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miércoles, 2 de noviembre de 2016

LA CUESTIÓN OBRERA en tiempos del alcalde Frías y diputado provincial Batmala.

LA CUESTIÓN OBRERA

            La cuestión obrera comenzó a propagarse en la primera semana de diciembre con la denuncia de la Sociedad Obrera de Fuente Álamo contra varios  patronos y, a continuación,  se expandió contra otros patronos de Alcalá y de las Caserías[1].  Pero el panorama no era el mismo en las diferentes casas de las sociedades de las aldeas, a las que los vecinos denominaban como “Centros Obreros”. Hubo aldeas que se pasó de la denuncia obrera ante el incumplimiento de las bases de la aceituna a un nuevo periodo  en el que se respiraba un buen clima de negociación entre los patronos y los representantes de los trabajadores. Este fue el caso de Charilla, donde los patronos, miembros de los partidos republicanos, pronto constituyeron el Comité Arbitral en los primeros días del año 1932[2].  Sin embargo otros patronos se negaron a constituir los Comités Arbítrales, a aceptar la Ley de Términos y a cumplir las bases en muchos casos: esto aconteció en  la aldea de la Pedriza, donde la Junta Arbitral se constituyó el 23 de diciembre de 1931 con la participación obrera y la negativa de un patrón  a participar en ella[3]. La primera sociedad en dar un aviso de huelga fue la  Sociedad Obrera  “Trabajo y Honra” de la Ribera Alta cuyo presidente denunciaba ante el alcalde de Alcalá a un  patrón, que empleaba obreros de Frailes, lo que causaba perjuicio a los vecinos de la Ribera por intrusismo en la bolsa de Trabajo[4].  La hacían previendo que acarrearía más paro, porque la mayoría de los propietarios eran de Frailes, y, por otra parte, los obreros de la Ribera eran muchos  y el término bastante pequeño para afrontar la terrible situación agravada por “las malas circunstancias que le atravesaba a causa de la grande crisis soportada”.
 La segunda denuncia   partió de la Sociedad Obrera  “El Faro de la Verdad" de la Rábita. Pues, a finales de  diciembre de 1931 un concejal  republicano derechista  había  contratado obreros a un jornal más bajo  en sus fincas para la recolección de la aceituna y  las directrices del gobernador civil obligaban a sacarlas de las Bolsas de Trabajo de la aldea, ya que concebían  el termino municipal  con quince bolsas, una en  la ciudad y el resto en  las aldeas.
Esta misma reivindicación fue llevada a cabo por los obreros de Ermita Nueva, donde su presidente  de la Sociedad Obrera José Calvo denunció al alcalde de Alcalá la Real, que en el Cortijo de Verdugo los patronos sólo contrataban a los mismos obreros  sin rotación alguna y no permitía el turno de nuevos trabajadores para que todos tuvieran trabajo. Lo argumentaban de la siguiente manera:

            “Con el fin de que se turnaran los cuales esquiroles, negándose los mencionados patronos a aceptar la petición diciendo que, si insistiéramos  en que se ha de turnar con los que tienen invertidos, las recogerían ellos mismos, así que deseamos de V. obre con toda urgencia sobre esos señores, como corresponde, ya que no están basados nada más que en hacernos la guerra con no darle trabajo  nada más que a los esquiroles por bajo precio  y a los que no lo necesitan”[5].
           
La mayoría de las denuncias no conseguían solucionarse en el ámbito local y debían tramitarse a instancias superiores, como aconteció en  la de la Rábita. Pues el presidente de la sociedad Isidro Vico y el alcalde pedáneo Isidoro Arjona, ateniéndose a las bases, acudieron ante el gobernador civil para zanjar el posible levantamiento de los ochenta vecinos que reclamaban que se cumpliera la legalidad en las contrataciones laborales. Otras reivindicaciones presentaban ángulos diferentes de un mismo conflicto que consistía en una amplia oferta de obreros y en unos patronos con pocas posibilidades de beneficios. Así,  algunos enfrentamientos  tuvieron lugar en  Charilla[6] y Caserías[7] contra algunos patrones por introducir el ganado en terreno de aceitunas y por trabajo a destajo, o el salario a tope. La de Charilla era un claro exponente de la fuerza reivindicativa  de las Sociedades Obreras, pues, fundamentaban  las reclamaciones de los obreros, primando el cumplimiento estricto de las bases salariales y el turnismo en la bolsa de trabajadores.
           
