F. Martín
Albayzin,, lugar de la casa de la Mancebía |
No obstante, mientras Alcalá fue la ciudad
de frontera, ocupaba uno de los arrabales cercanos a la calle del
mercado. En concreto, en el denominado barrio del Albayzin junto a
las Entrepuertas hubo una casa, donde las mozas ofrecían sus
servicios a los hombres. Curiosamente, junto a esta casa de
propiedad municipal se ubicaban el hospital de pobres y muchas
viviendas dedicadas a actividades artesanales: herreros, tejedores,
tenderos, zapateros, sastres... No debió ser una casa con una
estructura muy firme, pues tuvieron que restaurarrla a mediados del
siglo XVI por el arquitecto Martín de Bolívar para finalmente pasar
a una casa de la calle Cava, a las afueras del recinto fortificado
en 1569 y por último en las afueras de la ciudad junto al Molinillo.
. Su final fue transformarla en escuela de niños. Por la situación,
debió ser un sitio muy transitable, ya que los mesones se
encontraban un poco más abajo de ella, el comercio se desarrollaba
a su lado y los viajeros debían frecuentarla con asiduidad. Lo que
está claro, que el aislamiento con la ciudad se conseguía porque el
antemural y la entrada a la fortaleza ofrecían un sitio abrupto que
obligaba un esfuerzo a subir a la Casa de la Mancebía. Debía ser
un callejón sin salida al que había que accederse directamente.
Hubo reyes que concedieron
esta merced al cabildo, pero a principios del siglo XVII desapareció
de acuerdo con la nueva moralidad de la época.
Cimientos de la Casa de la Mancebía |
Otrosí que el padre de la
mancebía . Pues, las mujeres de mancebía no podían salir de las
mujeres o el mesonero donde estoviesen, sean obligados de tener las
hordenanzas en la dicha casa en una tabla, un estrado de hombre en alto
e no más, en lugar donde todos los que entraren lo puedan leer y
ver”.
Intentaba
además que las mujeres de mancebía evitaran el encuentro con las
personas honestas, tampoco debían tener amistad don rufianes ni vestir en público con los atuendos de las personas honestas. Lo
segundo daba lugar a altercados con la población y obligó a la
Corona a intervenir en el asunto en tiempos de Enrique IV, sin que
atajara el asunto hasta tal punto que los Reyes Católicos tuvieron
que dictar una provisión real en 1494 recogiendo la anterior ley
que prohíba el uso de rufianes por parte de las mujeres públicas.
No es de extrañar que en Alcalá hubiera este tipo de oficio, pues,
como ciudad de frontera el gran número de caballeros dedicados a la
guerra ofrecía unas posibilidades amplias de abrir estas casas “
sepades que a nos es fecha relación que a esa dicha ciudad e a sus
términos vienen muchas mugeres del partido, las quales toman
rufianes públicamente” . Abunda la ley en las penas de las
mujeres que tuvieren rufianes, castigando con 100 azotes por cada
uno de los que se encontrare y perdida del vestido, similar es la
pena para los rufianes e, incluso la ley persigue la negligencia de
los alguaciles.
El estar la casa cercana a la
calle de los Mesones permitía su trasiego hasta dichos
lugares, lo que beneficiaba a los cargos concejiles como a los
alguaciles que solían cobrar por permitirles el desplazamiento.
COLOCAR UN MONTAJE DE LA CASA DE MANCEBÍA EN UNA
DE LAS CUEVAS DE L HUERTO DE MORIANA. PANELES ILUSTRATIVOS DE UNA
CASA DE MANCEBÍA.
Entre ellas alguna ordenanza referente a la
mancebía o el edicto del rey Enrique IV.
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