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lunes, 10 de octubre de 2016


                       EL DÍA CATORCE

A las ocho de la tarde, gran cantidad de alcalaínos acudió a la convocatoria  espontánea de los políticos  republicanos y socialistas de la localidad   ante las puertas del Ayuntamiento. La plaza  era un hervidero de aclamaciones, aplausos y vítores a la República. De sus sedes y  de la  Casa del Pueblo los republicanos sacaron la bandera tricolor, portada por un hermano del Teniente Castillo Saenz de Tejada en una manifestación pública espontánea. Gran número de republicanos subieron al salón de sesiones, donde desmantelaron todos los símbolos y retratos reales. Un republicano de derechas rompió el cuadro de Alfonso XIII con una navaja, e, inmediatamente, los dirigentes locales salieron al balcón del Ayuntamiento para izar la bandera republicana. Encabezaba la manifestación y a los congregados el socialista Salvador Frías.
Antes de iniciarse la marcha, Salvador, acompañado de un grupo de seguidores republicanos, se dirigió hacia la casa de Pablo Batmala en señal de reconocimiento a su liderazgo y le conminó a que se agregara a la explosión de júbilo. Desde su habitación de despacho de entresuelo, Pablo  le respondió “Sí, pero con una rama de laurel en la mano”. Los presentes consideraron que Batmala quería exponer  con aquellas palabras las inquietudes pacíficas  que  propugnaban los miembros de la candidatura frente a cualquier muestra de belicosidad, en contra de cualquier otra interpretación altanera o ufana de la victoria[1]. Recorrieron las calles de la plaza y el Llanillo, gran número de obreros, miembros de las clases artesana y sectores de la clase media, esperanzados en que el nuevo régimen le traería un cambio en sus vidas y dejarían atrás los años del turnismo monárquico.  
Similar fue la reacción de los republicanos de algunas aldeas, como en Charilla, en la Rábita, Santa Ana, Mures o en  la Ribera Alta. En esta última, en palabras de Francisco de Madrigal: “Seis meses más tarde, el 14 de abril de 1931, se proclama la II República Española. En la Ribera Alta se recibirá su llegada de forma festiva; reunidos los vecinos en la plaza de la aldea, gritarán “Viva la República”, y alzando sus gorras y sombreros cantarán la siguientes coplas populares. “También estaban Casares. Martínez y Caballero, esos son los Ministros, que defienden a nuestro pueblo, Viva Alcalá Zamora, Emilio Caballero, Fernando de los Ríos y Julio Díaz Ropero[2].

Este día catorce de abril, el gobernador interino de Jaén, Juan Lillo, envió un telegrama, en el que  manifestaba “Proclamada la República se hace cargo de la Provincia el Ilustrísimo Señor Presidente de la Audiencia autorizará manifestaciones evitando coacciones, y procurando el orden público a toda costa. Le saluda
Por la orden gubernativa,  se hizo entrega del ayuntamiento a la comisión formada por los concejales republicanos y socialistas elegidos, y recomendaba “ encargando a dicha comisión dicten las oportunas órdenes para mantener a todo trance el orden público, garantizar el respeto a las personas y a la propiedad, requiriendo si fuera preciso el auxilio del Comandante del  Puesto de la Guardia Civil, dándome cuenta inmediatamente del cumplimiento de esta orden y de cuantas novedades ocurran. Viva la República”.
Batmala fue elegido alcalde  y presidente de esta comisión gestora. Incluso el alcalde cesante les dio las gracias por las muestras de consideraciones y pruebas de respeto que había recibido, manifestando la tranquilidad y cordura con el  que se había desarrollado el cambio y deseándoles éxito en el futuro. 
Inmediatamente, se produjeron varios acontecimientos políticos  importantes. El concejal Francisco Hinojosa López, afiliado al partido Monárquico Conservador, se pasó  a las filas del partido de Batmala, y otros se mantuvieron fieles a la República, unos como independientes, caso de Ruiz de la Fuente, y otros en el partido conservador.
El ambiente republicano se respiraba en toda la comarca, hasta en  las conversaciones de las gentes más humildes. El joven estudiante,  vecino del Castillo de Locubín,   Federico Parera, descendiente del   líder  liberal en la comarca alcalaína José Parera,   y pariente   de otros republicanos, así lo relataba en su Diario:

“Día 16 de abril. Año 1931. Hasta el tiempo se ha hecho republicano, pues desde el 14  llevamos unos días inmejorables. Como está enferma Anica Fuentes he subido a verla. Allí me encontré con Trini, mi hermana de leche. Está estupenda. Como que es una de las indígenas más guapas. Al entrar saludé con el consabido”Salud y República”, y Anica me contestó con un ¡viva la república! ...(...) yo que no olvido la sangre, soy desde niño republicano convencido al igual que todos los de la casa (...) Ya han tomado posesión todos los ministros. Han dado un decreto disolviendo el Somatén. Otro echando abajo lo hecho por la dictadura ¿me examinaré? (...) Vamos por lo visto hacia una Republica Federal. Maciá se ha declarado libre en Cataluña y ahora dice que unirá a las demás Repúblicas Federales Ibéricas. Quizás Portugal si triunfa Costa en él se unirá a España. ¡Viva Iberia! El primer gobierno que ha reconocido el nuestro ha sido el de Uruguay. Ya después de esto no se debe cantar”Al Uruguay no voy...”pues aunque se naufrague se puede dar por bien  empleado  si es yendo a un país simpático. El campo está preciosísimo. Esta noche he dado una pequeña conferencia a unos cuantos labradores. Me han animado a dar un mitin, y quieren sumarse conmigo para pedir una Biblioteca Popular. Quieren buscar firmas para que a papá lo nombre alcalde republicano “,[3]     
No estaban contentos los republicanos cómo había quedado la comarca en cuanto a los resultados electorales. Pues el Castillo de Locubín se había  desmarcado del resto de los pueblos, y había apoyado a los concejales monárquicos. Por eso, se llevó a cabo una concentración republicana en esta villa  y se declaró fiesta local, con lo que  se cerraron los establecimientos y los centros docentes y se convocó una magna manifestación el día dieciocho, con la  llegada de Federico del Castillo, jefe provincial del partido de derecha republicana liberal, que acudió con varios  familiares y otros miembros republicanos de la comarca:  Batmala estuvo  con él en el ayuntamiento castillero. Allí se hicieron discursos  por parte de los republicanos locales y el propio Federico que  trajo saludos de Alcalá Zamora y del propio Largo –Caballero con el fin de alentar los decaídos ánimos de la coalición republicano-socialista. Al mismo tiempo, reflejó el trascendental momento con esta frase. “Y mientras muchos obreros pedían limosna para comer, porque no tenían trabajo, las joyas de la exreina se valoraban en trescientos millones de pesetas”. Ataca duramente al fallecido régimen y entre otras cosas le dijo a Miguel Primo jefe de ladrones. El pueblo, una muchedumbre inmensa, le aplaudía intensamente y le ovacionaba y los vivas a Carlitos Castillo salían del fondo de los corazones”. Y, por la tarde la dedicaron a reorganizar el comité republicano formado por Federico Parera Piedrola, Juan López y Manuel Ruiz. Castillo.  
           








[1] Recogiendo un testimonio de una  joven asistente al acto.

[2] MADRIGAL PALACIOS, Francisco.  “Crónica de la Dictadura de Primo de Rivera y de 
(3)ARFRAMAR. Me ha proporcionado este dato Moises Gallardo. Gracias. Fotocopia Del Diario de Federico Parera Castillo., jov3n republicano muerto en 1931

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