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miércoles, 28 de abril de 2021

lunes, 26 de abril de 2021

NUEVAS APORTACIONES PARA LA HISTORIA DE LA COFRADÍA DE LA VIRGEN DE LA CABEZA

 

NUEVAS APORTACIONES PARA LA HISTORIA DE LA COFRADÍA DE LA VIRGEN DE LA CABEZA

 

FRANCISCO MARTIN ROSALES

Académico Bellas Artes












I

DEVOTOS ALCALAÍNOS DE LA VIRGEN DE LA CABEZA ANTES DE LA FUNDACIÓN DE LA COFRADÍA.

 

 

 

         Continuamos con la fecha de la fundación de la cofradía alcalaína de Nuestra Señora de la Cabeza y su relación con los devotos. Nunca se había comentado la instauración de la devoción en nuestra tierra. 
Y la hubo. Sirvan de ejemplo varios documentos en forma de testamento. El primero adelanta el culto a 1542 lo realiza Diego Martínez de Pareja, el segundo de Ana Fernández de Reina. 
Diego era un padre de familia que se vio obligado a acudir a la Jornada de Guerra de África con las milicias locales en 19 de diciembre de 1542 este año; y, tras el desastre de Argel que las tropas otomanas habían infringido al emperador Carlos V, no sabía lo que le podía ocurrirle como le aconteció a Cervantes, caer cautivo o morir en la guerra o cautiverio. Por eso levanta el testamento para exponer sus últimas voluntades. Y entre las tradicionales mandas, deja varias por su alma, almas del Purgatorio y su padre Andrés Martínez de Pareja. Y dos especialmente rezadas en la Iglesia Mayor dedicadas a Nuestra Señora de la Cabeza, para ruegue ante Dios e interceda para que le perdone sus pecados. Como hombre del mundo del campo y ganadero, se ve inmerso en ventas de animales de cargas ( mulos y asnos) y pieles de animales y contrayendo varios censos o préstamos familiares con Francisco de Góngora junto con su madre Catalina  García y su hermano Marcos Hernández
El segundo documento  es el testamento de Ana Fernández de Reina, hija de Diego Hernández del Rey, casada con Pedro González con dos hijos Magdalena y Alonso González, que levantó ante el escribano Francisco Ordóñez  el 14 de mayo de 1548. Suele presentar los típicos datos, en este caso, del enterramiento de una sepultura en la Iglesia de Santo Domingo de Silos, donde estaban enterrados sus abuelos y padres. También, las mandas de misa de réquiem y vigilia y acompañamiento de beneficiados y cera y pendón de la cofradía de Santa Ana, de la que era hermana, en su entierro; otro novenario de misas, la de San Agustín, el quinario a Nuestra Señora, por almas del purgatorio, y otras de Espíritu Santo en el templo de Santo Domingo de Silos, pero manifiesta que fueran rezadas.  No olvida tampoco los cuatro maravedíes para los santuarios acostumbrados como era el de Jerusalén, y por el rescate de los Cautivos, ni un regalo para su hija Magdalena, que versaba en todas las piezas de diversos colores (de seda azul, amarillo, colorado…) de un dormitorio y de un comedor con sus sabanas y atavíos; tampoco lo hace con su prima hermana que la había mantenido en su casa como personal de servicio y recomienda a su marido que le pague por su trabajo.  

Y hay dos notas destacadas, también dos misas rezadas por su devoción a Nuestra Señora de Cabeza, con lo que adelanta en siete años los datos sobre la práctica y culto por esta advocación mariana. Y lo dice con estas palabras “ las quales mando que se digan el domingo postrero de Abril, primero venidero quando van a su fiesta; y, si antes se pudiera decir, de diga y se le dé la limosna para la cera que se gasta en su capilla un cirio de una libra; mando que las dichas misas se digan en su propia casa donde está”.
El documento tercero es el testamento de Catalina Martínez, mujer de Diego Ibáñez que comparte con Ana Fernández la fecha 5 de agosto  de 1548, y la dedicación de dos misas a Nuestra Señora de la Cabeza  y a Nuestra Señora de Consolación (Escribano Luis de Cáceres).

 

La devoción de la Virgen de la Cabeza ya tenía antecedentes antes que se fundara la cofradía, y a ella ya acudían los devotos alcalaínos, y lo celebraban, como ahora, el último Domingo de Abril y lo curioso que todavía nos y había fundado el templo sino en la Casa del Santuario, como manifiesta el santuario, donde acudían los romeros y hacían ofrendas, en este caso los cirios, al mismo tiempo que se reservaban unas misas por las almas de los difuntos.  

III

LOS PRIMEROS HERMANOS Y PENDÓN DE LA VIRGEN DE LA CABEZA

Por el documento de contrato entre Andrés de Medina y  el bordador, broslador, Juan Martínez Montañés sabemos que  el primer hermano mayor fue Aparicio Martínez de Colomo [3] y  que fueron los primeros hermanos de la cofradía : este mismo Aparicio,   el sastre Diego Sánchez, Martínez de Molina,  Bernabé  de Alba,   el tendero Francisco Hernández de Navas,  Bartolomé de Ortega,  Juan Serrano,  y Gómez Gallardo,  que todos eran vecinos de Alcalá la Real. Por su amor a la Virgen de la Cabeza, comenzaron a organizar la cofradía y encargaron el estandarte al bordador Juan Martínez Montañés (por cierto, en este mes vecino de Granada) y, a través de este testimonio, sabemos los siguientes datos:

-Tuvo lugar el encargo del pendón el cinco de junio de 1560, lo que manifiesta que ya existían devotos y cofrades en 1560. Probablemente, no todos fueron ganaderos que acudieron a la fiesta y feria del Cerro de la Cabeza, los había de diversos ramos.

