CAPÍTULO IV. ¡VIVAN LOS NOVIOS!
Eran las
diez de la mañana y acababan de irse los
nuevos molineros de don Diego de Cabrera. A continuación, se presentó un matrimonio joven, formado por
el zapatero Cristóbal Núñez y la moza María Navarra ( así la llamaban por
proceder sus antepasados de tierras de
san Fermín). El primero venía acompañado de su padre Gaspar Núñez y la mujer de sus padres Pedro García Navarro y Cecilia Ruiz.
Efusivamente los saludó el escribano:
-¿Qué os trae por estos escritorios?
-Cosas de del desposorio, la dote de mi hija –dijeron al
unísono los padres de María.
-No tiene pérdida alguna, es la Navarra como tú pero en
femenino. Como es lógico, la dote, que habéis otorgado, para que quede impresa.
-Claro, señor escribano.
-Niño acompáñalos, ve
a su casa y rellena en este folio todos
los enseres que aporta María Navarro- dijo
Gómez Muñoz.
Salieron los reciéncasados con
sus padres y bajaron a una casa sencilla, de puerta adintelada y paredes de
mampuesto situada en una calle estrecha del barrio de Santo Domingo. Abrió la cerraja de la puerta el marido y dejó pasar
al escribano en primer lugar.
Subieron al primer piso, donde
estaba el cuarto de dormir, pequeño no
más de tres varas por cuatro de ancho y
largo. Comenzó a anotar.
-Dime, María que has traído para
el casamiento.
-Lo normal de un dormitorio muy
austero, lo que suelen dar los padres a las casamenteras.
-Pero, lo normal varía.
-Los aparejos y enseres de una
cama: dos colchones que hemos hecho con 27 varas de estopa, un juego de sábanas
y sus repuestos.
-¿Cuántas son?
-Dos sabanas de estopa, una de
lienzo, otra mediana, que se completan
con dos delanteras de la cama, una de red y otra de ruán labrada de seda negra.
-. Qué tendrán su complemento en sus almohadas
de lienzo del mismo estilo.
-Claro que sí. Pero. Estas están
acrecentadas, hay tres juegos de cada
una. Junto con una cerca de cama de tiradizo
de color amarillo y colorado.
-Y, como es natural, cubierto
todo con un guadamecí de cuero y un tendido listado que cubre
la cama.
-Lo normal. Y ese poyal para
cubrir el poyo, de Lerena. Y dos cojines, lo que llamamos almohadas de suelo.
Tras recoger por escrito esta sencilla cobija, bajaron
a la cocina y el escribano no preguntó nada, simplemente anotó directamente en su folio doble: En
la cocina, varios manteles de lino y mediados, paños y
maseras de estopa para abrigar la masa a la hora de fermentar., algunas toallas de estopa, una fresadora, caldera de
cobre, un cántaro, unas trébedes, unas carpíass o raederas, dos candile4, un
plato, dos saleros, …Se detiene al escribir y pregunta en el salón de estar o cuarto bajo
-Y dentro del arca, ¿ qué?
-Cinco camisas de mujer, un manto de estambre, dos
faldas, dos tocas, ..
-De muebles en esta sala baja, ¿hay
algo?
-Lo que ve: una mesa con su
banco, otros tres bancos más grandes,
dos sillas
-Por lo que veo en sus anotaciones,-
dijo el padre-, importa todo 5.504 maravedíes.
-Exacto. Pues, vamos con este
borrador al escribano.
Al llegar por el Cañuto, se asomó
el escribano y les dijo que esperaran e hicieran cualquier encargo o compra en
las Entrepuertas. Pues, se le había caído encima varios pleitos de impagos, que
habían dado con un pastor pegalajareño, que apacentaba los ganados de Alonso del Castillo, en la Cárcel Real y un asunto urgente de
justicia, tramitado por el corregidor .
Mientras esperaban en la plaza,
salía de la escribanía un hombre con una herida en la cabeza acompañado de dos alguaciles.
Se dijeron entre ellos:
-“ Cosas de pastores”
Desde de debajo de los corredores
hasta el portón de la Cárcel, se escuchaban voces.”me robó mi perro”, ” se
llevó el cabrito de mi señor” y no tuve más remedio”---“ y con una honda me
cazó, no tuve más remedio que sacar la faca … ”. El alguacil menor le dio un
fuerte empellón y lo metió en el presidio.
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