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viernes, 8 de mayo de 2020

LA MOTA NO SE VENDE. CAPÍTULO I. ENTRE EL RELATO Y LA NOVELA HISTÓRICA,


        LA MOTA NO SE VENDE




            INTRODUCCIÓN


Era un día  de Navidad del año 1994 y, no había mucho personal en las oficinas del ayuntamiento alcalaíno. Ángel, desempeñando las funciones de secretario interino, había recogido el correo de manos de los ordenanzas y lo clasificaba para distribuirlo entre las distintas dependencias. De pronto topó con una exótica carta, creía que era propaganda de una rama árabe y, por ello,  estuvo a punto de tirarla en la  papelera precipitándose  por el color verde claro de su papel y  por unas grafías que le fueron imposibles de descifrar de su remite. "Una broma de algún gracioso", pensó en su interior. Sin embargo, antes que cometiera un desaguisado, fijó la mirada en ella  y se percató que en otro color estaban escritas las señas en versión inglesa. Y, en el dorso de la carta, en letras pequeñas, venía relatado el nombre de un personaje árabe.
 
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            Llegó un mercedes negro, muy lujoso, con una  pegatina que  en el espejo de la parte trasera  tenía impreso un banderín y el emblema de Pakistán, de él se apearon varios señores, vestidos con chaqueta americana, eran la escolta del jeque, que estaba recostado en la parte trasera derecha del automóvil.
            A las puertas del Ayuntamiento,  el alcalde, dando sensación de solemnidad, con su chaqueta cruzada azulmarino, lo recibió como la máxima autoridad alcalaína.
            En su despacho, se intercambiaron saludos y se hicieron las diplomáticas presentaciones de los miembros de amabas comitivas. El alcalde se hallaba acompañado de varios tenientes de alcalde, su secretario Ángel y varios  socios de una fundación en trámite que pretendía revitlalizar el monumento, todos ellos  formados en  el intercambio  y con ciertos conocimientos de inglés y francés. Tras  referir el jeque su  origen musulmá emparentado con los primeros Banu Said, recatamente, le dice que tiene mucho interés por  las características del monumento. Le  recuerda  que el poeta  al-Hiyari la llamaba Roca de Andalus,  pues su gabinete técnico le ha preparado algunos dossieres en los que recogían algunos bellos cantos como cuando otros la definían "Riñón de Andalucía".  Una de las presentes, al instante, le hace referencia al tiempo de que esta fortaleza era muslmana,  y le dice que se llamó Qalat Yashub, Qalat Astalir y Qalat Banu Said,  término que, en época de frontera, con los reinos castellanos se castellanizó con  el nombre de Alcalá de Aben Zayde con la conquista de Alfonso XI en el año 1341.
-       -He encontrado que los reyes moros  la consideraban un auténtico azote, pues tenían por  el mayor padrastro que Granada tuvo. Y, lo que tenían por seguro, en palabras de un alcaide antiguo llamado Gamboa  que era la ciudad de Alcalá de Aben Zaide, así por la natural fortaleza del sitio como por la fortaleza de de sus murallas y torres que para aquel tiempo eran gallardas, como hoy se muestran, parecía inexpugnable, como lo era, y que había conservado la frontera por los moros tanto tiempo, estando tan cerca de Jaén y Martos y Alcaudete y todo lo demás de Andalucía, que era de cristianos, y sólo ella y su Castillo de Locubín hacían reparo a la entrada de los cristianos.
-Todo es según el cristal con el que se mire. Para los reyes cristianos era su mejor escudo. Entre ellos, los Reyes Católicos  y sus antecesores la consideraban  una de las mejores fuerzas y fortalezas de Andalucía, ateniéndose a que era  el paso mejor guardado entre el reino de Castilla y Granada la llamaron  llave, guarda y defendimiento de  los reinos de Castilla y León. Una exageración, sin embargo, era  lo que decía en  1588  cierto regidor, con el fin de que no se creara una nueva parroquia en el barrio de la Veracruz la mayor e inexpugnable fuerza que el Rey Nuestro Señor, en este caso Felipe II,  tiene en toda Andalucía y reino de Granada.  Incluso, su situación privilegiada, daba lugar a que la  estimaran mas y la protegieran con medidas de exención de impuestos y  ayudas de bastimentos  para sus defensores. Pero, todos estos elogios no respondían sino a  una ciudad con dos mil vecinos, dos parroquias y varias ermitas nuevas que colaboraban con las anteriores, de modo que no podía permitirse  el lujo del perder el carácter privilegiado de la fortaleza por el simple capricho de algunos vecinos querer crear una pila para bautizar en la iglesia de la Veracruz, que , según ello, estaba cubierta con los servicios religiosos del convento de Conspolación y , tan sólo, tenía un santero y ningun cura capellán.
Disertaban sobre el mencionado alcaide Gamboa, que fue el primero que escribió una  historia de los orígenes de  esta ciudad, de su  villa del Castillo de Locubín y de la conquista cristiana. Y, le advertían que incluso esta fortaleza pasó de manos musulmanas a cristianas por un  desinio divino, pues uno de los del Consejo Real le refirió el siguiente dicho de Salomón Señor, Salomón, dixo que el corazon del rey está en la mano de Dios para lo guiar a do qusiiere. Diós  creía  en toda la tierra de Alcaá de Aben Zaide.Por eso, tras la batalla del Salado y unas maniobras de distracción, el rey Alfonso XI fijó sus objetivos militares en el año 1340 en Alcalá lde Aben Zaide, pues decían que esta ciudad serviría de fuerza tan importante  para colocarse como freno y llave de Castilla, como en adelante aconteció. Primero, conquistó el arrabal Viejo, llamado de  Santo Domingo de Silos, porque  aconteció el día 20 de diciembre, después el  seis  de agosto el resto de la fortaleza. De ahí le viene el nombre de Alcalá la Real, y  el llave y Guarda de los reinos de Castilla y León.  
 
