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jueves, 29 de agosto de 2013

CAPITULO X DEL ESCRIBANO PINTOR.


CAPITULO X DEL ESCRIBANO PINTOR.

 

                        El oficial escribiente de Gómez Muñoz no perdía tiempo alguno en anotar  las anécdotas y los acontecimientos paralelos que le acontecían  a su señor, relacionados con el entorno y la clientela de su escribanía. Reutilizaba los  folios vueltos de las cuentas anteriores para llevárselos a su casa y redactar pequeñas historias; anotaba, pormenorizadamente y con fechas, todo  lo que acontecía en todos los ambientes de la ciudad. En esta ocasión, mientras su amo se dirigió  a la iglesia,  se entretuvo en anotar algunos aspectos que le había encargado relacionados con una venta de esclavos.

 

Era frecuente- decían desde tiempo inmemorial- la venta de esclavos en el mercado de la plaza Alta de la Mota, pero siempre entre personas privilegiadas y poderosas y comerciantes venidos de Granada o de otros lugares. El escribiente, en sus cuadernos privados,  tenía anotado el hecho de que se remontaba este comercio a la época de la Alcalá de Aben Zayde: eran , principalmente, los cautivos cristianos en territorio musulmán, y muchos custodiados en las mazmorras  fortaleza de la Mota. También, señalaba que, posteriormente, los había de diferente clase, aspecto y procedencia: los blancos, en su mayoría,  eran los moriscos; los negros, que habían sido cogido en alta mar o campañas contra los turcos o los  territorios musulmanes del Norte de África, y los mulatos,  que ofrecían una singularidad especial y los señalaban, en los textos de los protocolos notariales,  en la mayoría de las ocasiones  con tez de membrillo.  
 Ahora corrían los tiempos posteriores a la guerra de las Alpujarras con la que se había  incrementado el número de esclavos moriscos. Muchos de ellos habían caído  a manos de capitanes a causa de los muchos botines – y eso que estaba prohibida la trata de esclavos por las disposiciones reales-. En un folio vuelto con números de grafía latina, comprobaba el precio de antiguos contratos de esclavitud, donde anotaba las operaciones básicas de suma y resta, plazos  y  pagos de demora; ahora,  tras el alza de  los años anteriores a la contienda, su precio se había devaluado casi a la mitad, de modo que una esclava joven  con todo un porvenir por delante  y capacidad  reconocida  para ejercer los servicios domésticos, no venía a costar más de cincuenta ducados.

 

En esta ocasión, el escribiente se dirigió a la casa del cura Pedro Ruiz de Carvajal, que actuaba en nombre del capitán Martín de Aranda, para venderle a otro clérigo el doctor don Fernando de Tordesillas una esclava joven. Antes de salir, ojeó  primeramente el cuaderno y tenía anotada la marcha del corregidor Gómez de Mesía  a la guerra de las Alpujarras en 1568,   la lista de la leva de los servicios de  los soldados alcalaínos que lucharon en Bentomiz y en las cercanías de Loja y Alhama; y los nombres de los capitanes, entre ellos Juan de Aranda Figueroa y Rodrigo de Aranda. Luego,   Cruzó la plaza Baja y, subiendo la calle del Castillo, se adentró a una vivienda por su puerta dintelada.  En un cuarto bajo,  le tomó los primeros apuntes:

            -Señor cura, vengo a tomarle los datos básicos de su contrato de compraventa de la esclava del capitán don Martín de Aranda. Lo hago  por orden de mi señor, porque se encuentra apurado de tiempo y no puede recibirlo hasta mañana.  

            -Anote todo lo que le vaya diciendo. En primer lugar, "me comprometo a cumplir con los pagos para Santa María  de Agosto del año próximo".

            -Puesto está. Dígame el  nombre de la esclava, nación y edad- le interrumpió el oficial de escribanía.

            -Cecilia, morisca y de 11 años-le dijo el cura, mientras leía el contrato anterior que sacó del bufete de su  armario, una especie de guía.

            -Con esto me basta. Nada más con estos datos puedo empezar a levantar el contrato.

            -Bueno, se le olvida el precio que estipulo, a  saber, 50 ducados, ni un maravedí más ni menos.

            
Mientras caminaba calle abajo hacia la Plaza alta,  el escribiente se preguntó por qué no le había requerido al cura  de dónde procedía la esclava, sus cualidades  físicas, religiosas  y morales y, por curiosidad, algunos aspectos que no le habían quedado claros. Volvió, de nuevo, a la casa del presbítero. Y le dijo :

-Perdone que le vuelva a molestar, pero este capitán Martín de Aranda, que  usted representa, ¿qué relación tiene con nuestro capitán Juan de Aranda Figueroa?

- Aranda es. Y procede la rama alcalaína de Rodrigo Alonso de Aranda, en concreto su hijo tercero, Pedro de Aranda. Muy relacionado con Porcuna , porque se casó con una hidalga de esa villa, y, por eso, se enroló con los Valdivia.  Es hijo de Francisco de Aranda  y de Elvira de Segovia desempeñó el cargo de capitán en Orán y en  los tercios de Flandes y, su participación fue muy activa en la Guerra de las Alpujarras con las tropas de Felipe II.

-Ah, entonces, ya sé de quien proviene. Gracias, me voy a la tienda. En el cuaderno de los linajes hidalguías, lo tengo localizado.

