Desayuno en el hotel de Lugo a unos pasos de las murallas y salimos con dirección a Santiago, final de la ruta. El trayecto se hizo todo en autobús y por autopistas y nacionales, sin poder apreciar el paisaje gallego salvo algunas ocasiones , que lo dejamos reservado para el próximo año y para experimentar el camino primitivo y norteño.
En Santiago, llegamos al hotel situado a las afueras de la ciudad y nos dirigimos a pie para " hacer los honores al santo y descubrir las
maravillas que encierra la mejor catedral románica de España" . Tras llegar a la estación de embarque de autobuses y pasar por la iglesia de San Francisco, nos mezclamos en
sus calles con el ambiente siempre eufórico de los peregrinos que acababan de
llegar. En primer lugar a través de uno de los accesos, llegamos a la Plaza del Obradoiro y topamos con muchos peregrinos de la Cofradía de la Virgen de las Mercedes. Por la puerta de las Platrerías entramos en la catedral y la visitamos sin poder hacer uso de la palabra el guía, su retablo, la tumba del apóstol y el beso a sus espaldas fueron objeto de devoción de muchos de los nuestros. También, subieron a las zonas altas de las galerías de la techumbre, una visita excepcional, mientras uno buscaba por el claustro y museos la tumba de Maximiliano de Austria y la huella de Ginés Martínez de Aranda.
En la misa de peregrinos, nos juntamos con muchos devotos y preregrinos de paises y regiones de España, y en la misa presidida por el arzobispo se oyó la parroquia de Santa María La Mayor y la cofradía de la Virgen de las Mercedes, y la presentación de la ofrenda de los sanitarios de Linares. Muy emotiva y llena de profundidad religiosa entre los presetnes. Luego, tras contemplar la ofrenda del butafumeiro, nos reunimos para visitar el palacio de Gelmirz con huellas de Ginéz Martínez, la plaza y sus edificios colindates, enre ellos el Hospital de los Reyes Catóicos, la Universidad, la calle de los Francos, las otras puertas etc. Nos reunimos con los peregrinos alcaláinos entre fotos, abrazos y coros cantaores, muchos andaluces.En la comida, de nuevo arroz.
Por la tarde, tras la comida, nos recreamos en lugares del peregino iglesia de las monjas pelayas, seminario, Ayuntamiento y el entorno del último recorrido del peregrino " Por el lugar donde se encontraba la Porta do Camiño entramos en el casco histórico por la rúa das Casas Reais, que sube hasta la praza de Cervantes. La rúa da Acibechería nos traslada a la praza da Inmaculada, donde se localiza el monasterio de San Martín Pinario. Finalmente entramos bajo el Arco del Palacio por un pasadizo, donde se reúnen a tocar los músicos callejeros, para acceder a la Plaza del Obradoiro, donde la aventura termina. Y percibimos estaexperiencia: Mientras nos quitamos la mochila vamos descubriendo cada detalle de la fachada occidental y nos encaminamos al centro mismo de la plaza. Es difícil no emocionarse. Llegar a Santiago de Compostela como peregrino es una experiencia inigualable y creo que por muchos viajes que hayamos realizado alrededor. Lejos, muy lejos, aunque sólo hayan pasado varias
semanas, quedan ya los bosques navarros, las cepas riojanas, la vasta meseta
castellana. Incluso los montes de León y el mítico O Cebreiro",
También
, nos adentramos por todo el cascoco viejo y nos perdimos, me encanta esa sensación, perder el norte en una ciudad. Es maravilloso, no se sabe en qué mundo se encuentra uno, al final topé con mis amigos, Cristina y familia, nos tomamos unos caldos gallegos con vino do pays y regresamos para cenar. UNOS DÍAS MARAVILLOSOS.
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