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jueves, 6 de octubre de 2016

En campaña electoral de 1931 y BATMALA



El  dos de marzo de 1931, a las doce de la mañana, murió  Clotilde Batmala, la madre de Pablo Batmala, con la que estaba ligado intensamente por razón de soltería. Se había quedado, por consiguiente, sólo con su hermana Clotilde en la hacienda familiar. Asistió a la ceremonia religiosa, pero no compartía con su familia aquellos ritos cristianos, pues un agnóstico como él, en otras ocasiones  anteriores, había  tratado de esquivar la asistencia a los entierros de sus familiares y amigos en las iglesias de la localidad.
Unos días después, el 22 de marzo, se dio el esperado pistoletazo electoral en toda España. En la comarca alcalaína, siempre había triunfado el partido monárquico conservador y con la Unión Monárquica se había mantenido el hilo conductor y de influencias  Pocas esperanzas se ofrecían a los advenedizos de la esencia republicana.  
Los monárquicos, pronto, contraatacaron e iniciaron los primeros pasos de la contienda electoral  lanzando mensajes alarmistas a la población resaltando los tradicionales puntos de su programa basados en el orden y en el trabajo, al mismo tiempo que acusaban a los republicanos y socialistas de querer minar los fundamentos del orden moral intentando destruir la familia y  el Estado mediante las nefastas (según su versión partidista) consecuencias de su doctrina marxista implantada en Rusia.
Esto obligó a que los republicanos y  socialistas emprendieran una  contraofensiva rebatiendo, punto por punto, los anteriores argumentos de los candidatos monárquicos. Asumieron este papel los dos partidos  más implantados en la comarca alcalaína tales cuales eran el Partido Radical Republicano y el PSOE sin olvidar los republicanos.
El PRR  lo hizo con sus comités de aldeas y lo consiguió, mediante la influencia de  los republicanos de muchos Centros Obreros de algunas aldeas como las de Charilla y Ribera. El PSOE, gracias al apoyo que recibía de las Sociedades Obreras, principalmente de  la potentísima “Unión y Defensa”, que sustituyó a la S.O.La Emancipación” de Alcalá la Real, y de la mayoría de las sociedades de las aldeas de signo socialista-sobre todo, la de la Pedriza, Valdegranada, Ermita Nueva, y la Rábita- y de las agrupaciones locales y de las aldeas del sindicato de la FNTT-UGT  La derecha republicana se sumó a este movimiento y se concentró en torno al líder local Felipe Martínez Oria, seguidor del presidente de la República, el prieguense  Niceto Alcalá Zamora, con el que mantenía buenas  relaciones de amistad por razones de cargos funcionariales y de estudios universitarios en la juventud.    
El día seis de abril, Batmala y un numeroso grupo alcalaíno de ideas antidinásticas constituyeron en torno suyo  la candidatura republicano-socialista (Pues era el responsable republicano a nivel comarcal nombrado por las ejecutivas  provinciales). Respondía a la táctica pactada por las formaciones provinciales de los partidos, por medio de las cuales, en aquellos momentos,  el partido socialista y los radicales  se coaligaban con miembros del partido de los republicanos liberales y de derechas, encabezados por Maura  y Alcalá Zamora, la Derecha Liberal Republica. En una proporción en la que los republicanos primaban sobre los socialistas, la candidatura estaba  formada por  diez   republicanos y seis socialistas. Los primeros procedían  de la burguesía comercial y  agrícola, que se había formado a expensas del desarrollo económico  del siglo XIX, motivado por la puesta en producción de nuevas tierras: unos eran radicales y otros liberales y algunos de ellos monárquicos reconvertidos al republicanismo; los segundos eran  veteranos socialistas, que habían creado la mayoría de las sociedades obreras y organizado la agrupación del PSOE local.