--Desde principio, como establecían los estatutos de la Cofradía de Andújar, debían equiparse de unos estandartes que tenían que  llevar impresos  el escudo y armas de la ciudad de Alcalá la Real para ser identificada  esta nueva  cofradía filial entre todas las del Cerro; y en el diseño del pendón, bordado por Juan Martínez Montañés se recogía que iban dos imágenes de la Virgen de la Cabeza en un lado y otro, con las llaves y leones de Alcalá la Real y el letrero de la ciudad alcalaína[4].

-Existía una relación muy grande entre estos artistas y artesanos alcalaínos, porque años después con el propio Juan Martínez Montañés, se volvieron a establecer relaciones comerciales y contractuales. Así 1566, vemos al bordador con los hermanos Diego y Hernán Sánchez firmando un trato de 20 arrobas de vino torrontés con un precio de 5.100 maravedíes.


[1] MARTÍN Rosales, F, La romería de la Virgen de la Cabeza y la Cofradía de Alcalá la Real.  Toro de Caña, nº 4

[2] PÉREZ CASTILLO, Matilde. La Cofradía de la Virgen de la Cabeza de Alcalá la Real, más de 450 años de historia. PVC. 2011.

[3] Y no Colomar, como señalaba el documento del Libro de Actas de Andújar.

[4] AJPJ. Escribano Andrés de Medina. Folio 92 vuelto- 93 vuelto. Año 1560.

IV

EL PRIOSTE FRANCISCO MUÑOZ, SEGUNDO HERMANO MAYOR DE LA COFRADÍA

POR el testamento ante Hernán Sánchez (Legajo 4669, 10 de agosto de 1571), María Hernández Cordobesa, esposa de Diego Hernández, declaraba ser enterrada en la ermita de la Veracruz, y haber aportado 12.000 maravedíes en la carta dotal. Desde 1551, vivía en Alcalá la Real, y había tenido dos hijas Beatriz y Juana Ruiz, anteriormente estuvo en Montefrío y nació en Córdoba, de ahí su apodo como apellido. Mujer sensible con la solidaridad, dejaba todas sus sábanas para los pobres del Hospital Dulce Nombre de Jesús.

 Muy curiosa es la manda de tres ducados que aportaba a las obras que se mantenían en edificación Santa María la Mayor, convento de Consolación, ermita de san Sebastián, San Bartolomé, Veracruz, Santa Ana, Nuestra Señora de la Cabeza y hospital del Dulce Nombre de Jesús. Como buena devota, realizaba las tradicionales mandas de misas acostumbradas a la Pasión, de exequias y réquiem. 

Pero la manda más importante estaba relacionada con la cofradía romera del Cabezo, que aportaba datos de su construcción y cofradía 

"Dejo  por universal heredera que doy título y recurso a la Cofradía de Nuestra Señora de la Cabeza de esta ciudad de Alcalá la Real, porque de ellos se compren ornamentos para la imagen e altares del Señor San Marcos, donde estaba la cofradía o estubiere, para el culto de la de la dicha imagen e reparos de la iglesia, como más vien visto sea al priostre e alcaldes de la dicha cofradía , a la que dejo por mis legítimos administradores de lo susodicho , y esto a tanto que no tengo herederos, ascendientes o descendientes que hereden mis  bienes y haciendas"

Firmaban el testamento el Hortelano Pedro Sánchez de la Hinojosa y Francisco Muñoz, mesonero. prioste de Nuestra Señora de la Cabeza. Dejó algunos bienes para sus familiares Bartolomé y Juana Ruiz hijos de sus hermanos.

Por este testamento, la ermita de San Marcos se encontraba en obras, y existían en 1571 varios altares (el de San Marcos y el de la Virgen de la Cabeza). No está muy claro si la imagen de la Virgen romera se encontraba, pues tan solo se asevera con rotundidad ornamentos para la imagen si estuviere. Lo que se declara con rotundidad que se rendía culto con los ornamentos del altar (frontales, manteles, telas, mantos de adorno...).

Curiosamente aparece el prioste Francisco Muñoz, un nuevo hermano mayor conocido de su historia tras Aparicio Martínez de Colomo. Un nuevo documento de codicilo de Marina López, mujer de Martín de Alcalá (Hernán Sánchez, 4670, folio 210, 1572) se entierra en la iglesia de Consolación, se le dice misa de réquiem y vigilia en iglesia de san Pedro del Castillo, y, lo más importante, dio de limosna la que se necesitare para los manteles de lino, unos para la Virgen de la Cabeza, otros para San Marcos, los dos altares de esta ermita, donde se encontraba ya la Virgen, como lo manifiesta la testadora. 

V

 

EL ROQUETE DE LA VESTIMENTA DE LOS HERMANOS DE LA COFRADÍA DE LA VIRGEN DE LA CABEZA

 En nuestro libro de la Historia de la Real Cofradía de Alcalá la Real, señalamos, partiendo de las publicaciones de Salcedo, que los cofrades solían llevar un roquete blanco, sombreros blancos e insignias. Y recogemos la siguiente cita" De este siglo se conserva una perfecta visión de la celebración de la Romería en la obra publicada en 1677 por Salcedo Olid "Panegírico Historial de Ntra. Sra. de la Cabeza de Sierra Morena", donde describe como la organización de la Romería y de las Cofradías dependía de los Diputados de la Cofradía Matriz a cuyo frente figuraba el Prioste que, para distinguirse en Romería, vestía roquete y sombrero blanco, banda y báculo rojo; el Mayordomo roquete, sobrero blanco, báculo y banda del mismo color; los Diputados vestían banda y báculo colorados, y los cofrades túnicas blancas a modo de "alba" y roquete blanco para recogerse el pelo.

