Archivo del blog

viernes, 30 de diciembre de 2016

EL PASADIZO

EL PASADIZO

 Ya hace más de un año que se puso de moda el pasadizo de la Mota, más bien la contramina alfonsina y el pasadizo musulmán. Frecuenta,  cada vez  más,  la  cantidad de visitantes que se introducen  en este amplio y prolongado antro, que baja o, sube, según el sentido del  trayecto, desde la torre del Homenaje hasta la casa que fue de un  zapatero del siglo XVI, de apellido Rosado. Más misterioso debió ser  el recorrido completo que se prolongaba y salía por debajo de la tercera muralla. Se trazaba entre adarves, subterráneos y  cubiertos, callejones escondidos y un jalona miento de pozos que calmaban la sed de los sitiados en tiempos de cerco y asedio. La arqueología descubrió parte de las entrañas del mundo de Hades, y, deja para los aventureros, una novela dantesca, en este caso de la mano del capitán López de Haro y de la mora Cava. 

Este pasadizo ha sido el leitmotiv, por el que,  por eso del arte del birlilbirloque, nos encontramos estupefactos, sin saber de qué forma había sucedido  una discusión sin sentido y muy  acorde con el comportamiento de muchas personas en la actualidad , de modo que nos vimos imbuidos en un una escena mágica y extravagante. Correspondía a este tiempo de la posverdad, este término que el sociólogo Ralph Keyes acuñó y divulgó con el título de su libro Post-truth. Se refería a la manera de  tocar el corazón emocional de los hombres y prolongar sentimental la realidad en las personas. 
Pues este espacio intrigante  ha  supuesto un aliciente de la visita de la Mota para todo el mundo, al mismo tiempo que ha despertado la imaginación  de muchos vecinos que , en sus años infantiles,  jugaban a las guerrillas entre pandillas de barrios,  y  en aquellos  escondrijos se salvaban del apedreo de sus convecinos. Pero al llegar a la mayoría de edad, se  les desbordó la imaginación a la hora de  dar explicaciones  sobre aquellos parajes de modo que  ya no eran pequeñas cuevas convertidas en gallineros de su tiempo ,  sino mágicos pasadizos que se extendía en más millas que el más largo viaducto del Despeña perro. 
Y en esta escena de posverdad me vi envuelto , hace unos días, por la creencia de un aprendiz forastero  de nuestra historia  a manos de un maestro ilustrado de  los mayores  fundamentos históricos, según  me exponía mi contertulio. Me refería que aquel pasadizo no  era lo que hoy día se había puesto al descubierto, era mucho más, no tenia comparación con las cuevas de Nerja, ,atravesaba todo el valle de la ciudad de la MOTA.  Para aquel discípulo apasionado de las enseñanzas recibidas de un ilustrado anónimo,  ese pasadizo se extendía hasta llegar a la  a mismísima fuente de la Mora, donde tuvo lugar el encuentro de los dos amantes de la leyenda invertida de Rodrigo y la mora Cava. Y, como frecuentan  los nuevos conversos, no permitía ninguna duda histórica de su relato, porque su zahorí de turno lo había aleccionado contra cualquier razonamiento científico,  y sus palabras eran el dogma  sublime de la historia local. Repetía y volvía a enfrentarse  en argumentaciones y contrargumentaciones, sin fundamento ni  racionalidad, porque la verdad radicaba en la autoridad sin paliativos de su maestro. 
Mi metodología de convencimiento no me daba resultado alguno. Le refería la leyenda de la Mina, que alargaba aún más el pasadizo hasta las faldas del nuevo barrio de los Llanos. Le comentaba  que la torre del Farol ofrecía una mina tapiada que daba a un pozo utilizado para abastecerse de agua, y en su desuso, como recipiente de las plagas de langostas del siglo XVII. No tenía remedio. Decepcionado porque creía que habíamos alcanzado el tiempo de la racionalidad, se había superado la época de los mitos y las leyendas y nos proyectábamos en  el mundo de la ciencia. Pero, era absurdo mi planteamiento y vano mi intento de hacerle comprender  la versión documental. Pues aquel pasadizo no era nada, para lo que había debajo de tierra. Y me colmó la paciencia, cuando  me manifestaba que su sabio profesor de la más prestigiosa universidad popular le había informado de que las autoridades no querían  llevar a cabo la obra de excavación de aquellas minas subterráneas. Aducía unos ocultos intereses políticos que se remontaban al tiempo de Maricastaña. Vaya, la nueva política de moda, que ya han bautizado los ingleses con ese término muy apropiado de post-truth , la posverdad, esa manera de hacer la política de la mentira para tocar los corazones con falsas promesas, en medio de  unas sociedades del bienestar que se vienen a bajo  por el cansancio civil, la corrupción de todos los campos sociales, sobre todo en el ambiente político,  y el hartazgo de la  inercia social. Por eso, no es de extrañar  y ni puede causar sorpresa que  gane el Brexit  en Inglaterra, triunfe Trump en EEUU y proliferen  los movimientos antisistema en todos los rincones del mundo. Se encuentra en escala global o local. Por doquier, surge el zahorí de turno ,  no el todoterreno  de los antiguos núcleos rurales,  sino el que sabe más que el científico de base; en el rincón menos esperado se sustituye el historiador erudito con el  cuentista de turno , que transforma la Mora  en la Mercedes del capitán Diego López de Haro, y el arqueólogo experimentado se sustituye por el escarvador furtivo.
Con estas mimbres, de seguro que  César vino a la Mota antes de Cristo , Muza  horadó sus cimientos y pasó por primera vez a través de la ciudad oculta,   y Napoleón se transformó en Nerón para presenciar  el incendio de la Iglesia Abacial en septiembre de 1812. Si se han ganado batallas electorales y  se hace tambalear a  las sociedades convencionales  de la Europa Occidental, ¿ no se van a  atrever  a hacerlo con el mundo local?







No hay comentarios:

Publicar un comentario