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jueves, 14 de mayo de 2020

CAPÍTULO SEXTO CARLOS III, ESPERANDO A FELIPE V.


 Fin de siglo: Deudas y empréstitos




El final del siglo deja traslucir esta leve remodelación y clarificación administrativa. El embrollo en el pago de los continuos donativos, servicios de la Corona, imposiciones y las correspondientes contraofertas de roturaciones de tierras dio lugar a situaciones que fueron calificadas de mala administración y gobierno, malversación de fondos, aprovechamiento de cargos, y todos los vicios que el mecanismo administrativo podía permitir. No era extraño que resoluciones como la devolución de las tierras compradas en tiempos de Luís Gudiel, prolongaran sus usufructos hasta el año 1678 después de todo tipo de resoluciones realizadas  por la Corona. O los atrasos  en los servicios de millones no pudieron resolverse más que mediante un concierto entre la Corona y el cabildo alcalaíno gracias a las gestiones de los corregidores, porque las deudas se acumulaban y eran incobrables por las circunstancias externas  de la peste y por recaer en las clases más desfavorecidas. Este en 1682 se fijó en 400.000 reales anuales y aún así era imposible llevar a cabo el repartimiento entre los vecinos. Los arbitrios por tierras roturadas que servían para poder cumplir con todas las situaciones anteriores se encontraban en una situación parecida. En 1687, la situación se describía:

“Han crecido las deudas por falta de cosechas y pobreza de vecinos y muchas roturas están holgando por no aver quien las arriende y se deven réditos de más de 30000 reales y al Pósito 1507 fanegas de trigo y hasta 47,500 reales”. (Cf.23.1.1687)

 No se habían presentado tampoco las cuentas de las tres mil fanegas roturadas de la cuerda de Córdoba a la Corona desde 1660 y desde 1670 hasta 1681, la deuda de los arrendamientos de vecinos era 2.682.679 maravedíes y los atrasos 19.746 reales. Ni se habían  pagado el servicio ordinario y extraordinario, ni el chapí de la Reina en 1683 que suponían una cifra de 397.352 maravedíes anuales y desde 1674-1682 la deuda se elevaba a 2.576.178,  aunque estos se soslayaron basándose en una defensa de sus privilegios que procedía del siglo anterior. Eran imprevisibles las visitas de cualquier tipo de recaudador o ejecutor de impuestos como en 1686 Francisco Ronquillo, administrador de la Sal de Córdoba, reclamando cantidades atrasadas a la ciudad y ésta tratando de evadirlas.  

En este contexto era imposible hacer cualquier gasto en celebrar muchas fiestas votivas, incluso, las de la Corona y la ciudad  había abandonado muchos votos de patronos, recibiendo los apercibimientos del clero. Aún más, muchos vecinos rechazaban los cargos de receptores, depositarios, mayordomos  y administradores de arbitrios, porque pagaban con sus huesos en la cárcel la gestión, debido a la gran acumulación de deudores y a la adversidad de los tiempos. Lo mismo, le sucedía a los cobradores de penas de cámara como en 1685.
Todos los vicios administrativos recaían en los regidores  que nombraban entre sus clientelas a receptores de los  arbitrios, con los que se repartían los emolumentos de gestión y así procuraban retrasar pleitos, demorar las esperas, el impago de censos, la llegada de ejecutores que a veces gravan  más los arbitrios que la renta establecida, la falsificación de incobrables, adelantamiento de cobros para ganar más. Así lo recogía una cédula real de 13.4.1693 ante la denuncia de Bartolomé Ramírez del Postigo, que llegaba más lejos acusando  de que los regidores se llevaban más de cincuenta ducados de los doscientos en que había sido subastado el servicio y del repartimiento entre 37 fanegas para el regidor y doce para el jurado comisionados. Lo mismo acontecía con el sistema de pesas y los compradores al no existir almotacenes  puesto que, al ser de palo, tenía más fraude de  dos a tres onzas. (ced. Real  4 y 16-3-1693). 