Pues recién fundada la cofradía ya poseía la tradición de que los hermanos vistieran el roquete blanco. En concreto, por el testamento de Isabel de Jerez, esposa del albañil Juan de Álvarez se encuentra el roquete que, como hermana de la cofradía de la Virgen de la Cabeza disponía y lo convertía en mortaja en el día de su enterramiento as la manera de otros con el hábito franciscano o, en otras ocasiones blanco. Esta es la manda (AHPJ, Hernán Sánchez, 4666, folio, 21 de enero de 1567) 

 



"ítem declaro que tengo en prenda en poder de la biuda de Benito de Santisteban  mi roquete, que tengo para servicio de la Cofradía de la Señora de la Cabeza, en dos reales, que  prestó, mando que se le pague y cobre el roquete  con el qual me mandó enterrar  y lo lleve en lugar de mortaja, y, cumplido todo lo que aquí mandó  al remaniente de mis bienes, derechos y acciones  e título y recurso que he y aver pagado e de mando  lo aya y enreden por y siguientes partes Juan Álvarez, mi marido,  y mis hijos a los quales nombré por tales y universales herederos  

Pocos documentos encontramos de la cofradía de la Virgen de la Cabeza de Alcalá la Real en el siglo XVIII.

 

VI

LA COFRADÍA DE LA VIRGEN DE LA CABEZA A MEDIADOS DEL SIGLO XVIII

Y menos aún, a partir de su mitad. No obstante, podemos manifestar que la cofradía pervivía con su organización ya arcana. A través de un documento del escribano Juan Gutiérrez de Hinojosa (Legajo 5464, folio ilegible que no llevó derechos, pero dio fe) en 21 de mayo de 1757, se firmó un contrato de compraventa entre la cofradía romera y el presbítero y notario mayor de abadía don Ceferino de Torres por juro de heredad para siempre jamás. Por ella, se ratifica una casa abandonada que poesía en la calle de los Moros, que bajaba a la de los Vicente en el Arrabal Nuevo como bien propio legado por uno de sus devotos, y que ya aparecía entre los bienes del Catastro de la Ensenada. 
Su organización mantenía como principales cargos directivos el hermano mayor, en este caso Blas García, y como alcaldes Francisco Antonio Ibáñez y Bartolomé Cano. La casa se cita como pequeña y perteneciente a la parroquia de Santo Domingo de Silos, lindaba por lo alto con la casa del comprador y por lo bajo con las murallas, citándose también por el corral la calle Romero.  Se valoró en 70 reales de vellón. 
Curiosamente no aparece citada como cofradía, sino como Hermandad de Nuestra Señora de la Cabeza y fueron testigos de la transacción don Juan de Callaba, Pedro Alcalá y José Nieto.

Es un documento interesante, porque la cofradía de la Virgen de la Cabeza nunca decayó, siempre se mantuvo a pesar de los tiempos de rigorismo ilustrado, y las familias solían ser casi siempre de los Cano, García e Ibáñez como mantenedoras de culto y romería ocupando cargos directivos. No fue la única casa que compró Ceferino de Torres por este entorno, otra en la calle Cava compró a Petronila del Álamo, lindera con la muralla por los corrales

 

 

domingo, 25 de abril de 2021

EN LA SEMANA DEL DIARIO JAÉN FIN DEL IV CENTENARIO DE GINÉZ MARTÍZ DE ARANDA

 

FINALIZA LA CONMEMORACIÓN DE DEL IV CENTENARIO DE GINÉS MARTÍNEZ DE ARANDA

 

 


Todavía, nos encontramos en la conmemoración de la muerte del famoso arquitecto Ginés Martínez de Aranda. Pues debió acontecer entre marzo y noviembre de 1620. Su biografía ya ha sido muy descrita por el profesor José Luis Damaso Chicharro  en un artículo anterior de esta sección de La Semana. Se distinguen varias etapas en la vida constructiva de Ginés Martínez de Aranda: la etapa castillera (1580-1588), la segunda estepa o alcalaína (1588-1598), etapa gaditana ( 1598-1602) breve etapa castillera (1602-1603), etapa compostelana (1693-1606) tercera etapa alcalaína (106-1620). Como se comprueba, hemos introducido unas breves anotaciones a los artículos anteriores de este maestro de obras baezano afincado en tierras abaciales de Alcalá la Real antes de marchar a Galicia. 

Un nuevo documento nos ilustra de su breve etapa en tierras jiennenses, tras su vuelta a su tierra desde su paso por Cádiz acompañando a su obispo el abad antiguo alcalaíno Maximiliano de Austria, otro jiennense nacido en el Arco de San Lorenzo. Ante Alonso Ramírez de Molina, ( legajo 4746, folio 29) a primeros de enero de 1603 se obligaba a hacer Ginés Martínez de Aranda, como vecino del Castillo, " las gradas del altar  mayor  en la capilla mayor nueva de la iglesia de esta villa y epistoleras, conforme a la traza que se le dio firmada por su señoría don Alonso de MENDOZA, ABAD DE ESTA ABADÍA, de piedra de cantería labrada y limpia, y en perfección conforme a la dicha traza y modelo , y comenzará desde luego y dará acabado  en primeros del mes de marzo primero y a contento de Su Señoría , y no lo cumpliéndolo  que a su costa  mando hacer conforme a la dicha traza y modelo, y por lo que en ello se gastare y se le ejecute y cobre con el juramento del mayordomo  que es o fue de la dicha Iglesia, por lo cual se le a de dar cincuenta  ducados y con ellos lo a de hacer todo a su costa del todo punto,  poniendo los materiales y manufactura sin que se le de otras cosas algunas , las cuales se le han de dar como fuera haciendo la obra de manera  y acabada de hacer este esté  pagada, entregó se la dicha traza  firmada de su Señoría  y de mi presente escribano". Se presentaron como testigos los vecinos castilleros don Francisco de Mazuela y Francisco Reyes. Y firmaron el escribano y testigos Ginés Martínez de Aranda. 

