FRANCISCO PÉREZ DE BARRADAS(1508-1509)
Francisco Pérez de
Barradas procedía de una familia portuguesa que pasó por
Extremadura, donde nació, vivió en
Murcia y se
estableció en Guadix (Granada) tras
la conquista de la ciudad en 1489. Según,
la memoria y la Descripción de Hariza, su padre don Juan Pérez de
Barradas se trasladó a Castilla durante los años de reinado de
Enrique IV, es decir, entre 1454 y 1474. Hacia 1476 estaba al frente
del corregimiento de Madrid. Salvatore Leonardi nos refiere este
dato del nacimiento de nuestro corregidor en Extremadura según
Hariza", don Juan Pérez de Barradas se trasladó a Castilla
durante los años de reinado de Enrique IV, es decir, entre 1454 y
1474. Pero, en 1476 estaba al frente del corregimiento de Madrid.
Por los expedientes de pruebas de nobleza de don Lope Zapata sabemos
que Francisco, uno de los hijos de don Juan, fue natural de
Extremadura {«natural de la ciudad de merida destremadura o de
caceres» según un testigo, «.natural destremadura... de la ciudad
de caceres», según otro); y nació en tomo al año 1465 (un testigo
lo vio en la Corte de Madrid en 1535, «que sería un viejo de
setenta años poco más o menos»). Por otra parte sabemos que él,
como su otro hermano Fernán -de los que hablaremos más adelante-
participó activamente en la guerra de Granada, lo que permite otra
vez avanzar la hipótesis de su nacimiento por lo menos en tomo al
año 1470. Señales éstas de que, tal vez, su padre residiera por
aquel tiempo en aquella región.
Su padre fue comendador de Cieza y corregidor de Alcaraz
(1478-1481),Ciudad Real (1482-1487), Madrid (1487-1489) Murcia, Lorca
(1490-1492) Medina del Campo
(1492-1495), Cuenca y Huete ( 1496-1498), Trujillo(1501-2) y
gobernador de Villena (1499-1500).
Salvatore Leonardi afirma :
Es verosímil que el ascenso, el prestigio y la estimación
sociales del caballero portugués fuesen favorecidos por el
matrimonio, celebrado en Murcia -probablemente en tomo a 1465- con
doña María de Saavedra, perteneciente a una de las más ilustres
familias de la ciudad. Los Saavedra eran una familia de antigua
nobleza, que había llegado a Murcia en el siglo XIII con don Alonso
López de Saavedra, señor de los estados de Saavedra y de
Villamayor, que asistió a la conquista de Sevilla donde obtuvo
repartimiento, siendo ricohombre del rey Sancho IV de Castilla-
Por el testamento del padre conocemos estos dos datos:
-Don Juan tuvo tres hijos varones, Francisco Pérez de
Barradas, que heredó el mayorazgo como primogénito, Fernán Pérez
de Barradas, que murió en Granada en 1492 y Juan Pérez, del que no
se conoce descendencia.
-Tres hijas , Catalina, monja clarisa en Murcia; María, casada con
Luis Pacheco, regidor de Murcia, y Juana Barradas, monja clarisa y
abadesa del monasterio de las Rejas.
Fue el heredero universal de su padre Francisco Pérez de
Barradas y Saavedra' y siguiendo a Leonardi “ Fue gentilhombre,
"trinchante" y "maestresala" de los Reyes
Católicos, caballero del hábito de Santiago y comendador (...)
