BATMALA SE HACE AZAÑISTA
Batmala
comenzaba a cuestionar la figura de
Lerroux en sus relaciones con los socialistas y en los puntos de vistas
diferentes con respecto al Estatuto de Cataluña y la Ley de Bases para la Reforma Agraria.
Pues, desde que entraron a las Cortes estos dos proyectos de Ley en mayo,
Lerroux se reunió con Azaña y le dio un ultimátum para que separara a los socialistas del gobierno porque, según su parecer, tenían
secuestrada la Republica
y el Parlamento. Tampoco, a una persona integra como él, le serían de su gusto
las tácticas políticas que su líder nacional empleaba para desbancar a los
socialistas y apoyar situaciones rocambolescas
como las que, posteriormente, la investigación dio a conocer las conversaciones de Lerroux
en el complot con conspiradores contra
la república, dirigido por el
general Sanjurjo.
Pero, como
siempre acontece en la vida municipal,
los acontecimientos cotidianos sobrepasaban con su premura las medidas oficiales que
trataban de paliar los problemas diarios y acuciantes. Incluso, desbordaban las
buenas intenciones de un político que dejaba hasta su hacienda a favor de la
política social En primer lugar, el
camino de Cantera Blanca se había terminado, y Batmala era consciente de la
crisis que acontecía en todos los
pueblos de la comarca. Al instante, ofreció sus recursos en el mes de mayo, lo
que nunca habían hecho otros concejales en años anteriores[1] .
“Como la crisis obrera se ha
de agudizar más en mes de mayo, por no haber labores, estarse terminado el
camino de Cantera Blanca, con el fin de ayudar a la solución del problema, él y
su hermana tiene un crédito de nueve mil pesetas contra el ayuntamiento,
deducidos gastos, que quedan para el registro y demás., ponen el resto a
disposición del ayuntamiento para dar solución a la crisis”.
El alcalde
Frías era consciente de la lealtad de Pablo Batmala. Pero dudaba de los
partidarios del partido Radical. Se encontraba cansado del acoso continuo que recibía de los republicanos radicales.
Pues parecía que, en el ámbito local, se calcaba la misma situación de acoso de
los partidarios de Lerroux al gobierno de la República ,
principalmente a los socialistas. Como siempre, surgió la gota que colmó el vaso.
En esta labor de paliar con medidas de favor la
crisis económica, el socialista Frías debió hacer un favor del cobro del
impuesto de utilidades a un constructor
que en años anteriores había cedido parte de su pago de obras al ayuntamiento,
con el fin de paliar la crisis del gremio de los albañiles. Sería cosa
comentada por el pueblo, y el alcalde se encontró entre la espada y la pared,
entre la burocracia y legalidad
administrativa y la legitimidad de defender una política social. Es el
duro trance en el que se encuentran con frecuencia los alcaldes progresistas. A Batmala se le habían presentado
muchos casos parecidos durante su mandato de alcalde y consideraba que con
estas medidas se beneficiaba a los ricos, pues los pobres pagaban siempre sus
impuestos, mientras los ricos siempre
tenían evasivas para pagarlos, porque no
se hacían bien las estimaciones de los impuestos, y se consumían los plazos en
aplazamientos que luego la superioridad siempre atendía. A ello respondió el
alcalde que, como esto era un asunto extramunicipal, pues la hacienda competía
al gobierno nacional, creía que debía tratarse en la Junta de Asociados y fuera
del Ayuntamiento. Sin embargo la sesión subió de nivel, pues Batmala le
reprochó que el ayuntamiento debiera preocuparse de las evasiones a través de
las reclamaciones. Los hubo como Antonio Oria, le apostillaban que los
funcionarios no cobraban por estos atrasos. Otros abundaron, que este sistema
llevaría a que nadie pagaría, no beneficiaba a los pobres, sino a una parte de
ellos, y Batmala, matizó, que estas medidas conllevarían descuadrar el
presupuesto. Parecía, en opinión del alcalde, que aquello se había convertido
era un voto de censura contra su alcaldía y presentó de nuevo la dimisión. Como siempre, la
intervención de Batmala fue providencial:
,
“La
exposición de un parecer de los señores concejales no envuelve censura alguna,
y, si no a va a poder exponerse, porque el señor alcalde se moleste, uno va a
estar cohibido y eso no debe ser”.