    La iglesia del Castillo se habría acabado en sus paramentos por la  parte de  una  capilla mayor "nueva" en 1603, ya que Ginés continuó la obra anterior. Y, en el documento, se destaca que debió participar  en las trazas, porque las anteriores no pudieron ser firmadas por el abad Alonso de Mendoza. Y eran de Alonso Barba.    Aquí se encuentra interviniendo en una parte de la capilla, gradas , altar y epistoleras., término antiguo referente a los ambones para la lectura de las Escrituras.  

No fueron las únicas obras, por este tiempo, en 30 de enero  1603 se ampliaron las dependencias del templo con la compra de parte del corral de Francisco de Mazuela, que afectó a la parte de la sacristía vieja, en una extensión de ocho varas y media  " para que la dicha sacristía quede en marcada perfección, y ancha como se acordara  hacer  y proceder en ella así en largo como en ancho" . El Señor Abad Alonso de Mendoza llevó a cabo un edicto de licencia, del que destacamos lo siguiente:

-"Por cuanto la Iglesia del Señor San Pedro de esta villa tiene poco corral e un pedazo descubierto que todo alinda con casas de don Francisco de Mazuelos Monte. En las cuales casas la dicha iglesia tiene necesidad de cierta parte para poder ensanchar la sacristía, que sea tratado que el dicho don Francisco lo dé y el susodicho lo dan en trueque e tratan cantidad hasta la parte de la calle,  e para que esto se ponga en ejecución presente damos la licencia a  Juan de Mérida , presbítero mayordomo de la dicha iglesia.   Que en nombre de ella pueda ofertar lo susodicho, tomando del corral del dicho don Francisco lo que fuera menester para la dicha sacristía, y alindándolo, amojonándolo y dándole otra cantidad tanta en el corral de la dicha Iglesia  a la parte de la calle, e otorgar escritura en bastante forma obligando para la firmas a los bienes y rentas  de la dicha iglesia  en las cuáles interponemos autoridad dada en la villa del Castillo a 31 de enero de 1603".

En el contralo se hizo el trueque de una parte del corral y cementerio que la iglesia tenía por la otra parte del corral de don Francisco de Mazuela. Afectaba a ocho varas y media de largo por tres varas y media; y cinco, poco más o menos, de ancho  así hasta llegar a el pozo para que esto lo pueda dividir y partir, y alinda por la calle delantera  con la calle de la Plaza y puedan cada uno su parte labrar y edificar  lo cual le pareciere a su costa, e incorporar a ello lo que el dicho don Francisco  da con la iglesia,  y lo que a él se le da con sus casas y se dan y venden la una cantidad e otra por libre de censo , memoria ni otra hipotecas  alguna . Se concebía como una donación de una parte a la otra   y el contrato se hizo de mutuo acuerdo sin pleito alguno. 

Con esta obra, se cubre una parte de la estancia en la abadía Alcalá la Real durante la muy estudiada etapa de sus estancias y trabajo en otras tierras de España, entre Cádiz y Santiago de Compostela. Por otra parte, confirma la presencia en las obras de la iglesia de San Pedro del Castillo de Locubín, incluso aportando nuevas trazas para la capilla mayor, lo que intuyeron otros tratadistas de este maestro de obras, cuya muerte se produjo hace cuatrocientos años.

jueves, 22 de abril de 2021

EL CORTIJO DE LA MERCED Y EL TOQUE DE LA QUEDA

 El toque de campanas se sentía  esta noche, era primnavera; se convertía la ciudad en un lugar de misterio en esta estación del año, pues en verano a las diez de  la noche casi apagaba los últimos rayos de la luz del sol. Sonaban nueve campanadas de tres en tres en volteo de la campana María, intercaladas por la de Santo Domingo como  si se asemejara al toque de entierro. Todos reconocían el anuncio de salir del puesto de trabajo y encerrarse en las casas, las primeras que cerraban eran las puertas del Hierro, Lanzas, Imagen; luego Zayde, el  Aire, Peso de la Harina, Nueva, Rastro, Cañuto  y Arrabal. Y acababan con la de losÁlamos,  Granada, Villena y del Campo. Una vez entrado los vecinos en sus casas , cerraban sus puertas, portones , grilletes, verjas  y ya no los abrían hasta  el alba. Raro era el día en que se rompía aquel cierre de la ciudad de la Mota y la ciudad del valle que comenzaba a llenar el valle  que cerraban los cerros de l Mota y Los Llanos. A veces, se escuchaban a los animeros y a los que llevaban la santa comunión a los enfermos, pero eran en determinados días, en otoño.  Este toque de queda se distinguía por llamarse toque de ánimas, ya que las familias rezaban por sus difuntos al escuchar estas campanadas, sonaba diferente al del toque de laudes,  ángelus o vísperas .

