LA MOTA NO SE VENDE. CAPÍTULO XV. EL PALACIO

PALACIO DEL ALCAIDE Se habían entretenido mucho en las Casas del Corregidor, y no distinguían mucho. Miraron hacia el oriente y contemplaron una excavación reciente. Les había comentado el guía que era un palacio. Otros diferían con él y le daban muestras de que era una gran casona. Pero el ínsistía. 

-¿Este era el palacio musulmán?

-Debió ser. Pero tenemos por testigos, y,  lo más restos de unas dovelas y  enjuta.

-Muy poco. Me decía algún muro.

-Inapreciable. Lo que le puedo asegurar que, en el siglo XV, se juntaban a cabildo, en un palacio, que una investigadora atribuía a la casa del alcaide y alcalde mayor Alonso Fernández, situado en la Plaza Alta, frente a la Iglesia de Santa María. 

-Por tanto, restos de las casas de los señores de Aben Zayde se reutilizaron en la Casa del Alcaide de la ciudad.

 -Está claro, y que resta casa,  más bien palacio, la regentaron las familias del conde de Cabra y los señores de Aguilar y los Fernández de Córdoba, así como el Condestable y Luís de Merlo entre otros.

-Déjame que siga- intervino el asesor del alcalde-  En esta pernoctó el rey el Condestable Lucas de Iranzo.. Aporto este documento “Vino el rey  don Enrique a Alcalá y, con él, el Condestable don Miguel Lucas, que era muy gran privado suya, al qual avía dado la tenencia de ella, Y posando el rey en las casas ya dichas de Palazio...

, -Más claro el agua. Pero sigue...- "...estando un día parado sobre una ventana de enzima de la puerta que enseñorea la Plaza, y con el  Condestable, un viejo, Juan Monte, ya entrado en edad  hizo una oración y habla al rey Por lo qual se quejaba de muchos desaguisados que los tres hermanos avían hecho(...)lo s mandó prender y poner en la bóveda más alta de la Torre Nueva que ellos avían subido por fuerça, como arriva a dicho, y luego fueron presos. Y esa misma noche, después de aver zenado, el rey y el Condestable, solos salieron por una puerta vaja del aposentamiento, que salía junto a la puerta de la dicha torre. Subieron a lo alto de ella y por la bóbeda del torrejón, que en medio estava, parónse a la boca, que en el suelo estava, a mirar lo que los presos hazían. 
-Agua pura y cristalina. En esta cita queda claro que las excavaciones de la plaza de la Mota pusieron al descubierto la casa del conde de Cabra.

-Añado otra cita del acuerdo del acta de cabildo de 30 de diciembre de 1529. dice así: En este cabildo   se cometieron a los señores el teniente e Cristóbal de Frías regidores que vean ciertos agravios que dice el señor alcaide Juan de Aranda, regidor, que ha recibido de las casas que deroçó la casa del Conde e de la tierra que le han echado arrimada a su pared, e, que, visto, lo mande el mismo endobar e fase la que sea que la ciudad está obligada fazer e que a acosta de ella se haga luego.
El guía los habría convencido de que el palacio de los alcaides se denominaba del conde en honor del conde de Cabra. Ahora comprendían la estrechura de la plaza queda de manifiesta por encontrarse casas adosadas a él que aparecen en los restos descubiertos. Era la plaza que había descrito de tiempos de frontera. El gúia se detuvo señalando el claustro con el arraqnue de las columnas supervivientes, al mismo tiempo qie les describía desde la pasarela todas las partes de esta planta Baja,  la puerta de entrada, el vestíbulo, habitaciones secundarias, caballerizas y pesebreras, cocina, leñera, despensas, insistiendo en el patio abierto del claustro central con basas de columnas góticas. Y le sugería en la imaginacióin  una segunda planta de aposentos y dormitorios. muros sustentantes.

Avanzon un poco más adelante, y, encontraron bajo el pasadizo enmaderado un pozo. Se hallaban junto a la Cárcel, donde también  se ubicaba la Casa del Tori.Preguntaron alguunos de los presente que tipo de alojamiento era esa casa y respondiero que el lugar  donde se encerraban los toros para las fiestas de toros y cañas de la plaza. en lass fiestas ordinarias y extraordinarias.

-Ah,¿ también la plaza sirvió de coso taurino?

  -Por muchos años, hasta que bajo a la calle Real de la parte llana.

