CONSTITUCIONES
DE LA HERMANAD DE NUESTRA SEÑORA DE LOS DESAMPARADOS BAJO LA
ADVOCACIÓN DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN
Libro de
cuentas 1660-
Rector
Tomás Sánchez de Urda
Archivo
Municipal de Alcalá la Real.
Caja 41. Pieza 4.
El
presente legajo recoge el libro de Hacienda del Hospital del Dulce
Nombre de Jesús de Alcalá la Real y, dentro de las cuentas de la
cofradía, se encuentra una sucinta historia de la cofradía que lo
mantuvo desde su origen con el nombre de la Caridad. Una vez
extinguida, el abad renovó la institución y puso a su frente un
rector. Entretanto se puso en marcha este cargo abacial, una
hermandad asumía la administración de las actividades del
hospital con el nombre de Hermanad de Nuestra Señora de los
Desamparados. En 1659, la cofradía estaba prácticamente extinguida
y el licenciado Tomás Sánchez de Urda, rector del hospital, reunió
a varios eclesiásticos y caballeros hidalgos para revitalizar la
vida de la cofradía. Era abad el señor don Francisco de Salgado y
Somoza, a quien le solicitaron una junta para protestar de la
situación. Todos ellos consideraron “ la grande obra de
la caridad, que se haría al prójimo a honra y gloria de la
Santísima Trinidad y de Nuestra Señora la Virgen María en la
erección de una nueva Hermandad para el alivio de los pobres,
curación de los enfermos y consuelo de los
desamparados, como antes la había”. Había desaparecido por
“la trasgresión del tiempo, poca firmeza de los hombres inclinados
más al ocio y vicio que a la virtud y buenas obras, redundando de
ello la cortedad de las limosnas para dicho Hospital, pues se
mantenía con grande escasez”.
Esto, además, daba lugar a que no
se continuaran las obras de la Iglesia y Hospital. El abad
atendió la petición de los vecinos anteriores y aprobó la nueva
hermandad con el título de HERMANDAD DE NUESTRA SEÑORA DE LOS
DESAMPARADOS, el día ocho de septiembre de 1660.
Este año,
se dio, por otra parte, un gran paso para la historia de la
Hermandad. Pues, se concedieron nuevas constituciones o estatutos que
se mantuvieron hasta la desaparición de su hospital1.
Además, posteriormente, puso las bases de la decadencia de la
hermandad a favor de una figura de sus estatutos, la del Rector del
Hospital, lo que hizo que decayera la actividad cofrade y, por
tanto, sus actos se concentraran en las puramente sanitarias y de
hospedaje.
Estas
constituciones de 1660 tuvieron grandes innovaciones. El propio
TÍTULO DE LA HERMANDAD que cambió el de Hermandad e la Caridad por
el de Hermandad y Congregación de Nuestra Señora de los
Desamparados. Los fundamentos se basan en un extenso, pero muy
interesante considerando, por su sentido caritativo, a saber.
“Considerando
las continuas mercedes y divina providencia, conque Dios Nuestro
Señor favorece a sus criaturas, y que es precisa obligación
servirle y solicitar auxilios de su gracia para conseguir la vida
eterna, y lo agradable que es su divina Majestad el fervoroso afecto
de los que atenta y piadosamente ponen los ojos en la necesidad y
miseria de los pobres enfermos, que, por su edad o demasiado
encogimiento y gravedad de enfermedades, perecen de extrema
necesidad y muchas veces sin sacramentos, y cuan de su santo servicio
es asimismo la curación, sustento, crianza de los miserables, alivio
de los presos, consuelo de los afligidos y dar sepultura a los
muertos y el ejercicio de las demás obras de piedad y misericordia,
que se ofrecen, deseosos de acertar el camino de nuestra salvación,
Erigimos y fundamos Hermandad y Congregación para ejercitarnos en
estos y demás actos, que sean del bien del próximo y mayor servicio
de Dios nuestro Señor y para más bien ejecutarlo hacemos las
constituciones siguientes”.
Pues era frecuente que no
coincidiera el nombre de las advocaciones con el de la imagen. Así,
la imagen de la Coronda la hemos encontrado con distintas
advocaciones: primero de Caridad; ahora de Desamparados y, muchas
veces, como de Coronada. Sin embargo el primer artículo establece lo
siguiente, muy acorde con la época de fomentar el dogma de la
Inmaculada.
“Esta hermandad esté debajo de la protección y amparo de la
Purísima y Siempre María Nuestra Señora, Concebida sin mancha de
pecado original que se llame Hermandad de los Desamparados”
A
destacar la fiesta de la Coronada que anteriormente se celebraba por
el mes de septiembre, y ahora se pasa a diciembre, con el siguiente
texto.
“Que
el día de la Purísima Concepción de la siempre Virgen Nuestra
Señora u otro día de la Octava en que pareciere a la Junta, se
celebre fiesta con Vísperas, Misa Cantada, Sermón, y Comunión
general de todos los hermanos con mucho orden, reverencia y devoción
reservando adornos costosos y gastos para emplearlos en las obras de
piedad, que dicha hermandad profesa”.
Y en
cuanto a los fines y objetivos, así lo manifiestan las
constituciones.
“Ha de
tener por instituto curar y recogen los pobres, el sustento y crianza
de los miserables y demás obras y actos de piedad, que se ofrecieren
para remedio de los desamparados, en que, según los casos y
necesidades ocurrieren, se han de interponer los medios posibles más
convenientes para su alivio y consuelo”
1
AMAR Legajo 41, Pieza 6.
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