TRAS LA HUELGA CAMPESINA
Y LA REVOLUCIÓN DE
OCTUBRE
SE DESTITUYEN LOS CONCEJALES
SOCIALISTAS Y REPUBLICANOS DE IZQUIERDAS
La ciudad,
ajena a cualquier movimiento reivindicativo de los campesinos, parecía que había retrocedido en
el tiempo, el nuevo momento político se asemejaba a los años finales de la Dictadura de Primo de Rivera. No se respiraba otro clima
político que el que se vivía en el resto
de la provincia, Andalucía y España:”El fracaso de la revolución de octubre
permitió a la C.E .D.A.
realizar su programa rectificador, revisión constitucional, supresión de leyes
anticlericales, reforma de la reforma agraria, reducción de las socializaciones y de las autonomías”[1] Pues pasó la feria, sin dar pan
a los pobres como festejo tradicional en la mentalidad de los herederos del
Antiguo Régimen, porque, como decía el exalcalde Frías, resultaba mezquino.
Pero, a los pocos días, se le envió el acta conflictiva del ayuntamiento
alcalaíno al gobernador civil Rafael
Fernández Mato.
Por aquellos días visitaba la
provincia un reportero de la revista Blanco y Negro. Entre las fotos del
reportaje gráfico, este insertaba unos
comentarios que traslucían la situación política nacional y provincial:
Salimos de Madrid, cuando la atmósfera estaba
cargada de amenazas. En los tranvías, en las calles, en los paseos, las miradas
de ciertos sujetos eran retadoras y agresivas para aquellos en cuyas manos traían periódicos de orden.
Los corros de los mozalbetes descarados comentaban en voz alta cuanto decía su prensa, y,
mirando desdeñosos, al transeúnte bien vestido, hacían incomoda la estancia en
todos los lugares. ¡Cuánta impertinencia en el gesto y en las frases! Llegamos
a Jaén. la mano firme de Fernández Mato tenía sujetas y tensas las riendas de
las cuadrigas peligrosas que coreaban con furia en sus periódicos de lucha. En la capital, sólo pudimos
apreciar grupos de inadaptados en conciliábulos, y el pregón agresivo
extremista de cierto periódico extremista,
que, en todas partes, más que pregón de venta, era grito de guerra. El
mismo acento en Madrid, en la
Coruña , en Linares, en todas partes, como si diera un mismo
vendedor, especializado en ofender al pregonar. Estuvimos en Martos. Alcalá la Real , Torredonjimeno,
Linares, La Carolina ,
Baeza y Andujar. Excepto en Linares, de donde salimos a pie hacia la estación,
a causa de la huelga de tranvías, y las coacciones al coche del hotel en todos
los demás pueblos disfrutamos de paz y tranquilidad. El mismo día de la revolución asturiana,
el gobernador civil enviaba la Guardia Civil a la Casa del Pueblo de la Carolina y, en palabras
enfáticas del reportero” y
precisamente aquella noche estalló la revolución, con incendios de fincas y
todo el programa asturiano que tuvo que
hacer fracasar la
Guardia Civil atacando a la Casa del Pueblo, de donde sacó un camión de armas
y explosivos”.
Tras la revolución de Asturias, vino el movimiento de Barcelona, y, por Andujar,
andaban los vientos muy revueltos, porque
el propio diputado cedista José Moreno Torre junto con varios miembros de la coalición tuvo que proteger el
Casino de la Ciudad
ante la actitud provocadora de un grupo que, posteriormente, se apoderó de la
ciudad Marmolejo durante varias horas. De ahí que el cronista gráfico redondeara su parrafada
con el siguiente comentario:
Este grupo se retiró a dormir a
las diez de la mañana, cuando la Guardia Civil había apresado a los cabecillas más
significados del pueblo y seguía de cerca, por el monte, a los que dirigieron
el asedio a Marmolejo--situado a diez Kilómetros-donde los salvajes fueron
dueños del pueblo durante varias horas. Esta provincia, con sus focos mineros
hubiese vivido trágicos días de no estar el gobernador civil muy alerta a las
más leves palpitaciones. Por ello, nos parece muy justificado el segundo
homenaje que quieren rendir su gobernador al señor Fernández Matos.
