Era tradición de rezar en las casas antiguas, que las presidiera la Cruz, la novena dedicada en su honor. Y no sólo había cruces familiares. Las había más. Desde los mojones que dividían términos, o las que alcanzaban las cumbres de las montañas, o se erigían en los chapiteles de las torres y en los alerones de las casas. En los caminos, como miliarios. En los campos y eras, recordando cuitas de amor y desventuras. En las calles, y en los cruceros, marcando el final de una villa o aldea, como humilladeros para final de vida. En las cunetas de las carreteras, honrando a los difuntos. En los Viacrucis de los Calvarios de las ciudades y villas, señalando las catorce estaciones. En los santuarios, ermitas y altares de los templos. En las marcas de las piedras. La cruz era la señal de la tierra de los seguidores de Jesús. En muchos sitios se hacían fiestas en su honor y novenas, Hubo hasta una iglesia, la de la Santa Vera Cruz, que celebraba esta fiesta el día tres de mayo con su misa, oficios, novenas y verbena, tuvo hospital y cofradía. No se olvidan la Cruz del Humilladero, Villena, Muladares, de Juan Vázquez Mesía, del Rayo, de los Moros o Valencias, Tórtolas, de la Piedra, de Brazos de Hierro, del Coto o Blanquitos, Cerro la Luna, Sardina, de San Juan, del Cerro de las cruces, de las aldeas (Cantera Blanca, Pinillo, Humilladero de Santa Ana, Ribera Alta, Pedriza, cortijo de la Cruz, Rábita, Robledo, ) San Antón que despedía a los viajeros.... Este es uno de los folletos del devocionario de la Cruz, donde se decía por los congregados a las novenas:
Pues, todavía se realiza esta práctica religiosa en las cruces familiares,.Ahí se pone a disposición del devoto que quiera.
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