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, Frías se mantenía en su posición y, el concejal Francisco
Hinojosa, muy amigo y partidario de Batmala sugirió el sitio puesto
que “ vendían Convento de la Carrera de las Mercedes, y en ese
lugar podría hacerse la plaza de Abastos”. No le resultó la idea
acertada al alcalde “ por ser obra de tal magnitud”. No siguió
la discusión, porque el alcalde jugaba la baza de que una comisión
de patronos se había comprometido a colocar cincuenta obreros
agrícolas y, el que pudiera según sus posibilidades para labores de
limpieza de fincas. Por otra parte encargó el proyecto de arreglo
de la calle Real, y estaba esperanzado con el camino vecinal de las
Grageras por Puertollano para paliar la crisis de los jornaleros.
pidiendo caminos y anticipos , para ellos mismos, y si gastamos la consignación de los dichos en obras, no podemos acudir pidiendo más caminos, porque nos dirían que no los necesitamos, ya que gastamos su consignación en otras obras”
Sin embargo, los albañiles no debían estar muy apaciguados, pues,
al enterarse de que se había propuesto un proyecto de arreglo de la
calle Real (POR CIERTO SE DENOMINABA CALLE PABLO IGLESIAS), no dieron lugar a ello, sino que planearon agilizar los
trámites de la ejecución de la obra. En la noche del 19 de
septiembre, se reunieron varias cuadrillas de albañiles, y
comenzaron a levantar la calle, ocasionando esta situación “ en
noches anteriores se desempedró la calle en grandes trozos, quedando
abiertos muchos hoyos y amontonando y revueltas las piedras por toda
ella, se practicaron detenciones por orden del alcalde a varios
sospechosos, no hubo cargo completo, y se les dejó en libertad 2”.
El alcalde, con estas palabras, manifestaba el estado impresentable
de una de las calles más importantes de la ciudad, y no tenía otra
solución que se arreglara para resolver con la obra la crisis de los
albañiles. Pidió que los maestros de obras con toda urgencia
presentaran un proyecto, y de los fondos que el pudo gestionar
presentó un presupuesto de 20.999 pesetas ( 4.600 pertenecientes a
la décima, y 11.000 de la partida del presupuesto municipal de las
calles) . Causó gran impacto aquel asunto entre la población hasta
tal punto que algunos lo recuerdan con estas palabras:”Es lo que
ocurrió a las doce de una noche de 1932, en plena luna de miel de la
República, cuando los albañiles, que atravesaban un largo periodo
sin paliativos por prestaciones de subsidios de desempleo, entonces
desconocidos, creyeron haber encontrado la solución al problema
desempedrando la calle real. Pusieron manos a la obra al unísono con
las doce campanadas y todos a una, a golpes de espionadas, no
tardaron en levantarla entre sobresalto y asombro de los más y la
complacencia o complicidad de otros, que de todo hubo. El
sorprendente e insólito suceso, a pesar de lo que dio de hablar y de
opinar y de lo que como trastorno y molestias suponía, no tuvo otra
consecuencia que el arreglo de la calle en el que, paradójicamente y
para mayor sarcasmo, al adjudicarse por subasta a una empresa, no
participaron los parados que con su esfuerzo y decisión lo habían
hecho inevitable”3
En estas circunstancias, un nuevo flanco se abrió en la crisis obrera
ante el favoritismo de colocar por parte de los patronos; pues lo
hacían con los que tenían medios y dejaban en la calle a los que
carecían de ello para alimentar a sus familias. Un obrero
especializado como era el herrero Salvador Frías se encontraba
desbordado ante las continuas reuniones para resolver los asuntos que
se le venían encima diariamente, ante la puesta en marcha de obras
como las de Mures, las Caserías o las de Alcalá, no tenía otra
opción ante las palabras del concejal republicano Oria que
manifestar. “Me paso días enteros de arreglos entre patrones y
obreros, y no soy culpable de que algunos no cumplan su cometido, sin
embargo estoy dispuesto también si hace falta de corregirlo”.
Batmala reflexionaba y asesoraba: “En estas cuestiones parece que
se mezclan algo de política, y da lugar a esas causas, y, por eso,
se demanda al alcalde para corregirlas”. Como es lógico el
alcalde no se arredraba “estaba dispuesto a subsanarla y a no
permitir que se comentan abusos”
Por septiembre se celebraron festejos y la feria escolar en los días
de san Mateo y un mes después se adhirió a la petición del
presidente de la Asamblea Regional, que informaba de la reunión que
tuvo en Sevilla el mes de febrero con asistencia de las Diputaciones
Andaluza para nombrar un representante y acudir a la Asamblea d
General, ya que se había aplazado la convocada por el mes de mayo,
con el fin de adaptar a la región una organización administrativa
autónoma, mediante un Estatuto.
1
AMAR. Acta del 14 de septiembre de 1932.
2
AMAR. Acta del 20 de septiembre de 1932.
3
SÁNCHEZ ALCAIDE, José. El reloj y sus cosas. Revista a la
PATRONA. Agosto 2003.
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