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viernes, 4 de noviembre de 2016

LA SITUACIÓN ECONÓMICA Y MEDIDAS CONTRA EL PARO EN 1931




                       LA DIFÍCIL SITUACIÓN SOCIAL

Sin embargo, ya no andaba  el gobierno local en sus mejores condiciones, pues sólo contaba con pocos apoyos  entre los sectores locales. Por un lado, las demandas de los jornaleros  sobrepasaban los límites de las posibles respuestas de cubrir  sus  objetivos, y, por otro lado, los patronos, labradores y campesinos comenzaron abiertamente a disentir de todo tipo de medidas económicas, sobre todo, las referentes a las reformas sociales que afectaban a  la subida de los salarios de los trabajadores y a la mejora de las condiciones laborales. Además, pronto estos últimos comenzaron a formar un fuerte grupo opositor a través de la Unión Patronal, encabezada  por el propietario Juan de la Cruz Sánchez Cañete y López. Con  motivo del informe preceptivo a la elaboración de los presupuestos, estos  eran sus postulados:
“Al examinar el presupuesto confeccionado para el venidero ejercicio económico que ha de comenzar en primero de enero del año inmediato(...)hemos podido comprobar el alza considerable e inesperada, que ya de rumor público conocíamos, que ha experimentado la cifra sus gastos, sin que para atender  a ellos se haya engrosado la de sus ingresos ni cuente  el Concejo con otros que el inevitable y en esta ocasión oneroso en demasía aumento del repartimiento de utilidades, principal y casi única fuente con la que en esta población se atiende a los servicios que para seguridad, mejoramiento y recreo del vecindario, tiene el ayuntamiento obligación de proporcionar(...)la situación aflictiva de verdadera crisis y agobio económico porque atraviesan en los momentos actuales la mayoría de los vecinos contribuyentes de este  término municipal, en el que por no existir como en otro de su importancia grandes capitalistas ni terratenientes la mayoría, casi podría decirse la totalidad de sus contribuyentes atienden con no pequeño esfuerzo y sacrificio al pago de los tributos, cada día más crecidos, que al E







stado, la Provincia y el Municipio hacen pesar sobre los medianos y pequeños  propietarios. Esto, unido a la desvalorización de los productos de la tierra, única riqueza de esta zona eminentemente agrícola, falta de cumplimiento de las disposiciones legales que imponen la tasa d en los precios, encarecimiento de la mano de obra en todas las faenas agrícolas e industriales, revisión de contratos de arrendamiento que ha impedido cobrar muchas rentas vencidas, aumento de la décima  en la contribución, agotamiento del crédito bancario como privado que ha cerrado casi en absoluto sus puertas a cuantos otras veces en él encontraron alivio, siquiera fuese temporal, a sus apuros económicos, los repartos de obreros, la extensión de los accidentes de trabajo  a la agricultura y  otras causas que podrían enumerarse y omitimos en gracia a la brevedad, hacen que la economía local se encuentre  hondamente quebrantada y da graves y desconsoladores caracteres al problema agrario andaluz, hoy el más trascendental de cuantos afectan a España y que por tanto reclama auxilios y cuidados especiales que deben prestarle los organismos oficiales y ayudas y amparos que contribuyan a su mejor desenvolvimiento y eviten la ruina de muchos hogares, amenazados de un próximo derrumbamiento económico[1]”.     .

Ante el mal cariz que tomaba la situación, el día doce de diciembre, el alcalde convocaba un pleno, en el que acudió Batmala y se prolongó más de cuatro horas. Como asunto más importante venía fijado dentro de los puntos del orden del día  la solución a la crisis obrera. (Pues el paro era general, entre albañiles, carpinteros, y la gente del campo, en el mes de septiembre de 1931, se pudo paliar la situación con el reparo del cementerio de la ciudad, y se colocaron a su frente los socialistas José López Esteo y José Cambronero Espejo). Ahora se había agravado el paro y había que buscar muchas soluciones en un clima no muy propicio a la colaboración entre los distintos sectores.  No obstante, para todos los obreros, se buscaron fondos y obras y se dieron  soluciones: a los albañiles se les encomendó la tarea de restaurar el Palacio Abacial, a los carpinteros los muebles del Juzgado, y a los campesinos, los más numerosos, se les propuso darles dinero y ayudarlos con la Cocina Económica.
                      



[1] AMAR. Informe de 19 de Noviembre de 1931.l 

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