“...comunicaron al hijo del declarante, que habían sido llamados a la Casa del Pueblo de la aldea de Charilla y que les habían hecho saber que no podían continuar cogiendo la aceituna como no fuera pagando diez pesetas a cada pareja sin sujeción a tope ninguno y alternando los trabajadores según la lista de la Casa del Pueblo de dicha aldea sin sujetarse a la bolsa de  trabajo”[8].

 Si bien estas reivindicaciones debieron ser numerosas y significativas, la demanda contra un patrón charillero  fue muy importante, porque el propio Batmala intervino  dirigiéndose personalmente al Comité Arbitral para solicitar el certificado de la denuncia  defendiendo a los obreros por negarse el  patrón a desobedecer la orden de contratarlos en la recolección de la aceituna[9]. 

.           Pero la más importante reivindicación  ocurrió en la Pedriza. Vino precedida de  varias denuncias de ambas partes, obreros y patronos. Los primeros denunciando casos concretos y a personas por incumplimiento de bases; los segundos porque se dio el caso de que los propios obreros se presentaban en grupos pidiendo trabajo en las mismas fincas de los patronos como ocurrió en la finca de un patrón pidiéndole trabajo el cuatro de enero. Pero la crisis se radicalizó sobre todo, primero, porque el ocho de enero los patronos no quisieron de nuevo constituir el Comité  de Arbitraje en esta aldea y, segundo, porque se denunciaba que no se contrataba a los obreros de las bolsas de la aldea y que algunos de ellos  procedían de fuera de las aldeas[10]: Así se dirigían  al ministro de Trabajo Largo Caballero:

            “El presidente y secretario de la Sociedad “Esclavitud Emancipada” tengo el honor de poner en conocimiento como a propuesta del señor alcalde Presidente y el Comité Arbitral en su sesión celebrada el 21 acordó que,  en esta aldea, se constituya una comisión compuesta del alcalde pedáneo, dos patronos y dos obreros de las demás competencias e imparcialidad, con el fin de que la misma haga cumplir la base de las aceitunas y las imponga a los patrones que saquen el personal preciso para cumplir la dicho cometido. Lo que pongo en conocimiento de vuestra excelencia cómo los patronos se niegan la mayor parte a sacar obreros de la bolsa de trabajo que legalmente le corresponde y sacan obreros de los que le den en gana”.


.           El punto álgido de este conflicto en la Pedriza  tuvo lugar a finales de enero cuando los obreros se presentaron en las fincas de los patronos a trabajar a pesar de no haber sido sacados de las bases. Este es el testimonio de los patronos de la Casería  ante la Comisión  de Arbitraje[11].

A pesar de tener sacados de la bolsa de trabajo los obreros que tengo en la recolección de aceituna en mi finca de la Casería, sustituí dos de ellos por otros dos, a instancias del alcalde pedáneo de la Aldea de la Pedriza, y hoy se han presentado infinidad de obreros y mujeres a querer recoger aceituna, mejor dicho a ir por diez pesetas cada pareja  y en vista de este abuso he  tenido que suspender la recolección de la aceituna. Hace tres días, en la misma finca, echaron los obreros de la Pedriza aceituneros que sacados de la bolsa de trabajo tenía mi hermano en dicha finca y, después que , por fuerza , han ido a coger aceituna o a ir por diez pesetas unos cuantos obreros a los que no se les pagará, pues nadie los ha llamado e ir por fuerza sería de tolerarlo el abrir la puerta a tal abuso que se necesitarían los fondos del Banco de España para atender a ello, por todo ello, suplico al Comité Arbitral se digne ofrecer al alcalde pedáneo de la aldea de la Pedriza para que prohíba bajen a dicha finca todos los vecinos de esa aldea y no permita bajen al trabajo más que los obreros que yo tengo sacados de la bolsa de trabajo, en bien de la armonía social, ya que no quisiera tener que recurrir a los Tribunales pidiendo amparo”[12].

En una economía en la que los labradores jugaban un gran papel, -pues eran propietarios y arrendatarios, pero sin grandes haciendas-y, por el contrario,  los jornaleros, a su vez  mayoritarios, se  morían de hambre, era comprensible que se las comparsas manifestaran de esta manera en Carnaval.

