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lunes, 4 de mayo de 2020

NUEVAS APORTACIONES DE JUAN DE ARANDA SALAZAR. EL HOSPITAL DE LA MADRE DE DIOS.




La etapa primera  de aprendizaje  de Juan de Aranda Abacial se inició en el territorio abacial, donde ya comentamos: “La biografía del maestro de cantería castillero Juan de Aranda Salazar se ha desarrollado por varios tratadistas desde hace varios años. Desde sus participación como maestro de obras de la diócesis de Jaén hasta sus primeros pasos en la ciudad de Alcalá la Real, que comentamos recientemente con la participación en la obra de la Sacristía de la Iglesia Mayor de la Mota, así como sus primeras obras en la ciudad de la Mota y Córdoba[1]. Hasta 1634, que algunos autores lo entroncan a unas etapas de fuentes dudosas, cordobesa y granadina, se ofrece a Juan de Aranda Salazar relacionado con obras en Madrid de dudosa atribución o en Córdoba y Granada. Pero podemos manifestar que, por los años treinta se declaraba el propio Arquitecto vecino del Castillo de Locubín.
Resumimos con este artículo editado en la Semana de Jaén [2]
Con Juan de Aranda Salazar y sus parientes más cercanos, se cierra la huella de esta familia de los Aranda. Aquel aprendiz de su tío Ginés Martínez de Aranda pronto se le vio trabajando con Luis González de Bailen, marido de su prima María de Aranda. Este arquitecto  prieguense y relacionado con la comarca de la Sierra Sur, ya había ejercido desde 1613 con éxito su oficio en  Cabra dirigiendo obras privadas de personajes como las casas del doctor Jerónimo de Leyva ( una casa señorial y actual Instituto Juan Eslava) ;  públicas como la Cárcel de esta ciudad (1619),  varios puentes de molinos y de arroyos  de la Subbética como el de Lucena (1620) o el del Junquillo ¡1629);  religiosas como la   ampliación de la casa del santuario del Virgen de la Sierra; o trabajando en los mármoles del retablo de la catedral de Córdoba (1620), también en el trascoro de la catedral de Sevilla;   v, sobre todo, compartió obras con Ginés Martínez de Aranda en la fase final de  la iglesia mayor de la Mota. Pues terminó, muerto Ginés en 1620, la cabecera de este templo abacial donde se valió de la maestría del grupo de canteros relacionados con su suegro.  Es verdad que venía recomendado por su protector y patrono el Duque de Sesa a las obras de la ciudad de Alcalá la Real, donde la familia de este noble regentó la alcaldía en tiempos pasados, le nombró tesorero ducal hasta 1637 y el propio Luís llegó a ocupar uno de los regimientos del cabildo municipal en el quinto decenio del siglo XVII.
        Estos dos arquitectos Ginés Martínez y Luis González de Aranda serán, además de ser sus parientes, los mejores avalistas en la formación profesional del joven cantero Juan de Aranda para encomendarle algunas de sus obras y para prepararle como maestro mayor de obras. Juan de Aranda tuvo sus primeros domicilio y vecindad en la villa natal del Castillo de Locubín, donde se casó con Ana de Jerez en 1624, hija de los castilleros Francisco Ruiz Cortecero y María de Jerez. Por la dote que incorporó a sus bienes, estos ascendían a más de cien mil maravedíes y, como maestro formado, incluyó las trazas del oficio de la cantería y herramientas que importaban unos 36 ducados, una cifra inferior a la aportado por su futura esposa que lo doblaba en caudal de bienes para iniciar la nueva hacienda matrimonial.
Su carrera profesional corrió como un auténtico relámpago, porque ya trabajaba en igualdad de condiciones con los mejores canteros como el asentador Damián López y sus primos en la terminación de la cabecera de la iglesia abacial y el convento de las dominicas de Nuestra Señora de la Encarnación de Alcalá la Real (1626). Este mismo año, subió un nuevo paso de su escalafón social al recibir el título de familiar de la Santo Oficio de la Inquisición en la ciudad de cordobesa Torres Cabrera, donde intervenía en algunas obras. Y no es de extrañar que en 1627 se le nombre maestro mayor de obras dela catedral de la Mequita de Córdoba. Mostraba