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miércoles, 30 de septiembre de 2020

OTRO APUNTE DE LA ERMITA DE SANTA LUCIA EN FRAILES. UNA NUEVA DONACIÓN DE PEDRO DE VALENCIA.

 





 

Ante el escribano Hernán Sánchez, en 25 de mayo de 1558 (Legajo 4658 Folio 256 r/v) se llevó a cabo un documento de donación importante para el culto  dentro de la ermita de Frailes. Ya nos hemos referido a una anterior y al testamento del donante el mesonero Pedro de Valencia, posterior a este . En concreto, encabeza el documento donador bajo la intención “mediante el cadyuvatorio divino movido con el celo de Dios Nuestro Señor  fundé y tengo edificada una casa y ermita  que dicen de Santa Lucía  en mi propia tierra heredad que yo tenía y tengo en el término de  esta ciudad , en el sitio que dicen de Frailes, en cuya dedicación y edificación he tenido por coadjutor  a Pedro Martínez, avitante en Frailes, santero en la dicha ermita, así en ello, como en aver tenido a cargo de su gobierno desde acá hasta agora ”.  Por las buenas obras y buen servicio, que había prestado a la ermita, Pedro de Valencia le donó un solar para hacer una casa con que cuidara la ermita y los ornamentos. Y afirma “ porque tengo confiado de vos lo propio haréis, de aquí en adelante para que vivir  cerca de la dicha ermita resultara perpetuidad en tener guardado de limpiar e aderezar  e de tener la custodia y guardia los ornamentos y otras cosas de ella, movido con el dicho celo y en gratificación de lo pasado en lo que yo estaba obligado por facer la dicha obra,” hacía donación libre y sin ataduras “ de un solar para hacer una casa que está en mi tierra estaba junto al adyuvatoio de la dicha ermita y alinda con la qual hasta la puerta de la entrada de la dicha ermita, do está la primera cruz e linde de huerta del doctor Jarava  yendo por la calle hasta una encina que allí está y quedando fuera de ella y está entre los terrados  de mi y tierras de Bartolomé Montemolín”.

Con esto donaba la casa del santero para guardar la ermita a perpetuidad, y muestra que era ya el culto frecuente en ella.

 

 

martes, 29 de septiembre de 2020

LOS MATERIALES DE UN ZAPATERO


 Por la carta de aprendiz de Pedro, hijo del  tejero Alonso López,  para aprender el 

oficio de zapatero con el naestro Pedro de Martos, podemos resumir la enseñanza no reglada del oficio de zapateria. Ante Hernán Sánchez 24 de enero de 1558.

 

 

El  padre dejaba su potestad patria de comida, bebida, vestido e, incluso, cuarto de dormir en una cama donde durmiera a favor del maestro.
👀



Por su padre el maestro de obligaba a dar el vestido de un sayo, caperuza, capa, jubón, calzas y zapatos, 

El alumno se oligaba a servir y a todos los servicios que le pidiere el maestro y aprender y trbajar en el oficio de zapatería. 

Cursos: Siete años.Un tiempo suficiente pa poder aprender el oficio y vida buena para sobrellevarla.

Materiales: Caperuza, capa, calzas, zapatos,  sayuelo, jubón,  y camisas como vestido nuevo del paño de la tierra. 

El objetivo se definía como conseguir el aprendizaje del dicho oficio e demás de todo lo ordinario.

Los materiales era una esportilla en la que entraba un tranchete, una docena de agujas, tijeras , boj, una pujadera, seis aleznas ( todo esto se denominaba un oficio para poder usar su oficio). Todo debía ser nuevo y no podía usarlo ni aprender de otro oficial distinto al maestro compromisario.

Como condición era básico el cumplir con el pago de los materiales, comida, vestido y cama  y herramientas por el maestro; y a permanecer en el puesto de aprendiz zapatero durante los años concertados y pagar en vcaso de marcha las consecuencias.  


lunes, 28 de septiembre de 2020

EL LICENCIADO ESTEBAN MARAÑON

 







La familia Marañón ha sido investigada por miembros de su estirpe. Los datos más recientes que comentamos por nuestra parte se referían al Catastro de la Ensenada. En el siglo XVIII, en  la calle Gala, se encontraban los oficios secundarios y los viudos y solteros. Es curioso que, en esta calle, se mantuvieron los telares y los oficios derivados con la industria lanera(José Marañón, vecino 168, tejedor de paños, de 62 años, casado y  Juan Marañón , vecino 174, casado y dos hijos menores, de oficio cardador). Eran miembros de una familia que se ha mantenido hasta la actualidad, los Marañones Pero esta familia se remonta al siglo XVI, cuando llegó a Alcalá la Real el licenciado Marañón que enlazó con la familia de los Aguilar y de los Aranda sin olvidar al sastre Martín Marañón que aparece en 1599. 

Pero, pasemos a principios del siglo XVII.  Pues nos hemos encontrado con un documento de otro Pedro Marañón, vecino de Sevilla que representaba a Lucía de Aranda, como primo suyo, en contra de  Diego de Cabrera y Leyva y Ana de Aranda Leyva, sus sobrinos.  Para defenderse, dejaba los papeles de procurador a don Fernando de Cabrera y Aranda en la ciudad de la Mota. Lucía era esposa del licenciado Esteban de Marañón y vivía en 1602, en Quito, ya viuda. Y hasta  1627 entabló un conflicto reclamando la herencia de su hermana Giomar de Escavias.  Todo fue un pleito entre primos y parientes por una simple herencia. Sin embargo, en medio la figura del marido de Lucia, el licenciado Esteban Marañón.

Vayamos al grano y no cojamos el rábano por las hojas.  Hay que desenredar este litigio. Doña Giomar de Escavias, hermana de Lucia,  vivía en Alcalá la Real y era viuda del médico Diego López de Magaña y, como cuñada del licenciado  Esteban Marañón, se vio implicada en esta historia aventurera. Pues cuando el letrado se casó con doña Lucia de Aranda, se vio inmersa en los enredos de las dotes matrimoniales. Sin comérselo ni bebérselo.  Por la simple carta dotal que fijaba una cantidad que le debía donar a su hermana. Como hija del regidor don Diego de  Aranda y hermana también de Juan de Aranda Figueroa y de Juana de Aranda, se vieron obligados a un pago de esta dote tras la muerte del padre. Y eso que se casó en 1561, y, posteriorment Guiomar murió, lo hizo en el último decenio de este siglo. Nadie esperaba que la historia de la dote diera tanto que hablar. Mas que la de su marido.

Catalina de Marañón era madre de Diego de  Cabrera, y poseía un molino de pan comer en la Ribera y colaboró en el acueduto y pared que conducía por el caz el agua a los molinos de Diego de Aranda, Francisco Bonmmar y Gerónimo y el suyo por los años ochenta del siglo XVI. Otrps hijos eran Fernando, y Beatriz de Cabrera Marañón, casada con Juan de Amgulo.

LOS PRIMEROS AÑOS DE SU VIDA

El licenciado Esteban era hijo del también licenciado  Sancho Marañón y de doña ´Úrsula de Aguilar, tuvo como hermanas Catalina casada cone el capitán don Diego de  Cabrera ( ella vivió hasta 1598) y  a  Leonor Marañón ,  casada con el capitán Alonso de Cabrera, hermanos Diego Gutiérrez Marañon y Cristóbal Marañón, (AHPJ Hernán Sánchez, marzo de 1578), a quien dejó el uso y venta de sus bienes por el año 1578. Un vecino y parroquiano de Santa María la Mayor, cuya casa se encontraba en el barrio noble de la ciudad fortificada de la Mota, por la Calancha, lindera con la de Francisco Álvarez de Sotomayor y Francisco de Mazuela.  Su padre lo envió a estudiar a Salamanca, donde obtuvo el título de abogado. Se hizo  letrado  de tal modo que ejerció varios  cargos de juez en otros lugares de Andalucía y de abogado en Alcala la  Real.

