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lunes, 12 de septiembre de 2016

V. BATMALA EN LA ESCUELA

LA ENSEÑANZA

comenzamos recordando el texto de ayer  
Aunque la enseñanza primaria se expandía por las aldeas, la enseñanza  secundaria había decaído con el cierre del Colegio de Segunda Enseñanza  que nació al amparo de la política liberal-republicana: sus objetos y aparatos se guardaron en el archivo municipal, a pesar de que su director, el cura Baldomero Sánchez Aguayo, hizo innumerables esfuerzos  para mantenerlo y ponerla en funcionamiento a principios del curso 1883/1884 en los locales del exconvento del Rosario con una subvención municipal y de la Diputación[1]. A ella habían acudido los primos de su tío Francisco. Entre los afectados por estas circunstancias de poca continuidad de  los estudios secundarios en la localidad, se encontraba su primo Indalecio Batmala Alba. Pues, más de una vez, trató de seguirle los pasos académicos. Su primo, en concreto, por los años que nació Batmala inició los estudios de Enseñanza Secundaria, trasladándose a Granada donde ocupó una pensión de la plaza Bibarramba. Como era frecuente, los hijos de estas familias burguesas se eternizaban en sus estudios secundarios (pues nada menos que obtuvo el certificado de Secundaria  en 1881 y, sin embargo,  inició los estudios en el curso 1974-1975, es decir, a razón de asignatura por curso[2]).


En 1881, eran elegidos  tres diputados liberales (José Martínez Campos, Antonio Ferrer y  el gaditano Teodoro Robles) y el pueblo de Alcalá perdía la representación política en las Cortes españolas (pues no tuvo diputado de origen alcalaíno por la circunscripción de Jaén), con lo que conllevaba de dar un paso atrás y falta de peso político a la hora de obtener ventajas socioeconómicas en la comarca.
En 1884, de nuevo Luis Abril y León fue elegido como diputado conservador junto con los conservadores José Bonilla y Forcada[3] y José Gutiérrez de la Vega[4] .El siguiente bienio recayó en los liberales, y por lo tanto, de nuevo no hubo representante alcalaíno porque sólo correspondió una acta de diputado a un conservador, el constitucionalista Juan Guerrero Segura, natural de  La Carolina,  y tan sólo entró, por los liberales, en la política un miembro del distrito, natural de Alcaudete, Juan Montilla junto con Miguel de la Guardia y Coherencia, un republicano radical que se pasó al partido liberal de Sagasta, como ocurrió con muchos liberales de la comarca[5].
Bajo la alcaldía de Rafael Abril, su tío Juan Batmala Gobert fue concejal durante el bienio 1885/1886.  Y, en su tiempo, se emprendieron obras de gran envergadura, porque acabaron de conducirse  las aguas de la Fuente  Somera a Alcalá la Real y fueron contratadas al vecino de Granada José Manzano y se dio un gran paso en los servicios sanitarios al hacerse cargo del Hospital las Hermanas Mercedarias. .
 Y PROSEGUIMOS CON NUEVOS TEXTOS 


