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jueves, 28 de mayo de 2020

LA MOTA NO SE VENDE. CAPÍTULO XVI.LA TORRE DE LA CARCEL





 Junto a la Casa del Corregidor se hallaba la torre de la Cárcel Real, donde se albergaban las dependencias presidiarias. En el recinto carcelario, se encontraba el calabozo, aposentos de mujeres con sus bastidores correspondientes, la vivienda del carcelero y la capilla donde acudían los presos. Cada uno de los aposentos se incomunicaba con un sistema de puertas protegidas de seguras cerraduras, donde se mantenían a los presos encadenados con sus grillos y esposas. La Cárcel de la ciudad, junto con la casa del Corregidor y de la Justicia, siempre fue, a lo largo de los tiempos, uno de los edificios más importantes de cualquier municipio.


            Esta Cárcel se ubicó en varias estancias de la fortaleza de la Mota y finalmente en la restaurada Torre Nueva de la Cárcel Real, torre albarrana (que sale fuera de las murallas defensivas) situada en parte suroriental de la fortaleza de la Mota de Alcalá la Real ocupaba uno de los ángulos de su antigua Plaza Alta y lindaba con el Arrabal Viejo o Santo Domingo de Silos y el Rastro de la ciudad por el lugar de la recién descubierta Puerta Zayde. Esta torre, construida a partir de 1341, fue objeto de diversas restauraciones desde el siglo XVI hasta su parcial destrucción de 1812 con motivo de la posible explosión del polvorín por parte de los franceses. 


            A principios del siglo del siglo XVI, la Cárcel se ubicaba en la Torre de la Imagen, aposento, en el que se ejercitó también la Justicia y Cárcel. Por este tiempo, se destruyó el palacio de los alcaides, se allanó el terreno y, poco a poco, se formó una esbelta plaza, donde, por entonces, se levantaron los portales de las tiendas y sus correspondientes corredores. Quedó encerrada esta torre, -denominada en las actas municipales como Torre Nueva por haber sido reconstruida por Alfonso XI-, entre las tiendas y casas de hidalgos. Se le puso una cruz grande y las armas de la ciudad y, para dejarla al descubierto,  quitaron  las piedras  y tierras de varias casas demolidadas. Incluso el maestro de obras Martín de Bolivar intervino por los años cuarenta del siglo XVI. En torno a los años ochenta se hicieron grandes reformas en la torre de la Cárcel, como enlosado de suelos, restauración de tejados y otras obras menores. En 1580 se colocó en lo alto de su tejado la campana de la queda que la tocaban al anochecer los sacristanes con el fin de que pudiera oírse en toda la ciudad en tiempos de guerra o de epidemias 

           A principios del siglo XVII,  en una situación de ruina se encontraban algunos tejados y paredes de la cárcel pública y  a la Torre de la Cárcel Real ya hubo que hacerle varias obras de reparo en el tejado y sus interiores. A finales de este siglo, con motivo del traslado de las Carnicería, Casas de Cabildo y otros edificios de la Mota, se propuso construir una nueva Cárcel en la parte llana: de la ciudad, porque la Mota y los barrios altos se habían despoblado  En 1705, se trasladó la Cárcel de la Corona a la calle Tejuela y se encontraba en un estado de abandono total y destrucción  la Cárcel de la Mota. Desde 1810 fue utilizada como polvorín de las fuerzas de invasión francesa y, en su retirada del mes de septiembre de 1812, fue destruida tras la explosión de sus materiales.En los años setenta y ochenta s del siglo XX, se llevaron algunas obras de limpieza y protección por parte del Ayuntamiento de Alcalá la Real.Actualmente, ha tenido dos restauraciones importantes: la prime ra en la sala intermedia por parte de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía en 2003; y la segunda por parte de la misma Consejería, Diputación Provincial de Jaén y Ayuntamiento de Alcalá la Real.  En 2009 y 2010. se completaron las obras de restauración con labores de arreglo de cúpulas y bóvedas de los distintos pisos, de modo que se cubrió con una nueva techumbre y se facilitó su total reutilización de sus dependencias en una obra muy meritoria y digna de encuadrarse en la interpretación del mundo de frontera.       

