LOS PARIDOS POLÍTICOS Y LA VIDA LOCAL
El funcionamiento de los
partidos políticos se dirimía a medio
camino entre la legalidad y la ilegalidad o semiclandestinidad consentida. Pues
un delegado gubernativo de la zona de Alcalá controlaba la nueva situación
política como en tiempos pasados, requiriendo
a todos los partidos que anunciasen día, lugar, y hora de la celebración de los
actos públicos. No obstante, en 1926, se permitía que funcionara todavía la agrupación socialista, a cuyo frente
estaba Esteban Gutiérrez; por otra parte, los republicanos socialistas,
mantenían vivas sus bases en las aldeas y Alcalá, y
curiosamente hay noticias de que el propio Esteban Gutiérrez como miembro de la Agrupación Local de Alcalá la Real , envió una carta de
pésame en nombre de ella, por la muerte
acaecida el 9 de diciembre de 1925[1].
También la Unión Patriótica se había constituido en la
localidad con la incorporación de los antiguos monárquicos y de algunos miembros de la corporación municipal. Y con el
órgano de difusión Patria, que le servía
de caja de resonancia de los triunfos en tierras africanas, o a través de su labor pregonera de los
mensajes que le comunicaba el gobierno
civil, como aconteció el día 16 de septiembre
de 1925. Además, en la ciudad, contaba con buenos colaboradores del escritor
Alfredo Cazabán, que ejercía de redactor jefe del periódico y promotor de la revista “Lope de Sosa”: en
concreto hubo una gran difusión de asuntos locales y numerosa presencia de
escritores alcalaínos como Guardia y Montañés Chiquero, eran frecuentes.
Sin
embargo, en el ámbito nacional, se
produjeron dos claros movimientos políticos que repercutieron en la vida local.
Primero, como señala Octavio Ruiz Manjón “El
advenimiento de la dictadura supuso la desaparición de las fuerzas políticas
que habían gobernado al país durante los años de la Restauración. Los
partidos dinásticos quedaron en la penumbra y su futuro seriamente amenazado”.
Pero, esto, más bien, se refiere a los ámbitos de sus organizaciones, pues las
personas casi fueron las mismas en el ámbito de la política local. Por otra parte, se percibe un movimiento de los disidentes de
la Restauración ,
que el anterior historiador define de la siguiente manera: "Acabado el crédito inicial concedido por la
casi to
talidad del país a los nuevos gobernantes- de los que se esperaba un profundo saneamiento de la vida política-, los sectores republicanos volvieron a dar señales de vida desde los comienzos de 1926. Junto a grupos de abolengo republicano, como era el Partido Radical, aparecían nuevas figuras y agrupaciones... En 1926, durante una reunión conmemorativa de la primera República-11 de febrero- todos esos elementos acordaron agruparse en un organismo que facilitase el triunfo de la causa Republicana: Alianza Republicana”[2].
No obstante,
en 1927, el control de la vida política municipal, social y cultural había
caído en su mayor parte en manos de una nueva clase media, comercial y profesional, pues el ayuntamiento lo gobernaban muchos
monárquicos procedentes de los
anteriores periodos y partidos
(Serrano Mármol, Laguna, Montoya, Aguayo, Sierra, Santaolaya, Sánchez y
Sánchez y Sánchez Muñoz). Incluso, comenzaron a ocupar cargos en las
asociaciones religiosas, que anteriormente habían sido gobernadas por los labradores y los herederos de la familia de
los hidalgos alcalaína. Su tío Juan
Batmala, por este año, logró ser admitido como hermano de la Cofradía de la Virgen de las Mercedes,
entidad que tenía un acceso restringido para integrarse en la vida cofrade
BATMALA AL
FINAL DE LA DICTADURA
Pero varios
hechos transformaron la vida de Batmala
a finales de este periodo. El año 1929 fue un año fundamental para integrarse de nuevo plenamente a la política por parte de
los republicanos y los socialistas.
