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viernes, 9 de agosto de 2013

" ESAS LETRAS QUE ESCULPEN Y PINTAN LOS SARDOS…."


CAPÍTULO V. EL ESCRIBANO PINTOR AYUDA A DESCUBRIR LAS MISTERIOSAS PINTURAS DE LA MOTA.
" ESAS LETRAS QUE ESCULPEN Y PINTAN LOS SARDOS…."


VITOR Lde

Gómez Muñoz casi había terminado el trabajo de aquella mañana de un día primaveral y ya no tenía más clientes. El último era el afamado capitán y regidor Juan de Aranda Figueroa que había hecho un contrato con Andrés de Ibáñez sobre unas tierras de una extensión de diez fanegas en los pagos de Majalcorón: y con una renta de un cuarto de lo producido puesto en la era.. Se acercó a la puerta para estirar los pies y mover los brazos como si quisiera recuperar las energías perdidas en la concentración de hacer una buena letra en el anterior documento notarial. En la plaza merodeaban varios chiquillos que jugueteaban con el palo del Corpus, intentaban subirse y resbalaban causando las risotadas de los mayores, que los increpaban “a ver quien se lleva los pañuelos de seda el día del Señor”. Otros preguntaban sobre los ingenios que este año llevarían la comparsas de los gremios. Se le acer
Vitor Ldo. de Ávila

có un campesino intrigado por las escrituras, de pintura de sangre de toro, que estaban colocadas entre las ventanas dinteladas del cabildo,   en la parte que miraba la Plaza Baja, por encima de las tiendas de las tiendas alquiladas del ayuntamiento...
-Veo una V, y algo alargado en medio, señor escribano, y me pregunto a qué viene esto.
-Amigo, es un vitor, o un victor. Da igual- le respondió el escribano como si quisiera darle una lección erudita al pobre analfabeto
- ¿ Que es eso? Pues yo solo veo dibujos.
-Es un anagrama de palabra latina víctor que se coloca cuando una persona triunfa u obtiene un título de estudios, bachiller, doctor, licenciado...Es algo que sale del alma, cuando tenemos ganas de vitorear y exclamamos “Viva”.
-Pero, parece muy antiguo- dijo el campesino extrañado que en una dibujo se concentrara esa interjección del espíritu.
-Sí, amigo, es antiguo: era el crismón del Bajo Imperio; los que hemos estudiado en las universidades somos testigos de verlo en las paredes de los colegios universitarios, sobre todo a los que acuden los curas de prestigio, los abogados, los médicos y tantos otros que llamáis doctor. Muy frecuente, en Salamanca, abunda Granada y en Alcalá de Henares. Si nos re4montáramo a tiempos romanos,  ya  aparecía en monedas, estandartes y, con el tiempo, pasó a formar parte también de los escudos de los legionarios romanos.
Se acercó el escribano de la tienda de al lado, la de Alonso de Castro que conversaba con el cura más culto de la Abadía, el cura Blázquez. Este los ilustró que, según cuenta leyenda, al emperador Constantino, durante la noche anterior a la batalla del Puente Milvio, se le apareció entre sueños la cruz junto a las palabras de «In hoc signo vinces».
-Pero dígaselo en palabras del pueblo “Con este signo vencerás».
-Y qué paso?
--Pues, nada, que al día siguiente éste sustituyó el águila imperial de los lábaros po r el crismón y ganó la batalla.
--Y, por eso, -dijo Gómez Muñoz- Poco a poco, se transformó en los escudos romanos hasta adoptar otra forma muy diferente.
-Y , además, ya es un símbolo universal del Víctor, Escudo de la Victoria o Victorioso.
-¿No comprendo dónde puede encerrarse tanto significado?
-Pues se lo voy a indicar en aquel dibujo. No ves que se combinan las letras V,
-La más clara-le dijo el campesino.
-Luego I, se encuentra en el trazo recto.
-Y con el trazo horizontal encima forma al mismo tiempo la letra T, mientras la O s enrosca en la base.
- Todo esto lo veo, pero donde se halla la R .
-Unida a parte de la O con el rabito de abajo.
-Te lo imaginas.
-Que no , fíjate, fíjate.
-Me falta la C.
-Bueno, aquí se encuentran varias posturas de los pintores y de los sitios. Pero voy a sacar un libro de mi tienda de escribanía sobre la heráldica. Nos aclarará todo.
Lo trae y lee en voz alta: 
Vitor de las Casas de Cabildo


“….y que con el tiempo se añadió a una figura similar a la C, lo que en heráldica se denomina un creciente, aunque muy estilizado, aludiendo al blasón distintivo del papa Benedicto XIII de Aviñón (el Papa Luna, 1394-1423), como agradecimiento por los privilegios concedidos a la Universidad. De ahí parece provenir la expresión poner sobre los cuernos de la luna (con el significado de alabar o encomiar). La disposición de la media luna en ese anagrama se describe con los cuernos hacia abajo, y en la parte inferior, quedando en la parte de arriba el diseño aún más antiguo de los vítores al sabio o los vítores clásicos de Salamanca, o sea el anagrama sin la C".
-Y aquí, señores escribanos, ¿ a quién se le da el viva?
-Eso está más claro.
- Pero yo no sé leer.
-Lea , señor Blazquez, ya que domina la inscripciones de maravilla.
-Ldo , o sea licenciado, de ( con la e metida dentro de la d) A..vi..la..
-Y, ¿qué pinta este señor, si las casas se acabaron por los años cincuenta?
--Ya ha caído en la trampa, cree que es el abad Diego de Ávila.
-Entonces, quién.
-Un hijo de Montesino
-Ah , de Ávila.
-No ves que ya los hijos de los caballeros no van a la guerra y se dedican a los estudios. ¿No viste el sonado jolgorio que hicieron cuando alcanzó la licenciatura?
-Ah, sí . Claro. Ellos tienen con qué pagar para estos dispendios a los Sardos.
-Ellos son de origen italiano, como Constantino...



 

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