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miércoles, 28 de diciembre de 2016

LA REVOLUCIÓN DE OCTUBRE Y BATMALA

           






Sin embargo, con motivo de los preparativos de la Revolución de Octubre, el comité revolucionario de la provincia de Jaén no gozó ningún impacto significativo en Alcalá, como aconteció en el centro y norte de la provincia de Jaén. Pues, no debió existir muy buena comunicación entre el comité local y el provincial, y, además, las medidas represivas comentadas anteriormente calaron en el miedo de los afiliados socialistas al mismo tiempo que las autoridades locales controlaron todo tipo de sus movimientos. Tan sólo los vecinos de Alcalá pudieron comprobar que,  en la capital granadina, se habían  clausurado la sede de Izquierda Republicana y la Casa del Pueblo; además se detuvieron los máximos dirigentes de izquierdas y organizaciones obreras. Algo parecido aconteció con algunos diputados de Jaén: entre ellos,  el ingeniero y diputado Juan Lozano Ruiz fue descubierto con un arsenal de armas en su domicilio de Madrid y fue sometido a un suplicatorio. En Granada, se hicieron  también registros domiciliarios y se incautaron armas

Si este era el ambiente entre los socialistas, entre los republicanos era mucho más  lamentable,  porque se culminó la división del partido Radical   a finales de septiembre de 1934. Muy pocos quedaron fieles a Lerroux en la comarca según se  observa en una comunicación posterior, por la que se hizo  una restructuración local en la que se nombraba Presidente del Partido Republicano Democrático y de los Casinos Republicanos a Esteban Gutiérrez[1]. Tan sólo, se mantuvo fiel con Lerroux  en toda la comarca el republicano frailero Manuel Álvarez, que nos describe la situación comarcal en estos términos a mediados de junio, con motivo de la puesta en marcha del camino de Valdepeñas-Frailes:
“Como ha observado el ingeniero que entre V.E .(Alejandro Lerroux) y los socialistas media  cierta diferencia política, aprovecha esta diferencia para decir que el Juez Municipal me inspira en mis funciones de Alcalde  que es socialista, porque esta especie debe molestar a V.E. ante la postura que  se me atribuye: Es mucha la malicia que lleva esta indicación del Ingeniero, pero estoy yo aquí para demostrar que el Juez Municipal de Frailes es la representación del señor Alcalá Zamora., como progresista, hoy sin actividad política, por cuya causa  lleva el Juzgado donde huelga toda pasión que se aparte de la acción judicial. El Ingeniero y sus familiares vienen usufructuando la política dominante del Castillo de Locubín, hace más de un siglo y no quieren que su dominio se pueda extinguir. Camino llevan de conseguirlo, no sé si ello se podrá consolidar, los tiempos no están para eso. Por lo menos, en Castillo de Locubín, no queda más rastro del advenimiento de la segunda república, que el expediente de responsabilidad que sigue, seguramente por obra de quien sea Álvarez del Castillo, contra los concejales elegidos por el pueblo republicano. Ha  salido el Ayuntamiento popular, el que nació en las urnas electorales, para que pase a su lugar una Comisión gestora de los caídos del 14 de abril de 1931: el mundo al revés. Hasta los pobres empleados han salido de sus destinos, porque en Castillo de Locubín lo único aprovechable pertenece a los Álvarez del Ingeniero. Si por todas partes se anduviera tan de prisa para destrozar la República, como en Castillo de Locubín, ya tendría un color de menos la bandera nacional y una corona de espinas la hidalga nación española[2].

                       NUEVOS PARTIDOS

 En Alcalá, pocas personas se mantuvieron fieles en las filas de los partidos tradicionalmente republicanos. Pues de los partidarios de Azaña en el partido de la Izquierda Republicana, por noticias posteriores, tan sólo podemos citar la composición del comité de Alcalá la Real, cuyo presidente lo era Antonio Azpitarte Villarreal, y como  cargo honorario, Pablo Batmala Laloya, y el resto de sus miembros eran el comerciante  Francisco Hinojosa López, su hijo Francisco Hinojosa Hidalgo, Domingo Vela Freijóo, el industrial Gregorio Ceballos León y Antonio Rufián. Curiosamente, en la localidad de Castillo de Locubín, este partido predominó entre los republicanos. Mayor número de partidarios tuvo en Alcalá  Unión Republicana, el partido de Diego Martínez Barrio, con el  maestro Francisco Hortal Quiñones, como presidente del mismo, Gregorio Barrio Sánchez vicepresidente, y como vocales el comerciante Víctor Hinojosa López, Juan Bermúdez, José Marañón Serrano, Antonio Bolívar García, Mateo Moya Rueda, Santiago Martos Montenegro y Antonio Oria Alba.
El panorama en las aldeas era más variopinto. Mientras en numerosos núcleos rurales,  los azañistas[3] mantenían un grupo importante dentro de Izquierda Republicana; en  la mayoría de las aldeas predominaban los socialistas y ugetistas a través de su participación en las Casas del Pueblo, Centros Obrero y Sociedades Obreras, Entre los republicanos destacaban la aldea de la Ribera Alta con una mujer al frente del Centro Inocencia Castro Huelte y el comité de las Caserías, donde  estaban el vocal Francisco Nieto Funes  y José Jiménez. Por la singularidad de Santa Ana, el protagonismo lo tenían los socialistas, pero existía un grupo importante de Izquierda Republicana, muy ligado con Alcalá. Su presidente era Antonio Campos Lacalle, el tesorero Antonio Guardia Nieto, el secretario Sixto Sánchez Moya y como vocales, Francisco Barrio Sánchez y Antonio Sánhez Civantos.
Los lerrouxistas alcalaínos, junto con los seguidores de Alcalá Zamora, la Derecha Liberal Republicana,  se integraron, en su mayoría,  en el Bloque Agrario o en la CEDA - más tarde, en el Movimiento Nacional- ;y otros pocos, los más puristas, se afiliaron al partido Unión Republicana de  Martínez Barrio que se fundó a finales de septiembre. Entre estos últimos, se encontraba  Batmala que siguió la táctica política de Martínez Barrio en su acercamiento político con los socialistas. Compartía los análisis del Congreso de fundación  celebrado el 30 de septiembre de 1934 en Sevilla, en el que  se analizaba la situación de los anteriores  “El espíritu de los españoles que no se dejan dominar por la minoría que quiere subyugarlos, la ley que se dio España en  1931, cambiable solamente por un acto de voluntad política, igualmente libre. Lamentablemente, los intentos de subversión y burla de la legalidad procedían de importantes sectores de la vida ciudadana, entre ellos y para desgracia del régimen, los más acomodados y de orden”[4] 
Como un órgano más lúdico que político se mantenían la Casa del Pueblo y el Casino Republicano Radical, que eran las únicas instituciones políticas que pagaban los impuestos de sociedades junto con Electra Nueva Orujera y la , fábrica d Aguayo.



[1] 11 de enero de 1935.
[2] ARFRAMAR. Carta 24 de junio de 1934, dirigida por Manuel Álvarez a  Alejandro Lerroux García. Antes, había recibido una carta, en la que Lerroux anunciaba que se incluía dicha obra en la red de caminos (19.3.1934
[3] Otros miembros del comité eran el secretario Pedro López de la Fuente, el tesorero Francisco Arenas López y los vocales Gregorio López Álvarez y Francisco López Castro. Y  Serrano Estero, tesorero.
[4] MARTINEZ BARRIO, DIEGO: Memorias. Editorial Planeta. 1983. pág. 249.

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