            Salió corriendo por el mesón de los Aranda de la Plaza Baja, saludó a los boticarios Quesada y al otro Andrés de  Aranda, también lo hizo a María de Aguilera en la tienda y torre del argamasón,  y se adentró en su escribanía tomó su cuaderno de linajes. Y se dijo así mismo iba leyendo : “ Todos Aranda, Aranda hasta en la sopa..  Comienzo con el padre:  Juan Guillén de Aranda casó con Lucía de Villalobos. Ya tengo el padre : este que tuvo un hijo, el que buscamos, Martín de Aranda  Villalobos, natural de Alcalá Real, casado con Beatriz de Arroyo y Valdivia, de Porcuna donde viven. Este a su vez tuvo  varios : - Juan, , casado con María de Varona y María de Córdova; otros fueron  Rodrigo  Alonso, Francisco; el cuarto Diego, Capitán, Alcaide de Orán, casado con Isabel de Rueda; el quinto  Cristóbal; , el último,   Hernando de Aranda y Valdivia, que combatió en Orán, Italia, y Alemania,  conquistador de Chile;  y ahora es encomendero de La Imperial y Valdivia desde 1565, casado con Bartolina de Miranda y Marañón”.

 

-Ya se lo dije a mi señor Góme Muñoz. Era un hombre importante. Y él , sin embargo, ni se entera   los amores lo tienen frito: anda con la cabeza en el mundo de babia. Y lo que no son amores. Esas letras lo han vuelto loco,  las lee y relee diariamente. Ordena, vuelve a revisar. Y de vez en cuando, pinta una escena en los libros de notaría.

 

 

domingo, 25 de agosto de 2013

AGOSTO, FRÍO EN EL ROSTRO. LAS FIESTAS PATRONALES.


AGOSTO, FRÍO EN EL ROSTRO. LAS FIESTAS PATRONALES.

 

El mes de agosto (el Sextilis, que recibió en el Imperio el nombre de Agosto gracias a la pax del emperador Augusto)  se espera ansiadamente por los vecinos de Alcalá la Real, y  de muchos lugares de España. Pues, se centran las fiestas grandes de muchas poblaciones, que suelen ser las patronales; parece como si, en estas efemérides, se hubieran focalizado las victorias más importantes, los tratados de paz más significativos o, simplemente,  los hechos prodigiosos más impactantes de la religiosidad popular. No es de extrañar que, en torno a la semana posterior del 15 de agosto, los romanos celebraran las Consualia,  y reservasen el mes de Septiembre a las fiestas a Júpiter el dios de los dioses y los hombres. Las Consualias tenían en común con las fiestas agosteñas su carácter agrario, ya que eran el disfrute del  descanso merecido  tras la cosecha de los cereales. instituidas por Rómulo en honor de Consus, dios  “que protegía las reservas de grano en los graneros y silos subterráneos, pero también de los consejos”, se  celebraban dos veces al año, en la mitad de Sextilis, el 21 de agosto, tras finalizar la siega de la cosecha, y el 15 de diciembre, fin de la vendimia. En estos días, los romanos descubrían el santuario subterráneo de este dios, y honraban también a Marte, dios de la guerra, y a los dioses lares, dioses de los hogares. Los caballos y los animales de carga  jugaban un gran papel en los aspectos festivos en medio de procesiones en la calle y adorno de casas. Agricultura y ganadería; guerra y paz, trigo y divinidad; materia y pensamiento.

En Alcalá la Real se concentraban tres efemérides en la celebración de este disanto:  por un lado, la fiesta universal  de Nuestra Señora de la Asunción, propia del calendario católico; por otro lado, se trasladó el día de la toma de la ciudad  de Aben Zayde por el rey Alfonso XI, aunque  otros suponen que aconteció, unos días antes, en la festividad de  Nuestra Señora de las Nieves; y, finalmente,  desde principios del siglo XVII  los cultos en honor a Nuestra Señora de las Mercedes, una advocación que se plasmó en una imagen renacentista que ocupaba el altar privilegiado de la Iglesia Mayor de la Mota.  Tendrá que pasar casi un siglo para que compartiera  la advocación de las Mercedes el patronazgo con Santa Ana. Sin embargo, si por  una parte el trabajo del campo convirtió los extensos terrenos de los montes y las tierras comunales en  campos de trigo  por las continuas  roturaciones que los reyes  les permitieron a los labriegos  alcalaínos para sufragarse  los gastos de guerras y  las fastuosas  empresas de la diplomacia y el protocolo, por otra parte el aspecto festivo olvidó  las antiguas justas, torneos, carreras de los caballeros de frontera  y transformó las fiestas  ganaderas en actividades  de ocio  sedentario: el teatro en la plaza pública, los autos  sacramentales,  los fuegos  de artificio,  los toros y capeas para los jóvenes con los asientos reservados para las autoridades  y el pueblo en la plaza pública, las luminarias y las trastornadas mascaradas. Y, por encima de todo, se cristianizó, como antes hicieron otros pueblos con el calendario festivo  romano, la fecha y fiesta de la toma de la ciudad. Con la paz  de los campos y  la pérdida trashumante de los ganaderos, también se instituyeron las solemnes vísperas con la visita de los comisarios del cabildo eclesiástico al civil, el momento principal y solemne radicó en la misa  de la mañana  y la procesión de quince de agosto.   