La campana María sobresalía con su toque lánguido y pausado y  se diferenciaba de cualquier sonido llamando a una misa o repique general.   Duraba un décimo de hora  y se escuchaba en toda la ciudad, los campaneros solían ser los mismos de siempre. Esta noche de 29 de junio de 1612 ,  lo hacían los sacristanes.  Tocaban las campanas con cierta alegría a pesaar de que la oscuridad del bocel de la torre del campanario no se identificaba salvo por el fulgor del candil que les había llevado a la Sala del Reloj, donde pendían las sogas  de las campanas.  Gerónimo Jiménez y  Pedro de Arjona  se intercambiaban los silencios con la mirada y jadeaban tras subir las más de cien escalinatas, desde la puerta de la capilla del baptisterio. En el rellano del coro, se cruzaron la mirada, mientras recordaron la entrevista con el alcaide don Antonio López de Gamboa:

-Nos dijo cuánto llevamos de sacristanes- dijo Gerónimo.

-Hombre, cada uno entró tras la prueba de Doctrina- contrestó Pedro de Arjona.

-Hoy, a lo mismo, pero más contentos.

-Me falta la respiración, pero es de alegría por el contrato.

-Nos hemos obligado, claro , es un compromiso muy serio, pero seguro.

-Sí, ya lo sabíamos y los habíamos hecho todas las noches.

-Y lo haremos, mientras seamos sacristanes de la Iglesia Mayor. Tañerermos este toque.

-El que llamamos Oración de las Ánimas.

-Mira el reloj, solo faltan unos minutos para la siete, todavía no ha llegado el verano, estamos en en el primer verano (primavera).

-Ya llegará cuando por San Juan toquemos a las nueve de la noche. 

-Qué señor más formal, don aAntonio. Nos ha renovado el contrato  por otros tantos años.

-Ha cumplido con el vínculo  que instituyó su madre doña Teresa de Eraso.

-Y nosotros tan puntuales como la pica de una lanza, a las siete, ni un día en falta.

-Y, don Antonio, hombre de palabra, nos pagó los seis ducados del año pasado, een el día de hoy.

-Y no faltará la paga en 1613 por este día.

-Bueno, él no lo paga, lo hace el arrendado de su cortijo de La Merced.

-Exactemente, Diego Ramírez.

-Dijiste la Merced. 

-Si fuera de día veríamos desde esta torre donde empiezan sus tierras y casi se pierde la vista en su extensión.

-¿Sabes su historia?

-Me llama la atención por el nombre. 

-Creo que está claro y evidente que responde a una merced real a uno de los capitanes que acompañaron a los Reyes Católicos en la toma del Reino de Granada.

-Sí, pero lo cierto que su nombre ya era una realidad en el siglo XVI.

- Y pasó por las herencia al alcaide a través de su madre.  

-Recuerdo un contrato de arrendamiento entre su propietario y el arrendador. Este era  mi pariente Antón de Arjona. Y el propietario el señor Benito López de Gamboa, que compró la alcaldía de la fortaleza de la Mota, oidor de la Chancillería Real y Consejero de las Indias de Felipe II. Su hijo Antonio López de Gamboa heredó la alcaldía y fue regidor perpetuo y escibió una monografía de los orígenes y antiguedades de Alcalá la Real. Lo representaba su hermano el licenciado y presbítero Francisco de Gamboa, que ejercía el cargo de provisor vicario del abad en 1570 (ambos Benito y Francisco eran hijos del capitán Antón de Gamboa que fue vecino de Alcalá la Real y formó parte de los ejércitos de los Reyes Católicos). Pero  lo importante del documento radica en los datos que aporta sobre el cortijo.

-


-Dime, dime, este cortijo  se componía de unas 300 fanegas y una casa de teja, denominada también cortijo. Se ubicaba en el paraje del Tablero  y le dicen de la Merced de Francisco  Grimaldo
-Ah, Grimaldo.
- Probablemente, los Gamboa lo adquirieron del mercader banquero Francesco Grimaldi.
-Un personaje que  ocupó un papel fundamental y económico en la Corte de los Reyes Católicos, y en la regencia de don Fernando. 
-Ya tengo datos. No sólo adquirió terrenos por estos lares sino que en los pueblos de la comarca de los Montes de Granada como Colomera hizo alguna adquisición. Responde a un colectivo  colectivo caracterizado por su movilidad en la Edad Media tardía, sin duda, el de los mercaderes que en  el Reino de Granada el grupo más destacado, en época nazarí como castellana, fue el de los genoveses. --Dejame que me centre en esta ocasión me voy a centrar en esta figura singular  de  Francesco Grimaldi, este mercader-banquero genovés, pues su perfil sobresale entre sus compatriotas establecidos en el reino granadino por la capacidad para adquirir un extenso patrimonio inmobiliario a partir del cual creó un mayorazgo, fruto de su inusual unión con una noble castellana, dama de honor de Catalina de Aragón cuando era princesa viuda de Gales. Precisamente el cruce de informaciones permiten seguir la pista de sus actividades y la de su familia desde la Península Ibérica hasta Inglaterra y vuelta entre finales del siglo XV y los primeros tres lustros del siglo XVI, si bien los datos sobre su mujer y sus hijos se adentran hasta mediados del Quinientos, revelando un proceso particular de integración en la oligarquía granadina. 
-Dejame, dejame que te diga. En los años finales del siglo XV, se encuentra más centrado en actividades financieras para conseguir préstamos, pero posteriormente se encarga de grandes contratos administrativos en las Mancebías de Málaga y en las Alpujarras para  conseguir su integración en el mundo de la Corte entroncándose con la nobleza al casarse con doña Francisca de Cáceres. En esta etapa emprendió una nueva gestión que se basó en la adquisición de numerosos inmuebles entre los que se cita el del cortijo de la Merced.  Finalmente sus hijos heredaron su mayorazgo que mantuvieron sus bienes a lo largo del siglo XVI. 

