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sábado, 9 de mayo de 2020

ENTRE ARRABALES Y LEYENDAS. CAPITULO SEGUNDO DE LA MOTA NO SE VENDE.



 CAMINO DE LA MABHARAT Y LA LEYENDA DEL CRISTO DE LA PIEDRA







             En la puerta del edificio municipal, suben  en  un pequeño microbús, recién adquirido por una empresa de la localidad, y de allí se dirigen hasta la plaza de Juan Vázquez Mesía, llamada de Carmen Juan Lovera. Paran el automóvil junto a un viejo muro de manpostería. Le señalan la mahbarat al jeque un arqueólogo . Entre malezas , el guía les muestra en un  corral de una antigua casa abandonada del siglo XIX, los cimientos excavados, a través de los cuales se perciben unas tumbas  que contorneaban a un cuerpo humano sin más tallado que la apertura en la roca del cuerpo y  la cabeza, no simulando en modo alguno estructuras antropomórficas. Un acompañante del jeque aclara, de inmediato, a las que solían servir de enterramiento en su cultura árabe, donde  en las aldeas y los pueblos, suelen realizarse en las rondas de los caminos, Incluso, un pequeño estanque, compuesto de ladrillos.  servía de fuente de abluciones. Interrumpe un asesor del jeque:
-En este pueblo, hubo un santo con nombre de Muza, que interpretaba los textos de nuestro Corán.
-No debía estar muy alejado de este recino y, hasta los enterraamientos pueden corresponder a sus discípulos que acudían a la enseñanza y práctica islámicas. 
-Lo he recogido del murciano Ibn Arabi, Muza luego emigró a Fez,  y estaba entroncado con una famosa familia almohade de Granada.
-Ahora recuerdo. También tuvo un hijo, Abd Alladh que se entregó a la santidad desde los primeros años de su vida, se sabía de memoria, de punta a rabo el Libro de Dios. Era un santo de verdad, no pecó nunca, y siempre se dedicó a la penitencia. 
El guía alcalaíno asiente con la cabeza todos los datos sobre la posibilidad de que aqui se encontrara  aquel morabito, mientras les dice  que, en este caso, probablemente, fue la parte confluyente del que venía del reino de  Jaén y de otros pequeños que rodeaba el arrabal viejo, enlazando  el camino de Granada con el de Córdoba y el de Jaén. Aquí se encontraban la carrera vieja y  a ella bajaba una calle con el nombre de la Zubia, que había recogido su denominación de un antiguo morabito, que se trasnformó en una casa de trinitarios, y luego monasterio de monjas de la misma orden.  Además le añade que no sólo había tumbas en este lugar concentrado que los arqueólogos llamaron mahbarat relacionándolo  con  la iglesia que después se edificó  sobre él, a saber, el monasterio de la Trinidad, sino que le manifiesta que en algunas casas del barrio de san Juan, el primero que se edificó tras la conquista de Granada, han aparecido  tumbas similares, en las calles, y en la casa de un vecino, reciente fallecido, había nada menos que dos, cerca del barrio de san Blas.
Le impresionan a los visitantes la pobreza de aquel recinto y deploran que no se encuentre vallado y recuperado, pues probablemente en sus cimientos se descubran la portada  del  zaguán y los muros del antiguo convento de la Trinidad, tan majestuoso. Y preguntan sobre la historia del convento, que todavía conserva en unos de los laterales el escudo de la orden trinitaria.  El guía que viene preparado saca sus papeles. Y comienza a explayarse.  Se han hecho siempre referencias sobre la posibilidad de que en el monasterio de la Santísima Trinidad de Alcalá la Real, se compartieran los edificios con frailes en la parte antigua, y, en el nuevo edificio, se dedicara a las monjas del convento de Nuestra Señora de los Remedios. Comenté por escrito una vez  que " fue fundado en 1528, según Diego Espinosa de los Monteros, por Cristóbal Gallego,  escribano de la ciudad,  con el permiso y licencia del abad don Juan de Ávila y según  las crónicas,[parece que al principio era de carácter mixto y fue regido por el prior fray Juan de Castañeda. Fueron sus monjas fundadoras María de Arrabal, María de Montiel y Aldonza de Rivas, hermana de Francisco Vallejo Rivas, que fue patrona y abadesa del citado convento. Estaba situado a extramuros de la ciudad fortificada de la Mota, en la expansión del Arrabal Nuevo junto al barrio  de San Juan". Pero, no todos los investigadores están de acuerdo con la fecha de fundación del convento y, además,  cuestionan su composición aludiendo a  su carácter mixto  en sus primeros tiempos. Para  ello se atienen a los documentos del AMAR  y Carmen Juan afirma rotundamente " en espera de que estas bula puede ser localizada ( se refiere a una bula del papa  Sixto IV sobre la primera fundación del convento)  damos a conocer hoy datos de nuestro AMAR, que certifican la existencia del convento de la Trinidad  antes del año 1528 y que, por lo tanto, el dato aportado por el historiador de la Abadía [ Agustín Garrido Espinosa de los Monteros , de que fue fundado ese año por Cristóbal Gallego no es exacto". Pues estaban sujetas a la corrección, visita y obediencia del provincial y  sus vicarios.  
Avanzaron por el entorno. Y se sçdetuvieron junto a una cruz de hierro. Precisamente en este recinto de esta cruz de lo que los cristianos llamamos Vía  Crucis, se alzaba un pedestal con Cristo de Piedra, que dio lugar a la leyenda del  Cristo de la Piedra.