 
Y así pasó uno tras otro año, con algunos momentos inapreciables de tendencia laica. Lo que no pasó de largo  fue el dicho campesino “En agosto, frío en el rostro”.  Pues, Agosto  significa un profundo cambio climático para este territorio: por la mañana  te sobra hasta la camisa; pero, por la noche, la rebeca o la  chaqueta de verano son imprescindibles en los días de san Roque, de la Coronada y  de los prolegómenos de Septiembre. Incluso, en las actividades  que se celebran días antes del día de la Virgen en la  fortaleza de la Mota,. En ellas, se entremezcla la ficción con la realidad, la simulación de los antiguos juegos de cañas con la exhibición de los reptiles, el tenderte morisco con la espada  toledana, el vino torrontés con el arandadelduero, el pestiño alcalaíno con el mazapán toledano, el te moruno con el  arresoli ruteño;  las danzas del sarao comparten sitio con las del vientre, el canto flamenco con la soprano de la zarzuela, la música de cine con el baile
 de bulerías …y el cuento y  la leyenda se revientan en una  representación de la toma de  juglares del Arcipreste de Hita. Tiene razón el refrán de “siete agostos, siete rostros”, cada día de agosto se nos hace imprevisible por la climatología, pero también por la forma de rellenar el ocio. Pues, puedes  asistir a la inauguración de una muestra pictórica  o un concierto de una agrupación musical, un espectáculo infantil, un pregón religioso, un paseíllo, una salve , un ….. o  refugiarte de una tormenta pasajera que echa por tierra un concierto al aire libre o una barbacoa en una quinta de verano. Y es que en agosto las tronadas son más sonadas. Agosto apunta nuevos tiempos, nuevos mostos, recolección de nuevos frutos  en medio de tormentas imprevistas ¡Qué más quisiéramos que viniera alguna que otra tormenta  en este   agosto, y trajera buenos racimos y mejor mosto! Significaría que la crisis ha pasado, ha depurado los malos espíritus y unos nuevos tiempos de economía altruista han advenido con una nueva forma de compartir mejor  la vida social y laboral.        
 



 

 
 


 

martes, 20 de agosto de 2013

CAPÍTULO IX. EL ESCRIBANO PINTOR DESCRIBE LA PLAZA ALTA DE LA MOTA Y EL QUE ESPERA SE DESESPERA

                         No había hecho más que terminar la escritura de Martín Jufre de Loaysa y llamó a la puerta el criado de Martín de Aranda. Le comunicó que, dentro de breves momentos, llegaría su señor para hacer un arrendamiento de las tiendas  del regidor Alonso  de Magaña, su vecino en la Plaza Alta. En el trance de la espera, por eso que el que espera desespera, en  su interior, se lo come la ansiedad de no poder acudir a la cita con el cura Blázquez interrumpida en varios momentos  por las urgencias e imprevisiones de este azaroso día.  El escribano era el punto opuesto, el contraste fiel con la serenidad y armonía del erudito cura. Pues , mientras este se entretenía en transcribir las letras de  otra estela que subía al coro alto de la Iglesia Mayor Abacial, el  escribano no sabe donde poner sus posaderas. Le hervía la sangre.  


     Sale a la plaza para localizar los datos del contrato y se fija en todos los edificios de su entorno. Su tienda está rodeada  por  unas peñas  junto a la Casa de las Pesas de la Harina, las escaleruelas que accede a la plaza a cuyo flanco izquierdo se adosan varias tiendas del cabildo;  a la entrada  de la plaza  la tienda  que llaman del Portón, la que comunica con los adarvejos del  Cañuto,  y nueve tiendas con su corredor bajo dedicadas a sus compañeros los escribanos;   por la parte alta, otras nueve tiendas donde, a través de un corredor alto, se entra en los aposentos y establecimientos  de los  vendedores de telas, paños y otras mercancías. Se fija , en las tres del centro, que destacan, por un cuerpo de hastial que las precede, donde se encontraba la residencia del corregidor con una arcada, balcón y portada ( se dice así mismo, "buena presencia le dio Juan de Orea"); luego dirige la mirada hacia la zona meridional donde se encontraban la capilla,   la vivienda del alcaide  y la cárcel real  ( bello edificio coronado por unos castillejos en las esquinas y otro central ),  más hacia el oeste la casa de los  Méndez Sotomayor y varias viviendas  de hidalgos en cuyos soportales se encuentran varias tiendas, la botica de Aranda, las cuatro tiendas de Magaña, las tiendas y casa  del propio  Martín de Aranda, donde detiene la mirada  durante más tiempo para no equivocarse en el documento que va a escribir;  aguza la vista hace el fondo  y distingue otras  viviendas como las de Francisco de Gamboa, las casas  y hospital de los Monteses y  las dependencias de la Abadía; y sin forzar su vista,  parece como si  en la parte que mira casi al oriente , se le presentara de frente  el claustro gótico de la iglesia  Mayor que se unía con el cabildo  por un pasadizo superior añadido a la capilla del Deán. Cuando está a punto de volver a su escribanía , se detiene en el último edificio que cierra el círculo de su rápido  ojeo,   las Casas de Cabildo

La plaza no es completamente llana, sino irregular y con pequeños promontorios porque, por algunos ángulos de su superficie, resaltan  algunas peñas del lugar y  del mismo color de las piedras de las  fachadas de mampostería y  las portadas dinteladas.  Sobre todo, son muy señaladas las que ocupan la parte anterior de las Casas de Cabildo  porque sobresalen desde el suelo arrecifado y casi se conectan con los ventanales  y el balcón corrido de maderas del ayuntamiento. Por la parte de la cárcel y las viviendas de los Méndez de Sotomayor  mostraban algunos restos de casas derrumbadas y enrasadas  a duras penas para las fiestas y regocijos. En las fachadas de toda la plaza alterna  la piedra arenisca con los detalles salientes de ventanas y  balcones colgadizos, donde predominan el  mohoso hierro de los cierres y de los garabatos de soporte  y la madera ennegrecida por el paso  y  las inclemencias del tiempo.  

Prácticamente, habían pasado las fiestas de todo el año, pero quedaban algunos restos de los toriles portátiles para las fiestas de toros, pues este año se habían aplazado hasta la celebración de las fiestas de la Natividad de la Virgen María. Los almotacenes, durante toda la mañana, vigilaban a los peones contratados;  con  grandes escobones de retama, limpiaban los desechos de las verduras y hortalizas que habían vendido los hortelanos de la Fuente del Rey, las Riveras y del Castillo de Locubín. Jugueteaban algunos niños a tirar las piedras a los gansos  como si recordaran los  tiempos medievales. Los comerciantes salían a sus  puertas anunciando los nuevos productos:.” Paños catorcenos a bajo precio, estopa, sábanas de tiradizo y de Holanda,..   ” “Tafetanes variados”, “Sedas granadinas y de Murcia” “Terciopelos para la s fiestas…”. En la tandilla de aceite, se llenaban las alcuzas con un líquido viscoso que no ofrecía muchas garantías a estas alturas del  año. El pregonero, en las escalinatas de las  puerta de las plaza de la Iglesia y junto al Cabildo, rodeado de dos poderosos e hidalgos,  formaban un círculo de personas  y declamaba un bando del  corregidor anunciado una ordenanza sobre las sanciones a los gañanes que con su ganadería invadían los predios ajenos.

