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miércoles, 28 de diciembre de 2016

ARÍSTIDES












El ateniense Arístides, hijo de Lisímaco, fue de una edad más o menos igual a Temístocles. Por eso,  compitió con aquel por el primer puesto por el que porfiaron  entre ellos por conseguirlo. Mas, al fijarnos en su comportamiento, nos hemos dado cuenta de qué es mucho más eficaz  la elocuencia que la inocencia. Pues, aunque Arístides sobresalía en la bondad de las costumbres hasta tal punto que fue el único que recordemos que recibió el sobrenombre de Justo desde que el mundo es mundo; , sin embargo, fue castigado con la pena de diez meses de destierro,   abatido por Temístocles con aquella famosa sentencia del ostracismo. En efecto, este creía que no se podía reprimir una multitud levantada y, en su retirada, había advertido en cierto individuo que escribía que fuera expulsado de la patria. Cuentan  que él le preguntó por qué hacía esto o qué falta había cometido Arístides y por qué los consideraba digno de un castigo tan grande. Este individuo le respondió que no lo sabía, pero no le agradaba que hubiera trabajado con tanto ahínco en ser llamado El Justo por encima de las demás personas. Arístides no cumplió la pena legal de 10 años de destierro. Pues, después que Jerjes bajo a Grecia, más o menos en el sexto año de su condena de destierro, por el decreto del pueblo fue restituido a su patria.
II


Intervino en la batalla naval en Salamina, que se celebró antes de que se le perdonase el castigo del destierro. El, en persona, fue el segundo jefe de los atenienses en la batalla que se dio junto a Platea, en donde Mardonio fue derrotado y el ejército de los bárbaros fue pasado por las armas. No hubo otro hecho del arte militar que participara Arístides que se recuerde de haber mandado  salvo en esta ocasión , pero sí muchas otras muchas pruebas de justicia, equidad y pureza de costumbres; en primer lugar, por el hecho de que por su equidad se consiguió que, cuando en la común armada de Grecia compartía el mando con Pausanias que había hecho huir a Mardonio, se le entregase a los atenienses el más alto mando del poder marítimo de los lacedemonios. Pues, antes de este tiempo, por tierra y mar, eran los jefes los lacedemonios, pero , entonces, la ansiedad de Pausanias y la rectitud de Arístides consiguieron que casi todas las ciudades de Grecia formaran una alianza con los atenienses y se eligieran estos jefes en contra de los bárbaros.
III

Para rechazarlos más fácilmente, por si casualmente intentaran reiniciar la guerra, se eligió a Arístides para disponer con cuanto dinero le diera cada una de las ciudades, para equipar la armada y preparar los ejércitos, y, por disposición de Arístides, se reunieron cada año 460 talentos en Delos. Quisieron que este erario fuera común. Pues todo este dinero, pasado algún tiempo, fue trasladado a Atenas. Clara muestra de su generosidad  ue el hecho de que Arístides, habiendo estado al frente de asuntos tan importantes como hemos escrtio, murió en medio de una pobreza tan grande que apenas dejó nada con lo que enterrasen. Por eso aconteció que sus hijas se alimentaron a expensas del público y se casaron con las dotes dadas por el erario público. Murió, ciertamente, apenas casi cuatro años después que fue expulsado de Atenas.

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