Documento
de la declaración de la cofradía de la Limpia Concepción con
motivo de la unificación de cofradías y hospitales.
310 mm. X 230 mm.
Alcalá
la Real, 1567.
Archivo
Municipal de Alcalá la Real.
Caja
72. Pieza 10
Este
legajo que contiene la unificación de hermandades y cofradías
de 1567 comprende una serie de documentos relacionados con la
respuesta de las cofradías, hermandades y hospitales de la ciudad
de Alcalá la Real con motivo de este intento de unificación
propuesto por el rey Felipe II. Se encuentran los siguientes
documentos. Cédula Real de 31 de diciembre de 1567, convocatoria del
corregidor de la ciudad y declaraciones de los hermanos mayores o
priostes de las cofradías de Santa Ana, Caridad, Monserrate, San
Antón, Veracruz, Antigua, Virgen de la Cabeza, y de los mayordomos
de los hospitales del Dulce Nombre de Jesús, Monteses y de la Santa
Veracruz junto con la propuesta de unificación del abad Diego de
Ávila. Todos ellos se encuentran sin foliar. Gracias a estas
declaraciones, hemos obtenido los primera datos históricos,
organización, fondos y vida de todas las cofradías y hermandades
de Alcalá la Real.
La declaración acerca de la cofradía de la Limpia Concepción es
muy interesante, y la fecha de este testimonio tuvo lugar el veinte
de marzo de 1568.
Por las palabras de su prioste o hermano mayor Cristóbal de la
Vega, dicha cofradía se remontaba a 1523. Así lo manifestaba ante
el corregidor Gome de Mesía “ Declaro podría haber poco más o
menos cuarenta y cinco años que, a pedimento de muchos vecinos de
esta ciudad e con licencia e provisión del prelado de esta ciudad,
se ordenó de nuevo e fundó cofradía, e hicieron constituciones en
ella para la orden de su servicio, y se nombraron prioste e mayordomo
e otros hermanos mayores, e por esta orden se ha servido hasta
ahora”. Esta hermandad dio nombre a la capilla y a la única
hermandad que, hasta aquel año de la fundación, existía en la
iglesia de San Juan. Curiosamente pertenecía un grupo de cofrades
de ambos sexos que se distinguía por la cuota anual: dos reales por
el hombre y uno por la mujer. Esta era su principal fuente, pues no
tenían rentas de cortijos o tierras, tan sólo las limosnas de los
días del domingo y la ofrenda y demanda de las fiestas de la
Iglesia, junto con as cuotas de entradas y la obvención de los
enterramientos.
Para la datación histórica, se manifiesta que la iglesia de San
Juan se había comenzado a reconstruir de nuevo y que la cofradía
había gastado 80.000 maravedíes hasta 1568. Los enseres más
importantes era una cruz de plata, una capa pontifical y el arca de
la hermandad. Los hermanos se obligaban a mantener la limpieza de
la iglesia, la cera de la capilla y todos los gastos de ministriles y
estipendios de las fiestas anuales de Jueves, Viernes Santo y Corpus
Christi, así como la de la Limpia Concepción que se celebraba en la
Iglesia Mayor. Gracias a sus aportaciones, la iglesia de San Juan
conservó una bella capilla renacentista, obra de Ginés Martínez
de Aranda y Miguel de Bolívar. La cofradía aparece unida con
frecuencia a la de San Juan confundiéndose en sus fines y
constituciones y en el mantenimiento del culto y fábrica de la
Iglesia.
Ya, por este tiempo, había obtenido bulas papales reconociendo
indulgencias para sus devotos con motivo de la celebración de sus
actos litúrgicos.
En 1584, la cofradía reedificó la capilla de la Limpia Concepción,
cuya cartela de la dovela central recoge con todas sus letras esta
advocación de María .
Pronto,
en 1612, se fusionó con la Hermandad de San Juan Bautista que
conservó todos los cultos y estructura hasta el siglo XIX, y cuyas
constituciones se exponen en el museo de la iglesia de San Juan.
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