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martes, 1 de noviembre de 2016

EL BIENIO LIBERAL PROGRESISTA Y GOLPE DE VICÁLVARO EN ALCALÁ LA REAL



O´Donnell, Dulce, Ros de Olano y Messina se hicieron fuertes en Vicálvaro, y el cuatro de julio lanzaron un manifiesto que tuvo escaso eco, cuyos puntos más importantes se basaban en corregir la moralidad pública, el cese de los impuestos arbitrarios, la desaparición de las camarillas palaciegas y la creación de Juntas de Gobierno en toda España. Días después, se le unieron Cánovas del Castillo y Fernández de los Ríos y todos juntos volvieron a redactar un manifiesto el siete de julio en Manzanares.
Las insurrecciones revolucionarias continuaron en el resto de España y la entrada del general alzado en Madrid no se hizo realidad hasta el manifiesto de Manzanares el seis de julio, redactado por Cánovas, aunque firmado por el general O"Donell. Hasta estos años, no había partidos políticos, pero, a partir de este momento, se dividieron los moderados entre facciones :los progresistas, o constitucionalistas, los moderados de centro con Narváez, y la extrema derecha de Bravo Murillo. Este era el manifiesto: “Nosotros queremos la conservación del trono, pero sin la camarilla que lo deshonre; queremos la práctica rigurosa de las leyes fundamentales, mejorándolas sobre todo la electoral y la de imprenta, queremos la rebaja de impuestos, fundada en una estricta economía queremos que se respeten, en los empleo militares y los merecimientos queremos arrancar los pueblos de la centralización que los devora, dándoles independencia local necesaria ‘para que conserven y aumenten sus intereses propios, y como garantía de todo esto queremos y plantearemos, bajo la sólidas bases, la Milicia Nacional. Tales son nuestros intentos, que expresamos francamente, sin imponernos por eso a la nación,, que fijará las bases definitivas de la regeneración liberal a la que aspiramos.
En Alcalá, existía un Casino, donde los liberales, a cuyo frente estaban el abogado Antonio Sánchez. También asistían con asiduidad otros liberales. el hacendado José Rico, el juez Ventura Antón Sedano, firme partidario de las reformas, Fernando Utrilla, Juan Jiménez Rueda, Baltasar Martínez, Francisco Hinojosa Arenas. Ejercían un gran poder sobre los grandes contribuyentes, que comenzaban a despertar en la ciudad gracias al comercio y a las nuevas puestas en labor de muchas tierras de los bienes desamortizados en tiempos de Mendizábal. Entre ellos, destacaban José Villuendas, que colaboró intensamente con el pronunciamiento, Manuel Alamedas, Fernando Bolívar, y Juan de la Cruz Sánchez Cañete.
En Alcalá el día catorce, se presentaron algunas tropas y el alcalde accidental don Carlos Monasterios, al no haber fondos públicos, pidio ayuda a los asociados que “deseaban cooperar con el ayuntamiento para que se librara al pueblo de un atropello, cuyas consecuencias serían funestas1.
No todos eran favorables al nuevo pronunciamiento. Los empleados de la corporación municipal como maestros o médicos veían peligrar su puestos. Asó el pasante José Garcia Ogayar, hijo del empleado de la Casa Cuna.
El 21 de julio, por la mañana temprano en las tabernas, las trastiendas de algunos comercios y algunas salas de casinos, se habían reunido los miembros de los grupos liberales. Trataban de apoyar el `pronunciamiento que, días antes, se había llevado a cabo en Vicálvaro. Pues tenían noticias de que ya lo habían realizado otros pueblos y capitales de la Península. Dialogaron antes de la once de la mañana con el alcalde y, con ellos, mantuvo una actitud dubitativa. Pero, al final cedió a varias de sus peticiones.
A las diez de la mañana convocó el ayuntamiento. Poco a poco fueron llegando los vecinos afectos al régimen junto con la Junta de Gobierno. A las once, el ayuntamiento ya estaba reunido con el alcalde accidental Carlos Monasterio y Trujillo, funcionario del Estado como fiscal del Juzgado, junto con los mayores contribuyentes ( Juan Cruz Sánchez, Francisco de Asís Romero, José Benavides, Juan de Dios Luna, Clemente Villuendas, Francisco Rodríguez, Juan Benavides, Manuel Bermúdez, Bernardo Sánchez Molina, Juan Sánchez Molina), Estos solían ser citados en convocatorias extraordinarias, casi siempre por motivos de elaboración de medidas económicas y financieras o hacendísticas. Esta vez no fue este el motivo. Varios de los concejales, probablemente los liberales(J osé Rico, Pedro Rodríguez y ) solicitaron a la presidencia que se abrieran las puertas de la Sala del Ayuntamiento y la sesión fuera pública. Así lo hicieron los porteros. Entraron varias personas de corte liberal. Antonio Torres, José Parera Rico, Carlos Bosarte, Antonio Villuendas... el alcalde abrió la sesión y dijo:
-No puede mi autoridad oponerse por no contar con fuerzas físicas mi ánimo tampoco está dispuesto a hacerlo. Por eso, he creído convocarlos para que todos juntos tomemos las medidas convenientes y oportunas.
Inmediatamente, los liberales , por turno manifestaron:
-Nuestra intención está muy clara , las mismas que las del pueblo en general. Porque somos sus representantes.
-Secundaremos el pronunciamiento del seis de julio, el de O´Donell. 
-Nuestra divisa, y fundamento es la Constitución del 1837. con sus modificaciones correspondientes en fechas futuras.
-¡Que cese el ayuntamiento actual y alcalde! Ahora, creemos la Junta de Gobierno, que tome el mando de la ciudad y adopte todas las medidas al respecto .
Todos los asistentes, secundaron las intervenciones de los revolucionarios. Dieron muestras de aceptación y deseos vehementes de que se llevaran a cabo lo más pronto posible y sin impedimento alguno. Ni el orden ni el protocolo se alteraron en la sesión. Los miembros del ayuntamiento, los concejales y alcaldes inmediatamente hicieron dejación de sus cargos y no se opusieron al pronunciamiento.

