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jueves, 24 de noviembre de 2016

SE ACERCA EL INVIERNO



El final del otoño y el invierno presagiaron malos tiempos. Mientras los socialistas recibieron una inyección de moral   con la llegada del ministro Indalecio Prieto a Jaén y el mitin celebrado, a primeros de diciembre de 1932, en el  teatro Cervantes, donde acudió una representación alcalaína. Los republicanos de derechas, el Partido Republicano Conservador,  comenzaba  a dar la cara, a pesar de ser  tachados de “la gran cruzada  de cavernícolas contra los Socialistas”. Incluso, acrecentó sus filas con  lo que los socialistas calificaban de “caciques de pueblo que formaban el comité republican,  vistiendo la cadena tricolor, y cantando el himno de Riego y la Marsellesa”[1]. Curiosamente, se hicieron fuertes en su Casino del Llanillo, cerca de la  antigua iglesia de la Veracruz. Allí, se formaban con la lectura de  los periódicos La Mañana y  el Pueblo Católico. Incluso algunos miembros de los radicales comenzaron a solicitar permiso de armas para afrontar cualquier incidente[2]
 Las lluvias torrenciales, (sobre todo fueron muy desastrosas en Santa Ana) impidieron que muchos obreros acudieran a trabajar, menos mal que el alcalde logró recaudar  de los patronos siete mil pesetas, las fue administrando para socorros de los más necesitados,  para paliar el paro obrero  y solucionar la grave crisis de la construcción, quedaban cuatro mil pesetas en el mes de diciembre y en aquellos momentos, se presentó el debate de cómo aplicar el dicho dinero. Batmala presentó su sugerencia “la cuestión que hay que resolver es la  del paro forzoso, y  eso es lo que debe resolver este ayuntamiento, pus otra cosa es el socorro a todos los necesitados, incluso a los que viven de la limosna diaria”. Por eso, propuso  que, mientras existiera el mal tiempo, se socorriera a los parados agrícolas y de la construcción, y cuando mejorar el tiempo, se diera trabajo en obras del camino de Frailes, a los albañiles en el Palacio Abacial y a los carpinteros en los muebles del Juzgado municipal[3].
El Jurado Mixto, situado en Martos, no paraba de resolver conflictos y  denuncias entre patronos y obreros. La sociedad comenzaba a estructurarse, porque junto a las sociedades obreras y secciones de sindicatos en el ámbito local, comenzó a organizarse con gran fortaleza la patronal con la Sociedad de Agricultores y Comerciantes[4]. En algunos casos, tuvo que intervenir la guardia civil como  en la Ribera Baja[5] y en la Hortichuela y, en otros, como en Charilla, la denuncia de algún patrón se envió al gobernador civil.
Con cierta alegría, Batmala, recibió la noticia de la apertura próxima de una Oficina de Colocación Obrera, pero  pedía que “ se estudie y lo lleve un empleado municipal para no recargar los gastos[6].  Esta estaba formada por patronos  y obreros y la gestión administrativa recayó en un empleado municipal; la comisión dirigente estaba presidida por  el socialista José Vela León, que era asesorado por dos patronos y dos obreros. Por el mes de octubre el gobernador civil envió varias circulares sobre su funcionamiento.  El jurado Mixto aclaró varios puntos: debían sacarse a trabajar a los obreros según orden de lista y obligaban a que se pagaran las bases estipuladas en la recogida de aceituna[7]



[1] I. E.G..DEMOCRACIA 1932. 2.12.
[2] AMAR. Licencia de armas para  un miembro corporativo. 
[3] AMAR. Acta del  12 de diciembre de 1932.
[4] Estaba formado  por Miguel de la Torre, Pedro Colmenero , Juan R. Campo Pedro Figuerola y Juan García. Como suplentes, José Camacho, Antonio Vílchez, Rafael Martínez, Manuel y José Luque.
[5] AMAR. 12.11 s envió a la Guardia Civil para que interviniera a restablecer el orden y 16 de noviembre llegó el acuerdo en el Jurado Mixto de Martos.
[6] AMAR. Acta del 14 de diciembre de 1932.
[7] AMAR. Libro de registro del 6, 19, 20 y 27 de octubre de 1932, 2 y 28 de diciembre de 1932. 

2 comentarios:

  1. Excelente artículo que refleja la dura situación por la que pasaba la sociedad obrera alcalaína durante el crudo invierno de 1932. Se refleja en él una época llena de conflictividad laboral que hubiese sido, sin duda alguna, más dura sin la intervención de la Autoridad Municipal representada por Batmala. La creación de la Oficina de Colocación Obrera ayudó a que el trabajo se repartiese de forma más justa, pero como se ve, no siempre se llegó a cumplir, de ahí las numerosas denuncias ante el Tribunal Mixto de Martos.
    En lo que respecta al documento que ilustra el artículo, con fuentealameño me ha hecho mucha ilusión verlo y poder comprobar como aquella Sociedad de la Espiga Florescente tenía bastante actividad e intentaba respaldo jurídico mediante la autorización para poder contratar en forma de arrendamiento, tierras para labrarlas colectivamente, con las ventajas legales que ello suponía. Voy a seguirle la pista a este documento e intentar ver la publicación en la Gaceta de Madrid, y si aparecen publicado los Estatutos a los que se refiere, y si logro ampliar alguna información, la compartiré, muchas gracias Paco.

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