La Corona trataba de remediar muchas de estas situaciones mediante indultos y conciertos, enviando jueces, administradores y depositarios, como en el 1688 que se concedió un indulto  de 8,000 reales por los arbitrios de tierras.
No fue tampoco el caso del administrador Duarte de Lemos en el año 1690, administrador de los reales derechos  los dos millones, que provocó la airada queja de los labradores porque

“los violenta a los dichos conciertos y amenaça a que benga a pagar las cantidades que les parece repartirlas, sin considerar  la imposibilidad del vecino,  ni atender así la causa o no y, para obviar estos inconvenientes y los conciertos, los hagan con plena libertad de vecino que quiera concertarse, por lo que justamente  se hiciera pagar, la ciudad incluso manifestó su apoyo a no concertarse y aplazarse hasta después de la recolección(cfr 15.7. 1690).

Ante la situación de este año en que la ciudad está tan necesitada de labradores que las más de estas tierras están holgando,  no había más remedio que solicitar que se desistieran de cobrar el dos por ciento del impuesto del trigo, cebada, vendido en la Alhóndiga y Plaza Pública, las alcabalas, las tercias y los cuatro por cientos por el encabezonamiento que tenía la ciudad, e, incluso, se impidieran los registros de las siembras para que se recuperara la angustiosa situación de la sociedad alcalaína.
Si las relaciones con la Corona complicaban la economía municipal, no eran menores las obligaciones contraídas con los prestamistas de censos que a lo largo del siglo habían servido para afrontar todos los gastos. Raro no era el día que no se afrontaban situaciones complicadas en las que jueces, ejecutores  y abogados obligaban a la ciudad a tomar medidas urgentes en depositar fondos, solicitar aplazamientos o afrontar los gastos con los medios lo más pronto posibles. Una muestra de ello es la relación con el préstamo de la ciudad de Córdoba, que el doctor Rosado, obligó con todos los medios para recuperar los intereses y atrasos:
"Haciendo notables vejaciones y molestias, assí en esta ciudad como sus vecinos, contra los términos regulares del derecho, por no oir a las partes en sus justicias sus excepciones de defensa , descomulgando a muchos con cuyos atropellamientos  y excesivos salarios ...no dan recibo de lo que paguen".  
El propio alcalde mayor en el mes de marzo de  1692 se encontraba excomulgado y encarcelado en su casa por asuntos relacionados con la causa de Francisco de Medina, y el corregidor Bartolomé José Messía y Serrano en Andújar y , después en Madrid,  resolviendo con el Presidente del Consejo de Castilla asuntos de relacionados con las cuentas, servicios de milicias, deudas y embargos del anterior corregimiento. En el siguiente cuadro se observa la situación de la Alcalá de finales de siglo certificado  por Jacinto Callejón con motivo de la aclaración de las cuentas de los débitos en el impuesto de millones que se llevaron a cabo con el encabezonamiento del día 2.7.1683[1].

 PADRÓN DE VECINOS Y OFICIOS 


ALCALÁ

CASTILLO DE LOCUBÍN

Vecinos 1669

593

Eclesiásticos: 110
Viudas:215
Pobres de solemnidad:181
Jornaleros trabajadores: 480

Oficios(labradores, sastres, zapateros, cordoneros, curtidores, carpinteros, herreros, sombrereros, herradores y cardadores): 669

31
70
66
246
20 mozas




54

104 vecinos labradores

Casas abandonadas:1345

246

Sitio: Mota, barrios de san Bartolomé, santo Domingo, Peña Horadada, san Sebastián, Yedra y Caba.