-No nos oponemos, adoptad las medidas que creáis conveniente, y en bien del pueblo en general, con cordura y sensatez. A ellas no adheriremos como particulares
Los presentes se levantaron de los asientos, y, salieron entre los aplausos de los adictos al pronunciamiento
E, inmediatamente, los mayores contribuyentes y los partidarios de los liberales se sentaron en los escaños vacíos del consistorio. Nombraron como presidente a don Nicolás Bosarte, presidente interino para que presidiera la reunión. Agradeció la atención que le habían encomendado y distinguido.
-Como único punto del día, formemos la Junta de Gobierno.
-Lo aceptamos.
-Propongo como miembros al abogado Antonio Sánchez Cañete, José Benavides y Francisco Asís Romero.
-Por unanimidad.

Inmediatamente, se hicieron varios oficios  firmados por el presidente de la reunión para que se les comunicaran los nombramientos. De inmediato se presentaron los dos últimos, pues el primero se hallaba fuera de la ciudad. Constituyeron la Junta de Gobierno y esperando la llegada de Sánchez Cañete a su regreso de la ciudad.

La junta escribió una carta a al Junta de Gobierno de la provincia de Jaén manifestándole su formación y su toma de posesión y adhiriéndose a todas las medidas que se tomaran en el futuro. No acabó la sesión sin confirmar anteriormente en el cargo de comandante de la plaza , que se hallaba presente en el acto a Manuel Ojeda, por cierto con el título de comandante militar del cantón de Alcalá.
-Señor comandante, lo confirmamos en su destino, pues no inspira suma confianza.
-Lo debe ser, por mis adhesión al pronunciamiento, que acabamos de realizar, y por mis ideas liberales que son las mismas que os han movido a ustedes perpetrarlo.
  • Y acabó la sesión firmando en primer lugar los miembros de la Junta de Gobierno, el comandante Manuel Ojeda, y a continuación los integrantes del ayuntamiento ...

