La primera
consecuencia de los resultados locales tuvo lugar el día 13 de abril. Pues,
incidió intensamente en muchas personas que habían apoyado a lo largo de un siglo opciones políticas que quedaron
derrotadas en los comicios. Inmediatamente,
se retiró de la política Luis Abril Lozano y, en consecuencia, se
disolvió el partido monárquico conservador, que era como decir que desaparecían
prácticamente todos los partidos
monárquicos de la localidad. Esto conllevaba que, por una parte, todos los
políticos locales – conservadores y
antiguos liberales- habían quedado huérfanos de un líder; por otra
parte, los nuevos liberales de Sagasta se habían pasado en su mayoría al
partido de Derecha Liberal Republicana. Por eso, no era de extrañar que algunos
militantes del partido conservador, entre los que se encontraba Francisco
Hinojosa se encuadraran, a partir de este momento, en las filas de
Batmala. Y el resto de los monárquicos
elegidos derivaran hacia posiciones más extremas, en los agrarios y
posteriormente en los partidos de la
CEDA.
Con gran ventaja,
la conjunción republicanosocialista ganó en toda España las elecciones
proclamadas el 14 de abril de 1931. La candidatura alcalaína, encabezada
por Pablo Batmala y compartida por el
liderato Salvador Frías, había obtenido en términos globales catorce concejales (63,6%) frente a los ocho
monárquicos (36,4) en una población con 21.359.
El propio Batmala se hizo portavoz de la
alegría popular y escribió el siguiente telegrama al recién aclamado presidente.
“Madrid-Alcalá
Zamora-Teléfono.................Antiguo feudo conservador consuma gallardamente
emancipación auspiciada bajo auspicios V. y únese al salvador movimiento
ciudadano dirige, eligiendo los catorce candidatos republicano-socialistas
sobrando votos para cinco más. Efusivo saludo en nombre de todos. Forman gran
mayoría ayuntamiento electo. Pablo Batmala”[1].
Partido Judicial de Alcalá la
Real
|
Monárquicos
|
Republicano Socialistas
|
Población
|
|
Alcalá la Real
|
8
|
14
|
21.359
|
|
Alcaudete
|
6
|
14
|
15.688
|
|
Castillo de Locubín
|
16
|
0
|
7.923
|
|
Frailes
|
9
|
2
|
3.116
|
Estaba claro
que su voto respondía a lo que acontecía en buena parte de la geografía rural jienense,
según Tusell “Se puede identificar el voto monárquico con la pervivencia de
la red caciquil de relaciones de patronazgo, en tanto que las opciones políticas más progresistas, y radicalmente
opuestas a la vieja situación, se hallan íntimamente entrelazadas con una población mejor informada y con mayor
nivel de vida”[2].
Y de ahí que, en palabras de un testigo de este cambio, posteriormente, se sufrieran las
consecuencias por el entusiasmo que se
compartió entre los republicanos de la
comarca. Sobre todo, en Castillo de Locubín, donde, por los años 1939 y 1930, se había formado un frente
anticaciquil, denominado popularmente como “el partido de los chamarizos”
contra el conservador José María Álvarez Castillo, conocido popularmente como
“Peluquín” y muy ligado al partido monárquico y a los Abril. En este frente, se
integraban algunos futuros republicanos ( Juan Castillo Contreras, Miguel
Castillo Peinado, Julio Medina, Manuel Peinado Chica, amigo de García Lorca y
secretario de Ayuntamiento y notario en 1936, Manuel Delgado Morales, Juan López Aranda, futuro presidente de
Izquierda Republicana de Jaén , la familias de los Olmo, Extremera, Pepe Mata,
…). Todos estos contactaron con Batmala para dar un viraje a la política
municipal destinado a implantar la
República en Castillo de Locubín. Si no, comprobémoslo en este testimonio de un republicano de Frailes, que acompañó a
Batmala a la proclamación de la
República en la villa del Castillo de Locubín:
“Dicho ingeniero es hijo del conocido político de Castillo de Locubín
llamado José María Álvarez del Castillo (q.e.p.d.), de quien nada quería decir
por haber fallecido, Este señor ocupaba la Alcaldía de Castillo de Locubín el 14 de abril
1931, como monárquico bien entronizado y protegido de los Abriles. Para
derribarlo de su sitial e implantar el régimen republicano, fue el que habla
con otros Señores de Alcalá al nombrado pueblo de Castillo de Locubín, y el
dicente, como los demás habló a la
muchedumbre alto, extenso y claro del advenimiento de la República , sobre la caída de don José María Álvarez Castillo y sobre la necesidad de conducirse