Trató de conseguir su fortuna fuera de Murcia, según parece
seducirse de las mismas palabras de don Juan: "porquel capitán,
mi yjo, non quiere beuir en Murgia . Así, participó -como su
hermano Fernán, si bien con mayor fortuna- en la guerra contra el
reino moro de Granada, en la conquista de Baza y en la ocupación de
Guadix (diciembre de 1489) como capitán del ejército real'^. Luego
lo hizo en las filas de la Hermandad, que tan buenos servicios
prestó a los Reyes Católicos en aquella guerra y
posteriormente para guarnecer las principales ciudades. y
Don Francisco estuvo entre los doscientos caballeros hijosdalgo
pobladores de Guadix, a quienes se hizo repartimiento de fuertes y
hacienda. Nos lo dice en 1572 don Cristóbal de Benavides, vecino y
natural de Guadix, pariente "fuera
del quarto grado" de don Lope de Figueroa: "en
los repartimjentos de los caualleros que se hizo en estos reynos por
los reyes católicos, sabe este que depone, por auerlo visto en los
libros de los repartimjentos, que en esta gibdad se hizo a los
caualleros auerle repartido al dicho francisco perez de barradas
alcayde de la pega entre otros señores y caualleros igualmente, cómo
a cada uno dellos se repartió y no entre repartimientos de escuderos
ni mercaderos ni oficiales"''. Los Reyes Católicos
nombraron a don Francisco alcaide de la fortaleza de La Peza, la más
cercana a Granada, que se había rendido inmediatamente después de
la toma de Guadix.'* Don Francisco mantuvo esta alcaidía por lo
menos hasta 1515, después asumió la de Montefrío, como
lugarteniente de don Alonso de Aguilar.
Don Francisco casó con la noble dama de la reina Isabel, doña
María de (A)tuguía, hija de Lope -o Mosén Lope- de (A)tuguya,
ilustre caballero portugués, montero mayor del rey Católico, criado
del rey de Castilla y comendador (de Malagón [Ciudad Real], según
un testigo; de Cieza, según otros dos). Lope de Túguya tenía dos
hermanos, Rodrigo Alfonso de Tuguya, hidalgo y caballero muy
principal de Portugal, que tenía casa y mayorazgo muy principal en
aquel reino y varias veces embajador del rey de Portugal; y otro, que
fue camarero pontificio y murió en Roma.
Hay un relato de una hazaña suya pintada en la capilla mayor de la
iglesia de San Francisco de Guadix recogemos textalmente "...
siendo capitán por Su Magestad de la villa de la Pe9a de la gente de
a cavallo y de a pie, salió día de Santiago a un [¿combate?] que
ciertos captivos llevavan los moros por que era frontera la dicha
villa de la Pe9a de los moros deste reyno, salió a los dichos moros
y los alcançÓ en los llanos del Policar con ocho de a
cavallo y dos 83 peones, y los moros serian mas de setenta de a
cavallo, y dio en ellos y los quitó la presa y cavalgada que
lleevavan y hizo muy gran matanza en ellos y traxo a la
villa de la Peza toda la presa com muchos prisioneros
moros que es notorio [...] por moros y cristianos que avia visto
visiblemente [...] aventurado señor Santiago, y asi tiene la vandera
que aquel dia ganó a los moros, y pintada esta istoria en la capilla
mayor del monasterio de sanct Francisco desta çibdad
por que es suya y de sus descendientes y su enterramiento".
la extraordinaria victoria valió a don Francisco el aplauso del
propio rey moro de Granada, Boabdil, que le envió algunos presentes,
entre los cuales "una espada, y puñal de Su persona",
según la Memoria y Hariza. Martín Ojeda, basándose en los
documentos hallados en el Archivo del marquesado, precisa que el
regalo consistió en una jineta guarnecida de oro y plata y un tahalí
labrado de oro y seda, que fueron después agregados al mayorazgo de
la Casa por el nieto don Femando en 1609'-
Fue regidor pertpetuo de Guadix, donde edificó su palacio en la
parte alta de la ciudad, cerca de la Alcazaba. Tambien fue
corregidor de Carmona de 1514 a 1517, además de Medina del Campo,
Olmedo y Alcalá la Real.