         
Desde la Corte el corregidor consiguió  en el mes de junio de 1692 un indulto de los arbitrios de tierras y otros pleitos que tenía la ciudad, consistente en la mitad de su importe( 24.784 reales). Ni aún así podía pagarse a plazos hasta el 1694. Sin embargo la cuestión radicaba en los años noventa en la manera de hacer frente a su pago. De ahí que la ciudad pidió una nueva provisión real para recaudar fondos. El panorama en este año era el siguiente.
En tiempos del corregidor don Manuel Hurtado de Mendoza (1689) se habían revisado las cuentas de todos los arbitrios de tierras, las principales, y las nuevas, y resultaron alcanzadas en débitos, alegándose que se habían tenido que emplear en los tradicionales servicios a la Corona, referentes a las contribuciones militares y diversos donativos para sanear la hacienda nacional. Tampoco se habían pagado los censos que habían servido para los gastos de muchas obligaciones ni había finalizado el pago de la villa del Castillo de Locubín. Los bienes de propios de la ciudad tenían poco valor, y la mayoría estaban hipotecados hasta el punto que en muchas ocasiones quiso cobrarse de los bienes de los propios capitulares. Se intentaron por tres veces los indultos y ante la falta de nuevas propuestas de arbitrios con los que responder a la Corona era imposible afrontar. Si mal estaban las cuentas relacionadas con esta, alcanzado la suma de más de treinta mil reales, la situación social y económica no  era más favorable. Los padrones últimos alcanzaban tan sólo unos mil ochocientos vecinos- la que anteriormente llegó a tres mil, aunque estos datos hay que verlos con cierto recato- y la mayoría de sus barrios altos arruinados- Mota, santo Domingo, san Blas y san Sebastián-, y el comercio  había decaído intensamente y era muy escaso, prácticamente íntercomarcal, salvo las fábricas de paños de Alcalá y Castillo de Locubín que es el único trato que hay. Por eso, se propuso una nueva imposición en nuevos productos en concreto, dos reales en cada libra de tabaco vendida, cuatro maravedíes por cada cabalgadura en mesones y posadas, al mismo tiempo que venta de veinte fanegas de tierra del ruedo a particulares.
La Corte, por su parte, no hacía sino dilatar con contraofertas y dilaciones los buenos intentos de la ciudad hasta el punto que el corregido tuvo que volverse a finales de noviembre dejando comisionado a su hijo Fernando Segundo Mesías y Lorena. En el año 1697 todavía se mantenía litigios en el pago del indulto, que se había de repartir su período de pago en tres años, y la forma de afrontar sus recursos, denegándose la venta de diez fanegas de tierra del ruedo de la ciudad y aceptando la Corte el conocido recurso de la prórroga de los arbitrios de tierras roturadas. Al final se concede con una provisión en la que se le conceden cuatro años para pagar los 44.000 reales en cuatro años cargados obre una nueva imposición de diez reales por paño, y un real por cabeza de ganado menor, cuatro por mayor, que obligó aun nuevo registro de ganados, batanes, tratantes de paños, tenderos.
















A finales del año 1692 y principios de 1693  renació un antiguo conflicto con motivo del abastecimiento de la sal. Debieron estar implicados algunos regidores, peron no se conservan las causas ni los orígenes  propio intento de los miembros y escribanos del cabildo. Las actas de cabildo han sido arrancadas y, tan sólo, una cédula real el nueve de enero de este año hace referencias a las alteraciones de su precio en Alcalá y Castillo y las tropelías que se cometieron en el término de la ciudad, al mismo tiempo que obliga a los revendedores a fabricar la sal necesaria para el consumo y los derechos de administración, prohibiendo la emisión de falsas cédulas emitidas por el Rey y el Consejo del Rey.

Con motivo de la Real Pragmática sobre los gitanos que emitió el rey Carlos II, seis familias consiguieron en 1693 avecindarse  con las restricciones impuestas por las normativas
“se abezinden en el lugar en que su población sea de más de mil vecinos y que no usen los ejercicios de tales gitanos y cumplieren con el contenido de la Real pragmática”.         

Sin embargo, una año después la restricción con las familias es más estricta y no se reconoce la vecindad a la familia de José de Montoya y José de Malla y Flores.