Elegir a un Marañón era  un auténtico lujo para los hidalgas alcalaínas, estaban ligados  no solo con la gente de guerra sino con el aparato administrativo de los Austria. Pues esta familia hidalga de los Marañones se enroló en la vida militar y religiosa de la ciudad. Cinco hermanos suyos fueron soldados en la Guerra de Flandes y de las Alpujarras ( en el sitio de batalla dieron con su cuerpo en tierra) y otro presbítero de la Iglesia Mayor de la Mota.  Estebán, por su lado, ejerció de corregidor en varias ciudades de España. Y, sobre todo, antes de casarse, ya maduro, había desempeñado cargos administrativos en África. Como era frecuente en la ciudad abacial de Alcalá, acudió con las tropas del Conde de Alcaudete don Martín Alonso de Córdoba a la guerra de África junto con otros capitanes y soldados alcalaínos como los Cabrera, Francisco de Pineda, Luís Álvarez de Sotomayor,  capitán Pedro Aranda Escavias, y Pedro de los Ríos( este fue alcaide de Rezalgazar y estuvo presente en los ataques de 1555)  en la región de Mastaganem, donde luchó para reconquistarla en 1556. Pero, antes  entre 1554 y  1558 desempeñó el cargo de Corregidor o gobernador  y asistió a la defensa de la ciudad de Orán sitiada por el Rey de Argel; cuentan que “ entonces se portó bizarramente, resistiendo a los sitiadores con un cuerpo de solo trescientos soldados, los únicos que tenía para guarnición de la plaza”.

  Con trescientos soldados a su cargo se batió el cobre contra las tropas 
argelinas y otomanas. Este es el relato contado  por los cronistas, 
donde se aprecia la labor de  Marañón .
 A principios de agosto Orán estaba sitiado . Se echaron atrás ante la peste, la oposición cristiana y la división entre los corsarios argelinos tras la muerte de Sala Rais. Llegó la situación hasta tal punto que   convencieron a Süleymán, desde Estambul, a disolver el cerco y ordenar el regreso de la flota turca el 21 de agosto. Por su parte, Marañón junto con los alcaldes ordinarios y regidores de Orán, en diciembre de 1556, ante las amenazas de un nuevo asedio turco-argelino, dirigió las acciones para reconstruir un lienzo de la muralla abierto.  En 1557, organizó la vida local  y redactaron varias ordenanzas para resolver los problemas cotidianos derivados del estado de guerra ( El cuidado de los bastimentos, especialmente el pan, el vino, la carne y el aceite, resultaba esencial) priorizando a  los vecinos en los recursos de otros sitios, por encima de los negocios de los mercaderes y de los bastimentos destinados a la «gente de guerra». Pero, existía otro gran problema debido a la distribución y abasto de la ciudad relacionado con la convivencia entre diversas confesiones. Ahí Marañón puso toda la carne en el asador para congraciar judíos, ñárabes y cristianos. Aseguraban que ··Por otra parte, resultan significativas las medidas tomadas para proteger a los comerciantes locales de las villas árabes, quienes abastecían la demanda de trigo, aceite y cebada en Orán . Se trataba de los mismos espacios sobre los que se extendía la red de informantes en la que participaban también judíos, como Jacob Cancino, quién colaboraba con Marañón como intérprete de los informantes musulmanes de los alrededores . 

No olvidó el abastecimiento del hospital de la Misericordia. Auténtica enfermería de campaña protegía  a los enfermos y pobres,  y a los heridos de la gente de guerra que había sido enviada a defender la ciudad. Dicen que Regidores y alcalde mayor exigían al lejano rey de España emplear una parte de los socorros que venían de Málaga en la refacción de medicinas y drogas para el hospital . Así, con el emperador Carlos en Yuste, se movió la ficha por sus hijos de modo que intercambiaron posiciones respecto de la amenaza turca; por otra parte, el conde de Alcaudete se ausentaba para buscar apoyo externo, Marañón se convirtió en la imagen de la autoridad real en el principal enclave hispano del Magreb. Ante la retracción turca y los problemas en Argel, el conde de Alcaudete consideró oportuno poner en marcha una gran expedición para recuperar Bugía y tomar la capital corsaria vasalla de los turcos.

Con el apoyo de la regencia castellana, en agosto de 1558 el gobernador organizó la ocupación cristiana de Mostaganem, situada alrededor de  92 kilómetros al oriente de Orán sobre la costa magrebí. Para su  propósito, el conde de Alcaudete reunió un ejército de más de 10,000 combatientes, entre los enviados por los herederos de la Corona, los reclutados en Orán por Marañón y en Málaga por otros oficiales reales. Pero los argelinos tendieron una trampa al ejército cristiano en las inmediaciones de Mazagrán. Muchos murieron, entre ellos el conde de Alcaudete; muchos más fueron heridos y atrapados: «Dizen que donde fue toda la perdyçión que fue en Mazagrán […] Y que de la gente de Orán escaparon pocos, y que de los otros cabtyvaron más de seys mil. Y dizen cosas que son pa zerrar las orejas y no escribillo. Diéronles batalla por çinco partes y por todas les ençerraron y así los desbarataron» .


La tarde del viernes 26, Esteban Marañón, quien formaba parte del ejército cristiano como auditor real, fue hecho cautivo en batalla junto con miles de soldados y oficiales. Las noticias del desbarato llegaban con lentitud a Orán, mediante testimonios de moros que recibía Rodrigo Clavijo, el teniente de gobernador que había dejado el conde de Alcaudete: los turcos çercaron la dicha gente como cosa propia […] las gentes se yvan a los turcos diciendo ‘dadme de comer y captivadme’, y otros vendían sus armas y ropa para lo mismo. Puestos los negocios en estos términos, como tengo dicho a Vuestra Señoría, se abrió la tierra y sorbió el resto del exército de manera que no ay entendimiento que baste a perçibillo,mas de que fueron todos captivos sin pelear ni morir ninguno. Este fue el triste fin del campo y de tanta suma y tan principal de gente de España . 

Sufrió penalidades de la cautividad durante  tres años, y compró su libertad en cinco mil ducados. Herido de gravedad y llevado a los baños de Argel, Marañón fue presa del trabajo forzado y debió pagar 5 mil ducados por su libertad, conseguida a los tres años de cautiverio . Una cifra muy alta para la época.

. La ausencia en las solicitudes de rescate y en las listas de redentores, abre la puerta a considerar que Marañón quedó atrapado en la trama de una negociación en la que los frailes de la Merced emplearon el dinero del adjutorio para comerciar en Argel, con lo que se habría visto obligado a pagar el rescate a su propia costa . Pero una suma de esa dimensión, sólo podría significar que el medio por el que Marañón logró regresar a España se cifró en los lazos que lo unían a la familia Córdova y Montemayor. Especialmente con don Martín, hijo menor del conde de Alcaudete y con quien el auditor compartió el cautiverio.

Primero, comprando un esclavo que libro de la libertad los frailes mercedarios de Granada y ajustando cuentas con los hermanos Palacio, a los que pagó varias cincuenta escudos que le había Pedro de Moldavia prestado estando cautivo en Árgel en 1559. En   dos días de 1560, su hermano Pedro Gutiérez Marañón, presbítero y vicario del Castillo de Locubín, daba un poder a Gerónimo de Nava, alcalde ordinario de esta villa, para que recibiera 500 ducados del capitán Juan de Ibarra en Málaga, y aludía que su hermano había escrito una cédula para que le entregara el dinero a é, a Francisco de Gamboa u otra representante (ante el escribano Alonso Jiménez).  