una gran veteranía porque, en poco tiempo, se ha especializado en muchos campos de la arquitectura a la vera de los anteriores, maestros y asesorado de sabios canteros como Juan Roldán, que le acompañaron en sus posteriores destinos. Este periodo está jalonado de obras en Castillo y Alcalá, principalmente destacan la iglesia de San Pedro de su tierra natal, el coro bajo de la iglesia mayor abacial, los templos de los monasterios de la Encarnación, Consolación, y Rosario de Alcalá Real. Varias obras de la fontanería entendida en su sentido más amplio como la construcción del Lavadero Nuevo de Alcalá la Real y el puente del camino de Alcaudete a Luque.  Desde 1624 hasta 1634, se consideraba un periodo oscuro de la vida artística de este maestro de la diócesis de Jaén, tan estudiado y documentado a partir de la última fecha por muchos tratadistas. Hoy, podemos confirmar y testimoniar casi todos los pasos de la primera etapa de Juan de Aranda y refrendarlos por su madurez, ya que nació en 1590 según la aportación documental de Rafael Galiano Puy. Sin lugar a dudas, se iniciaron, en su tierra natal y abacial, su formación, su aprendizaje y sus primeros pasos como contratante y maestro de obras.  En junio de 1627 se le nombró maestro mayor del retablo a Juan de Aranda Salazar, quien ya trabajaba desde la marcha del hermano Matías, y bajo su dirección se terminaron las obras de piedra en mayo de 1629. Compartió su dirección con la obra principal del cuerpo y cubierta de su iglesia bautismal, y destacando además la capilla funeraria del capitán Martín de Artiaga, un hidalgo que hizo capital en la guerra de la Alpujarra y se afincó en el Castillo de Locubín por motivos matrimoniales, donde fundó el Hospital de la Madre de Dios en cuya reforma también participo Juan de Aranda, Precisamente esta fecha comenzó a contratar otras obras de monasterios y templos alcalaínos  con un discípulo Pedro del Portillo que le acompañará en muchas obras de la diócesis de Jaén. Incluso, su prestigio profesional le valió ser recomendado como maestro mayor de obras de la catedral de Granada en 1631.
En los dos últimos años de su estancia en la Sierra Sur antes de marchar a Jaén, firmó varias obras de la iglesia Mayor de la Mota, su coro y su chapitel de la torre de campanas. Su cantero fiel y favorito Juan Roldán le allanó el camino para ser nombrado maestro mayor de obras de la catedral de Jaén en 1634 unos meses antes de la llegada de Juan de Aranda.  En Jaén, Juan de Aranda amplió su familia con nuevos hijos y se casó en segundas nupcias con doña Mayor de Mérida en 1647.
Ya aportamos en otra ocasión a partir de 1627 la presencia y las trazas de las obras del cuerpo de la iglesia de su pueblo natal[3]. Ahora de nuevos constamos otros datos que constata su presencia en la obra desde 1630. Decíamos que tuvo algunos problemas de financiación de la obra que se paliaron con la llegada de nuevos censos. Pero, en esta última fecha, se encuentran varios documentos que lo relacionan con el mayordomo de la iglesia el presbítero Juan Márquez. Curiosamente, se declara maestro de cantería y vecino del  Castillo de Locubín. Estos son:
- Una partida de 26 de marzo de 1630 que pagaba el mayordomo Juan Márquez  valorada  a Juan de Aranda, como maestro de cantería de la obra de la iglesia de San Pedro y vecino del Castillo de Locubín en la cantidad de  16.30 maravedíes[4].
 -Una partida de 16.030 maravedíes por diferentes partidas  a costa de la obra de la iglesia de San Pedro, con fecha de 27 de julio, firmado por el mismo y mayordomo.
-Otra partida  de 947 reales   y tres cuartillos con fecha del  ocho de septiembre, en los que se insiste en una partida requerida por el Juez Apostólico de 425 reales para la obra de la Iglesia.[5]  
-Otra partida de 4.450 maravedíes[6], como maestro de cantería de la obra  de la iglesia de San Pedro, que le pagaba su mayordomo Juan Márquez, con fecha de 17 de marzo de 1631.
-Incliuso, una renuncia de una escritura de la compra de venta de una casa de la calle de San Pedro, que le vendió el presbítero Pedro del Pozo con fecha de 18 de febrero de 1632 ante Francisco Jordán. 