Sin
embargo, Salvador Frías, un hombre, primario, visceral, tenía un alto sentido
de la responsabilidad, en este caso, de
alcalde y, tras un amplio consenso , de
nuevo fue facultado, junto con Batmala a resolver la deuda contraída por la
contribución rustica y urbana e hacer las gestiones en Jaén para resolverla,
pues alcanzaba las 4.925 pesetas.
Hasta
el verano, se mezclaron las actividades. Se pasaba de asuntos de política
regional a la cuestión obrera o, en otras ocasiones, se mantenía el fervor republicano. Unos días
después del incidente de la segunda dimisión, el cuatro de mayo Frías celebró
una reunión con las fuerzas vivas de la localidad sobre el tema del
regionalismo o autonomía de Andalucía. Y, un
día después, cambió de asunto y , estuvo en Valdepeñas, donde se reunió
con los alcaldes de Valdepeñas, Castillo y Villares para emprender medidas para
paliar la crisis del paro obrero, con el fin dé oponerse a la ley que
vetaba la entrada de obreros de fuera de otros términos, y que perjudicaba a los de Alcalá. A pesar de
la poca acogida de la convocatoria, se sentía satisfecho, porque habían hecho
un frente común todos los pueblos de la Sierra
Sur contra esta ley gubernamental, y habían propuesto
iniciativas como la prioridad de los hombres de la Sierra en las Obras
públicas y en la fijación de un jornal único[2].
Incluso, tomaron algunas iniciativas contra los terrenos no cultivados,
acudiendo a varias aldeas para recabar
información sobre tierras de laboreo forzoso[3],
requisando trigo para afrontar la nueva situación de sequía y llamando la inspección de peritos que acudieron a la Hortichuela y Charilla en e 20 de mayo para visitar in situ los terrenos de laboreo
forzoso junto con la Comisión
de Policía Rural[4]. El seis de mayo, los miembros de la corporación municipal, de
nuevo, se reafirmaron en su
republicanismo y colocaron una
lápida en honor de Blasco Ibáñez en la calle dedicada a su persona.
Pero, otra
vez, la política social se adelantaba a la oficialidad. Y, en este mes en
Alcalá, surgió un incidente administrativo con la carretera de enlace de Ermita Nueva y la Nacional 432 (denominada vecinal 110). Se sobrepasaron
todos los proyectos, no coincidían con
la realidad y no podían admitirse las obras, pues el trazado se
prolongó hasta el núcleo rural, de la
Ciudad y se enlazó de
nuevo con la N.432
excediendo el presupuesto de la obra[5]. Todo
eran problemas que no podían resolverse en los despachos ante la gran demanda
social de trabajo.
Por el once de
mayo, el alcalde recibió una comisión de obreros parados, que solicitaban trabajo del
ayuntamiento. Batmala compartía muchos momentos con el alcalde. Curiosamente,
en este día estaba presente en la
reunión del ayuntamiento y, ante la pregunta de darles trabajo, hizo varias
propuestas. Entre ellas, poner en marcha
varios proyectos e invertir el dinero de la décima del Paro Obrero,
-que gravaba a la contribución rústica e industrial- y lo presupuestado por el ayuntamiento.
Su
postura era de una colaboración sincera,
y, ante la propuesta el camino de
Cantera Blanca, previno a Salvador
Frías, de que este camino no pasara la red del Estado. Pues en la Diputación se pagaban
las subvenciones, pero en el otro organismo no sabía como respondería. Además
compartió la postura de que los concejales de cada distrito propusieran obras y se diera un trato
equitativo a cada zona de Alcalá y
aldeas[6].
[1] AMAR: Acta Del 27 de abril
de 1932.
[2] AMAR. Acta del 6 de mayo.
Batmala ante alusión de las obras de caminos a la Diputación espetó que
la competencia era de obras públicas.
[3] La
visitas del alcalde fuero recogidas en el libro de Cuentas del Ayuntamiento de
la siguiente manera: ocho d mayo, Grageras y Rábita; requisa de trigo 13, de junio en Casería,
en Hortichuela, Santa Ana, Riberas,
Mures, Ermita Nueva, Cantera Blanca y Valdegranada; 15 de junio visita del
alcalde a Charilla; comisión de Policía Rural a la Pedriza 9 de junio y el
jefe de Orden Público el mismo día Cortijo de las Ventanas; el 25 de mayo esta
comisión a la Rábita
e incautación de trigo a la
Ribera , Hortichuela y Valdegranada.
[4] En el mes de marzo y abril se hizo a Ribera Baja, Charilla
[5] APDJ. Acta del 25 de
agosto de 1932.
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