Poco a poco se va clarificando la situación social mediante diversas provisiones reales que tratan de averiguar por parte del Consejo de Estado la situación  real de los propios, deudas de la ciudad y se hacen nuevos padrones a finales del siglo (1693). Sin embargo el incumplimiento de sus órdenes da a lugar en 1693 a excomulgar al corregidor Messía y Serrano, que había permitido  el rompimiento de las tierras en la Dehesilla de los Caballos. Algunas actuaciones se llevaron a cabo a partir de 1694 sobre las tierras arrendadas para los arbitrios de la ciudad, que fueron remedidas por el gran fraude que existía en ellas al no estar afianzadas y poner como cabezas a personas pobres y eclesiásticas. Esto se llevó a cabo  en mures y en Fuente Tetar, fijando unas suertes de 8 o 10 fanegas por personas y plazos de diez años.

Aunque el contencioso con el estamento eclesiástico en el año 1689, se retraía a más de veinte años, la asfixia de la ciudad se elevaba en algunas partidas del encabezamiento hasta treinta mil reales y pidieron el préstamo de 10.000 reales al propio abad para salir la situación (Cf.10.4)
Algunas veces la violencia alcanzó a los vecinos. Así, en el mes de abril de 1695 varias personas varias personas hicieron fuego a la cárcel, incendiaron el coche del recaudador de las rentas reales y todo el cabildo pedía al  alcalde mayor  que se cambiara a Diego de Daza de su cargo ( Real provisión de 18.4.1695).


Desgraciadamente no se pudo conseguir el establecimiento de un colegio de la Compañía de Jesús en la ciudad para paliarlos inconvenientes que suponía el traslado de los hijos de los caballeros a otras ciudades. En el asunto intervino el propio abad don Pedro de Toledo proponiendo como fuente de financiación complementaria la parte presupuestar de la Cátedra de Teología Moral, que se beneficiaría con la llegada de un padre de dicha compañía para impartir la doctrina teológica, y los seiscientos reales que compartía la iglesia con el cabildo en el sueldo del gramático. Además, se contaba con muchos bienhechores que apoyarían la medida.  
Alcalá compartió con otros lugares aquel clima religioso, que continuamente celebraba canonizaciones  en conventos e iglesias ( en 1681, en el Convento de san Francisco que se enladrillaba el claustro, uevas fiestas de San Juan Capistrano ; la fiesta de san Isidro) e, incluso, en el año 1689, murió una mujer de nombre Isabel de Aranda que recogía las actas del cabildo de la ciudad la atención especial que despertó en el vecindario y su cuerpo incorrupto:


“Había muerto Isabel de Aranda, que comúnmente por diferenciar llamaban la Santa de otros gremios de este nombre y apellido,  y  que es bien sabido que ha vivido adornada con muchas virtudes y muy favorecía de nuestro Señor”.  

Los diversos frentes de guerra en Africa, Flandes, Francia e Italia en el año 1691, agravaron la situación  y dieron lugar al levantamiento de tropas y registros de armas. Se llegaron a tomar medidas de creación de las antiguas milicias empadronadas de cada setenta y cinco vecinos un soldado.
En el mes de mayo de 1696 muere la reina y se celebraron solemnes exequias. Esto precipitó posteriormente la paz con Francia que fue muy celebrado a finales de 1697. 
Los tres últimos años del siglo no ofrecen sino unos enfrentamientos entre el corregidor Pinedo y algunos regidores en  el nombramiento de los alguaciles mayores y las competencias y atribuciones de las delegaciones, siendo apresados algunos de ellos. La ciudad de la Mota ya prácticamente es un testigo de una época pasada y Las murallas de la Puerta de la Pescadería por donde pasan los abades y clero y la Nueva se encuentran en muy difícil reparación. La vida económica ha languidecido en gran manera hasta tal punto que hasta la feria concedida años antes se considera un perjuicio para los vecinos, ya que las corta cosechas trigo, cebada y garbanzos suelen ser de autoconsumo, la saca de vino no existe, y tan sólo, se benefician los vendedores forasteros que extraen de los caudales doscientos mil reales en la vida comercial (26.8.1698), los impuestos sobre la poca industria de los paños se tiene que abandonar porque los encarecía.  Todavía a finales de 1699 ni se ha pagado el indulto de todas las deudas. Así se nos describe ante la orden de remisión de 22 soldados hacia la Costa:

·la suma pobreza en que se halla la ciudad en años tan calamitosos y falta de frutos por no aver granos que se siembran trigo y zebada y corta cantidad de viñas que ay y el fruto de ellas a corto precio  la venta e vino y no aver saca (Cf.17.3.1699)"
Curiosamente, en el cerro de enfrente de la Mota se levanta el año 1699 la ermita del Santo Sepulcro, como  última estación de vía sacra, en un antiguo oratorio,  y en la iglesia Mayor se dora el retablo, obra de Manuel de Álamo.      


Anexo de contribuciones, servicios militares y donativos .

   

Donativo de la Reina Gobernadora

16.2.1671 Guerra de Flandes, Cataluña, armada real, presidios y fronteras

Pagadero en 1671-1672 Sobre la prórroga de los anteriores de asaduras y lana y arbitrio de las tierras.

Donativo de 8.000 ducados

1664. Agenciado por el miembro del Consejo de SM Antonio de Contreras



Donativo de 18.000 reales

1667



4.000.000 ms

Cálculo de alojamiento, bagajes y transeúntes de tropas

Según el cálculo de 1671

Donativo de 2000 ducados

Año 1672

Pagaderos en dos años.

Contribución al puente de Toledo

Año 1671 y siguientes.



Alojamiento del tercio de Infantería de la armada del mar océano España

1672 con 58 plazas, compuesto de la plana mayor

Al final por gestiones del corregidor se redujo el número.


Nuevo alojamiento en 20 de .10.1672 de orden de la reina gobernadora por parte del Tercio de don  Manuel de Silva de la Armada del Mar Océano

Tuvo lugar 13.1.1673 con el envío de 1 sargento, 3 entretenidos y 3 de clase sencilla en el Castillo de lOcubín y en el mes de noviembre todo el tercio al mando de Francisco de Pereira

Cada soldado recibía diariamente dos reales

Donativo de 2.200 ducados solicitados por la Corona para la guerra de Flandes, Cataluña, Armada y Presidios ( ahora Guerras entre España y Francia)

Sin repartimiento ni apremio voluntario de vecinos.
Fue solicitado por el Marqués de Villaflores para recolectar un millón entre todas las ciudades

En el año 1677, se pidió prórroga de los arbitrios para afrontar los gastos.
. Correspondieron 950.000ms a  las ciudades del corregimiento de los 300000 escudos.

Continuación de los sueldos de 26 soldados del Tercio Provincial de Jaén

Desde el año 1666-1673
13-5-74; 2.5.75;11-12.76.



Nuevo alojamiento del Tercio Provincial al frente del capitán Pereira en 1674

62 soldados

Se logró enviar 39 a Arjona por las gestiones del abad San Martín

El Marqués  o conde de Sastiteban, capitán General de la Costa y el Reino de Granada solicita 18 soldados con destino a la guerra de Cataluña en 1.5.1675

Son los denominados quintos que reclutaba un capitán levantando bandera durante unos meses de forma voluntaria

La ciudad alega que no pertenece al dicho reino y solo le correspondía actuar en acoso de la frontera de la Costa


El corregidor de Úbeda y Baeza, don Luis del Hoyo Alvarado solicita soldados para 600 hombres que sirvieran al Rey en la campaña de Flandes y Cataluña en el tercio de Jaén recibiendo órdenes de Antonio Monsalve.

