Sin embargo, con motivo de los
preparativos de la
Revolución de Octubre, el comité revolucionario de la
provincia de Jaén no gozó ningún impacto significativo en Alcalá, como
aconteció en el centro y norte de la provincia de Jaén. Pues, no debió existir
muy buena comunicación entre el comité local y el provincial, y, además, las
medidas represivas comentadas anteriormente calaron en el miedo de los
afiliados socialistas al mismo tiempo que las autoridades locales controlaron
todo tipo de sus movimientos. Tan sólo los vecinos de Alcalá pudieron comprobar
que, en la capital granadina, se
habían clausurado la sede de Izquierda
Republicana y la Casa
del Pueblo; además se detuvieron los máximos dirigentes de izquierdas y
organizaciones obreras. Algo parecido aconteció con algunos diputados de Jaén:
entre ellos, el ingeniero y diputado
Juan Lozano Ruiz fue descubierto con un arsenal de armas en su domicilio de
Madrid y fue sometido a un suplicatorio. En Granada, se hicieron también registros domiciliarios y se
incautaron armas
Si este era el ambiente entre
los socialistas, entre los republicanos era mucho más lamentable,
porque se culminó la división del partido Radical a finales de septiembre de 1934. Muy pocos
quedaron fieles a Lerroux en la comarca según se observa en una comunicación posterior, por la
que se hizo una restructuración local en
la que se nombraba Presidente del Partido Republicano Democrático y de los
Casinos Republicanos a Esteban Gutiérrez[1].
Tan sólo, se mantuvo fiel con Lerroux en
toda la comarca el republicano frailero Manuel Álvarez, que nos describe la
situación comarcal en estos términos a mediados de junio, con motivo de la
puesta en marcha del camino de Valdepeñas-Frailes:
“Como ha observado el ingeniero
que entre V.E .(Alejandro Lerroux) y los socialistas media cierta diferencia política, aprovecha esta
diferencia para decir que el Juez Municipal me inspira en mis funciones de
Alcalde que es socialista, porque esta
especie debe molestar a V.E. ante la postura que se me atribuye: Es mucha la malicia que lleva
esta indicación del Ingeniero, pero estoy yo aquí para demostrar que el Juez
Municipal de Frailes es la representación del señor Alcalá Zamora., como
progresista, hoy sin actividad política, por cuya causa lleva el Juzgado donde huelga toda pasión que
se aparte de la acción judicial. El Ingeniero y sus familiares vienen
usufructuando la política dominante del Castillo de Locubín, hace más de un
siglo y no quieren que su dominio se pueda extinguir. Camino llevan de
conseguirlo, no sé si ello se podrá consolidar, los tiempos no están para eso.
Por lo menos, en Castillo de Locubín, no queda más rastro del advenimiento de
la segunda república, que el expediente de responsabilidad que sigue,
seguramente por obra de quien sea Álvarez del Castillo, contra los concejales
elegidos por el pueblo republicano. Ha
salido el Ayuntamiento popular, el que nació en las urnas electorales,
para que pase a su lugar una Comisión gestora de los caídos del 14 de abril de
1931: el mundo al revés. Hasta los pobres empleados han salido de sus destinos,
porque en Castillo de Locubín lo único aprovechable pertenece a los Álvarez del
Ingeniero. Si por todas partes se anduviera tan de prisa para destrozar la República , como en
Castillo de Locubín, ya tendría un color de menos la bandera nacional y una
corona de espinas la hidalga nación española”[2].
NUEVOS
PARTIDOS
En Alcalá, pocas personas se mantuvieron fieles
en las filas de los partidos tradicionalmente republicanos. Pues de los
partidarios de Azaña en el partido de la Izquierda Republicana ,
por noticias posteriores, tan sólo podemos citar la composición del comité de
Alcalá la Real ,
cuyo presidente lo era Antonio Azpitarte Villarreal, y como cargo honorario, Pablo Batmala Laloya, y el
resto de sus miembros eran el comerciante
Francisco Hinojosa López, su hijo Francisco Hinojosa Hidalgo, Domingo
Vela Freijóo, el industrial Gregorio Ceballos León y Antonio Rufián. Curiosamente,
en la localidad de Castillo de Locubín, este partido predominó entre los
republicanos. Mayor número de partidarios tuvo en Alcalá Unión Republicana, el partido de Diego
Martínez Barrio, con el maestro
Francisco Hortal Quiñones, como presidente del mismo, Gregorio Barrio Sánchez
vicepresidente, y como vocales el comerciante Víctor Hinojosa López, Juan
Bermúdez, José Marañón Serrano, Antonio Bolívar García, Mateo Moya Rueda,
Santiago Martos Montenegro y Antonio Oria Alba.
El panorama en las aldeas era
más variopinto. Mientras en numerosos núcleos rurales, los azañistas[3]
mantenían un grupo importante dentro de Izquierda Republicana; en la mayoría de las aldeas predominaban los
socialistas y ugetistas a través de su participación en las Casas del Pueblo,
Centros Obrero y Sociedades Obreras, Entre los republicanos destacaban la aldea
de la Ribera Alta
con una mujer al frente del Centro Inocencia Castro Huelte y el comité de las
Caserías, donde estaban el vocal
Francisco Nieto Funes y José Jiménez.
Por la singularidad de Santa Ana, el protagonismo lo tenían los socialistas,
pero existía un grupo importante de Izquierda Republicana, muy ligado con
Alcalá. Su presidente era Antonio Campos Lacalle, el tesorero Antonio Guardia
Nieto, el secretario Sixto Sánchez Moya y como vocales, Francisco Barrio
Sánchez y Antonio Sánhez Civantos.
Los lerrouxistas alcalaínos,
junto con los seguidores de Alcalá Zamora, la Derecha Liberal
Republicana, se integraron, en su
mayoría, en el Bloque Agrario o en la CEDA - más tarde, en el
Movimiento Nacional- ;y otros pocos, los más puristas, se afiliaron al partido
Unión Republicana de Martínez Barrio que
se fundó a finales de septiembre. Entre estos últimos, se encontraba Batmala que siguió la táctica política de
Martínez Barrio en su acercamiento político con los socialistas. Compartía los
análisis del Congreso de fundación
celebrado el 30 de septiembre de 1934 en Sevilla, en el que se analizaba la situación de los
anteriores “El espíritu de los españoles que no se dejan dominar por la minoría que
quiere subyugarlos, la ley que se dio España en
1931, cambiable solamente por un acto de voluntad política, igualmente
libre. Lamentablemente, los intentos de subversión y burla de la legalidad
procedían de importantes sectores de la vida ciudadana, entre ellos y para
desgracia del régimen, los más acomodados y de orden”[4]
Como
un órgano más lúdico que político se mantenían la Casa del Pueblo y el Casino
Republicano Radical, que eran las únicas instituciones políticas que pagaban
los impuestos de sociedades junto con Electra Nueva Orujera y la , fábrica d
Aguayo.
[1] 11 de enero de 1935.
[2] ARFRAMAR. Carta 24 de
junio de 1934, dirigida por Manuel Álvarez a
Alejandro Lerroux García. Antes, había recibido una carta, en la que
Lerroux anunciaba que se incluía dicha obra en la red de caminos (19.3.1934
[3] Otros miembros del comité
eran el secretario Pedro López de la
Fuente , el tesorero Francisco Arenas López y los vocales
Gregorio López Álvarez y Francisco López Castro. Y Serrano Estero, tesorero.
[4] MARTINEZ BARRIO, DIEGO: Memorias.
Editorial Planeta. 1983. pág. 249.
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