-Bueno, ya hemos hablado de Grimaldo.
-Vayamos al cortijo. Y al contrato de mi pariente. En el  arrendamiento se  cita expresamente su ubicación en el Tablero, en este paraje, lindero con las tierras de Bernardo de Aranda y Pedro  Fernández de Anchuela, terreno de los baldíos o comunes, de los propios de la Dehesa de la Hondonera y el arroyo de la Peña del Yeso. 
-Se ciñe al modelo de condiciones y claúsulas del momento: a pan terciado( dos de trigo y una de cebada), solo cien fanegas cultivables, imposibilidad de cortar árboles o mondarlos, mantener el cortijo en las mismas condiciones de entrega, pago de todo y al tercio de los productos incluso los diezmos, ejecutar las labores agrícolas a la perfección( siembra, escarda, alzado, siega...) y cobro a  finales de año y entregar la especie por el mes de agosto. 
-Lo firmó mi pariente por  octubre de 1572 ante el escribano  Luís de Cáceres.
-Bueno, pero nuestro contrato, no es para ser labradores de aquellas tierras.
-Claro que sí , solo nos relacionamos con el labrador en el pago del dinero.
-Nos tiene que pagar los ducados sacados de los frutos de la bellota.
-Allí hay mucho monte, y tierra de labor.
-Y buenas y hermosas encinas. 

-Mira fíjate en lo que me dijo su arrendador.

-Esta tierra esta mezclada, y hay una encina que sobresale, perdurará por el tiempo, le gusta su sombra al ganado

-Me cuentan que  esta  encina más antigua y de mayor sombra hace unos años un rayo hirió de muerte su tronco inabarcable por más de cinco personas

-Bueno vamos, da el toque que te has pasado de hora quince minutos.

Con el toque lúgubre, comenzaban a encenderse las cocinas y de las chimeneas francesas de la Mota salían unas columnas de humo, el murumullo de los rezos de ánimas se distinguía sin apreciar los rezos de los animeros, habían concluido las  actividades,  y el toque de queda invitaba a pedir por los difuntos. Se le fue el santo   al cielo a los sacristanes y lo prologaron treinta minutos.

-Que no es el día a 2 de noviembre, para dar un toque de treinta minutos,  y para pedir por los difuntos en su día.

La María emitía un sonido grave, un sonido muy especial. 

Cien quintales peso,

quien no me crea 

que me coja en peso

de la Mota los Llanos

y de los Llanos a la Mota. 


 

Ese cor

martes, 20 de abril de 2021

viernes, 16 de abril de 2021

EN ALCALÁ INFORMACIÓN. PUERTAS NUEVAS DE LA MOTA.

PUERTAS NUEVAS DE LA MOTA

Se realizan actualmente las obras de parte de la muralla de Santiago, desde la Torre Nueva de la Cárcel hasta la Puerta Nueva del Bahondillo. Esta última se abrió en tiempos de las Reyes Católicos, pero fue un acceso fundamental para todos los vecinos que provenían de los barrios o arrabales de San Sebastián, Peña Horadada, Cerro de los Palacios o San Bartolomé, Matadero, Rastro y entorno de esta puerta; fue, también, salida de los campesinos de la ciudad fortificada y de sus vecinos al campo en momentos, como el actual, de epidemias, pandemias y peste. Ganó importancia en tiempos de Carlos I hasta tal punto que el famoso maestro Martín de Bolívar la ejecutó a la manera de la puerta de las Lanzas y con una imagen, probablemente de Santa Ana, y escudos de la ciudad a mediados del siglo XVI. Aquel barrio y este lugar desaparecieron prácticamente a finales del siglo XVIII, y se transformó el hábitat humano en una tierra de cultivo. Ahora se vuelve a sus orígenes y puede revitalizarse por ser una magnífica novedosa entrada de la Mota, por la que  se ofrece al visitante una nueva lectura del monumento  alcalaíno: por un lado, se comprende perfectamente, la historia alcalaína del mundo troglodita hasta los tiempos abaciales; por otro lado, es un magnífico mirador de las tierras que miraban a Priego y Montefrío; y, por último, pueden recuperarse restos arqueológicos importantes de la zona y lugares como  el paramento de la Carrera de los Caballos, la  Puerta del Rastro, el Matadero y las Carnicerías Viejas, así como la Puerta de Zayde que comunicaba estos barrios con el de Santo Domingo. Otra puerta desconocida que se conserva en todo su arranque hasta la mitad de sus pilares y la calle que se dirigía a la perdida puerta del Cañuto, al pie de la muralla del Gabán.

Hay muy pocos arabismos que se hayan conservado en la Mota: adarve, albañares, aljibe, almena, escopetar, mezquita, Zayde, ...y gabán. Esta procede del árabe qaba, aban, capote, y de ahí recinto con una bóveda ahuecada, que en Alcalá arrancaba a desde la torre de Aguilera y bajaba en su descendía por un cañuto hasta la puerta Zayde, y se enlazaba con otra descendida hacia la iglesia de Santo Domingo. En su trayecto final junto a la entrada a la plaza, se encontraba la puerta del Cañuto y algunas tiendas que fueron levantadas en tiempos del corregidor de licenciado Cabezas.  Se entraba por un pasadizo rodeado también de tiendas, donde se colocaban los puestos de vender harina, cebada y otros productos de la huerta, incluso, el pescado.  En 1574, los regidores de este año así lo describían, se haga la pescadería debajo del cañuto por inconvenientes de venderlo (…) en derecho como se baja de la plaza por el camino debajo del Gabán en el grueso debajo de la plaza, que es donde ningún perjuicio recibe el Gabán, la muralla ni particular ni la calle y está cubierto y costará poco. La dicha pescadería se haga allí encima del arco del repeso de la romana y bajo