Entre la muerte de Felipe el Hermoso y el nombramiento de gobernador
de Loja al Gran Capitán tuvo que intervenir defendiendo al rey
Fernando y en consonancia con el Conde de Tendilla a todo tipo de
confederaciones y levantamientos entre los bandos de regidores y
jurados promovidos por el Marqué de Priego y el conde Cabra con el
que estaban ligados una parte de los caballeros de las dos ciudades.
Alcalá la Real y Loja.
En el año 1507, se llevaron a cabo varios repartimientos de tierras,
que incidieron en varias zonas colindantes con los caminos y montes.
Una de estas zonas afectó al camino de Alcalá hacia el Castillo,
por la zona de la Fuente el Gato, donde el repartimiento se llevó a
cabo entre los vecinos del Castillo de Locubín. Fueron receptores de
aquellas suerte Gil Ruíz de Higales, Juan
García Delgado, Juan de Sanpedro.
Ejerció el
corregimiento de la ciudad durante dos años, porque se le prorrogó
en noviembre de 1508.
Fueron sus alcaldes o lugartenientes de Loja el bachiller Daroca y
Diego Fernández. En Alcalá se le prorrogó el corregimiento,
mientras en Loja se le dio
el título de gobernador
y alcaide de la villa a don Gonzalo Fernández de Córdoba, el
marqués de Mondejar que delegó en don
Tristán de Acuña. Ejerció
de vigilante' del "Gran Capitán" por el rey don
Fernando en diversos acontecimientos y episodios, Pero destaca
especialmente la estima y confianza de don Fernando
el Católico por don Francisco, en un episodio narrado por la
Memoria, protagonizado en gran parte por don Gonzalo Fernández de
Córdoba, "el Gran Capitán". Don Gonzalo, que gozó
siempre de la estrecha amistad y de la protección de la reina Isabel
la Católica, tuvo, al contrario, una relación conflictiva con el
rey don Femando el Católico, cuyos orígenes son un misterio. La
desconfianza del rey hacia él se acrecentó por la difícil
situación política que sobrevino a la muerte de doña Isabel, para
la sucesión al trono de Castilla. Fernando vio en don
Gonzalo, muy popular en España, un posibile adversario, de quien
temía una iniciativa política y militar, y se movió para apartarlo
de la vida pública. Con esta idea, se ingenió que don Gonzalo
regresara del reino de Nápóles, del que era Virrey,
llegando a ofrecerle el Maestrazgo de la Orden de Santiago. Ante la
tardanza del Capitán, que creyó sospechosa, don Fernando marchó a
Ñapóles con la idea de traerle a España. Solo que, conseguido su
intento, no mantuvo la promesa, concediéndole de por vida, por el
contrario, la tenencia y alcaldía de la ciudad de Loja (1508)'".
En 1515 recibió el rey en Alicante una carta, en la cual le
anunciaban que de Villafranca de Niza (Villefranche) habían salido
dos navios y con ellos algunas personas que venían a tratar en
España ciertos asuntos contrarios al interés de la Corona. Lo que
temió el rey fue que los llegados pudieran llevarse consigo al Gran
Capitán, de modo que encargó a don Francisco Pérez de Barradas que
se desplazase a Málaga e investigase en secreto el fundamento de
esta sospecha. Su voluntad la dio a conocer en dos cartas,
conservadas en el Archivo del marquesado, cuyos contenidos vienen
explicados íntegramente en la Memoria. La primera carta, del 14 de
agosto de 1515, viene acompañada por credenciales para el marqués
de Mondéjar, los corregidores y otras Justicias de Málaga y de toda
la costa. En ellas don Fernando ordena que se diese a don Francisco
toda la asistencia que solicitara y se hiciese todo lo que él
dispusiera. Don Francisco, por su parte, tendría que tomar las naos
y prender a todas las personas que estuvieran en ellas. Si sus
confesiones pudieran confirmar la sospecha, debía ordenar la
prohibición de zarpar a ninguna embarcación, ni permitir a nadie
desembarcar sin identificarse previamente. Todo lo cual debía
practicarlo con el mayor secreto. La segunda carta fue enviada el 7
de octubre de 1515, en la que don Fernando renovaba sus
recomendaciones precedentes''. Describen sumariamente todo el
suceso Torres, Suárez y Hariza"'. En un estudio de hace unos
años sobre los documentos conservados en el Archivo de Écija, se
vuelve a examinar de nuevo críticamente este lance"". El
rey ' las demás cartas de la correspondencia: la de credenciales
para don Francisco, del 13 de agosto de 1515 y dos cartas del 23 de
septiembre, en las que el conde de Tendilla ordenaba a su primo Juan
Hurtado de Mendoza y a su pariente el capitán Luis de Paz, ejecutar
sin dilación cualquier orden que hubiesen recibido de don Francisco.