SU MATRIMONIO

Un militar con méritos de guerra era un buen plato para las hidalgas de Alcalá la Real. Y, nunca podremos olvidar que su matrimonio fue considerado de gran relevancia entre las familias de la ciudad de la Mota. Nada menos que su  suegro entregó como dote de  Lucía  Aranda 600.000  maravedíes, reservándole a su otra hija  Guiomar 100.000 maravedíes para que se cumpliese por la cláusula de su testamento al morir si lo hiciera antes que su hermana. Un asunto que provocó un ovillo difícil de desenredar. Pues, las buenas intenciones no se correspondieron  con hechos, sobre todo con la avaricia de los que serían sus herederos.  El matrimonio  disfrutó de la estancia de varias ciudades como alcalde mayor, o  juez de residencia. Los vecinos de Alcalá la Real declararon en el pleito de la dote  que estuvo como juez en Montilla antes de marcharse a las Indias. Entre 1561 y 1563, se encontraba en Alcalá la Real ejerciendo como abogado, y envuelto todavía en asuntos de su rescate (ante Alonso Gutiérrez).  En los últimos días de 1561, ejercía de mediador con un poder para pagar el rescate de Bernardino Hurtado de la Puente, por 80 ducados, ante el racionero Diego de Cisneros, que se hallaba preso en el castillo de Alcaudete. Se valieron de sus artes diplomáticas para salvar a estos dos personajes entrometidos en la trama del rescate de los 800 cautivos tras el desastre de Orán con la pérdida de Bugía en 1555. Se les había encargado el rescate y se le habían concedido 10.000 ducados por el Emperador según las mandas testamentarias. Basándonos en los datos R. Chaulet, recogemos y ampliamos este acontecimiento, en el qiue participó directamente: 

La monarquía española prohibió a los comerciantes y redentores ir a Argel, y exigió que la redención de los cautivos se realizase desde Orán, territorio español, por el intermediario de los comerciantes judíos o musulmanes, que sin duda. Obtenían precios mucho mejores en Argel que los cristianos.  No es con 10.000 ducados que los dos hombres van por turnos a Argel, sino con 40.000 si contamos las sumas añadidas por el rey Felipe. II, la Arquidiócesis de Toledo, y más de 400 personas. Para dar una idea del tamaño de la suma, diremos que corresponde al salario anual al mismo tiempo, de más de setecientos carpinteros.Además, dado que el dinero disponible para los Redentores se convierte con mayor frecuencia en mercancías con las que es más fácil comerciar y más populares entre los musulmanes, lo que aumenta la cantidad de dinero disponible para empezar esto. Esta medida tendría la ventaja de promover el comercio español entre la península y su presidencia de Orán y no la ciudad berbería de Argel. (...) . Bernardino de Hurtado dice que fue víctima de un intento de asesinato, no por parte de los argelinos, donde parece poder entrar y salir cuando le plazca, sino en España, en Valencia, donde, según él, los comerciantes locales, Celosos de no haber sido retenidos para asegurar esta jugosa transacción, trataron de vengarse, convencidos de que eran los únicos autorizados para rescatar a los cautivos de los que, según Hurtado, obtienen grandes beneficios económicos. Él mismo afirma, por supuesto, no haber ganado nada en el asunto, todo lo contrario, y trabajar solo por los intereses de los cautivos que, según él, podrán testificar que hizo su trabajo honestamente, a veces al Gastos de propiedad personal.

Se sabe que Hurtado fue encarcelado. Como dice este historiador francés; " porque sus cuentas no están claras a los ejecutores del testamento - morirá sin que se resuelva el caso - y muchas familias de cautivos se quejan ante los tribunales de haberle confiado dinero, además de las sumas. oficial, por la liberación de un ser querido que aún está cautivo o ha sido liberado por otros medios"


A pesar de las múltiples acusaciones contra la gestión de esta redención, podemos decir, si creemos los documentos de Bernardino de Hurtado y Diego de Cisneros, que consiguieron la liberación de 388 cautivos, que sin duda es mucho menor. lo que esperaba su autoridad de control: los dos redentores habían enumerado al menos 722 personas entre los cristianos detenidos en Argel.

En medio de esta situación se le vio interviniendo a Esteban Marañón ejerciendo de abogado, con un poder otorgado ante Alonso Gutiérrez, para liberar a Bernardino Hurtado con 80 ducados concedidos por el racionero Diego de Cisneros. Se encontraba preso en el Castillo de Alcaudete, y ahora el dinero se daba por su rescate, de un vecino de Valmaseda, tierrra del Señorío de Vizcaya. 

En 1563, ejercía de abogado junto con el procurador Amadro Escobar ( pleito con el menseguero Domnigo Hernández en febrero de 1563)  y se encuentra realizando negocios comerciales en la venta de vino dando el poder a l mercader Juan de Oñate en la cantidad de 44.000 maravedíes ( Ante Martín Alonso, 4717 suelto , poder, 6. 3.1613). 

En 1564, su  situación debió  ser muy acomodada: compró una  esclava de  nombre Catalina y 30 años, árabe de guerra, l jiennense Hernán Cobo de Baeza por 38 años y se hizo de servicios de María, la hija de los venteros de Cequia, hija de Miguel Sánchez Peinado y Francisca de Martos, una niña de 10 años que le costó 8.000 maravedíes por sus servicios de 10 años. También se encontraba varios pleitos que defendió ante la Justicia, como el auto de Bartolomé Muñoz, curtidor del Castillo de Locubín. En 29 de agosrto de  1567, defendía al cortador de carne Julián Martínez  contra el mismo alcalde mayor Alonso Rodriguez Bermudez, contra el que había entablado un pleito, por el que cobraba 10 ducados. 

Pero, ya en el mes de febrero ejercía de alférez mayor, de Montilla sustituyendo al alcalde mayor del marquesado de Preigo, desde donde enviaba un poder a su cuñado el capitán Juan de Aranda para poder vender varios censos (Escribano Francisco Jiménez 4688, folio sin numerar  20 de febrero de 1567, que recoge la venta de unos de ellos diez años después, con el permiso de su hijo Sancho de Marañón)

 En 1571, todavía residía en Alcalá ejerciendo de letrado y como hombre de negocios contratando varias  tinajas de vino al tinajero Antón de Alcalá. Y en 1577, dejó en manos de su hermana Leonor Marañón, para que administrara los bienes heredados de su madre Ursula de Aguilar por tener que irse a América. ( Alonso Ordoñez, 24 de abril 1377).

EN AMÉRICA

Pero no fue el úinico sitio. El experimentado soldado de Felipe II ejerció como corregidor de diversas villas  hasta  1578 , y en 1574 fue enviado como alcalde del crimen a Lima, bajo el gobierno del virrey Francisco Álvarez de Toledo; con quien colaboró en la consolidación de la autoridad real de la Ciudad de los Reyes y del reino más rico de las Indias Occidentales. En 1583 fue nombrado juez comisionado de Potosí y posteriormente, en la caja real de Charcas, no había concluido su objetivo de evitar el desvío de recursos argentíferos por parte de los oficiales reales cuando el rey Felipe , a través del Consejo de Indias, requirió de su habilidad y experiencia para solucionar la rebelión de Quito . Tras sus logros para introducir la alcabala, Marañón fue nombrado presidente de la Audiencia real de aquel reino, y en este carácter visitó su obispado e intentó poner orden en los pleitos entre franciscanos y curas beneficiados .

En calidad de visitador general de la Audiencia de Quito, Esteban Marañón había desactivado el conflicto suscitado por el anunció de la imposición de la alcabala en las distintas ciudades y pueblos de aquel reino sujeto a la jurisdicción del virrey del Perú. Su estrategia consistió en negociar el encabezamiento del impuesto, por 32.000  pesos anuales durante ocho años, en la misma corporación que se había alzado en su contra, el cabildo secular de Quito. A partir de 1595, como presidente de la Audiencia, Marañón concluyó la visita general para la que el rey lo había enviado. Así ejecutó juicios de residencia contra los oidores más desafectos a los regidores de la ciudad y organizó la reposición de las plazas vacantes con nuevos ministros reales quienes aquilataban una gran experiencia en asuntos indianos, como fue el caso del consejero de Indias, el licenciado Rodrigo Aguiar y Acuña quien, posteriormente, sería designado para colaborar en los proyectos de recopilación de las leyes de Indias .Partió a Lima y fue rector de la universidad de San Marcos de Lima. Pero su llegada no fue muy pacífica. Estaban en sublevación la gente contra el gobernador Arana. Sacó experiencia del desastre de Mostaganem,  del que constituyó en parte aguas para el licenciado Marañón. Y así lo recogían las crónicas