Una horas después, llegaba a la ciudad el licenciado Sánchez Cañete. El portero le comunicó por oficio el nombramiento. E, inmediatamente, a las cuatro de la tarde, se celebró la primera sesión de la Junta de Gobierno. Presentó el abogado su oficio de nombramiento. E, inmediatamente, lo nombraron como presidente y le encargaron que se reponsabilizara de ser portavoz de todas las comunicaciones de la proclama. También, acordaron los miembros del nuevo ayuntamiento, atendiendo a la Ley del 3 de febrero de 1833. Y lo hicieron en la persona de Juan de la Cruz Sánchez Cañete como alcalde constitucional, segundo José Antonio Cabrera, sindico primero Gregorio de la Torre, y segundo José Rico, de regidores dejaron a José Martínez,.Francisco piqueras, Lucas Molina, Antonio Torres, Francisco Villuendas, Rafael Sánchez Molina, Fernando Bolívar y Miguel Bolívar.
Al día siguiente, el día 22 de julio, de nuevo a las once de la mañana, se reunió en la sala capitular la Junta de Gobierno Local. A continuación, el presidente dijo:
“En cumplimiento de lo dispuesto en el acta que esta junta celebró el día anterior, concluido el heroico pronunciamiento que con el mayor entusiasmo hizo esta ciudad proclamando la Constitución del 1837, a la Reina Isabel II y la Milicia Nacional, en el que quedó constituida la Junta de Gobierno; por la general elección con amplias facultades para llevar a efecto el pronunciamiento; y dispuesto por la Junta la instalación de un Ayuntamiento que funcione arreglándose a la Ley de 3 de febrero de 1823, practicado por la Junta el nombramiento de Alcaldes Síndicos y Regidores, S.S. les había invitado por medio de oficio para que se presentasen en este mismo local y a esta hora a tomar posesión de sus cargos, por lo cual se hallaban todos o la mayor parte de los señores en la Antesala. La Junta por medio del competente recado de antelación , les invita a entrar a la Sala,.
Entraron, y, a continuación el presidente de la Junta, de nuevo les dirigió la palabra:
Ciudadanos, La Junta de Gobierno que habéis elegido para regir este pueblo en las críticas circunstancias que habremos de atravesar , hasta poner a salvo y sin lesión la libertades patrias que el pueblo español conquistará vertiendo mayor sangre y cuya voz habéis oído resonar en los campos de Vicálvaro, al aceptar tan difícil pero honroso cargo, la primera adoptó para dar al pronunciamiento toda la legalidad que reclama su santa misión, fue la de nombrar un Ayuntamiento que desde este día y en los asuntos económicos-gubernativos principie a funcionar con arreglo a la Ley de 3 de febrero de 1823 y la Constitución de 1837 que ayer proclamamos con un júbilo que aún resuena en los sitios más recónditos de esta Ciudad. Para desempeñar tales destinos debía la Junta echar mano de sujetos que reuniesen el arraigo y responsabilidad, una opinión decidida a favor de la libertad y unas ideas filantrópicas y afectos al orden público que es la base en que se debe enmarcar todo buen gobierno popular. Así pues y examinados detenidamente vuestros antecedentes, opinión y conducta moral os ha elegido , para que compongáis el cuerpo municipal de cuyo cargo tomareis posesión tan pronto como prestéis el juramento de fidelidad a la justa causa que defendemos. La Junta de Gobierno de quien soy fiel intérprete os invita a ello. Aceptad esta prueba de Confianza. Mostraos dignos hijos de la patria que gime oprimida bajo el yugo del despotismo más ominoso, y la Junta velará sobre la Corporación y sobre el pueblo adoptando las disposiciones que vea convenientes para terminar la grandiosa obra a que con tanto valor nos han invitado los ilustres generales que con su sangre marcaron el memorable día 28 de junio que repetirá la historia en los siglos venideros”.
A continuación, los nuevos concejales, por aclamación, y por la voz de Juan de la Cruz Sánchez dijeron:
-Lo aceptamos gustosos la distinción con que les honraba la Junta y estamos dispuestos cada una en el lugar que se nos designe a cooperar la tan sagrado fin . No la eludiremos salvo que no nos creamos dignos de asumir tan gran honra. Aún más, en nuestros pechos generosos arde el más vivo entusiasmo por la causa de la Libertad.
  • -Vuestra modestia al contestarme es la prueba más segura de la lección que hemos hecho. Contestó el presidente.
Y, así, colocó el portero el libro de los Santos Evangelios, y el Señor Presidente invitó al alcalde electo primero a poner sobre sus páginas la mano derecha. Y le hizo el juramento siguiente:
.-Juráis su fiel pronunciamiento a S.M. ( ue Dios Guarde) a la Reina Isabel II Constitucional, guardar y hacer guardar la Constitución del 1837 y cumplir con probidad y exactitud los deberes que os impone la Ley de tres de Febrero de 1823?
-Si, juro.
  • -Pues si así lo hacéis, Dios os lo premie, y, sino, os lo demande.
  • A continuación el Alcalde recibió del Presidente de la Junta de Gobierno el bastón, signo de autoridad y exigió en los mismos términos y fórmulas el juramento del alcalde segundo don José Cabrera. En una acto conjunto repitió el acto con el resto de regidores y síndico, a lo que contestaron que juraban afirmativamente. Estaba ausente José Rico, al que le reservaron el cargo de síndico segundo hasta su regreso a la ciudad. Posteriormente se reunió el ayuntamiento y sorteó el puesto de los concejales, nombró las comisiones de comestibles., propios, Pósitos. Visitas y ornato público y suministros y alojamientos. También , se despidió al oficial de protección y seguridad pública, José Jiménez. El alcaide de la cárcel, se presentó en el pleno y pidió dinero para socorrer a los presos, viniendo para ello el depositario Venancio Vigas, se pidió que se sacaran los fondos de los morosos de propios. También, se nombró una comisión para informar sobre el Hospital Civil y el estado de los enfermos. Ante su mala situación se convocó a la Junta de Beneficencia. Se dejaron vacantes las depositarías de propios y Pósito para nombrarlas en los días siguientes..

