Pero la
solución del paro no llegó a ninguna aldea que, por este tiempo, cerraba el
entramado de organizaciones obreras[1]. Una
de las primeras que inició el conflicto fue la aldea de Charilla, donde el
veinticuatro de marzo, porque tuvo que acudir la comisión de Paro para arreglar el
conflicto. Peor todavía, continuaron estos en otras aldeas: en La
Rábita. la Sociedad Obrera denunció algunas situaciones que rozaban el borde de la
legalidad a la hora de pagar al tope hasta tal punto que la situación conflictiva llegó a prolongarse hasta el 26 de noviembre
cuando se aprobaron dos actas de conciliación y se zanjó el pleito con la intervención de la Guardia Civil ; en la
Rivera Baja[2], para paliar la huelga
convocada, la comisión municipal de Policía Rural tuvo que acudir por el mes de
abril obligada por el gobernador civil
ante las denuncias de los obreros;
incluso, se obligó a pagar las multas por apremio ante la orden del Jurado Mixto de
Martos y ocasionada por el incumplimiento de bases, aún más, el juez de Instrucción obligó
a que se cumpliera los turnos a la hora de contratación.
Un nuevo
ángulo se derivó del conflicto sociolaboral, porque los ataques ya no se
dirigían contra los patronos, sino con los alcaldes pedáneos de algunas aldeas,
que cometían todo tipo de tropelías en la selección arbitraria de los
obreros, como aconteció en el mes de
abril en las Grageras y La Rábita donde los patronos sacaron
menos obreros que los fijados por los acuerdos. Un mes después, en Santa Ana, donde los patronos llegaron reclamar la presencia de la Guardia Civil , pues
ni el alcalde pedáneo podía poner orden en la aldea enfrentado a los
socialistas ni los patronos se sometían
a las bases establecidas. Esta no fue la única queja de este mes, sino que la S. O. La Espiga Floreciente
o las aldeas de la Rábita , Grageras, Charilla, Ribera Alta y Ribera Baja acudieron al Gobernador Civil
para denunciar la misma situación en el incumplimiento de las bases de trabajo[3]. Y curiosamente, en medio de este clima
conflictivo, todavía los obreros continuaban a acercándose a Frías como valedor
ante la corporación para que presentara demandas de trabajo en el laboreo
forzoso. Así se lo sugería al alcalde en
mayo de 1933, planteándole denuncias y protestas porque se sacaban de la Bolsa de Trabajo a gente con
yuntas en detrimento de los más menesterosos.[4]. De su prestigio y autoridad se deducía que el
propio alcalde lo recibía junto con el presidente de la Casa del Pueblo Francisco
García Robles.
Además, los obreros industriales comenzaron a sensibilizarse de sus
derechos laborales y comenzaron a presentar demandas a los patronos de las
fábricas textiles y agropecuarias[5]. Así,
el gobernador Civil obligó a la fábrica de harinas La Trinidad a cumplir jornada laboral; en el ramo del textil,
la fábrica “Santa Casilda” de
Francisco Serrano recibió algunas denuncias por las representantes de las mujeres tejedoras (Esta fábrica de tejidos estaba especializada en driles, satenes, vichí y todo
lo concerniente a tejidos de algodón.), También Francisco Serrano recibió
denuncias en la fábrica de aceite de Fuente Álamo). Otros patronos denunciados
fueron algunos almacenistas y fábrica de aceite
de Alcalá.
[1] Eligieron nuevas juntas la de Los Productores
de la Ribera baja (Presidente
Matías Palomino Baltanás, José garcía Jiménez, Domingo Sánchez Blanco, Aquilino
Moral González Domingo López, Amaro Román Francisco Esteo Anguita). El siete de
marzo S.O. Los humildes del Trabajo de Charilla, Antonio Cano Díaz, Julián
Pérez Ibáñez, Miguel Díaz Cano, Ezequiel Pérez García, Serapio Barrio Álvarez,
Antonio González García, José Frías Cano, Antonio Cano Díaz; la S.O. Unión y defensa de
Alcalá la Real
con Antonio López Expósito como presidente, Esteban Aragón Gómez, Juan
Fernández Álvarez, José Cano Sánchez, José López Expósito, Manuel Serrano López
Bernardo Alba y José Palacio Francisco
Garrido Cano, José López Esteo, Antonio González
[2] AMAR. El día 26 de mayo se
presentó el reglamento de la
S.O. Los productores de la Ribera Baja. Se
mantenía el Faro de la Verdad
de la Rábita.
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