Por estos años, se encuentra  como un hombre de negocios, y orgulloso de ser familiar del Santo Oficio de la Inquisición en Castillo de Locubín,  que invierte sus  ingresos de las obras en tierras de la zona. 1631 le compró a Juan González, mujer de Bastián Izquierdo y a su hijo Juan Izquierdo  medio celemín de tierra con arbolado de frutas en la Zarza[7].  A Bartolomé Colladom uina huerta en el Rio, lindera con vereda del molino y tierras de l convento de la Santísima Trinidad  por 265 ducados en  25 de abril de 1632. Incluso, realiza varias operaciones  de censo, junto con su esposa Ana de Jerez de 1.200 maravedís de corrido, a favor de Bernabé de Alba y Gaspar de  Loja, carpintero, vecinos de Alcalá la Real; y otro con Juan Galán de la Bella de cuatro aranzadas de viña en el Picacho u un rédito de mil maravedíes de rédito en  27 de febrero de 1632 (8]. Incluso arrendó a Martín Sánchez Hidalgo  una pieza de tierra en las Ventas del Carrizal con su huerta, lindera con  de Diego López de Sillo  de juan de Villán[9]
LA CAPILLA DE MARTÍN DE ARTIAGA EN LA IGLESIA DE SAN PEDRO.
Ya hemos escrito y lo han hecho otros muchos sobre la fundación del Hospital de la Madre de Dios del Castillo de Locubín[10]. Pero, en plenas obras de la iglesia de San Pedro, se habían cambiado algunas cláusulas del testamento de este hidalgo Martín de Artiaga. Por eso se acudió al abad don Pedo de Moya, que dictó un decreto para restablecer la situación  la capilla, capellanía y hospital de la Madre de Dios. Dice así.
“Don Pedro de Moya, por la gracia de Dios y por la Santa Sede Apostólica, Abad de Alcalá la Real del Consejo de Su majestad Nos , por quanto el capitán Martín de Artiaga, vecino y regidor  que fue de la dicha ciudad de Alcalá la Real, , fundó patronazgo de una capilla , hospital y capellanía, y la dicha capilla fundó en la Iglesia  del Señor San Pedro del Castillo Locuvín, la qual se derribó, , por el nuevo edificio y fábrica de la dicha Iglesia, y en ella se hiço otra de nuevo arco y sobre arco, a la mano derecha del, Evangelio, fuera de la capilla Mayor, que hace forma de capilla ornacina, y por otra parte de don Pedro de Pineda Lences, como deudo del capitán Martín de Artiaga y que sucedió en el dicho patronazgo, nos pidió que en raçón de la dicha capilla, la hagamos graçia del dicho arco, para que con él pueda tener su retablo y altar y entierro, y que pagara a la fábrica de la dicha iglesia cien ducados por la mejora del dicho arco, y sobre arco, y que se despache título en forma. Por tanto en la mejor forma y vía que podemos y concedemos al dicho don Pedro de Pineda Lences, y a sus sucesores en  el dicho patronazgo, la dicha capilla y arco y sobre arco, con obligación que a de tener y tenga reparada y ornamentada a su costa y con toda decencia y artes, y le concedemos al dicho don Pedro y a los dichos sucesores el jue dicendi et sepelliendi , y si alguno fuera de ellos se enterrare, sea y se entienda pagando a la fábrica de la dicha Iglesia los derechos acostumbrados de los entierros como si se enterrara fuera de la dicha capilla en testimonio  de lo qual le mandamos dar y dimos la presente firmada de mi nombre  y sellada con nuestro sello y firma de nuestro secretario, en Madrid a seis días del mes de noviembre de 1629. Firmado el abad  de Alcalá. Por mandato del Señor Abad. Fdo, Alonso de Cuevas.
De lo que se concluye que se derribó la parte anterior de la iglesia vieja, y hubo que reformarla, y que se había cumplido las clausulas testamentares, con la capilla y las dedicaciones de misa en honor del capitán, y había que restituirlo. Por eso, el mayordomo Juan Márquez, levantó una nueva escritura en la que manifestaba en 29 días del mismo mes de 1631, que había recibido del patrón Pedro de Pineda Lences cien ducados para reformar y mejorar la dicha capilla  de Martín de Artiaga. Y le concedió el título de su posesión, siendo testigos  Miguel García Carrillo Cristóbal Jiménez, y Juan Díaz de Aranda[11].

