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sábado, 29 de octubre de 2016

DE LA IGLESIA DE SAN RAFAEL AL CAMBIO DE SEDES PARROQUIALES Y LA JERIGONZA


--En 1844, se trasladó la sede de la parroquia de Santa María la Mayor desde la iglesia de san Juan a la del Rosario, concediendo el ayuntamiento 2.732, pues a mediados de los años cincuenta del siglo XIX, los cultos los pagaba el ayuntamiento y recogía impuestos para ello. También nombraba unos comisarios de culto y clero. Además los gastos eran controlados por la Diputación Provincial de Jaén que los aprobaba en 28 de setiembre de 1842. Entre los gastos parroquiales, estaban los sueldos parroquiales de los sacristanes, curas y tenientes parroquiales. A partir del año 1855, se trasladó la parroquia de Santa María Mayor,- al convento del Rosario, pues, desde el siglo XVII se celebraban la mayoría de los cultos en el templo sanjuanero. Años antes, incluso figuraba popularmente en algunos casos, como de san Juan-.,
-Una de las calles más principales del barrio de san Juan ha sido la calle Rosario. Simplemente, en próximos años, como curiosidad vamos a describir las haciendas y casas de sus vecinos, como botón de muestra de una calle que era el centro de la ciudad durante el siglo XVII y XVIII, hasta tal punto que las carnicerías y otros servicios trataron de ubicares cerca de ella.
-Ese año, lo vamos a hacer con una casa que se trasladó a la calle Luque. Se trata de don Antonio de Utrilla que vivía la casa por encima de la esquina de la calle Luque ( hoy, casa de Domingo Labrador y anexa). Sus bajos consistían varios cuartos bajos, bodega y caballeriza y en la segunda cuatros principales . Tenía de frente 16 metros (20 varas) y de fondo 5.40 metros ( 9 varas) lindaba con la del cura don Agustín Garrido Linares, capellán de la capilla Real de Granada

, escritor, y autor de una incipiente Historia de Alcalá. Sus bienes consistían en una casa en la calle Utrilla,- 20x9- y otra en la calle de las Monjas- 16 x 9- ( donde estuvo el Frente de Juventudes y Casino), en éstas se componían de lo anterior más corral. En la casa de las Monjas lindaba en la parte superior vivían la familia de los Valenzuelas, que por este tiempo se habían trasladado a Baena y por la de abajo con el cura Nicolás Cejalvo, ligado con la familia de Pineda. La de la cale Utrilla lindaba con José de Frías y Pedro Cano. Si la vivienda consistía en un importante patrimonio, el suelo rústico le proporcionaba importantes ganancias con los siguientes cortijos:
- El de las Pilillas, partido de la Fuente la Lancha, con un cortijo, compuesto de cuarto bajo, segundo, caballeriza, tinado-zahurdas y gallinero-, pajar, corral , y 130 fanegas ( lindando con tierras concejiles por el poniente y con el camino de Moclín) que producían trigo y cereales, y algún que otro aceite y encinar.
-10 fanegas en la Moraleja
-dieciséis fanegas en la Lancha.
-Cortijo del Chaparral de Nubes, junto a la ermita de Cantera Blanca, a una legua de Alcalá, con dos cuartos de un suelo de cuadrada, un colgadizo con paradero y pajar, corral, al lado un oratorio con sacristía y 176 fanegas

-En el año 1943, el párroco don José Antonio del Río Alados emprendió la tarea de levantar una Iglesia Pública sobre las ruinas de la Trinidad y solicitó al ayuntamiento una puerta de hierro, similar a la capilla de Misericordia para que permitiera a los fieles visitar el templo con comodidad. Este templo no era otro sino la capilla de san Rafael , que todavía se mantiene.
-El cancionero popular ha sido estudiado por algunos historiadores locales. Cantaban nuestros antepasados la jerigonza, y nos preguntamos qué era aquello. Así, lo responde Luis León:
Era un baile burlesco, lleno de gracia ingenua y colorido, una moza llevaba la voz cantante, y las demás que tomaban parte en la danza la secundaban...era un cuadro, en que combinaban hábilmente la música, el canto y el baile. Las muchachas que tomaban parte en la contradanza iban expresando, con singular gracejo y estilizadas actitudes y gestos, todos los pormenores marcados por la letra, hasta llegar a la escena final( La escena de efecto) en que las bailadoras, cuando la canción lo requería, dirigíanse, formando una cadena, al personaje más serio, más grotesco o menos dispuesto para el bailes que hubiera en la fiesta, y lo invitaban a bailar. El invitado no podía sustraerse, fuera quien fuere; tenía que dejarse prender por la cadena de mocitas, y salir al centro del patio y bailar la Jerigonza. Era la ley suprema de la fiesta. La canción decía:

Ahora sí que la doña Juana,
Ella hilaba
Y devanaba
Y bebía vino,
Y le daba la sopita al niño,
Y como era tuerta,
Con el pie atrancaba la puerta,
Y dale un cedazo,
Y dale un abrazo,
Y no se le des,
Que le gusta mucho a esa mujer
Saltar y brincar,
Y andar por el aire,
Esta es la jerigonza del fraile,
Con su jerigonza,
Por lo bien que lo baila la moza,
Y déjela sola,
Solita y sola,
Sola bailando, que a la niña le gusta el fandango.
Y salga usté
Y salga usté,
Que lo quiero ver
Saltar y bailar,
Y andar por el aire;
Esta es la jerigonza del fraile.


-En el año 1869, se trasladó la parroquia de Santo Domingo de Silos a la Iglesia de Nuestra Señora de las Angustias. La Alcaldía le denegó ia subvención, pues no tenía dinero para contribuir en el traslado, a peteición del gobernador eclesiástico de la badía y obispo de jaén.


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