Como el gabinete del alcalde estaba de antemano  preparado para recibir la ilustre comitiva, inmediatamente, el edil mayor llamó a  sus técnicos municipales, para que le  expusieran y disertaran sobre las pecualiariades técnicas  del monumento ( las tres hectáreas de las que se compone todo el recinto fortificado, la orientación de las murallas, el enclave geográfico, la localización dentro de la ciudad...). Le hacen un breve resumen del monumento en los siguientes términos tras abrir un plano de todo el recinto: más que un castillo es un recinto fortificado, que actualmente se encuentra sin población, pues se abandonó por los primeros años del siglo XVIII. Se distribuía entre  varios círculos de murallas. La de la alcazaba, o parte militar; la  madina  con su  mezquita;  el barrio popular, todo ello encerrado dentro de la segunda muralla y los arrabales que se expandieron en los años siguiente, principalmente  el arrabal Viejo. Simplemente, como muestra de algunos datos estadísticos, solían vivir unos novecientos vecinos,  en más de doce calles en el interior fortificado y algo parecido en los arrabales de su alrededor, había más de cien tiendas,  294 casas, y  allí estaban los edificios, más importantes de la ciudad. El alhorí alto y el bajo, el cabildo, la casa de la Justicia, el palacio abacial, la imprenta, la iglesia abacial, las carnicerías, dos hospitales, varios mesones,  los escritorios, las cárceles, las boticas, la escuela, ........        
            Tras un austero desayuno con café con leche y té y unas pastas de marca, según el gusto de los comensales, bajan de la sala de audiencias por las escaleras de la bóveda de media naranja, contemplando  el mural del hombre del arado.

            El guía les sugiere que hay que ser cauto con lo que se van a encontrar, a pesar de que las últimas restauraciones han cambiado el recinto fortificado. Pues,  en el siglo pasado hasta los años setenta era un punto del que quedaban algunos restos de murallas, un cementerio abandonado y parte de la muralla y de la alcazaba. Les justificaba que se abandono se produjo a mediados del siglo XVII, y les dio una nota de un acbildo del 23 de junio  de 1668. Decía así:
 Y en la celebración de la Fuesta del Santísimo Sacramento vaya la procesión por lo más dilatado y público del dicho sitio de la Mota y en las calles que han quedado en forma de calles, por donde pasa no hay dieciséis casas habitables y todas  las demás arruinadas y descubiertas y es necesario repartir por distancias entre los vecinos de cada oficio que cuidan la parte que se les encargan , para que con ramas y colgadores y haciendo calles de madera cubran parte de aquellas ruinas y las pongan con alguna decencia(,,).pues se había convertido en un bosque de conejos, pìllaeje, ganado arruindo que ocasionaba pecados... 
















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