con corrección y con templanza, para honrar el nuevo Poder. Tuvo que
molestarse y sus familiares, porque el
pueblo en su totalidad, excepto incompatibles, sentía grandes entusiasmos por
el advenimiento del régimen democrático, y gritaba jubilosamente por el
rompimiento de las cadenas opresoras de la política derruida. Como yo era uno
de los oradores el Ingeniero no borra de su memoria tan fiel los discursos de
Manuel Álvarez Romero, luchador incansable bajo la bandera republicana y
centinela del triunfo de la juventud a la vejez. No llevarían mis discursos
sendas muestras de conocimientos científicos, pero llevaban el entusiasmo de la
consecución de un fin deseado y me
ganaba los mayores aplausos, y a medida de que crecía el entusiasmo surgía el
mayor dolor de lo moribundos políticos de
aquel día. Por eso, quedé apuntado en la libreta verde, bajo el concepto
de una pendiente venganza”[3].O como dice
Aurelio Martín Nájera:“Al proclamarse la Segunda República ,
en abril de 1931, desaparecieron por completo los partidos dinásticos y
ocuparon el mapa político las formaciones políticas que habían estado excluidas
en el sistema de la Restauración”[4]
Con la huida del rey y
la formación del Gobierno Provisional, se abrió un nuevo periodo de la historia
de España. Batmala era consciente de lo que representaba una formación, que, en
el ámbito nacional, tenía carácter parlamentario sin organización sistemática,
y que había sufrido un envejecimiento en cuanto a sus cuadros dirigentes. Se
daba cuenta de que a excepción de los socialistas, como decía Ortega y Gasset, “el resto de los partidos comprometidos en
política no son realmente partidos ni nada que le parezca. Algunos son
oposiciones degeneradas y osificadas, otros, por el contrario, improvisaciones
creadas con el pretexto de la lucha contra la monarquía”[5]
La candidatura
republicana derrotó a los agrarios y a la candidatura del Partido Conservador
Monárquico, que encabezaba Manuel Collado Álvarez y en la que salieron elegidos Francisco
Sierra del Mármol, Cayetano Sierra
Montañés, Gregorio Ruiz de la
Fuente , Francisco Hinojosa López, Antonio Aguayo Castillo, y
Luis y Eugenio González de Lara entre otros ocho elegidos[6],
quedando derrotados entre otros Antonio Serrano Pérez., y Antonio Pérez Serrano. Casi todos de la
antigua Unión Patriótica y del Partido Conservador, en la que ejercía una clara
y notoria influencia el señor Abrl. No obstante, no lograron alcanzar mayoría
en Castillo de Locubín, donde los
partidarios del Partido Liberal
Conservador tenían una gran influencia.
Los resultados nacionales se extendieron como un reguero de pólvora en
las sedes de los partidos. Batmala se mantuvo comunicando durante la tarde los
resultados que le enviaba el presidente
de su partido a los responsables republicanos de Castillo y Frailes, a los que
ordenó que acudieran al ayuntamiento[7]. Desde el Gobierno Civil una comisión gestora
formada por los socialistas José Morales y José Campos Perabá, y los
republicanos Francisco Ángel Bago, Ángel García Fonseca, Pablo Flores, Manuel
García Pérez y Sixto María Muñoz, emitieron un bando que decía:
“La
comisión nombrada para encargarse provisionalmente del Gobierno Civil de la Provincia se dirige al
Pueblo de Jaén para recomendarle guarde el mayor orden a las personas y a las
cosas, como corresponde a su hidalguía y nobleza proverbial., Así mismo tiempo,
anuncia que el orden más completo será la mejor garantía que ofrezcamos al mundo en estos momentos tan solemnes.
Esperamos
que el pueblo de Jaén nos auxiliará en nuestra difícil misión hasta que
el Gobierno de la República
nombre sus legítimos representantes. Jaén 14 de abril de 1931”
[1] ACOAR. Este telegrama ha
sido una gentileza de Domingo .Murcia que me lo ha proporcionado.
[2] COBO ROMERO, F. .Labradores, Campesinos y jornaleros. Colección Díaz del Moral. Ayuntamiento de Córdoba. 1992..
[3] ARFAMAR. Carta a Alejandro
Leeros García. 24 de junio de 1934.
[4] NÁJERA. Op.cit.-pp 96.
[5] JOSÉ ORTEGA Y GASSET Obra
Rectificación de la
República : artículos y discurso. Madrid. Espasa Calpe 1932.
[6] Eran Luis y José, hijos de Rafael González de Lara,
propietario, casado Aurora Martínez Oria. Vecino de la calle Marines, nº 1.
[7] CAMPOS García, Santiago...
Frailes. Una visión de su historia. Frailes 2000.
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