El día veinticuatro, se reunieron todos los miembros de la nueva corporación . Juró el segundo síndico que no se había presentado el día de la toma del cargo.
Pero, no anduvo muy tranquila ciudad, pues a finales de julio, el gobernador civil de Jaén pidió refuerzos al Capitán General para mantener el orden público en Alcalá. Así escribía el gobernador civil de Jaén al alcalde, que para tal asunto reunió un pleno extraordinario

:
He pedido fuerza pública al Capitán General para mantener l orden pública en esta ciudad, orden y tranquilidad lastimosamente alterada en esta ciudad y, entretanto viene, a S.S. solicito facilite a los Nacionales, que inspiren confianza, escopeta o armas de fuego,. A fin de que patrullen y sostengan a todo trance el prestigio a su autoridad y la constitución del orden público, sin perjuicio de que instruya la oportuna sumaria en averiguación del autor y cómplice de esos desórdenes y la ponga en urgencia en poder del juzgado de 1ª Instancia de este Partido que se le aplicaran la pena que merezcan”.
El alcalde el día 27 publicó el bando, formó unas pequeñas patrullas de Milicias Nacionales, se dedicaron a recoger las escopetas en el Ayuntamiento y , con ellas se armaron a aquellos que consideraron con un buen comportamiento civil.. Comenzaron a patrullar al día siguientes y ayudaron al carcelero a coger tres presos , que intentaban fugarse de la prisión. El 31 de julio nombró a los comandantes y oficiales de la Milicia Nacional.
El juez de Primera Instancia estuvo en connivencia con los progresistas, pues era amigo de ellos. 

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