La torre  sobresalía (y, todavía se yergue), del lienzo de la muralla para lograr una mejor protección defensiva de la fuerza militar y quedaba engarzada con la naturaleza del tajo que le daba una consistencia inexpugnable. Y, sobre afirmaba a Sancho de Aranda en un manuscrito sobre su linaje, que estaba  “arrimada a lo alto y Mota de la ciudad hasta emparejar y algo más”. Su exterior, como construcción de arquitectura militar, muestra ausencia de repertorio decorativo en su lienzo de sillería a soga y tizón, salvo los vanos de varias saeteras, una en el segundo piso y tres en el tercero.          


            En el último decenio de este siglo, la torre se encontraba rodeada de las casas del Toril, la vivienda del alcaide, una capilla ubicada en la última tienda de los corredores la ciudad, (hacia donde los presos acudían y podían escuchar la misa desde misma prisión) y las Casas de Justicia y del Corregidor.

 Deja pasar el guía a la comitiva a la cárcel , y, ya dentro. recuerda a un erudito de la comarca abacial, el alcaide Antonio de Gamboa, un alcaíde entroncado con los capitanes que acompañaron al final de la conquista y se afincó primero en Alcalá la Real, Antón de Gamboa, y luego se establecieron parte de la familia en Alcalá la Real y otra en Granada, como su padre Benito Lópoez de Gamboa, oidor de la Chancillería. Con  orgullo dice de la torre:

“Hallose confuso el Rei don Alonso considerándose avía trabajado en balde en derribar aquesta torre tan excelente ( en nota marginal, tomó edificar después el Rei don Alonso esta torre como oy está: muy excelente y buena), la volvió edificar y es tan famosa que tiene quatro bóbedas y las tres de ellas sirven de Cárcel Real oy en Alcalá y con muy buenas bóbedas, muy fuertes y bien labrada(…) muy fuerte y fue la primera entrada de los cristianos, y que batía , llegaba y sobrepujaba la muralla de la plaza de la Mota ”. Ambiéntémosla en sus útimos momentos. Entre la época musulmana y su nuevo levantamiento.

-Me interesa mucho.

-En la antigua y pequeña plaza de finales del medioevo, la torre se comunicó,  con el muy cercano palacio de los señores caballeros musulames, luego con el de los  alcaides, (que fue destruido años más tarde a principios del siglo XVI), por medio de una entrada que relatan las crónicas. A mediados de este siglo, la torre daba a una nueva plaza remodelada, donde tenía por vecinas las tiendas de la ciudad y las casas de la familia Aranda (en concreto de una rama afincada en el Castillo de Locubín, María de Aranda, hija de Bernardo de Aranda de los años ochenta de dicho siglo).

- Otra vez sin datos de los  Banu Said.
- Algo , por referencias posteriores encontramos-interviene el asesor-. Saca un cartapacio de documentos antiguos.

-Continua, me interesa mucho.

-Antes de 1340, existió una torre anterior a la actual que respondía al tipo constructivo de torre almohade por el aparejo de sus sillares, sus grandes dimensiones y su carácter saliente. Fue destruida en 1340 con motivo de la toma del arrabal de la ciudad de Alcalá la Real, según relataban la Crónica y poema del Rey Alfonso XI “e mandó poner ocho ingenios que tiraban las torres et, señaladamente, tiraban una torre muy grande, en que estaba un pozo donde avía agua para los de la villa (…) e porque la torre era muy bien labrada, los engaños no hacían daño”. O estos versos del poema del mismo rey, sobre el modo de derribarla: e una torre posieron/ sobre cuentos e sarmiento. /Sobre los cuentos resina/ e mucha leña sin falla/ e luego dieron, /cristiano gran batalla. / So la torre fue ardida/ la leña con el sarmiento; / la torre fue caída/ bien acerca del cimiento. Tras 1341, se levantó la actual Torre de la Cárcel., “Más grande y superva que antes era”, y que, siguiendo la crónica del rey, “e desque tuvo la villa de Alcalá cobrada e reparados los portillos de la cerca del arrabal, mandó facer la torre que hizo derribar”.

