La conquista de la ciudad fortificada conllevó, como era natural, un
asentamiento humano en el suelo urbano anterior habitado por los
caballeros musulmanes. Para ello, se distribuyeron entre los nuevos
conquistadores sus antiguas mansiones, dentro del espacio
comprendido entre la plaza Alta hasta el Alcázar, dejando reservado
para los pecheros y los grupos no privilegiados los distintos
arrabales- tanto interiores al recinto fortificado de la ciudad como
los nuevos fuera de los otros amurallamientos ( Bahondillo, Cerro de
los Palacios y Arrabal Viejo)-. En este barrio, debieron habitar
cien caballeros, ciento cincuenta ballesteros y trescientos
lanceros, en total 450 familias con sus correspondientes casonas,
palacetes y mansiones. Resaltaba la del teniente de alcalde en la
parte lindera con la muralla de la Cárcel, que , a veces compartía
con la de la Torre del Homenaje . Poco a poco, la guerra y el cruce
de familias entre sí fue agotando y haciendo desaparecer muchos
bandos y linajes, de las que fueron sustituidas por los familiares
y parientes de los grupos poderosos, sobre todo, de las familias de
los Aranda,Gadea, Montesinos, Contreras, Sotomayor, Escavias.. Por
su carácter bélico y cercano a la frontera, el rey le concedió el
sustento con el trigo y el dinero procedente de las tercias de
distintos obispados- Para su almacenamiento buscaron un lugar
importante los alhoríes, situados en algunas de las mansiones
arrendadas a los propios caballeros y en las torres cercanas a sus
viviendas, de la misma manera que tuvieron gran importancia los
aljibes para el almacenamiento del agua. Las calles ofrecían el
característico recorrido zigzagueante de las ciudades musulmanas y
de la estrechez de los recintos fortificados. Se distinguían las
casas con una entrada dintelada o de arco no simétrica con la de
enfrente, pocos vanos al exterior, y en su interior un patio
distribuidor del vestíbulo de entrada, cocina, cuarto bajo,
caballeriza y otros aposentos, en la segunda planta, los cuartos;
pocas casas ofrecían un tercer piso con arcada o corredor, las había
con bodegas. No extrañaba que para ls viviendas de las viudas,
pobres de solemnidad, esclavos y criados se reservaban algunas alcobas
separadas y con entrada apartada de la principal.
Todos estos vecinos se localizaban facilmente ante la llamada o aleo
de formar las dos compañías de caballería de la ciudad y el resto
de formaciones militares.. Pues, cerca de sus casas se encontraba
en la parte nororiental de la fortaleza , el patio de armas de la
fortaleza, y, al sur, junto a la plaza e iglesia, se podía
celebrar los cabildos abiertos ante cualquier convocatoria pública.
En las pequeñas plazas, se ubicaban los comerciantes que colocaban
sus tenderetes con los que abastecían de los productos básicos a
los habitantes del recinto fortificado, generalmente productos
alimenticios y de vivienda.
En la alcazaba, la torre de la queda o de la campana anunciaba
cualquier reclamo o convocatoria pública; y la torre de la homenaje
servía de residencia oficial y de protocolo al alcaide y el resto
de las torres se adaptaban a los servicios básicos que permitían
los años de guerra.
Señalizara y expondría los aljibes y su funcionalidad, así como
escenificaría a los aguadores y la casa de los Aljibes la
musealizaría , permitiendo bajar a ella y reproduciendo con paneles el uso de agua.
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