            Hay un bullicio extraordinario a la última hora de la mañana. Pues, muchos  clérigos salen de la iglesia Mayor tras haber oficiado todas las misas de sus capellanías. Pasan por la sacristía,  anotan las rezadas y cantadas  en el libro de registro y miran las tablas para los  deberes de los días venideros. El hambre acucia a todos  los comerciantes y vendedores, los escribanos se despiden de su oficiales  a las puertas de las tiendas de escribanía y los regidores comunican al corregidor los deberes cumplidos de sus delegaciones; a rapidez se apodera  de muchas personas por el tufillo  de las chimeneas, ya que expande un  olor entremezclado con  hierbas silvestres y recocido de vísceras y asaduras: se percibe una densa  atmósfera ,  oculta por  el humo negruzco de las chimeneas. Los carniceros desalojan los tablones de las carnicerías por debajo de plaza, y rellenan de grasa de animal  las lámparas de la torre de la Imagen, ya  que  les correspondía su  reposición diaria y el pago de los toros de las fiestas. Curiosamente,  de improviso el  alguacil mayor conducía a la casa del corregidor  a un esclavo berberisco que  gritaba “no tengo culpa ninguna, soy inocente, yo no coger nada, me lo dio ella”.

            Marín de Aranda cruza la plaza y se encamina a la tienda de Gómez Muñoz. Este lo recibe afectuosamente y le dice:

-Aquí estamos a servicio de su merced, ¿me ha traído los poderes?

-Estos son los poderes de Alonso de Magaña,  regidor de Alcaudete.

-Pues manos al asunto. Relleno los huecos del documento.  ¿Quiere que le lea el texto completo?

-Hágalo.

-Comienza con las formas de rigor del  arrendamiento, lo hace a la ligeras, casi tatareando, pero  se detiene con alta voz al llegar a  los nombres del arrendatario “Hernán Martínez, sastre vecino de la muy noble ciudad de  Alcalá la Real”;  y  también cuando  llega a esta parte : “  recibe en arrendamiento del licenciado Martín de Aranda Arroyo, que soy presente y en nombre de Alonso de e Magaña, regidor de Alcaudete  cuatro tiendas que son en la Plaza Alta, que alindan todas juntas  con casas  y botica  de Martín de Aranda Arroyo, por tiempo y espacio de tres años”.

-Y añada: “ fecha desde cuando  corre el pago, san Juan del próximo año; cantidad de la renta, 17 ducados”.

-Así ha quedado,

Se lo  relee. Mientras el boticario azuza su oído para que no falte detalle alguno.  

-Le he matizado “ en tercios pagos de cuatro en cuatro meses”- se lo manifiesta el escribano parsimoniosamente-  

-Está bien. Correcto.  

-¿Falta alguna cláusula más?

-Sí una muy importante,  “ que una de las cuatro ventanas ha de ser para mí el licenciado Martín de Aranda,  o a quien quisiere dejarla y la que quisiere tomar para  ocuparlas y tomarla en las fiestas o cuando se celebraran algún regocijo en la plaza”.

-Puesto está. Ya sé que es muy importante tener un sitial en la plaza: para los toros, la festividad del Corpus, los autos sacramentales, los regocijos de las fiestas extraordinarias, para los juegos de cañas, los ingenios de los gremios..

-Un hidalgo como yo , no puede verse privado de ocupar un asiento de hidalguía en un día del Corpus, mientras cantan...

-Perdona que le interrumpa. Tengo prisa, mi señor

-Apunte y no olvide, que las tiendas que ocupare deben estar en prefecto estado de sus tejados y sin menoscabo alguno; si no debe comprometerse con sus bienes y embargo el sastre.

-También, lo he escrito, Y además acabo con los mismos términos que otras veces he usado en sus arrendamientos.

-Correcto.

-Vengan firmen ustedes, y como testigos Alonso Mazuelos y Juan  Gutiérrez de Rueda, que tengo prisa. Me llaman de la Audiencia, otro lío con este chiquillo, que requiere mi ayuda.

 

Se retiran todos y el escribano se encamina a la tienda del corregidor. Se le acusaba que había robado unos cuantos  maravedíes a una anciana.

El criado  berberisco, de tez de color de membrillo, vio el cielo abierto cuando entró el escribano.  Parecía como si llevara un asunto entre ambos

-Déjele en libertad, le fío yo. Estoy en deuda con él. Me ha hecho algunos recados. --­---Pero debe e sufrir algún  castigo.

-Yo le ajustaré las cuentas.

-Gracias, mi señor, yo no he sido.

Se le acerca al oído al  escribano y le dice:

-Su dama no me hace caso alguno.

-Insiste. Dile que los signos divinos me acompañan. Díselo.       

Y rápidamente  marcha hacia la iglesia. El cura Blázquez le dice que hay que volver por la tarde o mañana, pues el sacristán está cerrando las puertas.

-Ya te contaré las nuevas marcas que he encontrado. Subiendo a la torre…  

 -Usted, puede tener las llaves...

-No, ahora no.                                  