Se enarbola bandera en 3.4.1675

No hubo gente para servir al rey. Tan solo se pagaron vestimenta diez vestidos de paño fardo, camisas y diez espadas

Nuevo donativo de particulares, en 1675

Dos mil doscientos ducados a pagar en 1676 y 1677.

Sobre los arbitrios de las 1.000 fanegas y las carnes y asauras.

Nuevo donativo para hacer la armada y prevenirse con los planes del Rey de Francia

1.000 ducados

Situación difícil por el mal tiempo

Nuevo alojamiento durante tres días del Tercio de la Costa en posadas y mesones

24.12.1677. durante tres días
Estuvieron cuatrocientos soldados sin previo aviso.

Se les dio pan y vino para cenar
Pescado-bacalao, dos cargas de leña, 17 fanegas de cebada
Dos jamones y seis pollos.

El conde de Cifuentes, capitán General de la Costa reclama 18 soldados para el tercio de 1000 hombres de la Costa con destino hacia Cataluña

5.2.1678



Despacho de alojamiento de los tercios de Nápoles para el reino de Córdoba y Jaén

4.11.1678

La ciudad los rechaza por sus privilegios

 

Renta del pescado para la reconstrucción de torres y murallas

4.11.1678-hasta 1693



Alojamiento de siete compañías del Tercio de la Costa por el capitán general don Melchor de Portocarrero

6.1.1679

Además se dieron 25 cabalgaduras para llevarlos a Íllora

Nuevo repartimiento del chapín de la Reina 24.816 en cuatro meses

2.2.1681



Petición de 18 soldados solicitados por el Capitán general de la Costa Conde de Palma.

20.3.1682



Carta del corregidor de Jaén para formar un tercio de .1000 hombres presos y vagabundos

15.5.1682

No los había en la ciudad.
Había que alojar para arbolar bandera: un capitán y sargento  a 20 reales, un alférez a 15 reales. un paje de la Jineta a tres reales, un abanderado,, y un tambor tres reales.

Carta del Capitán General de la Costa Conde de Palma, solicitando soldados

1.12.1682

Se logra con alegaciones que no se envíen.

Carta Orden del corregidor de Jaén don Fernando de Cea y Córdoba para alojamiento en la provincia de 2.450 soldados.

25.12.1682

Sal, cama, leña  General Miguel de Villafañé. Estuvieron tres días en la ciudad si avisar.

Carta del Conde de Palma solicitando 18 soldados para la guerra de Cataluña

23.1.1684

Carta alegando al corregidor en Madrid que se suspendan.
3.4. Se lleva a cabo ejecución con 16 soldados.

Un ejecutor pide una ayuda para la peste Bujalance y Mantilla

3.3.1684

Se alega

Real provisión del donativo de los títulos que tienen oficio con voto o asiento

3.6.1684

Afectaba a regidores, corregidores, estanqueros, escribanos, alguaciles estafetas.
Los doce ducados de los regidores se dieron de los fondos de propios...

A partir de 1684 se redujo el pago de servicios de milicias a 22 soldados a treinta ducados. en Loja 12, y en Alhama 7.

1684-1693



El Consejo solicita 9 soldados para el tercio de la Costa

30.3.1685




Solicitud de 42 soldados para la asistencia de la Armada

17.7.1685

Fuertes penas a la desobediencia.


Nuevo encabezonamiento que procedía de 1683 del servicio de millones sobre la arroba de vino, vinagre y aceite, libra de carne, chocolate y cera que se rebajaron a 44.000 reales para la formación de ocho mil soldados.

5.3.1686-88

32 maravedíes en arroba de vino, cuatro reales por cabeza de ganado, y cuatro maravedis por libra de carne, Había una rebajo de un real y maravedís a los eclesiásticos.