Este gobernador ya no aguantó
otro envite más.(Y, eso que en palabras
del cronista anterior. “Bello pueblo,
cuna de Martínez Montañés, el inmortal
escultor, en el cual encontramos
confortador espíritu religioso, y la hidalga traza de un español
representativo”). Pues, en la
provincia había hecho dimitir a un gran número de alcaldes y concejales
socialistas en los meses anteriores. Ahora, le tocaba el turno a los
socialistas alcalaínos, a Batmala y a sus compañeros republicanos
izquierdistas. Lo hizo el día veinticuatro de octubre enviando la carta de cese
por correo urgente al alcalde Calvo. El día 26 ya estaba en manos de la
autoridad municipal y, el día veinte y siete de octubre, se reunió el
Pleno del Ayuntamiento bajo la
presidencia del alcalde accidental Esteban Gutiérrez Romero para celebrar la
sesión con este sólo punto: la suspensión de los concejales mencionados por parte del Gobernador Civil. Lo había
escrito en estos términos:
“ Vista la actuación de los
concejales de ese Ayuntamiento, don Salvador frías Pino, don Dionisio Carrillo
Aguilera, don José Vela León, don José Murcia Ruiz, don Pablo Batmala Laloya,
don Francisco Hinojosa López, don Víctor Hinojosa López, don Antonio Oria Alba,
y don Baldomero Sánchez Cañete Córdoba, contraria al régimen y peligrosa para
el orden público haciendo uso de las facultades extraordinarias que me han sido
concedidas y las que me confiere el artículo 189 de la Ley Municipal , he
acordado la suspensión de los
mismos en sus cargos de concejales. Lo
que comunico para su conocimiento de los interesados y demás efectos con
inclusión de los nombramientos de los concejales interinos para las vacantes
que se producen con motivo de estas
suspensiones”[2].
Inmediatamente, su lugar lo
ocuparon los agrarios, miembros de la
CEDA , y antiguos
monárquicos reconvertidos en acomodaticios republicanos. Manuel Cevallos López,
padre del funcionario nombrado en la
Oficina de Colocación Obrera, otro familiar Francisco
Cevallos Torres, Miguel de la
Casa Romano. Francisco Sánchez Cañete Santa Olalla, Francisco
Torres Pulido, Sebastián Pinto Aguado, Juan García Izquierdo, Salvador
Fernández Anchuela y Pedro Utrilla Sánchez Cañete. No hubo más cambios que el traspaso
de las tenencias de alcaldía en el agrario Sierra y en el monárquico Aguayo conservando la primera
tenencia de alcaldía Esteban Gutiérrez, y el de los síndicos que ahora lo fueron Bernardo Cortés y Miguel de la Casa.
Cambiaron, sin embargo, muchos
alcaldes pedáneos y cesaron a algunos funcionarios del anterior equipo de
gobierno, entre ellos a varios guardias municipales[3].
A partir de estas destituciones,
el Centro Radical fue el sitio donde se
entretejía la política local y algo más
que la política. Allí solían acudir Esteban Gutiérrez, Miguel de la Casa , Cristóbal Sánchez
González, cuñado de Esteban Gutiérrez,
Antonio Calvo, el presidente de la Academia Enrique Conesa y Francisco
Campos Hernández, entre otros. Allí, lo mismo se trataba de preparar los relevos políticos en la
corporación municipal como de la búsqueda
de cualquier medida de favoritismo entre
su clientela. s[4]. Hubo casos de usar los
fondos del Pósito en interés de personas relacionadas con estos partidos y esto
en medio de una red, en la que todo era
una madeja donde nadie sabía deshilar el
cabo del ovillo.
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