 Poco después de su llegada anuncio que tomaría residencia al Presidente Barros de San Millán y Oidores y los conjurados se tranquilizaron y aceptaron que el General Pedro de Arana ingresase con su ejército en la ciudad de Quito (600 personas bien armadas) y por más de dos años Arana , Pocos días después de haber llegado en Quito, anunció Marañón que debía tomar residencia al Presidente y a los oidores; presentó las cédulas reales, se hizo cargo del gobierno y mandó pregonar la residencia. Estas medidas serenaron el ánimo de los conjurados y, dándose por satisfechos, no pusieron obstáculo alguno para que Arana entrara con toda su tropa en la ciudad. Arana ocupó la ciudad con un ejército, poderoso para aquellos tiempos, pues su cuerpo de tropa constaba de casi seiscientos hombres, muchos de los cuales tenían buenas armas, las mejores que entonces se conocían en la milicia; y apoyado en una fuerza tan considerable, ejerció en la ciudad y su comarca una tiranía sin límites. De este modo, durante casi dos años, no hubo un gobierno regular y bien organizado; Arana, con autoridad omnímoda, hacía cuanto juzgaba que era necesario hacer para castigar a la ciudad y dejarla bien escarmentada para lo futuro. El visitador Marañón se acobardó; y, ante la actitud groseramente resuelta del general Pedro de Arana, guardó silencio, y no tuvo ánimo para reclamar; el soldado fue el árbitro absoluto del gobierno y Marañón no se atrevió a contradecirle. Ante la fuerza militar quedó, pues, anulada la Audiencia Cuando Arana salió de Quito y regresó a Lima,   entonces Marañón pudo continuar, con más regularidad, el juicio de residencia hasta terminarlo definitivamente. Como lo disponían las ordenanzas de aquella época, el residenciado no podía permanecer en la ciudad mientras se recibían las declaraciones de los testigos y las quejas de los agraviados; por esto el doctor Barros de San Millán eligió para su confinio temporal una hacienda en el valle de Chillo, y allí se mantuvo retirado, mientras aquí, en Quito, se descargaba contra él furiosamente la borrasca de querellas y acusaciones, con que sus numerosos agraviados lo estaban capitulando. El residenciado presidente, caído en desgracia, cambió su primer aire de arrogancia y autoridad en el más desairado talante de misticismo y compunción, y salió de Quito sin ningún cortejo ni acompañamiento; estaba caído y no había de regresar a gobernar esta tierra

En su carácter de presidente de la Audiencia, Marañón negoció con los extranjeros residentes en la ciudad diversas composiciones de tierra que montaron cinco mil 709 pesos y seis tomines de oro común que ingresaron en la Real Hacienda. En opinión de los oficiales de la real caja de Quito, el presidente actuaba "con grandísimo cuydado y diligençia, habiendo dado términos y plaços para lo que han de pagar, conforme al caudal de cada uno y la disposición del tiempo y de la tierra» . Estas medidas fueron precedidas por su papel como visitador  de Potosí y alcalde del crimen en la Audiencia real de Lima. Para comprender la capacidad de mediación exhibida por Marañón en las Indias, resulta indispensable inscribirla en el horizonte de sus acciones en el norte de África de cara al primer cerco de Orán y durante su cautividad, tras el desbarato de Mostaganem.

 


Cuatro décadas después, en el trance de  Quito, el viejo soldado del rey ponderaba la presencia continua de la guerra en su vida: «aunque profesé la paz e conseguí las letras, aún no  me pude escapar della» .

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Según las instrucciones del Consejo de Indias, el licenciado Marañón continuó gobernando y también presidiendo en la Audiencia, por razón de su antigüedad, pues el sucesor del presidente Barros tardó seis años largos en llegar a Quito. El tribunal se organizó de nuevo con los oidores Moreno de Mera, Barrio de Sepúlveda y Rodrigo de Aguiar. El fiscal era don Blas de Altamirano, el cual vino a Quito seis años después que el obispo Solís. Durante la vida de este prelado gobernaron Marañón y el licenciado Don Miguel de Ibarra. Don Esteban Marañón fue el último gobernante designado por Felipe segundo; y don Miguel de Ibarra el primero que eligió y nombró Felipe tercero. 

Trajo a Quito un hijo llamado Don Sancho, el cual tuvo a su cargo la defensa del puerto de Arica, asaltado por los corsario ingleses. Era hombre de corazón naturalmente recto; pero, cuando vino a Quito, se hallaba ya muy anciano, y la edad le había vuelto tímido; su gobierno además, como provisional y transitorio, careció de fortaleza para hacer los bienes, de que tan necesitados estaban estos pueblos

SUS ÚLTIMOS AÑOS

Como Presiente de la Real Audiencia de Quito después de ocurrida la revolución de las Alcabalas, organizó el tribunal de la Audiencia pero una arterioesclerosis senil le imposibilitó para el gobierno. Podemos asegurar muy bien que, en los postreros años de la presidencia provisional de don Esteban Marañón, no hubo propiamente gobierno en estas provincias; Marañón era ya muy anciano, y los ordinarios achaques de la vejez de tal manera le quebrantaron que llegó a perturbársele gravemente la razón; retirose el sueño de sus ojos y, trastornado el cerebro con los insomnios, se imaginaba estar presenciando corridas de toros, y decía y hacía cosas ridículas; levantábase en altas horas de la noche y, despertando a sus criados, discutía con ellos, figurándose que estaba en el tribunal con los oidores; en otras ocasiones, aún de día, bajaba al huerto de la casa y principiaba a hablar con los árboles, dialogando con ellos como si fueran personas dotadas de razón y de palabra. Agravada su dolencia, se tornó irascible e impaciente; reñía sin motivo y aun acometía con su bastón y daba de golpes, exigiendo de sus domésticos servicios imposibles1.

Como sexto presidente de Quito fue nombrado el licenciado don Miguel de Ibarra, el cual llegó a esta ciudad el 22 de febrero del año de 1600; y, al día siguiente, tomó posesión de su empleo. Don Miguel de Ibarra era un caballero vizcaíno, natural de Guipúzcoa, hermano de don Juan de Ibarra, secretario del rey Felipe tercero; y hallábase desempeñando el cargo de oidor en la Audiencia de Bogotá, cuando fue ascendido   -6-   al destino de presidente de Quito; hizo su viaje por tierra y el 29 de enero, el Cabildo de Quito despachó un comisionado especial para que, a nombre de esta ciudad, fuera a darle la bienvenida en Pasto, o en el punto donde lo encontrara.

SU ESPOSA Y HEREDERA

Murió en 1598, y doña Lucía quedó en Lima con su hijo. Escribió y dio poderes a su primo Pedro de Marañón y a dos tripulantes que partían de tierras limeñas a España para cobrar su parte de la dote que  había heredado de su hermana Guiomar. Tras su muerte, su otra hermana Juana, la primera heredera, también falleció y lo mismoaconteció a su sobrino Francisco de Aranda Cabrera que eran los primeros herederos. Los hijos de su hermano Juan de Aranda Figueroa querían la piel del  oso, sobre todo el cura y miembro de la Santa Cruzada don Diego de Aranda y Ana de Leiva. Su esposa hacía estas consideraciones: “Su nombramiento como alcalde del crimen de la Audiencia de Lima, la más acaudalada jurisdicción de las Indias Occidentales, constituyó un punto de arranque para el reconocimiento de los méritos y servicios que acumulaba desde sus actuaciones como alcalde mayor en Orán. El ámbito indiano donde Marañón encontró la gracia real. Yo,  Silvia de Aranda, viuda del soldado letrado,me lamentaba ante el Consejo de Indias por el empobrecido final de mi marido, cuyo entierro pudo efectuarse gracias a las limosnas de los vecinos de Quito. Pero fue precisamente en esta capital de la monarquía, donde Marañón ascendió más alto, como presidente de la Audiencia Real, y donde ncontró los medios para enganchar a su hijo con don Beltrán de Castro, una de las vertientes de los condes Lemos, que entonces comenzaba su acenso en la corte de Madrid” .