Con esto se manifiesta que el recinto debió estar muy habitado y con un fuerte uso comercial por su entrada y salida y el recorrido interior. Con el mismo escribano Alonso Ramírez de Molina en 1570, se ubica, en una parte del Cañuto, La Puerta Baja del Cañuto mediante la dote de las casas que se concedieron a Juana de Castro y Antón García de Extremera: “unas casas en el final de la Puerta abajo del Cañuto, linde con casas de Juan de Castro y el adarve de la Puerta Zayde”. Por lo que se describe que la salida del Cañuto por la parte baja se cerraba con una Puerta, cercana al adarve de la Puerta Zayde y unas casas a su derredor, las de Juan de Castro.

 Entre el recinto fortificado de la Mota y los nuevos barrios de los Mesones, Caba, Cuesta del Cambrón, Trinidad y San Francisco, se extendía el tramo de las Entrepuertas, entre la Puerta de la Imagen y la de las Lanzas. Pero, no nos extraña la presencia de otra puerta nueva, la puerta del Hierro que no se conserva, y tan sólo persiste un arranque del arco antes del tramo ascendente delante de la Puerta de las Lanzas. En un documento del escribano anterior Alonso Ramírez de Molina, de 1566 en un contrato entre un zapatero Lázaro Rodríguez y  el regidor Pedro Hernández de Alcaraz en 1566 se sabe que se  hallaban estas casas y tiendas, con cuatro moradas, encima, que nos los principales tenemos en la calle de los zapateros de esta ciudad, linde por abajo con casas de la viuda de Juan Martínez y tienda de Pedro de Martos, e por arriba la calle del Albaicín hasta dar a una calle que le dicen de la Puerta el Hierro.

Por lo que este tramo de la calle de Entrepuertas se llamaba de Los Zapateros, y nos ubica LA PUERTA DEL HIERRO . . Es curioso su nombre. Hay datos fidedignos que allí ubicaron su taller de forja varios cerrajeros, herreros, caldereros y herradores. No podía recibir mejor denominación. Hoy, los restos de esta puerta que cerraba el arrabal de los Mesones y Lagares, es uno de los miradores de la ciudad del llano y del valle de Alcalá la Real. Esta puerta, antes cerraba con las epidemias, hoy día es un altozano privilegiado para contemplar el entorno de la Sierra Sur. Lo mismo que las puertas Nueva, Rastro, Zayde, Cañuto e Hierro. Un patrimonio que se ha recuperado en muchos años, y ahora se ofrece para el disfrute y conocimiento.

 

 



 EN ALCALÁ INFORMACIÓN. PUERTAS NUEVAS DE LA MOTA.

miércoles, 14 de abril de 2021

LA IGLESIA DE SAN PEDRO DEL CASTILLO DE LOCUBÍN. OBRAS EN EL ALTAR MAYOR, SACRISTÍA Y AMPLIACIÓN DEL RECINTO EN 1603.

 




Se disitinguen varias etapas en la vida constructiva de Ginés Martínez de Aranda : la etapa castillera (1580-1588), la segunda estpa o alcalaina (1588-1598), etapa gaditana ( 1598-1602) breve etapa castillera (1602-1603), etapa compostelana (1693-1606) tercera etapa alcaláina (106-1620). 

Un nuevo documento nos ilustra de su breve etapa, tras su vuelta a su tierra desde su paso por Cádiz acompañando a su obispo el abad antiguo alcaláino Maximiliano de Austria. Ante Alonso Ramírez de Molina, ( legajo 4746, folio 29) a primeros de enero de 1603 se obligaba a hacer Ginés Martínez de Aranda, como vecino del Castillo, " las gradas del altar  mayor  en la capilla mayor nueva de la iglesia de esta villa y epistoleras, conforme a la traza que se le dió firmada por su señoría don Alonso de MENDOZA, ABAD DE ESTA ABADÍA, de piedra de cantería labrada y limpia, y en perfección conforme a la dicha traza y modelo , y comenzará desde luego y dará acabado  en primeros del mes de marzo primero y a contento de Su Señoría , y no lo cumpliéndolo  que a su costa  mando hacer conforme a a la dicha traza y modelo, y por lo que en ello se gastare y se le execute y cobre con el juramento del mayordomo  que es o fue de la dicha Iglesia, por lo qual se le a de dar cincuenta  ducados y con ellos lo a de hacer todo a su costa del todo punto,  poniendo los materiales y manofractura sin que se le de otras cosas algunas , las quales se le an de dar como fuera haciéndo la obra de manera  y acabada de hacer este esté  pagada, entregó se la dicha traza  firmada de su Señoría  y de mi pesente escribano". Se presentron como testigos los vecinos castilleros don Francisco de Mazuela y Francisco Reyes. Y firmaron  el escribano y testigos Ginéz Martínez de Aranda.

CONCLUSIONES

-La iglesia del Castillo se habría realizado en parte, la capilla mayor "nueva" en 1603.

