEL CAMINO

 






 

PEDRO VENEROSO, UN GENOVÉS EN ALCALÁ LA REAL

 

Primavera es la estación ideal para recorrer pasear por estas tierras del cortijo Veneroso. Con el mapa de Amelio López, manuscrito de principios de siglo XX, todos los  senderistas se topan  con cortijos y casas renovadas y destruidas entre muladares. Pero, se describe una página geográfica del pasado. Pues, tan sólo, el cortijo  de   Villalobos se mantenía en la ribera del arroyo del  Palancares,  y sus tierras lindaban  a occidente con el arroyo de Ana Ramos y a oriente con el camino de Agreda sin formar una cortijada ni ningún núcleo rural. No obstante, ya se distinguía un molino de pan que se movía por las aguas del Palancares. Los cortijos eran  de grandes extensiones en las que predominaba  la labor en tierra calma. Por cercanía a este cortijo se encuentran en dirección oriental  uno que destaca, el cortijo Veneroso. Algunos  vecinos  le llaman Venerose. Pero, nos ceñimos al primero, un lugar importante, que  tenía hasta escuela, y hasta fiesta en la era de su cortijo, Debe a su nombre  la familia de los Veneroso, donde, en  estos terrenos de ganadería lanar, Pedro   fijó un cortijo y haza de ciento cincuenta fanegas.

Este mercader genovés se vino a vivir a la ciudad de la Mota. Fijó su residencia  junto a una casa de la familia de los Frías por la calle de los Lagares, Además  poseía un mesón en Alcalá la Real, situado en la calle de los Mesones, junto a otro mesón y lindero con esta calle, y el corral del convento de los trinitarios y otra casa de la calle Cava , que le construyó Pedro de Fraguagua en dicicmebre  1603 ( puerta de bodega, terraplanear cuerpo que sale a la calle con puerta, ante cuerpo, con dos o tres escalones para entrar a portal, y a lacocina , tabique que parta portal y cocina con su chimenea hasta el tejado, de yespo, ladrillo o losas, enviagar con vigasy garrotes, cámara del horno, cubrir pared nueva que cae a la calle de otras tapias de pared con tres pilares , entre pilares tabniques de losas y puentes , cubierta de nueve tiseras , cubierta de lata  de mimbre o madroño, sentar ventanas y puertas,  viga de bodega, pared junto al fuego,  pedazo de las cámaras sobre el lagar, la calle limpia,(Legajo  4709 folio 400) ; y otro  en la calle del mismo nombre en Granada, de los que sacaba suculentas rentas. Pero Pedro había llegado a nuestra tierra, en el negocio lanero, en los últimos decenios del siglo XVI.

En torno a este comercio  con destino a la exportación a Italia, Pedro Veneroso introdujo en nuestra ciudad esta red con una serie de agentes –unas veces paisanos genoveses los Miolo entre otros, otras testaferros locales, como los escribanos, pequeños comerciantes, y oligarcas ganaderos de Alcalá la Real y Castillo de Locubín. Estratégicamente estaba situada esta población clave para la producción lanera, enlazada con el proceso del  el  de lavado –Huéscar– y con las  aduanas y puertos como Yecla, Murcia, Lorca, Cartagena y Motril. A través de estos agentes se canalizaba la lana de los ganaderos, usando a los oligarcas locales –y a sus facciones  de los Cabrera y Aranda o grupos clientelares– como mercado abastecedor de lana y demandante de productos fabricados importados por los genoveses.  Para la creación de esta red fue indispensable la participación del poder local y la integración de los mercaderes genoveses por medio de matrimonio con la élite castellana, en el caso de Pedro Veneroso su parentela estaba vinculada con la granadina Melchora de Bocanegra de gran relevancia en la capital y, además  en la zona de Domingo Pérez, porque  era la  segunda mujer de Juan Pérez de Herrasti, y al  enviudar, se casó con Posteriormente , se avecindó en Alcalá la Real, consiguió el cargo de regidor del cabildo alcalaíno en 1598, y entró dentro de la oligarquía local, que  ya no reservaba los cargos del ayuntamiento para los hidalgos. En la ciudad de la Mota tocaba todos los campos de la economía. En el aspecto financiero, lo mismo conseguía adosar importantes préstamos ( son los mercaderes y comerciantes de la ciudad como Pedro Nuñez  430  reales  en dicicmbre de 1603 o censos de los de aquellos tiempos, que para financiar sus operaciones mercantiles lo hacía con su familia. Así en 1599, se trajo a un mesonero de Granada. Miguel Sánchez de Contreras al que arrendó la posada y al mismo tiempo recibió un préstamo de su tío Bartolomé de 371.000 maravedíes. Con este grado de hidalguía, empleaba la estrategia de su ennoblecimiento del linaje, transformando el capital mercantil en capital nobiliario y rentista. Compró el cortijo  de la Sierra del Camello, junto a Cañada Honda, lindero con la Sierra, tierras de García Gallardo y cortijo de Ana Ramos. Y adquirió bienes raíces de todo tipo especialmente casas en los arrabales de  la Mota. cortijos de cereal, censos, juros, y beneficios  venales que rápidamente hicieron olvidar ala mayor parte de la sociedad su pasado foráneo, humilde y, sobre todo, comercial. No pasó los años en balde, en Alcalá, su labor normativa en la organización de la ciudad de la Mota fue muy eficiente, en el mundo de aceite y construcción, Incluso, a la hora de marcharse legó sus bienes para fundar un colegio de segunda enseñanza con el nombre de la Virgen de la Cabeza. Pero, algo mayor debió tentarle, para su marcha hacia Granada  el mayorazgo que le creó su tío. No era moco de pavo. Su tío Bartolomé  Veneroso . famoso mercader y financiero genovés, nacido en Génova (1549) y muerto en Gójar (Granada, 1609) en la casa de  su sobrino Pedro le legó el segundo mayorazgo. Era hijo de Pedro Veneroso y de Pereta Ferrari. Miembros de una familia de la nobleza nueva genovesa, nobili novi, tan importante que se hizo con el poder en Génova a mediados del siglo XVI (entre sus antepasados encontramos médicos y abogados). Lo hacían para satisfacer la demanda de las ciudades pañeras de Florencia, Bolonia, Milán, Padua o Venecia. En 1563  el tío Bartolomé llegó a Granada desde Génova, a la edad de 14 años, junto con su hermano el mercader Francisco Veneroso, padre del regidor alcalaíno.  Los Veneroso no perdieron la oportunidad de participar en este lucrativo negocio y adquirir ingenios de azúcar en Motril y Adra, arrendando algunos más en otros lugares dela costa granadina.