 

El cabildo nombró como administrador de los bienes a Alonso Fernández de Salcedo. Enredó más el asunto. Parecía como si quisieran aplazar y olvidar que existía una heredera en tierras americanas. Se acogía que recibiría la herencia siempre que se cumpliese la cláusula del regreso a España. Lucía tuvo que desmontar todo el entramado, con los poderes otorgados a Fernando de Cabrera y los testimonios de todos aquellos que reconocieron todas las vivencias de este matrimonio. Al final, tras reclamar los intereses de aquella parte de los cien mil maravedíes de la dote, pudo conseguir Pedro Marañón, vecino y `parroquiano de San Lorenzo el objetivo final, que el fallo judicial se pusiera de su parte, anquee fueran en forma de  los réditos de los préstamos. Martínez Montañés ya era un sevillano más como Pedro Marañón.

Catalina Marañón   casó con el capitán Diego de Cabrera y ya había fallecido en 1598 , tuvo por hijo Fernando de  Cabrera que vio implicado en plieto con mercader de Granada que le había hipotecado el monte del cortijo de Nubes.  también se le ve capitaneando una de las dos compañías de soldados que tenía la villa. Sin embargo el contingente militar es uno de los más movibles y por ello no es de extrañar que en 1579 D. Antonio marchase de esta localidad con la familia para reclamar la herencia de su tío D. Gonzalo Ximénez de Quesada, en el Nuevo Reino de Granada28. Al igual que este caso, cabría citar al capitán D. Pedro de Castro, quien procedente de Córdoba repobló en Dalias29y al poco fue destinado como capitán de una compañía en Berja, tomando posesión el 18 de septiembre de 1575 de nada menos que 8 suertes30. No obstante, el origen familiar estaba en Málaga, donde este personaje era regidor perpetuo, si bien su descendencia quedó totalmente vinculada a Berja, llegando a alcanzar años después el título de Marqueses de Campohermoso31. Dado que la tierra alpujarreña estaba tremendamente militarizada en los primeros años de la repoblación, ello hará que el origen de los repobladores tenga mucho que ver con los acuartelamientos de tropas desplazados al Reino de Granada para luchar contra los moriscos. Por ejemplo, la presencia en Berja de un natural de Oran, Francisco Rodríguez, no es singular, sino que pertenece a ese contingente militar de soldados provenientes de esta plaza que desembarcaron en el reino para luchar contra los moriscos y más tarde pasaron a ser vecinos. Dado que ha salido a la palestra, para ilustrar mejor la cuestión sobre la presencia de personas de Orán, cabe aquí profundizar un poco más con un segundo repoblador virgitano proveniente del presidio norteafricano, G onzalo Hernández Gallego. En efecto, este nombre bien podría haber pasado desapercibido en la monótona lista de nombres que ofrece el Apeo y Repartimiento de Berja -como en efecto ocurre-, de no ser porque se trata de un notorio soldado que en abril de 1569 D. Juan de Austria le encomendó el mando del fuerte del Puerto de la Ragua con tres compañías de infantería. Desde este cargo, este soldado se hizo famoso por la defensa que realizó el 3 de mayo del mismo año cuando fue atacada la guarnición por los generales moriscos: Hanón de Guevíjar, el Futey de Lanteira y El Zerrea de Zújar. A decir del cronista Mármol Carvajal, Gonzalo Hernández estaba curtido en el arte de la guerra por su propio nacimiento, pues era «...hombre animoso, nacido y criado en Oran»32. Sin duda alguna Gonzalo Hernández es el prototipo de repoblador-soldado que debió asentarse en Berja, una población cercana al litoral y propensa a recibir los ataques piráticos como lo podía ser Oran en aquellas fechas. Este militar casó al poco con una vecina originaria, Catalina Montero; de la que tuvo un hijo, Felipe Hernández, quien el 30 de abril de 1575 heredó la suerte por defunción de su padre33. 26 SÁNCHEZ RAMOS, V.: «La visita del capitán Antonio de Berrío a la costa del Reino de Granada en 1571», Actas de las III Jornadas Nacionales de Historia Militar, Sevilla, Ed. Capitanía General de la Región Sur, 1999, pp. 463-489. 27 SÁNCHEZ RAMOS, V.: «Repoblación y defensa..., op. cit., p. 379. 28 OJER, P.: Antonio de Berrío, conquistador del Dorado, Caracas, 1960. 29 PONCE MOLINA, P.: Agricultura y sociedad de El Ejido en el siglo XVI, El Ejido, Ayto. de El Ejido, 1983, p. 34. 30 A.M.B., L.A.R. de Berja, fol. 347V.-350V. 31 ATIENZA NAVAJAS, J. y BARREDO DE VALENZUELA, A.: Títulos nobiliarias de Almería, Madrid, Ed. Hidalguía, 1982, p. 17. 32 MARMOL CARVAJAL, Luis del: Historia del rebelión y castigo de los moriscos del Reino de Granada, Málaga, 1600. Reimpresión de la edición de la B.A.E., con estudio preliminar de A. Galán Sánchez, Málaga, Ed. Arguval, 1990, p. 167. 33 A.M.B., L.A.R. de Berja, fol. 33R. Fama 3/2000 El origen de los repobladores de Berja (siglo XVI) 55 Su viuda casó el mismo año con el repoblador Juan Rodríguez Gallego, tomando posesión de la suerte el 6 de octubre en nombre de su hijo34. La existencia de repobladores provenientes de lugares tan exóticos para nosotros como los presidios africanos, fue algo normal en la Berja del último tercio del siglo XVI, al fin y al cabo este destino era tan fronterizo como lo podían ser las plazas del otro lado del mar. Cuando el capitán D. Antonio de Berrío pensaba marcharse a las Indias^ el rey decidió el 25 de abril de 1576 que lo sustituyese el capitán D. Diego de Cabrera, alcalde y regidor de Alcalá la Real, puesto de infantería por el que cobraría 71.000 maravedíes. Este militar había servido en Orán y fue teniente alcaide de la fortaleza de Mazalquivir y en aquellos momentos se encontraba desplazado por el alzamiento morisco en el Reino de Granada. Nada hubiera extrañado en el municipio la estancia de un vecino de Mazalquivir, de no ser porque no pudo cubrir el puesto por su fallecimiento, tiempo que demoró la estancia de Berrío en la tierra, hasta que el rey el 23 de julio de 1579 lo ceda a Juan Alonso de Cabrera35. Este era natural de Almería, e hijo del capitán D. C ristóbal de Benavides, ambos repobladores aventajados en Berja desde 1575.

 

 

domingo, 27 de septiembre de 2020

EN LOS PRIMEROS AÑOS DE LA HERMANDAD DE LA HUMILDA DE JESUCRISTO Y ORACIÓN EN EL HUERTO. LA IMAGEN DE SU MADRE DE DIOS.

 



Ante el escribano Francisco de Porcuna ( legajo 4658 Libreto sobre un pleito), en 1643 se entabló un pleito entre varios hermanos mayores con motivo de la transmisión de poderes y rendición de cuentas en la Herrmandad dela Humildad y la Oración del Guerto. Es muy interesante para encontar los primeros pasos de la vida de esta hermandad y por reconooer sus cuentas y organzación estatutaria a través de documentos indirectos. 

Curiosamente encabeza el documento Cristóbal Orgaz y Francisco Hernández Tejero, como alcade el primero y el segundo como hermano mayor de la Cofradía de la Oración del Guerto e  Humildad de Nuestro Señor Jesucristo " que está en convento de Nuestra Señora de Consolación de esta ciudad" ( que así se llamaba por estos años). Su alegato radican  en " el jurado Francisco Barrionuevo, hermano mayor, que fue de la dicha cofradía el año pasado de seisciientos quarenta y dos   tiene en su poder toda la mimosna  que en su tiempo se juntó  insignias de la dicha cofradía , libros y los demás bienes en ella y debe volverlos entregadoy no lo a fecho , aunque muchas ve3ces se los  avían pedido, y , respecto  de ser próximo  próximo el tiempo de la  procesión  que se ha de facer , y para ello son necesarios los dichos bienes, libros y dicha limosna y para que se sepayentienda lo que monta  y si  a distribuido alñguna  nueva alcaración que tiewne con claridad y distinción" Ante esta situación irregular le suplican "  mande el susodicho luego sin dilación alguna que poniéndole las penas y censuras nos dé y entregue  los dichos bienes, libros y limosna para lo qual dé cuentas a nuestra asitencia y se apremie, paga y alcance  y en todo se administa    jecutoria  que pedimos  el último año".