Y la relación de Juan de Aranda Salazar no se queda en este simple dato, sino que intervino en la obra del propio Hospital de la Madre de Dios, el cual ya comentamos que había realizado en la obra de albañilería su padre Francisco de Aranda[12].


Figuraba don Pedro de Pineda Lences, como patrono del Hospital. El maestro de albañilería se comprometía a "hacer una esquina, lienzo de pared y portada de cantería que se entiende desde una raja que face desde una pared junto a la esquina desde cara de la casa de Beatriz de Mesa; todo el lienço de la calle   faciendo la portada fasta lo encrecido que llega a la tapiería, todo de piedra de cantería, bien labrada por fuera; todo lo qual se obligó de facer el dicho Francisco de Aranda, a su costa, puniendo todos los materiales por ochenta ducados que tiene concertados con el dicho don Pedro de Pineda Lences,  que por ello le a de dar la mitad  en el día que comience la dicha obra;  y la otra mitad el día que quede acabada".
-Y señalaba específicamente las siguientes condiciones
-Primeramente es condición que  se a de derribar toda la pared  desde la REja de la calle (...) hasta lo encrecido de la calle  real (...) a su costa y quitar don Pedro la tierra que no fuere menester  para la dicha obra a su cotas (sin) todo  lo derribado.
-Y es condición que el dicho Francisco de Aranda ha de sacar y traer toda la piedra de cantería y los demás materiales  que fueran menester a su costa  y facer toda la dicha esquina y lienço de pared con su portada, como está dicho desde el suelo y fasta lo alto que fuere menester, y asta poner una cornisa, y a de facer un tabernáculo para poner a  la Virgen  a esta otra parte de la ventana, labrado de piedra llana, y poner un escudo de piedra, que está fecho en el dicho  Hospital, a donde el dicho fuere; toda la parte de la cara de la  calle de buena piedra de cantería, bien labrada llana, y por dentro de piedra basta y enlucido, Y a bista de oficiales bien fecho y acabado. 
-Con las dichas condiciones se obligó a facer la dicha obra por los dichos ochenta ducados y acabarla de facer para el día de la Pasqua Florida primero que bendrá de este presente año.
Si no lo ficiere, el dicho Pedro de Aranda Lences podía buscar oficiales para acabarla y ejecutarla, y apremiar a Francisco de Aranda por los dichos ochenta ducados por los daños y con los intereses que ocasionare. 

