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viernes, 10 de enero de 2020

ANTONIO CASANOVA, COCINERO DEL ABAD ESTEBAN DE MENDOZA Y GATICA

El abad don Esteban Lorenzo  Mendoza y Gatica fue muy emprendedor. A él se debe la remodelación de las obras del Palacio Abacial, sito en el Llanillo, vendió las casas anexas de la Cárcel Eclesiástica  a su hermana Juana para hacer la fachada y darle uniformidad al Palacio, que posteriormente fueron donadas por ella misma al abad en 1782. Debió rodearse de una amplia curia con su vicesecretario  don Agustin Lovatón, vicario general, capellanes, mayordomo, notario y juez de rentas. Pero el personal de servicio no le vino a la zaga con sus cocheros, criados e, incluso, un cocinero para prepararle las comidas. Viene esto a colación de un momento de que una amplia colonia de origen francés se instala en la localidad abacial. Y entre las las familias más importantes, los Casanova. Uno de ellos  testó en en doce de septiembre de 1782 nos ilustra  de su presencia. Antonio Casanova se llamaba, y  era un soltero de 25 años, muy para prepararse para la otra vida. Ejercía de cocinero del abad, como lo manifestaba a través de su testamento. Lo introduce con el testimonio y creencia de su fe católica, pero nos manifiesta el origen de esta familia. Había nacido en la aldea de Romegeur, de nación francesa, parroquia de Ocenate, obispado de Sant Fleur. Sus padres era Pedro Casanova y Catalina de Angas.   Debía hablar occitano, porque en el documento aparece Sant Flor, que era  un municipio  situado en el departamento de Cantal , capital de la Alta Auvernia, al final de una colada de lava sobre la Planèze, gran altiplano de Cantal, sobre el río Ander y el valle del Lander.  Recibía  apodo de "ciudad de los vientos" por la asiduidad de este fenómeno meteorológico. Antonio debió llegar a Alcalá, unos años antes de la Revolución  Francesa. No vivió los momentos trágicos para su pueblo que vieron extinguida la diócesis. Allí se quedaron sus padres y sus hermanas Catalina y Ana Casanova que fueron sus herederas con su otro hermano Francisco. 
Con él e vino a tierras alcalaínas su  hermano Francisco Casanova.Lo vistió con sus prendas. una capa y montera de paño negro, , dos pares de calzones de algodón, negros, un chaleco de felpa azul, una chupa de felpa negra, unos zapatos nuevos con una cubillas de plata , un sombrero forrado de ule, c  dos camisas,  , dos pares de medias de algodón, y otras de corambre  Y también, vino un primo de nombre Juan Casanova  que le debía 1.200 reales. .  
También le dio a su lavandera Antonia Berlango varias chaquetas o chupas, una de paño azul, un chaleco viejo, una montera de paño viejo  otro
No fue el único francés, también residía en la ciudad de la Mota Vicente Mauretta, al que regaló su reloj de plata por lo mucho que le quería y los favores que le había concedido ya que  le debía 250 reales . De origen francés Juan Antonio Bertin le debía también  329 reales y se hallaba en Frailes. No fueron los únicos deudores suyos  sino que también le debían  el tabernero  Mateo de la Plza del Ayuntamiento  (8reales),  Francisco López Coletero (100 reales), Juan Torres carcelero (20 reales) y su hermano Francisco (40 reales).  Juan de la Palma, mesonero de la Plaza ( 600 reales), , la mujer de Salvador Pose ( 140 reales), Y a l vecino de Jaén (60 reales) que le pagaba con la escopeta que le vendío. Yl g francés Baptiste vecino de Granada (40 reales). y otro granadino Esteban Benitez (1.200 reales). y el jiennense Juan Salazar ( 150 reales). Y Pedro Maestre, portero del obispo de Jaén, le debía también 40 reales. Y nos da pista de  que vinieron de tierras jiennenses los Casanova, y estaban relacionados con la estancia del abad Esteban Lorenzo como canónigo de la catedral de Jaén. El matrimonio de Preigo Vicente de Montes y María de Rueda le debían también  más de mil reales. .  
Llevaba ya, al menos diez años para adquirir la vecindad. Pero recordaba  que su padre Pedro Casanova había nacido en Romeguer y su madre Catalina Faroan en Annette, aunque  se habría trasladado a Romeur, donde murieron. .
Cayó enfermo tan joven, pidió ser  enterrado en la iglesia de la Veracruz con el acompañamiento de los beneficiados de la Iglesia Mayor abacial y en medio de los toques de muerto de trece llano  con doble a pino , tan cercana al Palacio Abacial, con los hábitos franciscanos.  En un testamento de 1785, en la  iglesia de San Juan. Se le dijeron doscientas misas, cifra muy signficativa para un cocinero en la parroquia y se cumplieron sus mandas de dar limosna a la cera del Santísimo Sacramento, los Niños Expósitos y por la Redención de los Cautivos.  Había dejado como albaceas al capellán abacial don Francisco de Paula y a su hermano , que se  encargaron con los dos mil quinientos reales de pagar los servicios religiosos y otras deudas y de enviar la parte de la herencia en dinero a sus hermanas. .

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