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miércoles, 7 de diciembre de 2016

EN LAS VÍSPERAS DE LA INMACULADA. LA INMACULADA Y LA CIUDAD DE ALCALÁ LA REAL




LA FIESTA DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN

La Cieguecita de Montañés. Catedral de Sevilla
En Alcalá, hubo una cofradía anterior a la celebración oficial de la fiesta de la Inmaculada con el nombre de Cofradía de Nuestra Señora de la Limpia Concepción relacionada con la difusión y defensa de este futuro dogma. Dicha cofradía estaba ubicada en la capilla del mismo nombre de la iglesia de San Juan1. Aunque construida esta iglesia a finales del siglo XIV, hay constancia de que la cofradía data de 1523 y reedificó la capilla a finales de este siglo con la intervención de Ginés Martínez de Aranda. La hermandad de San Juan absorbió la anterior cofradía celebrando ambas festividades y compartiendo funciones y bienes.
Entre dominicos y franciscanos de Alcalá debió mantenerse el mismo litigio en la defensa del dogma. Por eso, el monasterio de San Francisco albergó el culto y una imagen de la Imagen, así como mantuvo también los cultos con la procesión de 8 de diciembre que bajaba el cabildo hasta el siglo XVIII, también la V.O.T. de la iglesia de Consolación tuvo en su templo otra imagen de la Inmaculada. En cambio, los dominicos alcalaínos no reservaron esta capilla a esta imagen en los siglos de difusión de esta advocación por su postura divergente en cuanto al dogma.
El cabildo alcalaíno siguió la línea devocional de las provisiones reales. Y, entre otras advocaciones de María y de santos, con Felipe III comenzó el culto oficial de la Inmaculada. En concreto, las fiestas a la Inmaculada Concepción tuvieron lugar el año 1615. Fue una fiesta que vino propagada y fomentada desde la Corte, desde donde se sugería que se organizara a la manera que en Madrid con tres noches de luminarias y colocación de hachas en las Casas de Cabildo y otras partes de la ciudad, así como repique de campanas de todas las iglesias y conventos en la víspera de la festividad. A partir del acuerdo municipal dichas fiestas nunca se interrumpieron, formaban parte de las tablas de fiestas ordinarias del cabildo y delegadas en el cabildo de suerte. Este fue el acuerdo de la ciudad:
La ciudad habiendo píamente considerado y conferido la gran devoción que hay en esta ciudad a la Pura y Limpia Concepción de Nuestra Señora, y confesando, como confiesa esta ciudad por sí y en nombre de todos los caballeros, los regidores y jurados y los de esta ciudad,, ser concebida sin mancha ni mácula de pecado original, que a ello perderían vidas si es menester, acuerda que se haga fiesta a la Limpia y Pura Concepción de la Virgen Nuestra Señora en su día perpetuamente para siempre jamás, cada año en su día, vísperas, y misa y se convide un predicador para este día, y que, en las suertes que esta ciudad eche suerte particular para esta fiesta, echándolo como se echa para la Fiesta del Santísimo Sacramento, y lo que se gastare en ella, ha de ser de los propios, y, faltando de los propios de esta ciudad.los regidores, jurados y caballeros”.
En este año, las fiestas consistieron en una corrida de toros de día, y, por la noche, luminarias y una máscara o desfile de caballeros uniformados con armas, compuesta de varias cuadrillas ( la del corregidor, al del regidor Juan Méndez Zamorano, la de Pedro de Sotomayor y otras que procedían de fuera). Los actos religiosos, concertados con el abad, consistían en la misa de la Iglesia Mayor, la obligatoria comunión de todos los caballeros en la función mayor. También, se repitieron misas en el resto de los conventos de la ciudad2.
En los años siguientes, la fiesta institucionalizada se amplió con fuegos artifícales y alzamiento del pendón3
Y, a partir de entonces, ya el juramento a la hora de hacer posesión de los cargos comenzó a realizarse en nombre de la Inmaculada Concepción.
En las fiestas votivas, consignadas por el Cabildo en las Ordenanzas municipales de 1776, se señalaba como voto de la ciudad el realizado a la Inmaculada Concepción. La fiesta se celebraba en la Iglesia Mayor Abacial, pero, como el templo de cultos era San Juan, allí se celebraba la función de Iglesia durante los días siete y ocho de diciembre. El cabildo Municipal, por su parte, tenía por costumbre cantarle en su oratorio una salve, villancicos y una misa, pues incluso disponía de un cuadro de la Inmaculada. Además, la procesión de la Inmaculada que bajaba del convento de San Francisco entraba en el Ayuntamiento, que por esta fecha se adornaba con luminarias en su fachada principal.
El seis de diciembre de 1809, de nuevo se renovó esta fiesta votiva que había quedado en desuso a finales del siglo XVIII y principios de siglo XIX. Estas son las palabras del acuerdo municipal motivado por la invasión francesa de España: “Recordando el piadoso ejemplo de nuestros mayores, que, en calamidades de las que ninguna pudo amenazar con tanto daño como la actual, recurrieron con sus votos al cielo porque de allí desciende todo don perfecto, y para hacernos dignos de la misericordia del Altísimo y que el Señor mire en ellas la justísima causa que el Estado defiende, se vote perpetuamente por esta Ciudad una función solemne, con el Santo Manifiesto a María Santísima, bajo el misterio de su Inmaculada Concepción, patrona especialísima de las Españas y de sus Indias, en el domingo de su octava, que sirviendo de rogativa religiosa en los tiempos presentes sea en los venideros de acción de gracia al verse libres del dominio cruelmente déspota que en la actualidad amenaza”.

El regidor don Fernando de Tapia emitió un informe unos días despues de este acuerdo, en los que solicitaba que dicho voto fuera refrendado por Fernando VII a instancias de la ciudad. Pero, anteriormente, ordenó que la ciudad pusiera en marcha todas las medidas ofrecidas a las Junta Suprema y a su Majestad, consistentes en la recluta de un batallón local y el pago de servicios pecuniarios.
Desde aquella fecha, salvo el periodo comprendido entre 1810 y 1812 que estuvieron los franceses en Alcalá, la festividad se celebró con toda asiduidad hasta mediados del siglo pasado, que volvió a caer en desuso, y del cual quedó totalmente libre por el acta de concordia celebrada con las autoridades eclesiásticas en 28 de junio de 1895.
1 MARTÍN ROSALES, Francisco. “LA Cofradía de la Limpia Concepción en la ermita de San Juan”Programa al Cristo de la Salud, 1994.
2 AMAR. Acta de cabildo de uno de septiembre de 1615.

3 AMAR. Acta de 18 de agosto de 1621.

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