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martes, 22 de noviembre de 2016

VIRGEN DE LAS MERCEDES


Domino Sánchez Mesa

Imagen de madera estofada y policromada.
Dimensiones 0.80 cm de altura.
Iglesia de San Juan
Siglo XX

Esta imagen de la Virgen de las Mercedes fue realizada también para el culto privado. Era frecuente encargarlas por las familias de hidalgos a la manera del devocionario popular para sus oratorios de sus casas. En concreto, la presente obra fue encargada a Eduardo Espinosa por el alcalaíno Valeriano Ferreira y fue realizada en su taller por el joven escultor granadino Domingo Sánchez Mesa, allá por los años treinta del siglo XX. Manifiesta una clara mimesis con su original, cuyo mejor testimonio más importante se halla en la presente obra de la iglesia San Juan, ya que la anterior despareció en la Guerra Civil.
Sabemos que la imagen de la Virgen de las Mercedes se encuentra en reproducciones fotográficas y en litografías de antes de los años treinta . Pero, con esta reproducción iconográfica, la antigua obra atribuida a Jusepe de Burgos está sumamente representada por la perfecta ejecución a la manera renacentista, algo manierista, de esta Madre de Dios, que presidió el altar privilegiado de las Mercedes de la Iglesia de la Mota. De gran belleza, los rostros de la Virgen y Niño, el estofado y policromado a la manera de los Raxis, los elementos decorativos de flores y geométricos en la túnica se asemejan a la talla original y se diferencian en las dimensiones más pequeñas con respecto a la actual imagen de la Virgen de las Mercedes de la iglesia de Consolación, obra de Garnelo y Martín Simón. Pues, la obra actual está más idealizada y la de iglesia de San Juan es más pequeña y de menor altura. Por eso, a pesar de que intenta reflejar una imagen mariana de singular calidad, atribuida a uno de los l maestros de Martínez Montañés sin pasar por alto la influencia del peso de los Raxis, deben destacarse algunos fallos importantes en la ejecución de esta copia a la hora de composición de manos y ojos.
No obstante la obra, conservada actualmente en le presbiterio de la iglesia de san Juan, es digna de valorar, porque nos recuerda una imagen llena de elegancia y empaque clásicos de la mejor escultura renacentista, en palabras de Gila “probablemente sobre los modelos de Silbé ( tan extendidos en Granada y Jaén), a la que se otorga un acento de candidez y humanidad en el bello Niño, en la dulzura del rostro de la Virgen, todo ello con una técnica que debió ser notable, a juzgar por el suave modelado que se aprecia en sus rostros, o por rítmico plegar de las telas. Sin duda, debemos considerarla una obra clave en la transición a la escultura manierista en Jaén”.
Carmen Juan relaciona esta imagen con el ambiente de la familia de los Sardos y a otra imagen de María Madre de Cagliari en la isla de Cerdeña, lugar de nacimiento de esta familia italiana asentada en Alcalá, por la deposición del Niño en el brazo derecho.




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