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sábado, 5 de noviembre de 2016

LA DEHESA DE LA RÁBITA

LA DEHESA DE LA RÁBITA

            La dehesa de la  Rábita figuraba como  una fuente de ingresos  dentro del presupuesto municipal  desde el siglo XVI. En concreto, en 1533, el mayordomo  fue alcanzado en 39.884 maravedís y nos manifiesta un ayuntamiento que basa su hacienda en varios  cortijos ( Cabeza del Carnero, Acequia Alta y Baja, Fuente de la Piedra), el alquiler de tiendas, las hazas de la Hortichuela y en seis dehesas que solía conceder a alguna persona para que las disfrutara pagando unas cantidades que iban desde los 4.0000 maravedís hasta 1.500 maravedís. La  dehesa  de la Rábita figuraba junto con las de Fuente Tétar, de la Camorrra, de Charilla,  Entretorres y Fuente Álamo. Las rentas de las dos primeras, ubicadas en la zona del Castillo, eran pagadas por vecinos castilleros ( Antón López y Antón López de Córdoba), las cuatro últimas por vecinos de Alcalá, entre ellos un caballero de la sierra, Hernando de Jaén, y Francisco Cabrera, Pedro Jiménez de las Vacas y Francisco Mazuelos.
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            En los años sesenta del siglo XVI, a las dehesas, las de Charilla, Camorra y Rábita, se dedicaron a yeguas; la de potros se extendía desde el camino de san Bartolomé hasta la Hondonera; la de la potros, rocines y borricos iba desde el camino que se dirigía  hacia Granada y el de Montefrío. 



SIGLO XVII

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XVII, con motivo de la imposición de diversos arbitrios ocasionados por la política hacendística de la Corona, había que contribuir con determinados encabezamientos, donativos y repartimientos de impuestos,   se roturaron y se permitieron disfrutar, mediante la imposición de censos,  a los vecinos de Alcalá la Real algunas tierras comunales y de realengo; para ello, las tierras se dividieron en una serie de suertes y juegos, que se repartían entre los labradores, tendiendo a los  habitantes cercanos al lugar y esto dio lugar  al nacimiento de muchos núcleos rurales o aldeas y al asentamiento de una nueva villa, la de Frailes. Correspondían antiguos abrevaderos de ganados, dehesas, y majadas, que permitieron el laboreo de los cereales y algunos olivos[1]. Estas eran las suertes de tierras que se encuentran dentro de los terrenos comunales,  en concreto cercanas o pertenecientes al partido de la Rábita: suponía una cantidad de 1.064 fanegas de tierra  que componían  treinta  y cinco fincas en la  Cañada del Membrillo, once en la Cañada del Dornillo, veinte en Cañada Honda, veintiocho en Fuente Álamo y Retamal, veintitrés en Magallartas de la Rábita, veinticuatro en la dehesa de la Rábita, dos en la Fuente de la Encina y el Toril, siete en el barranco de las Grageras, cincuenta y dos en la Sierra de San Pedro, dos en Cierzo de san Pedro, dos en  Lomas  Pardas, once en las Rozuelas, cinco en Garbanzuelo, una en Majada de Márquez.
No obstante, se mantiene un gran número de tierras para el pasto de ganado, sobre todo, de cerda, ovino y caprino, abandonándose poco a poco el vacuno. Muchos cortijos particulares tienen zonas montuosas que permiten la montonera o pasto de los cerdos, que no solamente es aprovechado por los ganados locales sino también por otros provenientes de tierras  comarcanas de Martos, Torredelcampo, Torreonjimeno, Higuera, Jaén y Porcuna en la zona de Acequia, Hortichuela, Palancares y Allozarejo. El camino era visto por Martín Zellerius acompañando a Federico II duque del Palatinado de esta manera: Después del mediodía recorriendo un camino de seis millas grandes, veíamos muchas cuevas excavadas por los moros en el camino y unos hombros ocupados en coger esparto; con la llegada de la noche se llegaba a Alcalá”.