Éste, en carta de la misma fecha -de la que no se encontró copia en
el Archivo- respondía al rey no haber hallado confirmación de su
sospecha, ni tampoco rastro de los navios, cuya llegada le había
sido anunciada. No obstante, el rey renovará sus recomendaciones, no
se fía ni cree siquiera en la enfermedad que antes de dos meses
llevará al Gran Capitán a la tumba.
En el año 1511, este corregidor fue nombrado alcaide de Montefrío,
según se recoge de la correspondencia del Conde de Tendilla.
En este año se regula con una ordenanza la ubicación de los
oficiales en la plaza de la fortaleza dela Mota, impidiéndoles que
abran tiendas en otros lugares de la ciudad. (Ordenanza del siete de
junio de 1508). También se ordenó que la plaza se barriera de tres
veces en tres días. Hay dos ordenanzas muy
importantes sobre la venta del vino del cabildo del 16 de septiembre
de 1508 y sobre el degüello
de reses del 27 de julio del 1509.
Don Francisco falleció en Guadix entre 1535 y 1539, siendo
sepultado, y su mujer después, en la capilla mayor del convento de
San Francisco se convirtió en el panteón de la familia Barradas,
pues en ella estaban sepultados sus componentes( En el lado Del
Evangelio del Altar mayor, al lado del Evangelio, donde se
encontraban la batalla de Policar, se erguía la estatua de
caballero armado, que representaba a don Francisco
y al lado de la Epístola la estatua de su hijo, don Lope de
Figueroa')".
Con doña María de Atuguía tuvo cuatro hijo: Fernán, Francisco,
que sucedió a su padre en el mayorazgo, doña María, religiosa y
doña Beatriz"
Los dos hermanos se casaron con dos hijos de don Lope Zapata, de
Madrid, Francisco con Leonor de Figueroa y Beatriz con Rodrigo
Zapata'". Su linaje se expandió en el siglo XVIII con los
linajes, de los Henestrosas, que se habían establecido en Écija
(Sevilla) en el siglo XIV y de los Vélez de Guevara, que tuvieron
su hacienda e en esta misma ciudad a
comienzos del siglo XVIII. Los tres linajes habían conseguido
títulos nobiliarios en el siglo XVII. Como dice Salvatori
Leonardi “En 1660, Juan Vélez de Guevara y Salamanca,
el título de marqués de Quintana de las Torres; en 1664, Juan Tomás
Fernández de Henestrosa, el de marqués de Peñaflor; y en 1683,
Antonio Lope Pérez de Barradas y Aguayo Portocarrero, el de marqués
de Cortes de Graena. De esta forma, de la unión de los tres nació
la ilustre Casa de los marqueses de Peñaflor, de Cortes de Graena y
de Quintana de las Torres, que también tuvo en Écija su Casa
solariega”.
EN ESTE CORREGIDOR SOMOS DEUDORES DEL ARTÍCULO DE
PORTUGAL A GUADIX PASANDO POR MURCIA DATOS PARA lA HISTORIA DE LOS
PRIMEROS BARRADAS DE SALVATORE LEONARDI
POR FALTAS DE FUENTES ALCALAÍNAS.
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