Se abrió un auto abacial por el vicario general don Marcos López de Mejorada  y Mazuela, amenazándole con la pena de excomuninión para entregar libros, insignias y cuentas en el plazo de tres días con fecha de seis días de marzo de 1643. El nueve de marzo se le comunica el a auto a Barrionuevo. A través de nombramiento de procurador, citaciones y apelaciones, es significativo que  Francisco Hernández , una veces aparece como mayorodomo u otras como hermano mayor, y la cofradía de l Santo cristo y Oración del Guerto. Pasaron cinco días y el antiguo hermano mayor no había devuelto lo solicitado. Quedó excomulgado hasta que no se resolaviera el auto. Y , a continuación , comezó a defenderse con su procurador  y se deno,mina hermano mayor de la cofradía de la Humildad y del Guerto-. Y se defiende con esta declaración

" que la dicha demanda se tiene que declarar por nula y a mi parte por libre, por lo qual y porque lo que passa es que  luego que se acabó la procesión del Miércoles Santo del año pasado de mil quinientos y quarenta  y dos , que es la que sale del Cobento de Consolación los dichos Francisco Hernández Tejero como hermano mayor que lo es de este año y el dicho Cristóbal de de Orgaz, su alcalde, swe llebaron todas las insignias de la dicha procesiónj a su casa y las tienes , y asimismo el arca a donde estan los demás bienes de  la dicha cofradía, y tan bien la llave del arca que está en el dicho convento , a donde están los libros y paño de mesa donde se pide la mimosna de tal manera que en poder de mi parte no an parado  ni poaran bienes ningunos de la dicha cofradía, sino todos en poder de las partes contrarias. Esto se comprueba conque los susosdichos hordimnariamente an pedido la limosna y reconocimientos en la puerta, arca y mesa de las dicha iglesia. Lo otro en quanto a la quenta  que se pide a mi parte de las limosnas que se an llegado en su tiempo toda la liosna  de trigo se puso en casa y en poder de l dicho Francisco Hernández como alcalde que del año de parte, y así antes el susodicho deve dar quenta de toda la dicha limosna de pan que se llegó el dicho año. Lo otro en quanto a la limosna  que se llegó del dinero, parte de ello  paró  en cas del dicho Cristóbal de Orgaz y lo demás en podder de mi parte y lo unpo y otro  lo ecribió de su letra por quanto mi parte no save escriboir, y lo otro de mi parte desde luego está presto a dar  la quenta de que pa en rado en supoider y los gasto0s que a fecho en la dicha cofradía".

Con el pleito entablado,  surgen varios escritos muy importantes para la historia de esta cofradía por las dos partes aclarando la acusación y defensa. Se habían entregado al final de la procesión pero  no se hizo por inventario, para reconocer los bienes, insignias y otros casas por los libros. También Barrionuevo entregó el trigo, y, por no tener lugar en casa  para almacenarlo, lo vendió  del dicho jurado  y alcaide  y había de hacer  rendición de cuentas  en el libro de la cofradía. Y declaraba que se le debían 26 reales por la demanda junto con un cabrero ,  en eras, ruedos y cortijos. Donó a la cofradía el hermano saliente una basquiña de seda  que , al no tener necesidad la cofradía, se vendió  en cinco ducados para ella. Alegó que " niega que en poder  de ste que declara en todo el año de 1642 entrase maravedíes algunos de la cofradía de la oración del guerto" Y declaraba que había recogido sesenta y dos reales de limosna, se gastaron 50 reales en misa,  Le acusaron de dar 150 reales al ministro de Consolación  para misas. Ante la confusión de datos y acusaciones, se revisaron ls cuentas  el 14 de abril Y Cristóbal de Orgaz, aparece como alcalde la cofradía del Cristo de la Humildad. El documento termina con la notificacion para que finiquiten en el mes de junio las cuentas de la cofradía. 

Se muestran las páginas de cuentas de la cofradía que reproducimos y resumimos en los siguientes datos:

CARGO

-El periodo se hacía desde marzo a abril de cada año, probablemente coincidía con las fechas de Semana Santa de treinta a 40 reaeles

-Había demanda en el campo durante todos los meses del año, y se recaudaba una media de 90 reales

-Se hacían demandas en tacillla de Semana Santa, una de la Fiesta en Mayo del Cristo de la Humildad ( 95 )  y   en mesa de reconocimiento en Cuaresma.

-Se gastaban en túnicas y en su alquiler, aderezo de toallas del altar, cetros, mesa, buferte, aderezo de capilla, pasos  y andas ( por cierto lo llevaba fray Juan), cera para clérigos y frailes, el porte de la cruz parroquial por el sacristán,  vela y  a los anderos del Huerto ( real y medio), ministriles (1.000 maravedíes), real y medio para el velo de la Madre de Dios, cera por doña Beatriz de Ortega, misas de difuntos, cabildo en 13 de abril de 1642 ( el jueves antes de Viernes de Dolores), la Fiesta del 8 de mayo en la que cantaba un maestro de música y capilla y en la víspera, y misa y sermón en el convento de Consolación y en la función del día siguiente  ( con cohete y cera),  misas de requiem, entierro y de difuntos que se pagaban a los frailes, arreglo de  pies de andas, dos cetros, y túnicas; también  se compró la imagen  de Nuestra Señora de las Angustias ( la hechura de Nuestra Señora 368 reales) y se trajo desde Granada, el pago de los ministriles para avisar y colocar bancos, la capilla de Música que acompañó el Miércoles Santo en la procesión, clavos y alfileres para las insignias y andas, manto de la Virgen (12 reales), y  toque de una trompeta.

En las de 1642, las cuentas son muy interesantes, aunque figura de hermano mayor Francisco Hernández tejero en la Cofradía de la Oración del Guerto, otras del Cristo de la Humildad y Güerto, resalta que se compraron las imagen de las Angustias ( recibiendo limosna de devotos como Pedro de Córdoba y en la bacineta de esta imagen) y un cuadro de la Presentación en la capilla de la hermandad por encima del Santo Cristo de la Humildad (2oo reales) se incrementaron las túnicas y cera de la cofradía. Se colocó bayeta negra y se areglaron los pies de las andas. Se alude que la cera, manto, seda y otros aderezos se traían de Granada. 


CONCLUSIONES

La cofradía recibía a mediados del siglo XVII variaos nombre desde la Oración del Guerto al la de la Oraciónb del Güerto y Humildad del Señor Jesucrito , pasando por la Humildad del Cristo y Güerto.  Se encontraba en la iglesia de Consolación , convento de frailes de la Orden Tercera.


-El hermano mayor y  el alcalde eran los cargos más importantes anuales en sistema de rueda, a la vez que existía cabildo de hermanos para ratificar el nombramiento. Los hermanos suelen ser de origen artesanal y agrícola.  

-Se llevaba a cabo la demanda por los hermanos de la cofradía  en cada mes del año, de dinero o de trigo o cebada en los meses de verano que solían reservarse al hermano mayor y alcalde.

-Sus ingresos procedían de las limosnas y demandas en las calle y el campo ( dinero y productos sobre todo trigo), por las tazas y bacinetas en las funciones de iglesia, como se mantiene  actualmente. Se guardaban en el arca de la hermandad con su llave a cargo de hermano mayor el dinero en las estancias del convento. Solían hacerse por el alcalde  o persona encargada al que se le pagagan diez reales por día  y , por la deuda de 170 reales, lo llevaron a cabo 17 días. Barrionuevo se aferraba en la defensa de que no se pagaba a los que cobraban demandas y le había afectado la baja de la moneda.Y se declara que había sido fundador de la cofradía y nunca habían cobrado nada de esta acción el hermano mayor y alcalde que recorrían los ruedos, eras y cortijos pidiendo trigo.

Existia un libro de gastos bajo el poder del hermano mayor y se recogen las de dos partidas en 1641 al 1642 y las de1642 y 1643. 

La procesión salía el Miércoles Santo por la  Noche y la Función de Iglesia por las primeras semana de Mayo.