-¿No debió diferir mucho la anterior de la torre de la cristiana?-dijo el jeque. 

-Tal vez, pues alarifes musulamnes y canteros cristianos la coompusieron. Tenemos una bella  descripción de Sancho de Aranda.

- Díganosla.

-“Y con esto se entraron a aposentar al arraval viejo, y cerca de la Puerta, la qual por vecinos les fue abierta, junto al pie de la Torre Nueva que dicen. Porque después que el rey don Alonso ganó Alcalá, en el lugar do estava la torre, que, en la cerca ella, dije que el rey había puesto en cuentos y mandado derribar, labró ésta nuevamente, muy más grande y superva que antes era. La qual arrimada a lo alto y Mota de la ciudad, hasta emparejar y algo más, tiene tres bóvedas, unas sobre otras, y su andén y castillo de altas paredes, sin almenas, salvo la guirnalda alrededor cuadrada, como la torre era. Y en medio tenía un torrejón ochavado, como está dicho, y derecho de otras tres bóbedas tenían en medio del cruzero de cada una, de la misma manera y tamaño, redondas. Sin otra que tenía otra bóbeda baja, y cuarta de ellas, que era solamente pozo de agua, de suerte que qualquier cosa que echasen por la voca del torrejón no paraba hasta el lugar de la dicha agua de la cuarta y baja bóveda(...)a los quales pusieron en la bóveda de en medio de las tres de la dicha torre. Una saetera de la qual, en el grueso de la pared, tanto ancha como angosta por de fuera cavía quanto una lanza, o poco más, en alto sobre el pleytel del dicho adarve que viene a cerrar con la dicha torrre. (…) desde el suelo vajo de la calle, que es donde está la puerta que dicen de Zayde arrimada a la dicha torre, (…).

-Lo ha recogido de tiempos de 1454. Y le digo que en Folio 25 v Libro IV Capitulo II, remachó el guía.-. Por ciero, muy interesante la descripción de la Cárcel con motivo de una reyerta entre bandos.

-Haré esta digresión: a los quatro rincones tenían arcos de cantería sobre pilares, armados desde el suelo, y con las roscas abrazando de un cavo e de otro la pared por travazón de la obra. Y así hacían ochavos, que correspondían a los del torrejón de en medio, que era ochavado, y en las dos esquinas y en mitad de los tres costeros, que salían fuera del muro, tenía cinco garitas con canes y sobre canes, abiertas por lo vajo y chapadas por lo alto, como chapitela, y zerradas de ladrillo de canto, con sus corrientes.

-Que bella descripción, parece mudejar. Piedra y ladrillo. 
-No puede ser menos. La torre se asienta sobre la misma roca ofreciendo un aspecto de robustez y majestuosidad que se convierte en la proa del navío inexpugnable de la Mota. Tiene  una planta rectangular de 13.4 metros por los  s lados más anchos por 11 metros de los más cortos, con una altura de 28 metros; los cuatro muros, de 2 metros, tienen relleno de cal y canto y piedra en su interior y un revestimiento exterior e interior de sillares piedra ( dos de ellos ofrecen, en la parte superior, respectivamente dos y un canes que sostenían un parapeto de la terraza superior, hoy desparecido);su material ofrece un aparejo de piedra, donde se puede percibir perfectamente la participación de los canteros mudéjares que intervinieron en la obra con el tallado de muchas marcas; los suelos, según se manifiestan en las libranzas de los documentos, eran enlosados de piedra.. La comunicación entre los pisos se hace a través de escalera de husillo en los pisos superiores y u escalera de piedra de tiros rectos incluidos en el muro.