 En 1609 falleció en Gójar Bartolomé en  la casa de su sobrino Pedro Veneroso, su ojito derecho, y de su esposa doña Melchora de Bocanegra, los que vivieron en nuestra Alcalá la Real. Por n su testamento fundó dos mayorazgos y varios patronatos y capellanías. Aunque el primer mayorazgo lo hizo  a favor de su sobrino Juan Pedro Veneroso, hijo de Francisco, el otro lo hizo con nuestro  Pedro Veneroso, hijo de su hermano Juan con los ingresos de los cuatro lavaderos de lana de Huéscar, y ocho cortijos en Iznalloz y Baza. Al mayorazgo  añadió , muchos apoyos, para hacer frente. Los bienes de Alcalá, Gramada, Guadix e Iznalloz, hasta el cortijo del Salado.  Al  morirse su padre Juan de Veneroso, la herencia de parte de su cuñado Juan Bautista Zarreta, unos 10.5000 maravedíes.

Evidentemente, coincidió su marcha en  1604 y1605 cuando su tío adquiere ocho cortijos en las cercanías de Iznalloz, bienes que añade al segundo mayorazgo junto con los lavaderos de Huéscar. Fundado en 1608 fue anexionado por  el Patronato de la Capilla Mayor de San Justo y Pastor.

-       Pero el  cortijo de Veneroso en Alcalá la Real  no recibió  las intenciones de  Pedro Veneroso. Pues no llegó a fundarse el colegio alcalaíno. Y ambos mayorazgos llamaban a la Compañía de Jesús y a su Colegio de San Pablo de Granada como heredera en el caso de la extinción de su familia, cosa que finalmente terminó ocurriendo, al mismo tiempo que se fundaba el Colegio Mayor de San Bartolomé. Este hecho fue fundamental para los Jesuitas, pues en el siglo XVIII las rentas de los bienes de Veneroso suponían un alto porcentaje de los ingresos del Colegio de San Pablo. Además de la citada cláusula de los mayorazgos, Veneroso donó a través de uno de los patronatos 21.000 ducados al Colegio jesuita de San Pablo para fundar en la capilla mayor de su iglesia su capilla de enterramiento, anexa a su palacio, hoy Colegio Mayor de San Bartolomé y Santiago. Otro dotaba de 2000 ducados de renta anual al Hospital de San Juan de Dios para curar a 8 personas a perpetuidad. La capellanía la fundó en el convento de San Agustín de Granada. no todos los bienes quedaron en manos de los jesuitas. -Pues en un e documento del  escribano alcalino  Felipe Pérez, diez de diciembre de 160, hay  un  concierto entre el monasterio de Nuestra Señora del Rosario de Alcalá la Real y Pedro Veneroso, vecino y veinticuatro de la ciudad de Granada y alguacil mayor de la Chancillería.  como su tío. Hizo  una donación y gracia de este cortijo con sus tierras y casas de teja y encinas y quejigo y con  120 fanegas de tierra y poco más de ocho fanegas rompidas en la Sierra de San Pedro, seis casas en la Carrera con su horno y lagar con la obligación pagar un censo de 600 ducados. A cambio de que los frailes se comprometían al arrendamiento de estas tierras. Posteriormente, las casas de la calle Cava, ( varias) y su horno y otra junto a los Lagares pasaron hasta la segunda d´çecada del siglo XVII al licenciado y cura Juan Jiménez.  tierras fueron rematadas Hoy de los Veneroso, solo existen las ruinas del cortijo, y se han roturado casi todas las tierras, y son otros los propietarios.