Con el
gobierno de Calvo, Batmala mantuvo, en los primeros momentos, su espíritu de generosidad siempre que las circunstancias de la crisis
obrera se presentaban, y, así, a finales
de abril entregó cinco mil pesetas para la inversión del camino vecinal de
Grageras; el ayuntamiento alcalaíno se comprometía a pagarle el anticipo tan
pronto como se cobrara el impuesto del reparto de utilidades[1]. Lo
más frecuente era que no acudiera a las sesiones, y sus adeptos plantearan la
posición política ante los asuntos tratados. Este absentismo en la vida local,
motivado por las ausencias reiteradas a
la asistencia a las sesiones plenarias y
estar más centrado en la labor de la Diputación , no era óbice para que se le encargara realizar la mayoría de las gestiones
administrativas, en asuntos de interés
municipal como la concesión de libramientos[2].
Los
socialistas concentraron su lucha política en la celebración de la fiesta del Uno de Mayo como test para
comprobar la capacidad de encaje de la derecha. Ya no disfrutaron de la libertad de los años anteriores, porque tuvieron que dar más pasos burocráticos para llevar a cabo la concentración, informar
al alcalde acerca de los pormenores del
acto y recibir la correspondiente autorización del Gobierno Civil. Pero, al
final, las sociedades obreras y los
sindicatos celebraron con toda pomposidad dicha efemérides y las manifestaciones se hicieron con intervención de la Banda Municipal de
Música demostrando la normalidad que reinaba en la sociedad alcalaína en medio
de la conflictividad propia de una sociedad
mal estructurada en lo económico.
Sin embargo,
desde este uno de mayo, Frías radicalizó
mucho más su postura. Seguía la línea ideológica de su órgano de opinión “Democracia”, en la que , para los socialistas, los republicanos actuales ofrecían
este retrato político: “ De nada sirve que el Ayuntamiento monárquico haya
sido reemplazado por otro republicano, si los componentes del nuevo son republicanos históricos de
aquellos contemplativos que tienen sus mejores relaciones en el campo adverso y
que en estos momentos que por lo visto hemos
dado en llamar revolucionarios debieran ser figurativas, o son disfrazados con
etiqueta de uno de tantos partidos en que se hallan divididos lo que, por su
nombre político, debieran ser los primeros defensores de la República. Son
todos unos-generalmente individuos de
capital, emparentados con el resto de la gente rica de cada pueblo-. Y no
tienen el menor interés en cambiar el anterior estado de cosas. Sólo les guía
el afán de ocupar puestos de relieve, mientras los otros de buena posición
esperan el momento de sustituirlos(...).y por si fuera poco, habrá un
gobernador civil como alguno ha
denunciado recientemente en los periódicos, que se dedica a organizar en su
partido a todos los caciques de la
provincia y siendo más papista que el papa parecerá un enviado del régimen fenecido para
atacar solapadamente a la República y sacrificar
obreros, más que un representante del
nuevo Estado que quisimos crear el 14 de abril(...)y para mayor INRI, a
nosotros los socialistas se nos está pagando por ciertos sectores republicanos
con una deslealtad con la asistencia puntual que viene prestando nuestro Partido desde que se formó el comité
revolucionario.... ”[3].
Por parte del exalcalde Frías, no era rara la
salida de los plenos con motivo de cualquier punto que creyera que estaba tildado de
enchufismo, amoralidad o falta de justicia municipal. La primera vez
fue con motivo del sobresueldo que la corporación otorgó al guardia Ruiz
Aizpurúa en el mes de junio.
De seguro que
pesaron en esta nueva postura de los socialistas las circunstancias
huelguísticas de la provincia en las que Alcalá no llegó a tomar parte por
completo. Pues dio lugar a que algunos
obreros fueran encarcelados en Jaén con motivo de estos movimientos en Villanueva del Arzobispo, Higuera de Calatrava, Beas de Segura y
Jimena, a los que la corporación
alcalaína entregó un donativo de 106 pesetas a instancias de Frías.