-Dos cosas nos ijnteresa, primero que no  entendemos el Vía Crucis y, segundo, nos interesan las leyendas, por lo que pudieran transmitirse las culturas unas de otras. Cuéntanosla, aunque sea un recurso algo infantil.

-El Vía Crucis se puso de moda en muchas ciudades fuera de las iglesias en sitios que simulaban  o creían que era parecido al  monte Calvario, para que los devotos lo rezaran, consistente en una serie de cruces y pequeños humilladeros o capillas, con escenas de la Pasión de Cristo. Antes que en Alcalá , se levantara el del cerro de las Cruces o Calvario, en un barrio más debajo de las murallas y cuesta de la puerta de Granada o Cambrón, hubo un Calvario, que  fue realizado por la cofradía de la Limpia Concepción, a instancias de Pedro Rodrigo, que amojonó cada una de las estaciones entre dicha cuesta y la cruz de san Pedro.
-Y de la Leyenda del Cristo de la Piedra, ¿qué me dices?.  
  

-Cuentan que llegó a Alcalá la Real un soldado cautivo que había sido liberado de las mazmorras de Granada e informó al cabildo municipal sobre una expedición que iba a trasladar a  la princesa Fátima, pretendida por el wasir de Tetuán hasta tierra africanas.
          Encontrándose por aquel tiempo en la fortaleza el conde de  Tendilla, partió con sus huestes hacia Pinos Puente, donde toparon con la comitiva de la princesa, que fue raptada junto con otros tres musulmanes. Se la llevaron a la fortaleza de  la Mota, donde fue el motivo de atracción de la mayoría de los caballeros de la ciudad. Días más tarde, llegaron varios emisarios de Granada proponiendo un intercambio de prisioneros para rescatar a Fátima. Los alcalaínos no querían dejar marchar tan bella mujer, pero, al fin,  cedieron a las peticiones. Antes de soltarla, acordaron celebrar una  fiesta de sarao para despedirla en la torre del Homenaje de la fortaleza de la Mota, ofrecida por el alcaide don Pedro Fernández de Aranda.
          En medio de la danza, dos caballeros, Cristóbal Gallego y Juan de Aranda,  alcalaínos porfiaron  por bailar con la princesa. Y llegaron a las manos hasta tal punto que se retaron en un duelo en la Cruz del Cristo de la Piedra, una cruz levantada como voto de acción de acción de gracias antes de la toma de la Mota.
Acudieron al lugar, y comenzaron a batirse con sus espadas. En medio del silencio de la noche, se escuchó una voz lúgubre como si proviniera de ultratumba. Al principio, no le hicieron mucho caso y  mantuvieron, tan sólo, las armas en alto. Ante el apagón del farol de la Cruz del Cristo de la Piedra y la tercera repetición del mismo sonido, la última en forma lastimera acompañada de un fuerte trueno como si provinieran de la cara del Cristo, dejaron, al instante, de luchar y volvieron a  la fortaleza. A la mañana siguiente, acompañaron a la comitiva de Fátima  junto a la corte del reino nazarí. Tras su regreso, se trajeron los cincuenta cautivos prisiones  y se celebró una misa de laúdes, en la que juraron no volver a pelear entre ellos. Cristóbal Gallego  juró y perjuró no combatir más y levantó un monasterio trinitario para rescate de cautivos; y, por su parte, Juan de Aranda acompañó a los Reyes Católicos para culminar la conquista de Granada luchando por implantar la fe cristiana  en todo el territorio nacional. 