             

viernes, 16 de agosto de 2013

POBRE DE MÍ


POBRE DE MÍ

 

 

 

A eso de  las once y pico de las noches, cuando retumba fuertemente el cielo en torno a la Fuente de la Mora al estallar la última traca de las fiestas patronales, todo el pueblo alcalaíno parece como si entonara sigilosamente un “ Pobre de mí, ya se acabaron las fiestas …. de la Virgen de las Mercedes de este año 2013”. Es como si sufriera una catarsis colectiva que se plasma en el juego de fuegos artificiales, denominado “Cuadro de la Virgen”.

  Atrás quedaron, en este preciso momento,  las vacaciones cumplidas de muchas personas, el encuentro tradicional de los hijos  y nietos ausentes durante todo el año-sólo por esta fecha tan señalada, los achaques vencidos y las enfermedades superadas, el objetivo ansiado de cumplir una promesa, el recuerdo y la memoria por la pérdida de los seres queridos, y un sinfín de sentimientos compartidos y disfrutados  alrededor de estas fiestas..

Cada uno entona,  a su modo  y vivir sino malvivir,  su “pobre de mí”: los hay que vuelven a sus casas y se las encuentran desgarrada por la ausencia de un familiar; otros, sin embargo, vuelven ilusionados pensando que cambiarán las circunstancias y soñando en no estar pendientes de ese hilo perverso de esta economía competitiva, cambiante y caprichosa-sí con tres c tan nefastas como las  otras circunstancias causantes de la muerte-, esa economía que transforma un contrato fijo de golpe en temporal, de temporal en  despido procedente; y del desempleo en la exclusión de la sociedad. Muchos otros vuelven a las tareas como si  algún revulsivo especial los hubiera transformado tras el merecido descanso: sueñan con nuevos mercados de sus productos elaborados  de forma autónoma o participando en la empresa privada o colectiva; ansían  que la maquinaria del sistema público  funcione como un coche sin chirridos de escándalos  ni de grasas de corruptelas  y ofreciendo las mejores velocidades de la sanidad y la educación;  y, deseando que el tiempo pasado haya sido una isla, para que, con la llegada de septiembre, cambie totalmente la vida, de modo que no se  estanque en el retroceso social ni en la pérdida de  muchos  beneficios de la sociedad de bienestar.

Pero,  “ el pobre de mí.” resonará como un simple eco y  no tendrá aliento  para otras personas a las que el mercado les ha cerrado la puerta laboral (Los ha convertido e inútiles antes de tiempo; los ha jubilado sin gozo ni paga).  Y el “ pobre de mí” será mucho más real y verídico,   no sólo para ese  cuarto mundo,  que existe entre nosotros y nos rodea sin darnos cuenta, para aquel que no puede llegar ni a la primera semana del mes o  no tiene recursos para afrontar el pago de las necesidades básicas: el alimento, la luz, el agua… sino también para aquel que le da vergüenza acudir a una reunión amical porque no puede compartir nada sino las migajas de las ayudas estatales Desgraciadamente, también “será el pobre de mí” para muchos profesionales jóvenes que no encuentran trabajo  tras las muchas fatigas  durante sus estudios  brillantemente conseguidos.

Ojala, la salva de fuegos y los aplausos finales de la colectividad  festiva  nos hicieran cambiar a todos  y nos quedáramos en luchar por la alegría  y el trabajo compartidos, y qué mejor que  conseguirla  con una economía solidaria, y con  lo que conlleva  de esfuerzo, participación y reflexión  colectivos, o sea  de todos los miembros de la sociedad  alcalaína .   

. ;.  .         

miércoles, 14 de agosto de 2013

CAPÍTULO VIII DEL ESCRIBANO PINTOR . EL MAYORDOMO MARTÍN JOFRE DE LOAYSA


 

 

         Capítulo VIII.

         EL MAYORDOMO DE MARTÍN JOFRE DE LOAYSA

 

“Tolla crucem”. “Que coja su cruz, mi cruz, mi pasiones, mis enredos, mis progresos, y mis regresos, mis faltas, sus ausencias, mis carencias,  mis presencias  “, esto iba rumiando  en su pensamiento el escribano sin hacer ni caso al escribiente, que le dirigía la palabra:

-Señor, es un asunto del mayordomo de Martín Jufre de Loaysa, veinticuatro de Granada.

- Y, ¡que más da!  Se…met irsum …et….tollat crucem y al principio  abneguet ….y al final y repetía una y otra vez  estas palabras sin mirar al escribiente mientas que,   cabizbajo,  se encaminaba a su tienda de los corredores, siempre con la cabeza vuelta y  la mente puesta hacia el muro que daba a la puerta del campanario.

-Sí, mi señor, el asunto es nada menos que de Martín Jufré de Loaysa, el  procurador que fue a las Cortes de Carlos V representando a la ciudad de Granada  y, en 1558, donde  le dieron e el honor de ser caballero de la Orden de Santiago. Hijo de  padres de  gran abolengo  que siempre han prestado  buenos  y grandes servicios a la Corona.

-Loaysa, dices … sí vis   sequi  me . Ya lo sé y conocí  a  sus abuelos  Diego de Loaysa que  se casó con María Cepeda y vino a Granada con motivo del traslado de la Chancillería desde Ciudad Real a la ciudad de la Alhambra en 1505.

- Sí, mi señor, su abuelo fue  nada menos que alguacil de la Chancillería  Real de Granada.

-abneget se met- y el escribano le mantenía  la conversación con dos oídos que le permitían seguir  las dos conversaciones-sus padres  Jerónimo de Loaysa y Cepeda, también de Ciudad Real, donde e casó con doña Francisca de Zúñiga, y luego , en segundas nupcias con la astigitana doña Catalina Perea en Granada, cuyo hijo es nuestro  don Martín Jofre de Loaysa y Perea. 

 - Perdone, que lo haya interrumpido,  pero es  nada menos que veinticuatro de aquella noble ciudad. Enrolado en las familias hidalgas granadinas, pues se casó  con doña Gabriela de Bazán y Laso de la Vega y han tenido  dos hijos: don Diego Jofre de Loaysa y don Jerónimo de Loaysa y Bazán. Un hombre fundamental para  arreglarnos los muchos expedientes que tenemos atascados en esa instancia. Y ¡ con los pleitos que  tenemos entre manos!