Diferente era
el panorama provincial descrito por los republicanos de derechas, que se
reflejaba en el periódico de La
Mañana, donde reflexionaba de la siguiente manera por
estos días, aludiendo al clima conflictivo:
“ No nos
equivocábamos el otro día en una
editorial titulada’ Síntomas intranquilizadores, dejábamos mostrar dudas sobre
la forma en que había de hacerse la recolección de reales que parecía
iniciarse, por los síntomas de anarquía y violencia que indicaban la situación
social de Higuera de Calatrava y Jimena, bajo el mismo signo de inseguridad y
cleptomanía epidémica de anteriores recolecciones”...En el día de ayer recibimos
dos despachos telegráficos, que publicamos en este mismo número, en los que se
confirma el estado de anarquía social y la indefensión de los agricultores ante
la acción de demagógica y delictiva del extremismo desencadenado e irresponsable.
Uno de ellos está expedido desde Villanueva del Arzobispo , lo firma el
Presidente de la Sociedad
de Labradores de aquel pueblo y en él se nos da cuenta de que grupos numerosos
de obreros invaden los sembrados, impidiendo a los segadores que realicen su
trabajo y llevándose los frutos que los mismos tienen. El segundo lo autoriza
el Centro Republicano de Beas de Segura y viene a denunciarnos cosa análoga a
lo que ocurre en Villanueva del Arzobispo: atropellos y robos continuos en los
sembrado de pequeños labradores, daños en el arbolado, sin sanción de las
autoridades locales ¿Qué medidas se tomarán, para atajar esto por el
Excelentísimo Sr. Gobernador Civil Campos Torrregrosa?¿Acaso hasta su autoridad
no han llegado estos síntomas de descomposición social?...Conocemos lo que pasa
en otros muchos pueblos sumergidos en idénticos, y hasta se nos ha llegado a
informar, por conducto autorizado, de
que en algún pueblo se han llevado lo recolectado en la misma era de la
cortijada, después de amenazar a dueños y cortijos con palos y escopetas, sin qe
posteriormente se haya detenido –y no lo sabemos si se han comenzado las
pesquisas-a ninguno de los forajidos asaltantes”[4] .
No fue el mimo
cariz de los acontecimientos en la comarca alcalaína, tan sólo hubo una intervención del juez de Alcalá
que se trasladó a Martos y Alcaudete para resolver algunos asuntos en el
automóvil contratado de José Corrales Ruiz Conde. Pues estas huelgas tuvieron
tan sólo cierta trascendencia en las aldeas de la Rábita , Charilla, Mures y
Riveras, a las que el Ministerio de Agricultura pidió datos estadísticos sobre
la influencia de los acontecimientos, y en donde tuvo que intervenir la guardia
civil para reprimir a los obreros[5].
Pero, aún así, el comportamiento de los gobernantes alcalaínos no era el mismo de la patronal, o, la menos
trataban de disimularlo, pues el mismísimo Gutiérrez adelantó por el mes de
julio el jornal de tres días para los albañiles que trabajaban en la calle San
Ignacio[6].
Además, el camino vecinal de Ermita Nueva, y el de Mures, relacionados con la
actual N.432 paliaron el paro obrero de aquellas zonas. Incluso, la S. O .Unión y Defensa de Alcalá medió
bastante con los patronos para que no se
llegara al alto grado de conflicto de otros puntos de la provincia y de
las aldeas[7].
[1] AMAR. Acta del 28 de abril
de 1933. Libranza.
[2] AMAR. Acta del 19 de julio
de 1933.
[3] DEMOCRACIA .Opiniones. 31
de mayo de 1933..
[4] LA MAÑANA 31 de mayo de 1933.
[5] AMAR. Libro. Registro de
12 de junio de 1933. También se remitieron al Juzgado de Instrucción de Alcalá la Real informes de obreros de
Charilla, Caserías y Mures
[6] AMAR. Acta De 19 de julio
de 1933.
[7] AMAR
.Libro de registro de 17 de junio de
1933 Comunicación del alcalde al Ministerio de las gestiones y patrones y la S.O :
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