-Ginés continuó la obra anterior y se destaca que debió participar  en las trazas, porque las anteriores no pudieron ser frimadas por el abad Alonso de Mendoza. Y eran de Alonso Barba.    Aquí se encuerta en una parte de la capilla, gradas , altar y episto




leras. 
Por este tiempo, en 30 de enero  1603 se ampliaron las dependencias del templo con la compra de parte del corral de Francisco de Mazuela, que afectó a la parte de la sacristía vieja, en una extensión de ocho varas y media  " para que la dicha sacristía quede en marcada perfección y ancha como se acordara  hacer  y proceder en ella así en largo como en ancho<" . El Señor Abad Alonso de Mendoza llevó a cabo  un  edicto de licencia,  del que destacamos lo siguiente :
-"Por quanto la Iglesia del Señor San Pedro de esta  villa tiene poco corral e un pedaço descubierto que todo añlinda con casas de deon Francisco de Mazuelos Monte"
"En las quales casas la dicha iglesia tiene necesidad de cierta parte para poder ensanchar la sacristía  que sea tratado que el dicho don Francisco lo dé  y el susodicho lo dan en truqque e tratan cantidad hasta la parte de la calle,  e para que esto se ponga en execución presente damos la licencia a  Juan de Mérida , presbítero mayordomo de la dicha iglesia".
-" que en nombre de ella pueda ofertar lo susodicho , tomando del corral del dicho don Francisco lo que fuera menester para  la dicha sacristía, y alindandolo  amoxonándolo  y dándole otra cantidad tanta en el corral de la dicha Iglesia  a la parte de la calle e otorgar escritura en bastante forma obligando para la firmas a los bienes y rentas  de la dicha iglesia  en las quales interponemos autoridad dada en la villa del Castillo a 31 de enero de 1603".
En el contraro se hizo el tureque de una parte del corral y cementerio que la iglesia tenía por la parte del corral de don Francisco de Mazuela. Afectaba a ocho varas y media de largo por tres varas Ymedia;y cinco, poco más o menos,de ancho  así hasta llegar a el poço para que esto lo pueda dividir y partir, y alinda por la calle delantera  con la calle de la Plaza y puedan cada uno su parte labrar y edificar  lo qual le paresciere a su costa  e yncorporar a ello lo que el dicho don Francisco  da con la iglesia,  y lo que a el se le da con sus casas y se dan y benden la una cantidad e otra por libre de censo , memoria ni otra hypoteca  alguna . Se concebía como una donación de una parte a la otra   y el contrato se hizo de mutuo acuerdo sin pleito alguno. 


martes, 13 de abril de 2021

UN NUEVO DATO SOBRE EL ARQUITECTO GINÉS MARTÍNEZ DE ARANDA. EL ALTAR MAYOR DE LA IGLESIA DE SAN PEDRO.

 Se disitinguen varias etapas en la vida constructiva de Ginés Martínez de Aranda : la etapa castillera (1580-1588), la segunda estpa o alcalaina (1588-1598), etapa gaditana ( 1598-1602) breve etapa castillera (1602-1603), etapa compostelana (1693-1606) tercera etapa alcaláina (106-1620). 

Varios documentos de Alcalá la Real y Castillo de Locubín recogen su presencia durante esta etapa tan corta en medio de su periodo como maestro de obras del abad Maximiliano de Austrias en los obispados de Cádiz, Segovia y Santiago de Compostela. El primero que encontramos se llevó a cabo en cinco de marzo de 1602, y lo hace firmando un contrato de venta ante JUan Bautista de Santiago. En concnreto, le pagaba Rodrigo Aranda le pagaba 200 reales  por dos piezas de l,ienzo, con lo que se testimonia su presencia y no se recoge el oficio de Ginés (Legajo 5646folio 75). 

Otro documento, muy parecido al anterio de  se comprometía seis meses después, 16 del mes de junio del mismo año, con el mercader Francisco Rodríoguez en razon de 16 piezas de olanda surtidas de todas suertes, con una dimensión de 175 varas y media ( Lewgajo folio 242). El tercer documento comercial se haced con un mercader granadino Hernando Sánchez   32 reales por ocho varas de naval. (Legajpo  folio 453)co n el Un nuevo documento nos ilustra de su breve etapa, tras su vuelta a sus tierra desde su paso por Cádiz acompañando a su obispo el abad antiguo alcaláino Maximiliano de Austria. Ante Alonso Ramírez de Molina, ( legajo 4746, folio 29) a primeros de enero de 1603 se obligaba a hacer Ginés Martínez de Aranda, como vecino del Castillo, " las gradas del altar  mayor  en la capilla mayor nueva de la iglesia de esta villa y epistoleras, conforme a la traza que se le dió firmada por su señoría don Alonso de MENDOZA, ABAD DE ESTA ABADÍA, de piedra de cantería labrada y limpia, y en perfección conforme a la dicha traza y modelo , y comenzará desde luego y dará acabado  en primeros del mes de marzo primero y a contento de Su Señoría , y no lo cumpliéndolo  que a su costa  mando hacer conforme a a la dicha traza y modelo, y por lo que en ello se gastare y se le execute y cobre con el juramento del mayordomo  que es o fue de la dicha Iglesia, por lo qual se le a de dar cincuenta  ducados y con ellos lo a de hacer todo a su costa del todo punto,  poniendo los materiales y manofractura sin que se le de otras cosas algunas , las quales se le an de dar como fuera haciéndo la obra de manera  y acabada de hacer este esté  pagada, entregó se la dicha traza  firmada de su Señoría  y de mi pesente escribano". Se presentron como testigos los vecinos castilleros don Francisco de Mazuela y Francisco Reyes. Y firmaron  el escribano y testigos Ginéz Martínez de Aranda.

CONCLUSIONES

-La iglesia del Castillo se habría realizado en parte, la capilla mayor "nueva" en 1603.

-Ginés continuó la obra anterior y se destaca que debió participar  en las trazas, porque las anteriores no pudieron ser frimadas por el abad Alonso de Mendoza. Y eran de Alonso Barba.    Aquí se eencuerta en una parte de la capilla, gradas , altar y episto




leras.