Carta del Marqués de Villanueva para formar 1.350 solados en el Tercio de la Costa ante la llegada de gran número de soldados con motivo del cerco de Cádiz y socorro de Gibraltar

5.6.1686

Se dio alojamiento a dos tercios

Cédula de Carlos III concediendo una feria a la ciudad

17.3.1688

Media annata 1.500 reales.
200 reales en certificaciones.
150 reales de media annata
Derechos del impuesto del viento y del cuatro por ciento

Carta del Rey para que se remitan a Vélez 18 soldados a través del Conde de Charni para constituir el Tercio de Cataluña

Buen Retiro 9.3.1689



Cédula  para entresaco del carbón en la Cañada de Alcalá

26.4.1688

Para pagar durante 10 años con ochocientas fanegas los 80.000 reales por las deudas de arbitrios

Nuevo servicio e a S.M por el indulto  valorado en 60.000 reales

9.9.1688

Propuesta de 6 reales por cada paño, 8 por tafetán, un real por cabeza de ganado menor, dos reales por mayor, medio por cerdos para pastar, 4 por cabalgadura en mesones, tres reales en arroba de aceite o se rompan tierras.

Carta del Rey solicitando el envío de 15 mulas y seis acémilas para el recibimiento de la reina

4.10.1688

Se manden caballos o se  busquen las acémilas a Granada : se ajustaron en 3.000 reales.

Carta del Rey para arboleo de bandera del capitán Fernando de Argote y Córdoba

5.10.1688

Casa para el capitán.

Petición del Conde Torrepalma sobre un nuevo servicio de milicias

3.5.1689

Se dio alojamiento a dieciséis soldados de la Costa

Orden del Conde de Torrepalma para envío de 18 soldados con destino a Cataluña por la Capitanía General de la Costa

13.1.1691

Provisión de 8.000 soldados

Cédula real del 4.12. 1692 repartimiento de 22 soldados a la Costa: campaña del Principado de Cataluña en un tercio de la Costa, compuesto de 1.000 soldados, al frente del Manrique de Nororia.


Marqués de Casasola, capitán general para un tercio de 11.100 soldados.

29.1.1692





Lo mismo 23.2.1693 con Cédula Real.

LO mismo 17.2.1694 con cédula real.
Lo mismo en el 3.2.1695
1697-1699-1700

Se enviaron los 18 soldados

Alojamiento de 10 soldados. Orden del corregidor de Jaén. 
Alojamiento de 13 soldados de la Armada, ordenado por el corregidor de Jaén Marqués de Palomares( 510 al reino de Jaén).

26.1.1692



8.1.1694



Orden del Marqués de Olmedo sobre la imposición de la Real Imprenta

14.5.1694

146.165 maravedíes

Orden del Rey 10.1. 1696 para sacar un soldado de cada setenta y cinco vecinos

24.12.1695







8.2.1697; El presidente del Consejo de Castilla propone conmutar cada soldado con treinta pesos escudos anuales

Carta del presidente de Castilla para el ejército de Cataluña y tercio de Cádiz la ciudad lo alega, pero inicia el proceso basado en una orden anterior de Felipe II, se hacen padrones, sorteo de vecinos entre veinte y cincuenta años y los nobles para capitanes y alferez. Se nombra capi´ta a Juan de Valenzuela, caballero de la Orden de Santiago.


Real provisión sobre arbitrio de venta de cabezas y asaduras al precio de la carne.

13.7.1696

dos maravedís la libra
1 ms. por panilla de aceite
Prórroga de ocho años para el servicio de milicias


Solicitud de una real provisión para pagar los atrasos del servicio de milicias, los cuatro por cientos, arbitrios de tierras

16.9.1696 : se reformó en el 1697

-10 reales por paño catorceno hecho con la lana de Alcalá.
-Un real sobre venta de cabeza de ganado de cerda, cabra o lanar.
-Cuatro reales por vacuno, caballar o mular.
-Venta de restos de pedazos del ruedo que estaban en las cabezadas de tierras particulares hasta ocho o diez fanegas.

.Alojamiento tercio de Alejandro Barriento

7.12.1699



 





[1] AMAR. Caja 74. Piezas 2 y 3.

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