                        POR LA CALLE CABA Y LA LEYENDA DEL CAPITÁN  FELÓN

            A través de las escalinatas, un  arco de medio punto rebajado, trasladado de la portada de una casa del siglo XVI,   los  adentra a una recién construida calle o camino, de suelo de losetas apaisadas de  piedra caliza. A través de unas escalinatas, podemos llegar a la Puerta del Arrabal, por donde  podemos paasar ala barrio de santo Domingo. Abierta al tercer cinturón de  la  muralla, se levantaba cercana a ella una torrecilla y corría un adarve,  que conectaba con el pasadizo subterráneo. Junto a ella, estuvo por algún tiempo, la Casa del Peso de la HARINA, allá por los últimos años del siglo XVI. Muy cerca, la callejuela de Santo Domingo.




                                   LA ALHÓNDIGA


 Fuera de las murallas, todo este recinto actual comprendía el arrabal nuevo que conectaba con la iglesia de san Francisco y san Sebastián, lo que eran las afueras de la ciudad,  y, más o menos, el entorno de  la antigua calle Caba, el Rastro, y la de los Mesones, a donde  los arrieros se veían obligados a parar antes de emprender la marcha a otros lugares para ser controlados en sus cargas de aceite y de vino. Los mesoneros abrían desde las primeras horas de la  mañana y tenían en sus hospederías alojamiento para mercaderes y arrieros, al mismo tiempo que, en sus patios,  disponían de algunas caballerizas donde se alojaban las bestiass. Entre los mesones, destacaba uno de ellos, la Casa de la Mancebía, propia del cabildo municipal y  diseñada por Martín de Bolivar,  que se trasladó desde la fortaleza de la Mota a esta calle  en 1568, porque comenzaba a no ser muy bien visto que, cerca de la Iglesia Mayor, estuviera nada menos que la casa de las mujeres del mundo, como las nombraban,  curiosamente una importante fuente de ingresos municipales que el cabildo municipal no quería  perder y tenía dicho servicio en arrendamiento.Estaba situado cerca del pozo, que recibía el nombre de pozo de la Mancebía en 1574. Ahora nos puede extrañar que, en la España católica, apostólica  y romana, hayan  existido esas casas en manos del cabildo municipal., pero, en tiempos de  los  Reyes Católicos y Austrias, era , como decían entre ellos cosa muy necesaria  e, incluso, tardaron las autoridades civiles a prohibir que las mujeres ejerceran la prostitución, incluso hasta 1576,  se ganaban la vida  fuera de la casa de mancebía. A ella se entraba por una puerta de la ciudad, que llamaban de la Mancebía, probablemente, sean los restos de un arco que se insinua antes de la de las lanzas. .
            La calle Cava, a las afueras de la muralla, era de las más importante, pues viviían algunos clérigos en el siglo XVI, como los bachilleres Lópe Montijano y Jiménez, este último daba a la muralla por uno de los portillos que se cayeron y se ha recompuesto en años posteriores. Cercana estaba la calle de Marinieves que revolvía con la puerta del Arrabal-. Y un callejón con nom,bre de Leyenda, la del capitán Felón.
-Cuenta, cuenta.....
-Existía un callejón de Nombre del Maldito con una leyenda muy tétrica. Esta hacía referencia a  la pena de muerte, que se había aplicado a un capitán felón  en aquella calleja, donde, de noche, su voz solía escucharse  ya entrada la oscuridad y, en concreto, a una aparición de su alma el día de los Difuntos suplicando clemencia y misas de  de difunto y oraciones por él ( cuenta que le aplicaron la pena, porque desveló los pasadizos y sitios secretos a los musulmanes). Cerca de la muralla que daba al Pósito de la ciudad, se encontraba la calle Cava, y más abajo la del Cristo de la Piedra. En este lugar o calle, se dieron dos leyendas.










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