-Experiencia tiene y relación con Alcalá también, pues estuvo presente en todos los pleitos de l famoso arquitecto Diego de Siloé y Ana de Bazán tras los contenciosos que surgieron tras su muerte. Y, además era muy amigo de Francisco de Gamboa. El que fue nuestro vicario años ha y ahora lo es de Granada.

-No lo sabía.

-Bueno al grano . ¡A qué viene el asunto?

-Se ha presentado  su mayordomo Bernardino de Frisco y quiere arrendar las casas que posee en la Mota, pues se necesitan para un asunto oscuro del patronato de l Hospital de San Juan de Dios.

-¿A quién se las arrienda?

-A Lucas Maldonado –

-Pues, vamos manos a la obra..
 

- Dame la pluma y la tinta, pues espero que hayas redactado todas las fórmulas de rigor . - Voy a comprobarlo “ Sepan quantos esta carta de arrendamiento vieren--…..el escribano seguía leye3ndo a la ligera hasta que se paró de seco- Ponga lo siguiente  Lucas  Maldonado,. Vecino que soy ..

-Eso ya esta puesto de la muy noble….-interrumpió el escribiente- y las siguientes frases hasta “que recibo en arrendamiento ..”

-Pues anota bien “ de Bernardino de Frisco en nombre de don Martín Jufre de Loaysa, caballero de la Orden de Santiago y  veinticuatro de la moble  ciudad de Granada y como su mayordomo, -

-Sus casas, señor Gómez, indudablemente, 

Sí “ sus casas de la Mota de esta ciudad  que alinda por la parte4 de abajo con casas de doña Francisca de Mazuelos Monte  y por lo alto  con casas  de  doña Leonor Marañón, religiosas, por tiempo de un año cumplido q            ue cuenta  desde el primero de san Juan de este año”.

-Lo que es normal y en qué cantidad

-“ en prescio del dicho año en onze ducados repartidos en los tercios del dicho año dee quatro en quatro meses.. “

-Lo demás,  las fórmulas de rigor, hipotecas,, carencias , despido,  y la fecha de hoy.  

-La pongo y acabo y firmamos los presentes.

-Vamos firmad, Cristóbal de Vílchez y Pedro Corrales, y  para confirmarlo,  yo acabo con mi rúbrica.

            Una vez que se marcharon todos, se quedó solo en la tienda de escribanía. No hacía más que  darle vueltas a la cabeza “ tollat crucem”  “sequi me” Pero Se detuvo un momento y  relacionó  las fórmulas y no le coincidían con nada ,  Se dijo “ Ana de Bazán, mujer de Diego de Siloé, Gabriela de Bazán , mujer de Martín de Loaysa;  Francisco de Gamboa  fue vicario de la abadía y ahora es de Granada. Recuerdo que muchas familias alcalaínas tenían tratos con otras  familias granadinas  y se ven entrampadas e hipotecadas por censos y préstamos, Un escribano antepasado mío Gonzalo Cabrera le paga todavía  un préstamo a Siloé. Martín de Loaysa vino, de seguro a Alcalá y compró esta casa . Diego de Siloé  intervievo en nuestra iglesia Mayor. Y, puso las quimeras, los animales fantásticos, los personajes míticos de la capilla del Baptisterio y  el tollat crucem . Entonces ¿ a qué viene todo este desasosiego interior? Me estoy comiendo el cerebro como una polilla-……-

 

 

 

                    

lunes, 12 de agosto de 2013

CAPÍTULO VII DEL ESCRIBANO PINTOR. TOLLAT CRUCEM.



 
 
 

                                   TOLLAT CRUCEM
 
 
El cura Bláñez estaba considerado como un experto , al que recurrían todos los notarios para que les ayudara en la transcripción de los documentos medievales y en la traducción de los libros latinos. Lo que no sabía el pobre sacerdote era que, aquel día,  era utilizado por un  joven escribano que pretendía desembarazarse de muchas preocupaciones que lo angustiaban internamente. Le habían dicho que  en aquellas letras y en algunos lugares estaba la clave de su destino particular y , a su vez, de su futuro amoroso. Por eso, se hizo el tonto para comprender lo que no sabía, y más aún para descubrir lugares y sitios insospechados.
            Había pasado el  umbral de la puerta y, al instante, Gómez Muñoz sintió en su propio cuerpo como si se sintiera liberado de una azogue interior que le minaba diariamente. Se identificaba con una persona acosada por aquellos seres misteriosos que le zaherían  desde la torrecilla de la escalera de los pies de la iglesia, mientras se asomaba a la  puerta de su escribanía.
            Miró al altar mayor y se santiguó. Pero, inmediatamente su vista se dirigió hacia los medallones de la capilla del Baptisterio. Le preguntó al cura Bláñez:
-¿Son esos los padres de los antepasados de los Aranda? Pues lo he escuchado  en varios corros de personas hidalgas.
-Me dirá- le cortó de un golpetazo el cura- que está enterrado una rama de la familia de los Aranda. Pero nada más.
-Pero, parecen como si fueran auténticos retratos.
- Tal vez lo sean. Son auténticas representaciones de artistas que saben lo que esculpen.
-Me dan miedo. Me parece como si expresar el sentimiento anterior antes de llegar  a leer la leyenda latina que acabamos de leer .
-Que no te den miedo. Son figuras que representan el Temor, La Prudencia, la Sabiduría...  
             -La primera es de un hombre lleno de temor.
-Eso, el temor de Dios.
-La Segunda, una mujer como huyendo y alterada de algo, ¿. la Prudencia? Algo deben significar…
-Una mujer alterada y un hombre lleno de temor ¿ Por qué?
-Ya lo comentaremos. Hoy sólo me he traído sino la Vulgata y nos vamos a centrar en  los textos latinos. Vayamos por partes.
 