Pablo recibió el duro impacto de la
muerte de varios familiares muy allegados a su persona. Se trataban de su prima
María Isabel, su hermana Dolores[3] y su
cuñado José María del Mármol Moreno, al que el pueblo denominaba “Cara Cordel”[4]. El
espíritu de este matrimonio quedó reflejado,
años más tarde, cuando el periódico
Ideal comentaba la actuación de José
María con respecto ala centro
Hospitalario, Asilo y Casa Cuna de la calle Rosario con estas palabras: “ Particulares como José María del Mármol
Moreno, que donó cuatro mil pesetas al subdelegado de Medicina, han cooperado
por mediación de este técnico a la adquisición
del magnífico quirófano y de esterilización con que hoy cuenta esta
benéfica institución”[5] También murió su
pariente retirado Santiago Camy Miqueu, del que
nacieron varios personajes importantes de la burguesía alcalaína.
La muerte de
su cuñado le impresionó por muchos motivos. Un día, su criada encontró en las
cámaras un conjunto de cajas cerradas con mucho cuidado y esmero. Movida por la
curiosidad, abrió una de ellas. Y cual fue la sorpresa, cuando encontró miles
de billetes dentro de ellas. Estos ingresos extraordinarios provenientes de su hermana le
permitieron continuar su conducta
altruista a favor de cualquier persona que se le acercaba para reclamarle un
gesto de solidaridad, una colaboración en un momento de apuro, y para afrontar
la nueva campaña electoral, que se vaticinaba por el mes de agosto de un año
después. Debido a la falta de descendencia por parte de estos familiares suyos,
los bienes de Pablo se acrecentaron en gran cantidad, lo que le permitió ser
mucho más dadivoso con la gente
sencilla.
Poco a poco, la colonia francesa iba quedando reducida en
un par de familias debido a que los Camy Miqueu y los Batmala mermaron mucho
sus miembros. Pues, por los años treinta, murió también el médico Santiago Camy
y, en 1929, sus hijos José y María Camy
; de su familia. su prima Isabel Batmala
Alba. El último aldabonazo lo recibió con
su tío Juan Batmala que murió el tres de octubre de 1930[6].
Son años en
los que solía leerse República, el
Heraldo y el periódico provincial Democracia. Pablo Batmala seguía
frecuentando la Panza
del Diablo en la Fuente
de la Salud ,
donde se reunían los republicanos para intercambiarse sus ideas y disfrutar de
los guisos alcalaínos.
Eran los
momentos finales de la alcaldía de Benavides. Pero, al mismo tiempo, muy bien recordados entre la población. Pues
la política de Obras Públicas, el saneamiento de la hacienda municipal y la
tecnocracia en el ejercicio del poder, habían permitido cierto despegue de Alcalá, que algunos lo recordaban en coplas de
carnaval:
Dichoso pueblo de Alcalá
¡Quién te iba a ti a decir
que ibas a tener un alcalde
que se iba a preocupar por ti,
y ahora te veo orgulloso
a estilo de capital...
Todas las calles...
Incluso, en
consonancia con su política, el Ayuntamiento recibió un gran remozamiento en su
ornamentación, desde 1926 hasta 1930 se restauraron el Salón de Plenos, las
Salas Bajas, y el despacho o del Alcalde:
fueron sus maestros de obras Manuel López Ramírez, los Navas y Muro y emplearon
una pavimentación muy similar la que se hacía en las fachadas del Llanillo, con
cerámica sevillana y materiales de talleres granadinos. También, se construyó
un puente del río de Frailes a su paso por la Ribera Baja ; se remozó el camino desde el Puente Suárez hacia
la Rábita ; se
adoquinó la calle Real[7], y el camino vecinal a Fuente Álamo[8] .
También, con el apoyo de la Diputación
Provincial de Jaén, se
hicieron los proyectos de lo que serán futuros caminos vecinales Fuente Álamo,
Grajeras, Cantera Blanca, y Hortichuela.
[1] Memoria presentada el XII
Congreso del PSOE.
[2] RUIZ MANJÓN. O. Op.cit. p.
29.
[3] Nota de Clotilde Batmala.
Su hermana María Dolores Clotilde Serbia de la Santísima Trinidad
murió el 28 de mayo de 1929.
[4] AMAR. Padrón de vecinos
Dolores Batmala Laloya falleció el 28 de
mayo de 1929 y su marido José María el 24 de febrero de 1929.
[5] IDEAL miércoles De 15 de
agosto de 1934.
[6] APSM. Testó ante Alejandro
Mouton 8 de noviembre de 1929.,A
[7] Factura a cargo de Domingo
Muro, alcalde socialista en 1936. 1328 ptas.
[8] Libranza de 30. 084
pesetas a carga de José García Monclís.
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