 

Se adentran a un pequeño rellano que comunica con la parte alta o nueva azotea a través de una escalinata de madera.  Comienzan a visitar el interior de la torre, a lo largo de sus tres estancias o cámaras superpuestas, cubiertas con bóveda de diversos tipos de crucería o de nervios muy acorde con reminiscencias del mundo musulmán.

 Bajan  a través de la escalera de caracol o husillo a una preciosa sala cuadrada de las mismas dimensiones que la segunda, donde se abren tres grandes saeteras ( abocinadas en su interior y que dan a los muros norte, sur y oriente con unos huecos muy estrechos hacia el exterior y, un rebaje en  el muro meridional que  debía contener una lápida),   se cubre con una cúpula nervada por ocho nervios de medio punto que se entrecruzan formando un óculo abierto al cielo, muy similar a una de las capillas de la iglesia de Nebrija, por donde pasaban la luz, el aire y el agua  . Se pasa de la planta cuadrada a la octogonal por medio de bellas trompas de ladrillo de media arista, y por encima una bella moldura o nacela, sobre la que se apoyan las impostas de piedra de la que surgen los ocho nervios de ladrillo que se entrecruzan como si simularan arcos de medio punto formando los casquetes de la bóveda de ladrillo.                                           Gracias a un monitor de la Mota, abre una puerta pequeña que comuica con plantas de abajo. Se accede a ella a través de una escalera en forma de L, cubierta con varias secciones de preciosas bóvedas de arista y embutida en el muro que acaba en una puerta gótico-mudéjar de piedra con arco deprimido convexo; El interior de esta sala es mucho más bello que la anterior,  constituye una sala cuadrada, de seis metros y noventa y un centímetro, de lado que se conforma con cuatro lienzos de muros da aparejo de piedra a soga y tizón y sobre unas trompas de ladrillo se cubre con una cúpula nervada ochavada octogonal, en cuyo centro se abre óculo central en forma estrellada para iluminar su dependencia y formada por el cruce de las aristas que se apoyan en una impostas de piedra. De ladrillo es toda la obra de la bóveda, así como los ocho nervios (que se cruzan en forma pareada y descansan su empuje sobre otras mensuras de cantería aunando la plasticidad de la fortaleza); la bóveda gótico-mudéjar es una obra muy notable y bella similar a la de las torres y capillas de las iglesias de reconquistas. En el muro norte, se encuentra una saetera, desde la que se defendía la fortaleza.

Al piso primero se accede  mediante una trampilla o butrón, desviado del centro del suelo, desde el piso superior, que a su vez servía de pozo y lucerna, la sala es cuadrada con 7 metros de lado, y se cubre con una bóveda de arista. De menores proporciones que las superiores, esta bóveda de ladrillo se apoya en los falsos arcos que forman el cuadrado de los muros de aparejo a soga y sillería irregular de piedra. En el lienzo norte de sus muros, se abre por la parte baja una galería sin tallar excavada a la roca, por la cual se pretendía que entrara desde el pozo adosado a la torre el agua para su utilización como depósito en caso de asedio. Debió ser un calabozo o uno de los aljibes más importantes de la fortaleza, tal como se manifiesta en los testimonios de los documentos escritos y los restos de los efectos de la humedad de sus muros.
Regresan finalmente,   a la terraza de la torre que ha perdido por completo su construcción original, los parapetos, las cabinas y el torrejón central, pero conserva una parte de sus canes sobre los que se apoyaban los castillejos. Sobre la bóveda del anterior piso, se elevaba un andén o castillo sin almenas, salvo guirnalda en derredor, cuadrada, cuya descripción la hicimos con el manuscrito de los Aranda era la siguiente.  
Otean el horizonte, la Parapanda, la Cruz de Matute, la Sierra del cameño, Ermita Nueva, las tierras de Moclín. Y  recita el guía:

Caballeros de Moclín,

peones de Colomera,

entrado habían en acuerdo,

en su consejada negra,

a los campos de Alcalá
donde irían a hacer presa.
-Otra vez, luchas entre cristianos y musulamanes. Y¿las treguas de paz?-Dijo el jeque.

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