La cofradía se veía regida por la autoridad abacial, aunque los frailes franciscanos disfrutaban de los servicios religiosos, ya que recibían sus estipendios. Los ministriles se ocupaban a lo largo del  año del funcionamiento de  la cofradía, citas, bancos, adorno de capilla, a los que ayudaban las mujeres religiosas y beatas. 

Sus enseres religiosos eran las andas, los cetros, los objetos religiosos de la capilla, cuadros, insiginias, imágenes ( Cristo de la Humildad, Oración del Huerto, Madre de Dios , Virgen de las Angustias...) y cuadros ( Presentación de la Virgen) telas, manteles, terciopelos, bayetas, ....para colgantes.... 









 



jueves, 24 de septiembre de 2020

SOBRE LAS OBRAS DEL CLAUSTRO DEL CONVENTO DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD EN 1652. DOCUMENTOS Y NUEVAS ANOTACIONES

En el libro de la unauguración del convento de la Trinidad, editamos las obras del claustro en 1652. Estos son los documentos claves que sirvieron para reconstruir el claustro. Trazas de Luís González. Pero citamos como testigo a Juan de Robles, y  debemos aclarar que fue testigo del documento  por ser el que abad Heras Manrique le adjudicó la obra como maestro de cantería-.
ESTOS SON LOS DOCUMENTOS. 





Y SU FIRMA DE JUAN DE ROBLES.

 

miércoles, 23 de septiembre de 2020

RESPUESTA AL CUADRO ENIGMÁTICO DE LAS DOMINICAS

 Muchos nos hemos preguntado sobre este cuadro colocado en el dintel del altar mayor del templo de las monjas dominicas. Se hablaba de una Trinidad muy original. Otros insistían en la figura de Cristo suplicante. Pero aparecía Padre, Hijo y el Espíritu Santo. ¿ Qué sentido iconográfico e iconológico tiene?





¿ Que significa?  Aquí la respuesta por esta manda de doña Luisa Cabrera  y Valdivia en su testamento, cuando hizo una donación de varios objetos artísticos y dinero para la obra del altar mayor de la iglesia de san José de Capuchinos de Alcalá la Real en 1551.

Por lo tanto, no se encontraba en el convento dominico de Nuestra  Señora de la Encarnación  sino en EL CONVENTO DE LOS CAPUCHINOS, donde esta señora donó  la imagen de San José con un Niño en Brazos y un Santo Cristo de pincel que tenía en su oratorio , que está de rodillas ofreciendo al Padre Eterno el mundo redimido para que se ponga en el altar.

Y unos tafetanes...para que se puesieran een las festividades, porque era patrona de altar mayor.

¿ En qué epoca y quien lo donó ?

Según su  testamento,  fue doña Luisa de Cabrera y Valdivia, esposa del cordobés don Antonio Díaz Cabrera, e hija  don Pedro Fernández Alcaraz y Sotomayor y de  doña Felipa Valdivia quien lo donó al convento capuchino.

 Y ahí  la fecha del cuadro, de la primera mitad del siglo XVI. Pues lo sabemos , porque no nombró heredero alguno en 30 de agosto de 1651 ante el escribano Blas de Cáceres.

Y para más datos, su hija emparentada con la Corte.

Su hija Mariana de CABRERA estaba casada con Alonso de Cabrera, miembro del Consejol Real de Castilla y del Consejo de Órdenes de Calatrava. Personaje muy importante de la Corte. Fue colegial del colegio del Arzobispo en Salamanca. – Catedrático sustituto en la Universidad de Salamanca. – Juez metropolitano por el arzobispo de Santiago. – Oidor de la Chancillería de Valladolid, 26-X-1602. Toma de posesión: 18-XI-1602. Sucede a Lorenzo Mesto de Alfaro. – Fiscal del Consejo de Órdenes, 19-V-1612. Vacante por promoción de Mendo de Benavides al mismo Consejo. Juramento: Madrid, 27-V-1612. – Consejero de Órdenes, 6-XII-1612. Vacante por promoción de Diego López de Salcedo al Consejo Real. Juramento: Madrid, 7-XII-1612. – Oidor supernumerario del Consejo, 9-IV-1616. Juramento: Madrid, 11-IV-1616. – Camarista, Decreto, Madrid, 31-VII-1621. Título: 4-VIII-1621. – Consejero de la Cruzada


TRAS LA DESAMORTIZACIÓN FUE TRASLADADO AL CONVENTO DOMINICO. 


ACUERDOS DEL CONSEJO PARA MOSTAR SU VALÍA

 Opinión entre otros candidatos al Consejo . Don Diego de Contreras no tiene tantos años de serbicio de V.M. como otro de su Consejo, es lindo, y unibersal, e instruydo el entendimiento, mucha la capacidad, no le lleba opinión agena, y costumbre, no esconderá su entendimiento en lo que juzgará mejor, y escogerá lo bueno, y parecerá la limpieza de sus manos, y blandura de su estilo, como la entereza de su corazón. A Don Diego de el Corral reconocí maestro en Salamanca. La virtud, los estudios, y trabajo de ellos, los puestos, que loablemente ha ocupado su mejor intención no admiten duda, en opinión, esta su urbanidad, y estto, que llaman trato cortesano, o lebe, tengo limpia estimación del, más la verdad íntima, que a V.M. debo, acaso me haré escrupuloso, en lo que debiera determinado. Don Alonso de Cabrera ha muchos días que alcanzó gran crédito de Ministro, por noble, por estudioso, por esperimentado, por entero, por parcial de la razn . el pueblo y aún los mayores miran con desconsuelo, o con ofensa al dureza en los ministros, achacansela más, que algunos, a Don Alonso; dificultoso, es cumplir con muchos, no parece que debe ser irefragable esclusión la queja, pero no es bien que V.M. la tenga de mi menor recatto nunca, assi abra aun lo escusable.


Consulta del Consejo de la Cámara, 5-X-1615. Proponiendo personas para una plaza supernumeraria del Consejo de Castilla: a) El presidente del Consejo propone: 1) Licenciado Francisco Márquez de Gaceta, alcalde de Casa y Corte. «Por villete del Duque de Lerma de 11 de julio deste año, ha mandado V. Magestad que se vea en la Cámara un memorial suyo (en que suplica a V. Magestad sea servido de promoverle a plaça del Consejo)». 2) Licenciado Juan Gaytán de Ayala, consejero de Órdenes. 3) Licenciado Alonso de Cabrera, consejero de Órdenes. b) El camarista López de Ayala propone: 1) Licenciado Gaytán de Ayala. 2) Licenciado Alonso de Cabrera. 3) Licenciado Gilimón de la Mota, fiscal del Consejo. Resolución escrita por Felipe III: «Nombro al liçdo. Márquez de Gaceta, núm. 1, y lo que se diçe aquí de la antigüedad de San Viçente está bien» (rúbrica). proveer dos plazas del Consejo Real. Los entonces periclitados Rodrigo Calderón y el duque de Lerma, ya en declive, intentaron introducir a sus amigos el fiscal del mismo Gilimón de la Mota y Gil de Albornoz. Uno de los candidatos era el consejero de Órdenes Alonso de Cabrera, que «no hera favorecido (del valido), porque hera entero, y como tal havía hecho justicia en un negocio que tocaba al dicho Don Rodrigo (Calderón) en el Consejo de Órdenes». Acebedo conseguiría que el rey se decantara por Cabrera, «por quien en secreto –expresa Acebedo en sus autocomplacientes memorias– supliqué a S. M. conociendo sus muchas partes» 40. El otro designado sería el amigo del valido Gilimón de la Mota, que fue promocionado con el beneplácito del presidente. La primera consulta del Consejo de la Cámara, en la que proponía para una plaza del Consejo vacante por fallecimiento de Molina de Medrano, fue redactada el 23 de agosto de 1616. En ella figuraban Fernando Molina de Medrano en primer lugar, Gaspar de Vallejo en segundo y Juan de Chaves en tercero. El rey nombraría a Fernando Ramírez Fariña, no propuesto, disponiendo al propio tiempo que Juan de Chaves ocupara la plaza que iba a vacar por promoción del doctor San Vicente a la presidencia de la Chancillería de Valladolid 