Por su parte Juan de Aranda Salazar se comprometió con el mismo patrón, en 1631. Como maestro de cantería y vecino de la villa del Castillo de Locubín “una pared de piedra de cantería en las casas del hospital de la Madre de Dios de esta  ciudad, de la qual es patrono  y administrador don Pedro de Pineda Lences, vecino de esta villa, en la qual dicha pared  es la que ay en el patio, las sustenta  el cuarto de en medio de enfermería de los ombres, la qual dicha pared se obligó a hacer en la forma  y condiciones siguientes”. Con respecto a la obra anterior se obligaba a “derribar  la dicha pared ya hasta superficie de tierra dejando apuntadas las maderas que cargan en ella, ansi del tejado como de los suelos  y lo demás necesario”. “ en la restauración debían ceñirse a “ volver la a hacer y reedificar de mampuesto de hacera s y mezcla de  cal y arena dejando en ella las puertas y ventanas que ay tienen ansi en lo bajo como en lo alto de manera  que los pilares de lo alto , sin embargo se an de volver a hacer para recibir las  maderas del tejado”, Concretizando detalla “ que la esquina que labrada  parte  a la escalera y el patio a de ser de sillería  labrada y resciva las maderas  y que tenga por la parte del patio de ancho hasta el primer suelo cinco quartas de allí arriba, tres haciendo  algunos dentellones que traven la mampostería, y por la parte de de la escalera  desde llevar  el grueso , lo que  tuviere la pared, que se le da de dar lo que oy tiene y a de subir esta esquina de piedra  hasta el segundo suelo de la cámara, porque desde allí  arriba an de yr  los pilares  sólidos de yeso
Y concierta el  presupuesto “para todo lo qual le a de dar pedro de Pineda Lences, patrono  del dicho hospital todos los materiales necesarios ansi de maderas como de piedra, como sólo a de poner el dicho Juan de Aranda  las manos y herramientas, con  que se  a de trabajar en la manifactura de la obra.
El compromiso de Juan de Aranda consistía en sacar y labrar la sillera para esta esquina y sentarla, “sin embargo en traerla hasta el hospital era por cuenta del patronazgo. También se obligaba al desescombro. También el revoco,  el jaharrar  quedaba por mano del Hospital.
Para controlar la obra, se hacía a vista de oficiales  y el inicio debía ser  dentro de dos meses  de la firma del contrato  y acabada a fin del mes de septiembre  del mismo año 1631. El concierto de dinero era 700 reales (la mitad al comenzar la obra y la otra mitad conforme a la obra se va ejecutando) [13]

 







[2] DIARIO  JAÉN LA SEMANA. DOMINGO 8 DE ABRIL DE 2019. LA HUELLA DE LOS ARANDA (III). JUAN DE ARANDA SALAZAR. EN JAÉN SEMANAL


[3] MARTÍN ROSALES, Francisco. La iglesia de San Pedro, obra del famoso arquitecto castillero Juan de Arana Salazar; la Iglesia en el siglo XVII. Pregón de Fiestas y Feria del Castillo de Locubín .Ayuntamiento 1985.
[4] AHPJ. Francisco Jordán.  Legajo  5701. Folio 746.
[5] AHPJ. Legajo 5701. Folio 832. Francisco Jordán.
[6] AHPJ. Ibídem. Francisco Jordán. 17 de marzo 1631.
[7] AHPJ. Francisco Jordán 5702. 19 de abril de 1631.
[8] AHPJ. Francisco Jordán. Legajo 6702. Folio 1.612. 6  de noviembre de 1630.
[9] AHPJ  Francisco Jordán. Legajo 5701. Folio 1200 ilegible Seis de noviembre de 1630.
[10] VIERNES, 2 DE OCTUBRE DE 2015 MOISES GALLARDO EL CAPITÁN MARTÍN DE ARTIAGA Y LA FUNDACIÓN DEL HOSPITAL DE LA MADRE DE DIOS. http://castillodelocubinenlahistoria.blogspot.com/2015/10/el-capitan-martin-de-artiaga-y-la.html

[11] AHPJ. Francisco Jordán. Legajo 4702. Folio sin numerar, Fecha 6 de noviembre de 1631.
[12] EL HOSPITAL DE LA MADRE DE DIOS DEL CASTILLO DE LOCUBIN Y FRANCISCO DE ARANDA Un documento del escribano castillero Francisco Jordán, datado el 27 de octubre de 1617, ilustra de una fase constructiva del Hospital de la Madre de Dios, fundado por el capitán Martín de Artiaga  a mediados del siglo XVI. Se realizan unas importantes obras por Francisco de Aranda, que figuraba como albañil, hermano de Ginés Martínez de Aranda y padre de Juan de Aranda Salazar. Fueron testigo por  Francisco de Aranda, que no sabía escribir, Diego Monte, Pedro González de Párraga y Pedro de Córdoba, sin embargo don Pedro de Pineda Lences firmaba el documento como  el contratista; pues además ejercía como patrón de esta institución a la hora de gestionar censos, memorias y fundaciones (María de Molina a cuatro de enero de 1618, censo de 50 ducados). Se refiere en los siguientes términos:

 






[13] AHPJ. Francisco Jordán. 29 de marzo de 1631



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