-Es una costumbre y fiesta española.

-No son como hoy se celebran.

-Dígame, y cuénteme.

-  Las corridas de toros no eran una actividad festiva exclusiva de la feria  sino que en Alcalá la Rea,l desde tiempo inmemorial, se celebraron corridas desde principios del siglo XVI. Solía acontecer este acontecimiento taurino como una de las actividades de los  hidalgos cuadrilleros (alcalaínos y forasteros)  que subían a esta Plaza de la Mota para montar  espectáculos de toros y cañas, alcancía, y otros divertimientos. Las festividades de Santiago, San Juan y la Virgen de Agosto (la Asunción de la Virgen y, posteriormente, la Virgen de las Mercedes a partir del siglo XVII) son las fechas más ordinarias de celebración. Pero esto no impedía que, con motivo de las festividades extraordinarias,  también tuvieran  lugar estos actos festivos. Se hacía por la proclamación de los reyes, la visita de un personaje, la llegada del abad o del corregidor, las celebraciones de tratados, paces, o victorias nacionales… También, la s cofradías consiguieron fondos con los toros. Así  los ganaderos, muy legados con la Virgen de  Guadalupe, celebraron esta fiesta, lo hicieron  en 1645. 

-¿ Solían tener todos los elementos de la fiesta actual?

-El coso se montaba en esta Plaza alta de la Mota, con los palos de la barrera que salvaban del peligro, hasta tal punto que se gastaban unas 30 vigas, 31 palos de tijera, 40 vigas rollizas y aserradizas

-¡Hasta qué precisión aleja!

 -Sigo con la estructura, pues he hablado del coso. Ahora, sigo con el tendido. Las ventanas de las Casas de Cabildo y de los corredores de las tiendas de escribanía y de la ciudad, la  casa del corregidor y otras casas de la plaza se empleaban para ver los toros ateniéndose a un protocolo que iba del corregidor hasta el alguacil pasando por abad, alcalde mayor, regidores, jurados y notarias y familia..El  anís y los dulces corrían durante la fiesta.

-Me suena que en muchos sitios se arrendaban las tiendas, con la única condición que estas se reservaban para las fiestas para sus propietarios o el ayuntamiento.

-Comenzaba la fiesta taurina en el suelo arrecifado con el juego de cañas, que se  iniciaban la fiesta con sus desfiles de cuadrillas de caballeros y de soldados de la ciudad. Luego, seguía la corrida,   en los toros predominaba la “lanzada a caballo”.

-Podemos afirmar  que esta parte se reservaba,  lo que es el rejoneo, estaba  reservado a hidalgos y caballeros,  y a pie “capeo” para las personas no privilegiadas con la que se daban seis capeos sin que se produjera accidente alguno a l toro- apostillo el asesor-. 
-Existían ganaderías en la ciudad, como la del cura Francisco Jiménez ebn el siglo XVII. Solían hasta burlarse ochos toro, cuatro pagaban los menuderos o carniceros de la ciudad por vender carne en las carnicerías de la Mota, tasa en especie por comercio.

-Ya no hemos desviado, y ¿el pozo?

- El pozo, colocado antes de entrar a las dependencias de esta torre, era utilizado desde  tiempo inmemorial, presenta el revoco de sus paredes, cuya forma ovoide probablemente diera al final de la cimentación de esta torre. Fue utilizado como sitio para guardar los saltamontes que arrasaban los campos alcalaínos en los siglos posteriores, desechándose su uso de una cisterna de agua de abastecimiento del antiguo palacio del alcaide. Hay noticias de que, en 1671, con motivo de una peste de langosta, esta fue recogida en la casa de Francisco Brun y, en conformidad de los acuerdos del cabildo se ordenó que con toda brevedad “se saque y lleve y entierre en el Poço, que está inútil junto al pie de la Torre de la Cárcel”

 Lo contemplaron y se dieron cuenta que era de forma ovalada y revocado en sus paredes baja hasta los pies de la torre por su parte interna dentro del Cerro. Quedó pronto inutilizado. Es lo que sabemos sobre este pozo. Ni siquiera comunica con la torre, con sus mazmorras. Otro enigma perdido, comoe el  horno de la plaza junto a la casa de los Méndez de Sotomayor, un horno de pan que se mantuvo hasta la reforma de la Mota y solía ser arrendado como bien propio municipal.