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sábado, 11 de enero de 2020

SE ACABÓ EL AÑO 2019. IN MEMORIAM VALVERDE, HERMOSO Y MOYANO EN ALCALÁ INFORMACIÓN

SE ACABA EL AÑO, Y VIENE 2020


Se acaba el trabajoso año 2019;  y comienza  uno nuevo, y lleno de inquietud, el  2020. Atrás quedaron los sinsabores y las alegrías, los malos resultados y las promesas cumplidas, las cosechas impagadas y los augurios incumplidos; el ayer, el anteayer y el pasado. Parece como si se quedaran atrás algunas generaciones que trajeron la convivencia con su trabajo y solidaridad, y no marcaron estos nuevos tiempos de crispación que se avecinan. Se fue la generación del esfuerzo y de la democracia, y se avecina la del poder de la gente online, digital y amazónica. Se rompió con la antigua tienda de barrio y aldea, y  surgió de las cenizas el Ave Fénix de las grandes superficies;  se marcharon las mileristas de los primeros años del tercer milenio,  y se partieron  a trozos los sueldos en el cómputo de horas, minutos y segundos de jornadas laborales, a pesar de subir el sueldo base. Cayó el bipartidismo, y no hay modo de arreglar  la curia nacional con el multipartidismo y el nacionalismo. La información del periódico dejó paso a las noticias trepidantes y a la centésima de segundo, en medio de unas redes repletas de  fake news, medias verdades, periodistas ceros, ciudadanos y fingidos; el anonimato se envuelve de medusa lanzando veneno por doquier, trepando cumbres y bebiendo de las aguas lodales de los lagos más contaminantes.
            En medio de un año que se va y otro que viene, el recuerdo y la esperanza pueden ser dos componentes  muy importantes en estos momentos. En el recuerdo, traemos a la memoria tres personajes que definen la intrahistoria  de la comunidad alcalaína. Primero, con Antonia Hermoso Hinojosa, nos viene a la memoria una aldeana que se nos fue de las tierras ribereñas, claro testimonio de una generación que partió de unos tiempos difíciles de una  guerra civil, que sufrió el duro desierto de su familia en los años del silencio, y trabajó por su aldea compartiendo  la  convivencia y su buen talante hasta los últimos años de su vida. José Valverde es el segundo personaje, clara muestra del progreso que partió de mediados del siglo XX; prototipo de una generación marcada por el espíritu safista, donde impartió sus primeras lecciones como maestro de los Colegios Profesionales de la Sagrada Familia de Villanueva del Arzobispo; luego se imbuyó, en su segunda etapa educativa, de un nuevo espíritu regentando la docencia y sus correspondientes cargos directivos en el Colegio Público  Alonso de Alcalá hasta alcanzar el grado de profesor de enseñanza secundaria en el Instituto de Enseñanza Secundaria Antonio de Mendoza, donde se jubiló; partiendo de la  labor silenciosa de sus primeros años José Valverde se manifestó con un espíritu comprometido con la sociedad alcalaína expandiendo su altruismo  cultural, ya que formó parte de varios colectivos que dejaron su huella en los años de la transición: su presencia coralista como excelente músico barítono en la Coral Alfonso XI, a la que siempre apoyó con sus intervenciones  musicales y su dedicación a la organización de esta asociación colectiva e inquieta; por otra parte, su huella artística la dejó escrita  en sus publicaciones dentro del Grupo de Patrimonio  de Alcalá la Real al alcance de los Escolares, proporcionando su labor minuciosa  y certera  de los complementos auxiliares de la historia mediante  un estudio concienzudo y didáctico. Y como miembro de una familia que rebosa arte,  la cuerda y púa de la rondalla de los Antiguos Alumnos de la Asociación Padre Talavera  se ha quedado huérfanas, como su familia,  de una mano directora, tan generosa, paciente y comprometida.
Finalmente, en estos días una enfermedad cruel se ha llevado un miembro de la generación de los años cincuenta, José Moyano Torres, un alcalaíno sencillo y artesano del dulce, que enraizaba con el mundo cuadrillero de la Semana Santa Alcalaína, siempre  dispuesto a mantener nuestras tradiciones y a no dar la espalda al compromiso de  ofrecerla a los demás, llueva o descampe, haga frío o calor, caigan chuzos o apriete el calor. Esta primavera, el tambor del jefe de la tropa de judíos y romanos del Ecce.Homo sonará más ronco y más pausado  simulando el toque de réquiem  al bajar desde  la ermita de la Verónica, la que siempre acompañó desde los años ochenta que renació el mundo semanasantero. Por otro lado,  las púas y las cuerdas de la rondalla safista se tensarán  en muchas ocasiones tratando de que su dulce sonido llegue al mundo etéreo de su maestro Valverde, y por otra parte, las aguas de los molinos de Huéscar esperarán mojarse con las manos de aquella mujer aldeana generosa, trabajadores, familiar  y  enciclopedia del costumbrismo alcalaíno. Pero, a malos tiempos nos quedamos con sus compartimientos ejemplares Como escribíamos para este año: en la postal navideña  Estos son mis deseos/ para vosotros buenos augurios, / abriendo nuevos senderos, /marcando paso  conjunto. 

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