[1] Además, otras parcelas fueron repartidas  en los Llanos con 116 suertes a una media de cinco o siete reales por fanega, el Torviscal con treces suertes a la misma cantidad la fanega, el Robledo con nueve colonos, Fuente el Gato, con nueve colonos, Guadalcotón con tres, Majadilla con seis, Cerro de Martín Cano con tres, dehesa de Charilla con cuatro, Cañada del Infierno con dos, la Torre de Charilla con cuatro, Charilla con trece, Amoladeras y Zarzalejos con tres, Mirador de Charilla con diez, Alberquilla con cinco, Portillo de Alcalá y Maleza con siete, Celada con sesenta, Arroyo de Loberones con una, Peña el Fraile con diez, Hoya Redrada con dos, Cepero con diecisiete, Loma Pelada y Loberuelas con dos, Cuesta del Fraile con ocho, Romeral con veintitrés, Solana de Frailes con trece, Hoyos de Frailes, con dieciséis, Carboneras de Frailes con seis, Almoguel con once, Hoyuelo alto de Frailes  con cinco, Soto Redondo con cincuenta siete. Todas estas sumaban la cantidad de dos mil novecientas cuarenta y ocho fanegas y once celemines, que importaban una cantidad de veintidós mil quinientos once reales y nueve maravedís. Además, siguiendo el término desde Frailes a Granada:  cuatro  en Bohórquez, cuatro en los egidos de Verdugo, veintiocho en el Chaparralejo, diecisiete en Alcaiceruela, diez en Llanos de Mazuelos, treinta y siete en el Llano de los Muchachos, diecisiete en el Espinar de la Peña del Yeso, ochenta y siete en la Hondonera, diecisiete en la Cañada el Carril, cincuenta y cuatro en la Dehesa de los Caballos, ocho en el Navazo, dos en  Portichuelo, tres en Yerbatunal, cuatro en Caleruela, treinta y ocho en Chaparral de Nubes, treinta y dos en Majalcorón. una majada de Ibro, siete en Cerro Montoso, diez en Majada de los Macheros, cuatro en Carrizalejos, diez en Cerro Junquillo,  ocho en Cuevezuela, tres en Linarejos, una en Junco Merino, trece en el Retamalejo, tres en Barranco Blanco y Venta del Carrizal, doscientas veintiséis en Encina Hermosa divididas en diversos juegos y 13 trances, una en el portillo de Jaén, treinta en los Coscojares, seis en cerro Acebuchar, ocho en Filique y Cañada del Muerto, tres Baldío de la Presa, tres en el Llano de la Presa, cinco en la solana de la Presa, tres en Hituero, ocho en Camorra, tres en Coronillas, una en el cerro del Águila y arroyo Begijar, cuarenta y seis en Rasillos, veintiuna en Nava del Peral, Navaltrillo cinco.












XVIII
CUADRO DE REPARTIMIENTTOS Y COLONOS 1768.

Pero  el paso más importante tuvo lugar con el repartimiento de nuevas tierras  que venían  distribuyéndose, las cuales  comprendían  desde la dehesa de San Pedro  hasta los Retamales: estaban marcadas  con los  números de  parcelas que abarcaban desde la señalada  con  el dígito 1017 hasta  la del número 1212. Cuando se distribuyeron aparecen en la tabla los colonos  sin especificar el origen vecinos, aunque algunos corresponden a la zona Rábita y se anotaron en los siguientes cuadernos:  el 18 de  Fuente Álamo; el de 19 de  La Rábita propiamente dicha y el  20 de la Sierra san Pedro.
Tanto Frailes como el Castillo de Locubín  tenían muchas esperanzas en el repartimiento de tierras. La primera con una población de cerca de doscientos vecinos (171) y la segunda con más de ochocientos, consideraba que el reparto de tierras aliviaría la situación de su población, dedicada a esta única fuente de riqueza que era la agricultura, además había sido desalojada de otras zonas como la sierra de San Pedro. A pesar de que las medidas contribuyeron al nacimiento de un gran número de minifundistas de estas dos poblaciones, esto no impedía que algunas medidas fueran adversas al espíritu de aquellas iniciativas agrarias. Además, esto supuso que surgieran nuevos cultivos, sobre todo el olivar, en estas zonas y a ello se amparaban los nuevos propietarios que obviaban la ley para cometer los atropellos y contra el mantenimiento del ganado en las zonas montuosas. El resultado del parcelario del año 1770, ascendió a 9.771 fanegas, repartidas en 1657 suertes y concentradas entre los colonos, que aportaban  a las arcas municipales unos ingresos de 62.713 reales. Se repartieron en su mayoría a colonos alcalaínos, aunque las zona de Charilla sobre todo, Cantera Blanca, Riberas, Mures, Acequia las Caserías, y la Rábita hubo colonos de dichos lugares. En su mayoría, eran labradores, arrendatarios y algunos que otros oficios que ocuparon las parcelas más extensas como en el Robledo.
            A finales de siglo , en 1791,  todavía se mantenía la Rábita y el camino real era frecuentado por viajeros ( comunicaba a Alcalá con el Norte a través de Córdoba, diferente al de Jaén y Madrid)y los de l sur a través de Montefrío y Granada[1]). . Entre ellos Ponz comentaba de esta manera su estancia: “ Si como fue corta mi estancia en la infeliz venta de la Rábita hubiera sido más larga , me hubiera hallado el lance de una aventura azorosa, pues, cuando llegué, estaba la pobre ventera  con vivos dolores de parto, sin más auxilio e asistencia en aquel despoblado que de su infeliz marido, dando promesas de todo para el lance semejante. El paso por el corto rato que allí me detuve, fue darles a aquellos pobres un socorro adaptado


[1] Das Kongref1799. Mapa.


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