Lo adentra en la capilla bajo la bóveda vaída, cuyo centro son una corona  de flores  y un juego estrellado. El escribano vuelve a preguntar por si tenía algún misterio. Está intrigado. No hace pensar si eso se refiere a su estado actual. Pero el cura le corta en seco. No quiere más debates.
-Fíjate en el arco y en su leyenda
-Veo tan solo “tollat “……bueno "cru"
-Eso crucem
Pues está claro, ya tenemos dos palabras “ tollat crucem”- pensaba  y hacía suya la frase que "mis sentimientos me los eche encima, que mis acosos, mi s desosiegos…
 
 
El cura, inmediatamente , echa mano a la Vulgata y le manifiesta:
-Me suena a san Lucas  cuando dice: dicebat autem ad omnes si quis vult post me venire abneget se ipsum et tollat crucem suam cotidie et sequatur
 
-Yo  veo semet y ahí no está. No obstante en castellano se traduce de qué manera.
Y muy solemnemente el cura declamaba:
Decía entonces a todos: --Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día y sígame.
-Pasemos a Marcos que es muy parecido por si tiene el semet
-Vamos , manos a la obra
-Capítulo  8  en el versículo 34 “ et convocata turba cum discipulis suis dixit eis si quis vult post me sequi deneget se ipsum et tollat crucem suam et sequatur m
-No están  el semet ni el irsum
-Que no es irsum , sino ipsum . Eres una calamidad como el pintor. Antes que me preguntes, te lo digo: “Y llamó a sí a la gente, juntamente con sus discípulos, y les dijo: --Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame”
En este momento, se acerca el escribiente de Gómez Muñoz  y los interrumpe.
-Señor, ha venido un vecino que necesita urgentemente un papel.
Se marcha Gómez y el cura trata de encontrar el versículo de San Mateo. 
-Me suena a san Mateo, aquí lo tengo  a este evangelista.
-Me voy, pronto vengo.-..
-Claro que sí, el recaudador de impuestos-mientras pasa las hojas del libro  y se salta la Infancia de Jesús, elude la Pasión,  y se pregunta si estará entre el quince y el veinte capítulo.
El escribano sale corriendo por el portón  mientras pensaba " debe ser algo de tomar  la cruz , un anuncio". Vuelve a dar vueltas a su cabeza sobre si esa inscripción es un hito de su propia pasión, su sufrida vida.
-Ya lo tengo, dice así   dicebat autem ad omnes si quis vult post me venire abneget se ipsum et tollat crucem suam cotidie. ¿Dónde habrá visto ese hombre semet . ¡Qué analfabeto irsum! ¡En qué estará pensando!
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

 

 
 

domingo, 11 de agosto de 2013

CAPÍTULO VI DEL ESCRIBANO PINTOR. EL MISTERIO DE LAS INSCRIPCIONES LATINAS.



 
CAPÍTULO VI DEL ESCRIBANO PINTOR. EL MISTERIO DE LAS INSCRIPCIONES LATINAS. 


 

Blázquez y Gómez Muñoz   dejaron atrás las  pinturas de las Casas de Cabildo, pues algunas se hallaban ilegibles, y entablaron una profunda disputa  sobre el significado y  el contenido de las inscripciones y pinturas latinas de la Iglesia Mayor.  Se  pusieron de acuerdo, tan sólo,  en hacer una visita rápida y. luego llevar a cabo la interpretación de aquellas misteriosas letras.

Gómez Muñoz no quiso entrar a la antigua y pequeña  Iglesia Mayor, de estilo gótico,  por la parte donde se ascendía a las Casas del Cabildo. Dio un rodeo  por detrás  del Cabildo,  claustro  de la iglesia  fachada sur de la capilla del Deán, casas del Hospital de los Monteses y  se adentró por los pies de la nueva iglesia renacentista que cubría parte del templo gótico ya que  era, además, lo único de la nueva construcción que se levantaba con gran esfuerzo de los fieles y parte de los diezmos. El cura Blázquez   le señaló extendiendo la mano hacia el cielo   la frase latina que presidía la cornisa  del arco carpanel de  la portada.

-Fíjate, Gómez, y lee.

-mosén Bázquez, es algo así como HIC… NONNE … ALIUD NISI  DOMUS DEI ET PORTA COELI…?

-Nonne en modo alguno.  Pues es una frase  afirmativa, y sin ningún signo ni  entonación alguna de interrogación. Ten por segura que es una frase del Génesis.

-Y en donde se encuentra dentro de la Vulgata.

-No lo sé con exactitud pues me parece  que  se refiera a alguien posterior a Isaac. Por eso, me he traído el libro de consulta por si tuviéramos dudas o interpretaciones erróneas- interrumpió el docto cura dando muestras que había empleado esta frase en muchas ocasiones de sus sermones y en las lecturas que frecuentaba sobre Tomás Beckett que contenían muchas alusiones bíblicas.

-Entonces , nos quedamos con  la siguiente inscripción de saludo a nuestra sede abacial “  HIC ALIUD NISI DOMUS DEI ET PORTA CAELI”
 . Me suena esta frase a un paisaje del Génesis,  en un pasaje de Jacob.

-Y, a mi también, la he visto en la mismísima catedral de Granada y en muchos altares pórticos de iglesias.

- ¿Por qué la pondría el arquitecto de esta iglesia? ¿No sería Siloé quien se la enseñó a Martín de Bolívar, su maestro de obras en la ciudad de la Alhambra,   en aquellos tiempos de  compartir trabajo cuando la puso en la catedral de Granada?