Conocemos a un señorito de este pueblo,
  Con dinero y bastante capital,
Que ha llevado a recoger a la aceituna,
A sus hijos, a su suegra ya su cuñá.
Porque dice que las bases están muy caras
Y el dinero le podía a él costar.
Y nosotros le decimos los obreros
Que sus hijas se le van a estropear.
Y el nos contesta.
-No seáis tontos
y que la familia lo pasa bien,
Pues  teniendo en mi casa buen apaño
A los obreros los pille el tren[13].

Ante esta situación, también se emprendieron acciones contra el laboreo forzoso, contratándose un ingeniero que inspeccionó varias aldeas (Hortichuela,) acompañado de dos jornales por el mes de abril.


GESTIONES DE DIPUTADO BATMALA Y SUS RELACIONES CON SALVADOR FRÍAS

Mientras en Alcalá se desarrollaba una intensa crisis jornalera, en 1932, Batmala tuvo una intervención especial en la defensa del camino que el ayuntamiento del Castillo había propuesto desde la villa hasta el río de san Juan: Aunque proyectado en el gobierno anterior, ahora  recibió un nuevo impulso para enlazarse con el de Valdepeñas al Castillo. Tanto la sociedad obrera “El Porvenir”, del Castillo como la  Comunidad de Obreros Agricultores comunicaron varias peticiones  a la Diputación y Batmala tomó buena cuenta del asunto. Pues era consciente de que  la propia corporación municipal, encabezada por el alcalde republicano Miguel Delgado, le manifestaba el alto interés que tenía por ese camino.




[1] AMAR. Libro de registro de 1931 y siguientes; aparece una denuncia en 8 de diciembre de 1931 de la Sociedad Obrera contra dos patrones, varias del alcalde pedáneo de Caserías y, obreros alcalaínos y de la Hortichuela, contra patronos de la localidad.

[2] AMAR. Sin clasificar acta de la constitución del Comité Arbitral de la aldea de Charilla, formado por el alcalde pedáneo, el socialista Pedro Armenteros Palomino y por dos obreros ( Antonio Velasco y Antonio Álvarez Funes) y  dos patronos (Juan Barrio Romero y el republicano Cristóbal Sánchez González. En el libro de registro, de 1931 y principios de 1932, aparecen varias denuncias de obreros contra patronos de la aldea y otros contra otro  patrón, a principios de 1 y 2 de enero de 1932...
[3] La formaban como presidente y alcalde pedáneo Juan Moreno Mudarra, vocales los obreros Gregorio Quesada Aranda, Pablo Palomino Pérez y Cirilo Berlango Ureña.
[4] AMAR. Libro de registro de 1932. 
[5] AMAR. Carta del presidente de Ermita Nueva, 13- 12-.19 31.
[6] AMAR. La demanda la hicieron varios obreros y la S.O , presidida por Antonio Álvarez, y vocales Pedro Armenteros, Antonio Velasco y, Cristóbal Sánchez y Juan Barrio en 21 d enero de 1932. Los motivos del conflicto no eran otros que no asignó número de obreros asignados por el gobernador establecido por las bases,  y alegaciones fingidas de transporte.
[7] AMAR. Ela alcalde pedáneo y vocales de aldea eran Luis Cano, Baldomero Cano y Patricio Díaz y José Rueda.
[8] AMAR. Declarante. 16 de e





nero de 1932.
[9] AMAR.  Legajo suelto, Lo firma Pablo Batmala. Soletero mayor de edad, propietario y de estos vecinos, con cédula personal  n º.  1970. Termina la carta con un Salud y República, 15 de enero de 1932.
[10] El alcalde pedáneo era Juan Moreno. Y los presidentes y vocales de obreros. Francisco Cervera y José Guardia, y por los patrono Antonio Nieto Barrio y Gregorio Quesada Aranda.
[11] AMAR. Resolución 22-12-1931. EL arbitraje de Charilla. Se componía de dos patronos, uno de ellos era el señor Santaolaya Pineda, y la representación obrera por los señores Daza Rosales y García Robles bajo la presidencia del alcalde Salvador Frías Pino. Las resoluciones eran comunicadas al gobernador para que zanjara el asunto con las alegaciones correspondientes, cuando el asunto presentaba dudas.
[12] ARCHIVO PROPIO. Al comité de arbitraje de Alcalá LA Real. Escrito del 4 de enero de 1931. 
[13] AFMR. Coplas de carnaval.

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