Batmala integró en  la  candidatura  republicano-socialista a republicanos lerrouxistas, como  Esteban Gutiérrez, que procedía del PSOE y por los años veinte se había pasado al Partido Radical Republicano;  monárquicos reconvertidos en la derecha republicana-Amaro Sánchez Pérez[1], Bernardo Cortés,  Francisco Casanova Camacho[2], y Baldomero Sánchez- Cañete de Córdoba[3]; republicanos seguidores a ultranza del propio Batmala por compromisos personales que le siguieron hasta integrarse años después en la izquierda republicana-Antonio Oria Alba[4] y Víctor Hinojosa López[5];  y una gran parte de  militantes del partido socialista. Algunos de estos  eran muy amigos suyos, como Salvador Frías, otros lo admiraban como Dionisio Carillo, agricultor de la Pedriza.  José Murcia Ruiz, albañil y veterano socialista; José Vela León, agricultor de la calle Rosa. Batmala se presentó por el distrito tercero que ocupaba la parte comprendida desde la iglesia de Consolación hasta el barrio de San Juan. En un pequeño radio de acción urbana, todos ellos compartían una vecindad muy próxima, la misma inquietud comercial y por el progreso, e idénticas ideas motivadas  por las ansias de  libertad y de instaurar un nuevo régimen. Todos juntos coincidieron en renovar la sociedad alcalaína y presentar un programa, en el que incidieron  en la mejora de los servicios públicos y la equiparación de las aldeas y el casco con el mismo progreso e infraestructuras.

Los que apostaban por la República firmaron un manifiesto en el que intervino directamente como mentor el propio Batmala. Incluso, el mismo  procuró darle su segundo apellido exacto. (Probablemente, por la influencia del afrancesamiento que mantenían los republicanos en estos momentos, aparecía   Laloye en las firmas, de la propia mano de Batmala). No era de extrañar que el himno de Riego junto con la Marsellesa coparan los cánticos de los afiliados republicanos en las concentraciones de muchas aldeas. Se confesaban portadores de las ideas de las izquierdas antidinásticas, que habían firmado el manifiesto de San Sebastián en diciembre de 1930. Pero matizaban, atendiendo al ruego de los republicanos de derechas,  que eran  “de los que creían en el orden representado por el triunfo de la soberanía civil”.  Muchos de ellos habían mantenido, en años anteriores, la comunicación e información  en la revista local “El Látigo Rojo”, donde se zaherían a los monárquicos y, sobre todo, a los alfonsinos, muy numerosos en nuestra localidad. Su objetivo no era otro sino “cooperar en la medida  de lo posible en derribar el caciquismo nacional, y a la vez para que nunca vuelva el que tantos años tuvo a este pueblo en el mayor de los abandonos. Si como dijo un orador de derechas la España de hoy es ´una monarquía militar apoyada en el caciquismo´ contra eso iremos para llegar  a la España decidida, como primer paso oficial de la reconquista de la libertad[6]. Eran conscientes de que tenían como adversarios los monárquicos acendrados, y  querían decidir el voto de aquellos indecisos, que eran víctimas del caciquismo, pues habían sido comprados  con el miedo  de hacerles creer que “todo se lo debían al régimen actual”.  Con estos principios programáticos se dirigieron pidiendo el voto a todos los obreros, labradores, industriales, funcionarios y artesanos.








[1] Amaro Sánchez Pérez había sido alcalde pedáneo de Santa Ana y  concejal monárquico antes  y después de la Dictadura de Primo de Rivera, 
[2] Había sido concejal de Unión Monárquica en la Dictadura de Primo de Rivera
[3] Vivía en la calle Marines,  n. º 10  y estaba casado con la hermana de Antonio Oria., María de las Mercedes. Se dedicaba al comercio.
[4] Estaba casado con  Elena Moutón, era dependiente de comercios y administró varias empresas de Aceite en las que salió malparado y fue salvado de su gestión por préstamos del propio Batmala. Tenía 32 años cuando fue concejal, vivía en la calle Marines, 5.
[5] Comerciante de la Plaza.
[6] ARFRAMAR. Panfleto de  manifiesto de los republicanos en Alcalá.
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