-Cualquiera sabe…Y si el patrono de esta iglesia quisiera presentar  un enigma…. Fíjate de que estamos rodeados a lo largo de todas las mansiones de nuestro alrededor: seres mitológicos, animales fabulosos, monos  en los capiteles de las casas…de

-Incluso, en la  altura,  en los antepechos, en los aleros, en  las partes de las cornisas superiores y  en las gárgolas, estamos rodeados de estos mismos seres, alguna que otra quimera  y… hasta algún que un hombre lobo. Parece comos si quisiera espantar a alguien . O  como si  estos seres funcionaran como escudos  para que no pudiera entrar a este recinto sagrado.

-Es verdad que muchos intentaron entrar por la fuerza y no pudieron. Acuérdate del cardenal Merino cuando acudió con su tropa para incorporar la abadía a sus sede diocesana de Jaén.

-Creo que vas desvariado totalmente. Me parece que cada animal fantástico trata de apartar los tradicionales de la lujuria, la gula, la pereza, la envidia, la usura, la codicia—Por eso,  déjate de historias.

-Pero, en verdad que algo tiene que transmitir, porque de  pronto, te ponen esta frase bajo el arco carpanel, ¿quizás tiene más bien un sentido religioso que te introduce a una nueva vida”.

-Parece como si el mundo y el demonio  y la carne hubieran desaparecido de un plumazo,  y al pie  de este monumento,  al pasar el umbral del arco,  el recinto  cambiara de estado anímico, No tengo, duda de  que estuviera protegido con los animales fantásticos.

-Y eso ¿ qué tiene que ver con el  maestro de obras? Si este era simplemente un mandado,  ¿ no influiría más bien el abad de aquellos años? , un tal Juan de Ávila. Un hombre  de espíritu renacentistas, formado en la universidad salmantina que le hizo poner aquellos versículos. 

-No quiero sacarle punto al lápiz, pero  se trata  de como si estuviéramos la misma sensación  de Jacob, cuando soñaba que comenzaba la escalera del cielo  en aquel monte- A mí  me sucede lo mismo,  mientras reposo junto  al umbral de la puerta, en medio de los escudos de los abades, los adornos de las dovelas, y las pequeñas imágenes de los pedestales, me siento  como Jacob cuando soñaba… 

El cura Bázquez se había acompañado de la Vulgata y , al momento, abrió el pasaje del Génesis que se encontraba en el capítulo 28 versículo  10, al mismo tiempo que le hacía recordar que la iglesia de la Mota se encontraba en un sitio bastante elevado, rodeado de montes de flora mediterránea. Y comenzó

“Salió, pues, Jacob de Beersheba, y fue a Harán.  Y llegó a un cierto lugar, y durmió allí, porque ya el sol se había puesto; y tomó de las piedras de aquel paraje y puso a su cabecera, y se acostó en aquel lugar.  Y soñó: y he aquí una escalera que estaba apoyada en tierra, y su extremo tocaba en el cielo; y he aquí ángeles de Dios que subían y descendían por ella. Y he aquí, Jehová estaba en lo alto de ella, el cual dijo: Yo soy Jehová, el Dios de Abraham tu padre, y el Dios de Isaac; la tierra en que estás acostado te la daré a ti y a tu descendencia.  Será tu descendencia como el polvo de la tierra, y te extenderás al occidente, al oriente, al norte y al sur; y todas las familias de la tierra serán benditas en ti y en tu simiente.  He aquí, yo estoy contigo, y te guardaré por dondequiera que fueres, y volveré a traerte a esta tierra; porque no te dejaré hasta que haya hecho lo que te he dicho.  Y despertó Jacob de su sueño, y dijo: Ciertamente Jehová está en este lugar, y yo no lo sabía”.

-Blázquez, cómo ahora nos encontramos nosotros, hemos dejado la plaza, escuchamos los lamentos de los enfermos por las ventanas del Hospital y el silencio  nos invadido completamente. Tengo miedo.

-Pareces a Jacob. . Fíjate  en este nuevo versículo: “Y tuvo miedo, y dijo: ¡Cuán terrible es este lugar! “, quítatelo de encima. Ten confianza. Es un espejismo, pero esto quiere conseguir este lugar. Es un lugar mágico.

-Mágico, en modo alguno. De santuario como el de Jacob pues ¿por qué razón los visigodos pusieron su iglesia uy los musulmanes la mezquita aljama?

- Calla, calla, que me falta el versículo final: “ No es otra cosa que la casa de Dios, y la puerta del cielo”. 

El escribano abrió sigilosamente  el recio portón  y se adentró a la capilla del baptisterio, que algunos llamaban ya del Descendimiento, ( un cuadro de Jesús bajando de la cruz entre las manos  de Nicodemo y ante la expectación de las mujeres del Calvario, mientras escucha el salmo 42 suplicando el cambio de vida para librarse de los enemigos,  y se quedó con  estas palabras latinas   que resonaban del  canto de los capellanes de coro: “
“Emitte lucem tuam, et veritatem tuam, ipsa me deduxerunt, et adduxerunt in montem sanctum tuum, et in tabernacula tua. Et introibo ad altare Dei, ad Deum qui laetificat iuventutem meam”.
-No me vengas con los latines, que tú sabes castellano” Dame la luz de tu verdad,;y los llevaron al monte santo y tus tabernáculos. Y yo entraré al altar de Dios que alegra mi juventud…”
-¿No lo ves, Gome, hemos pecado, debemos librarnos de los espíritus malignos y entrar al monte sagrado, la Mota, y a su tabernáculo que es la Iglesia de Santa María la Mayor?
-Ahora comprendo todo. Esto es un sitio de misterio. Un cambio. Pero fíjate que letras aparecen escritas en el arco de la capilla. Semet…tollat… Suam crucem ..
-Vamos a la Vulgata y completemos.
- Déjalo para mañana, mientras pintas otro dibujo, lo completamos  y averiguamos su sentido.. .
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