CONSEJO DE ÓRDENES


Este monarca elegirá hasta veintiún consejeros de órdenes: Alvaro de Benavides, Egas Venegas y Antonio Pedrosa, en 1599; García de Medrano, en 1600; Ruy Díaz de Mendoza, Luis de Padilla , Jerónimo de Medinilla y Diego de Salcedo, en 1604; Enrique Pimentel, en 1606; Pedro de Vega, en 1608; Juan Serrano, en 1609; Mendo de Benavides y Alonso de Cabrera, en 1612; Pedro de Álava y Juan Gaitán de Ayala, en 1613; Juan de Coello, en 1614 y Sebastián de Villafañe, Juan Jiménez de Ocón, Luis de Villavicencio y Pedro de Guzmán, en 1616 y el año siguiente Antonio de Castro. Generalmente eran nombrados al responder el rey a alguna consulta de la Cámara. Esta formuló hasta diez consultas para plazas vacantes del Consejo de Ordenes. En la primera consulta, fechada el 25 de septiembre de 1599, laproponer nuevamente el 20 de junio de 1605 —en una única consulta— candidatos para las respectivas vacantes36 . Para la plaza de Venegas los preferidos de la Cámara fueron: 1.- Pedro de Vega, oidor de la Cnancillería de Valladolid «que reside en Burgos». Había sido colegial del colegio de San Bartolomé en Salamanca. Eran sus «deudos» los presidentes del Consejo Real y de Indias Juan de Vega y Hernando de Vega, así como el obispo de Sigüenza, Pedro Gasea. 2.- Alonso de Cabrera, también oidor de la Cnancillería de Valladolid. Colegial del colegio del arzobispo en Salamanca. Era sobrino de Jerónimo del Corral, que había desempeñado la presidencia de aquélla Cnancillería. 3.- Fernando Ramírez Fariña, oidor de la Cnancillería de Granada. Habíapara plazas de consejero de órdenes. La primera vez fue cuando vacó una plaza del Consejo de Ordenes por ascenso de Medinilla al Consejo Real. En la consulta, de 14 de febrero, figuraba en primer lugar el fiscal del propio Consejo, Mendo de Benavides, que previamente a su paso por el Consejo había desempeñado una magistratura de lo civil de la Cnancillería de Valladolid. Su padre, el conde de Santisteban, y «todos sus passados an servido mucho a la Corona real»; era sobrino de Alvaro de Benavides, consejero de castilla y camarista. Alonso de Cabrera, oidor de la Cnancillería de Valladolid, iba propuesto a continuación. Cabrera, como se apuntó más arriba, había sido colegial en el colegio del arzobispo de Salamanca y era sobrino de Jerónimo del Corral, que ocupó la presidencia de la Cnancillería de Valladolid. El último era Juan Gaitán de Ayala, también oidor de la misma Cnancillería. Colegial en el colegio del arzobispo de Salamanca, su padre fue mayordomo del archiduque Alberto; además, un tío suyo, Antonio de Padilla, desempeñó las presidencias de los Consejos de Ordenes y de Indias, y otro, Diego López de Ayala, perteneció a los Consejos de Castilla, de Hacienda y de la Cámara. También Luis de Padilla, consejero de Castilla y camarista, era primo hermano de Juan Gaitán de Ayala. El rey se conformó con el pretendiente propuesto en primer lugar por la Cámara, al que nombró consejero de Ordenes y su plaza fue concedida al situado en segundo lugar en la consulta38 . La otra consulta se realizó el 20 de septiembre de aquél año cuando vacó una plaza de órdenes al ser promovido al Consejo Real Diego López de Salcedo. Los candidatos seleccionados por la Cámara eran Alonso de Cabrera, que apenas hacía cuatro meses que había tomado posesión de la fiscalía de órdenes39 , Juan Gaitán de Ayala, al que he aludido antes, y Gaspar de Vallejo, oidor de la Cnancillería de Granada y con anterioridad juez de grados de la Audiencia de Sevilla. Vallejo había sido colegial de San Bartolomé en Salamanca y catedrático de Cánones en su Universidad. El rey eligió a Alonso de Cabrera, propuesto en primer lugar. Villafañe fallecerá el 10 de mayo, sin haber tomado posesión de su plaza. Jiménez de Ocón pasará a ocupar la vacante de Cabrera58 , a Villavicencio se adjudicará la plaza que deje Pedrosa al jubilarse59 y Guzmán obtendrá la de Gaitán de Ayala60 . Una vez designado un consejero —si aceptaba el nuevo destino— acudía a la Cámara, la cual despachaba el título de nombramiento. Con el título en su poder, el flamante consejero se presentabque Olivares ultilizó el patronazgo en menor medida que el duque de Lerma74 . El conde-duque sabía mejor que nadie lo importante que era controlar a los que se encargaban de gestionar los nombramientos, porque como ya observara Malvezzi «qué importa que él (valido) elija para todos los oficios, basta para elegir que haya elegido a aquellos que eligen, porque entonces es seguro que será elegido aquél que él hubiera elegido»73 . De esta manera, en la década de los veinte y de los treinta el valido situará en el Consejo de la Cámara —cuyos miembros se designaban directamente por el rey, sin consulta previa de ningún órgano colegiado— a sus más fieles colaboradores76 o a otros letrados que, como dice Elliott, habían despertado su interés77: Alonso de Cabrera, Juan de Chaves y Mendoza78 , Fernando Ramírez Fariña79 , García Pérez de Araciel80 , García de Haro y Avellaneda81 , Francisco de Tejada y Mendoza82 , Diego de Corral y Are7


 Juan Chumacero y Carrillo84 , José González85 , Francisco Antonio de Alarcón86 , Antonio de Contreras87 y Antonio de Camporredondo88 . Todos ellos, sin excepción, formarán parte de las diversas Juntas que se creen durante el valimiento de Olivares. En la Junta de Reformación estarán Cabrera, Chaves y Garcipérez; García de Haro en la de Población; Alarcón y González en la de Minas; Tejada en la de Compañías; Juan Chumacero en la Junta Grande; Fariña en la de la Sal; Corral en la de Colegide órdenes es la de 12 de abril de 1616. Elaborará dos ternas para cubrir cada una de las plazas que hay vacantes en el Consejo de Ordenes, una por promoción de Alonso de Cabrera al Consejo Real y la otra también por ascenso de Juan Gaitán de Ayala al Consejo de la Inquisición. La primera terna era: 1.- Sebastián de Villafañe, oidor de la Cnancillería de Vallados; Contreras y Camporredondo en la de MillonesConsulta de la Cámara, 14-11-1612. Plaza vacante en el Consejo de Órdenes por promoción de Jerónimo de Medinilla al Consejo Real. Sujetos propuestos: 1) Ldo. Mendo de Benavides, fiscal del Consejo de Ordenes. 2) Ldo. Alonso de Cabrera, oidor de la Chancilleria de Valladolid. 3) Juan Gaitán de Ayala, oidor de la Chancilleria de Valladolid. Designado: Mendo de BenavidConsulta de la Cámara, 17-XII-1622. Plaza vacante en el Consejo de Ordenes por promoción de Pedro de Guzmán al Consejo Real. Propuestos: a) El presidente «nombra»: 1) Ldo. Tomás Báñez de Rivera, oidor de la Cnancillería de Granada. 2) Ldo. Miguel de Carvajal y Messía, oidor de la Cnancillería de Valladolid. 3) Ldo. Juan de Villavicencio Ferrer, oidor de la Audiencia de Valladolid. b) El camarista Luis de Salcedo propone: 1) Ldo. Gregorio de Tovar, oidor de la Cnancillería de Valladolid. 2) Ldo. García de Haro, oidor de la Cnancillería de Valladolid. 3) Ldo. Juan Queipo de Llano. c) El camarista Melchor de Molina propone: 1) Al dicho García de Haro. 2) Ldo. Fernando Pizarro de Orellana, oidor de la Cnancillería de Granada. 3) Al dicho Miguel de Carvajal y Messía. d) El camarista Alonso de Cabrera propone: 1) Al dicho García de Haro. 2) Al dicho Miguel de Carvajal y Messía. 3) Ldo. Alonso de Montenegro y Sotomayor, oidor de la Cnancillería de Granada. e