A partir de los ocho años, el niño Batmala acudió a las escuelas  públicas de los claustros de Consolación. En un amplio salón asistía, todos los días, a clase junto con los niños de los comerciantes, burgueses y artesanos del barrio del centro, donde una mesa del profesor presidía una serie de amplios bancos, provistos de tinteros que miraban a una pizarra de fondo. El retrato de su Majestad la Reina y el rey Niño Alfonso, carteles de lemas morales (Las Máximas Morales de Ruiz Romero), sinopsis de historias y plantas decoraban las blancas paredes. Por las mañanas, al primer saludo del maestro, le  seguía el control de clase  con la lectura de la lista de alumnos, al que estos respondían levantándose y diciendo “servidor”.  Una ratio superior a los cuarenta hacinaba en aquellos cuartos a los niños, separados de las niñas. Para comprender y localizar la ciudad en el mundo, unos mapas de España y Portugal, de Coello, y otro del Mundo colgaban de las paredes. El maestro les enseñaba a leer, escribir,  realizar las operaciones básicas de números, y les instruía la doctrina cristiana. Primero, en la escuela elemental, y después, en la superior desde los ocho a los trece años. 
Pablo Batmala comenzó a leer con el libro de Lecturas de Claudio Fleurí, Mosaico Literario Epistolar y las fábulas de Esopo,  Tomás de Iriarte y Samaniego, en los años superiores  el Amigo de los Niños y el Despertador de la Infancia de Sabatier, y el Juanito de Valle. En estos estudios primarios, se insistía en el aprendizaje y ejercicio de la memoria, y en una segunda fase, se acrecentaba esta destreza  con trozos escogidos de prosa y verso. También, se reforzaban las Matemáticas con las cuentas y con las tablas aritméticas; la Ortografía con Autografiados,  Prontuarios Ortográficos, Silabarios de Flores y  de la Real Academia.  Además se perfeccionaban los conocimientos gramaticales mediante varios cursos con el Epítome de  Gramática Española de la Real Academia.  Y la religión, primero con la Doctrina Cristiana de Ripalda y, después con la Historia Sagrada. Y como  complemento los Cuentos Morales, de Vidal, la Urbanidad de Navas  y Obligaciones del Hombre.
Sus libros básicos eran el Catón de Aroca,  los Cuadernos de Avendaño, la Aritmética de Cobos y la Aritmética Elemental  de Ruiz Romano, Manuscrito de Callejas, Despertador de la Infancia de Sabalet o Sabatel . Y se le introducía en la artesanía y otras ciencias con perfeccionaba con la Guía del Artesano y la Cartilla Agraria y la Geografía de Callejas, en los segundos cursos.
En 1880, su padre Santiago ya figuraba como elector y miembro de la mesa para los comicios de la Diputación Jaén en  la sección segunda del segundo Colegio, con el número 61.  A partir de esta fecha, también solía formar parte de la Junta Pericial para amillarar las haciendas, tomaba parte de la Junta de Asociados por el sector de los medianos y pequeños propietarios y, por su hacienda, se encuadraba en la lista de electores para senadores, como aconteció por septiembre de 1880, que ocupó el puesto número 31 de los sesenta y dos electores de la primera sección del segundo colegio, cuya mesa se colocaba en el Ayuntamiento, para elegir los cargos de la Diputación. Entre los electores, se hallaban  Valeriano Castillo Oria, Rafael Torres, la familia Espino, Montañés, Rafael Abril y Manuel Cevallos Saez.. Esta la presidía el concejal Francisco Belbel, y le acompañaban Rodrigo Castillo y Francisco Hinojosa y Antonio Escribano.
Pero, de todos los miembros de  familia de Pablo Batmala destacaba, tras la muerte de Pedro y Pablo Laloya, su tío Francisco Batmala Gobert. Este fue elegido concejal de nuevo en el 1881, junto con la candidatura del liberal Buenaventura Sánchez Cañete. 
En estos primeros años, el joven Pablo cerca de su casa, en la plaza del Ayuntamiento, se despertó  con algunos movimientos  de protesta de  los vecinos. Pues, en 1884, el ayuntamiento pasó al partido conservador, y fue elegido como alcalde Rafael Abril y Ávila y su tío Francisco Batmala abandonó el cargo de regidor.  Sin embargo, su tío Juan Batmala fue propuesto a final de año como concejal, ocupando los puestos que dejaban los liberales  Corrieron malos tiempos para las  personas progresistas, pues el médico Ruiz Matas fue perseguido, por sus ideas republicanas, masónicas  y espiritistas hasta tal punto que el ayuntamiento le suspendió del cargo de médico del Hospital, A pesar del la oposición del grupo liberal, constituido por Mármol, Vinuesa, Sanz de Tejada, Ferreira, Fernando Muñoz, y Alejandro Serrano Coello), los conservadores ( Tapia, Belbel...) se impusieron en sus criterios, apartándolo de su oficio por un fallo administrativo de no haber nombrado  un sustituto en su ausencia de la localidad, y lo que es más curioso, porque no se comprendían ni se permitía que se desarrollaran sus ideas en un ciudad con 17.000 almas católicas. 

LOS MASONES ALCALAINOS

En  este año, campaban a sus anchas, en el ámbito local y provincial, los conservadores, a cuyo frente estaba Rafael Abril y Ávila. Por otra parte, los masones se reorganizaron, a pesar de que algunos de sus miembros  como Moutón pertenecían al partido conservador. Pero  comenzaron los ataques a los miembros de la recién nacida Logia alcalaína. Acacia 170, perteneciente al Gran Oriente de España.  El primero que recibió los ataques,  fue el doctor y masón Ruiz Matas[6], según hemos manifestado y analizamos en el siguiente acuerdo:.
           
            “Por el señor Alcalde, se expuso que en vista de las repetidas quejas que se le han dado respecto al descuido con que el  médico titular don Miguel Ruiz Matas tenía a los enfermos pobres a quienes tiene el deber de asistir, y habiéndose enterado además de que dicho Profesor  al marcharse a Loja con su  permiso en el mes de mayo anterior no dejó ningún compañero suyo  en cuanto pudiera ocurrir de Cirugía, con esta fecha ha decretado  las suspensión empleo y sueldo del referido Señor Matas en formación del oportuno expediente, cuya  providencia somete a la aprobación  del Ayuntamiento debiendo hacer presente al mismo tiempo que el mencionado facultativo se ha ausentado del término municipal sin licencia alguna en época reciente que por su cargo de forense es incompatible para el de Titular por depender  de la Autoridad Judicial quien como viene  ocurrido se ordena la traslación a otros pueblos del partido o a la Capital de la Provincia quedando abandonada su clientela, y que habiendo abjurado de sus creencias católicas para aceptar las de la doctrina espiritista, cuya idea sobre la futura vida  no es la que tiene la inmensa mayoría de los vecinos de esta ciudad yo que se compone de más de diecisiete mil  almas católicas  y no es el adecuado para dar a  las familias respectivas  los avíos necesarios para que hagan sus disposiciones religiosas los enfermos  que se hallan próximos a abandonar esta vida temporal, por cuyas razones, propone al Ayuntamiento la separación absoluta del doctor Matas de sus cargos municipales en su caso y lugar, y para las formalidades oportunas”. Por lo tanto, por mayoría se tomó el acuerdo de suspensión con la apertura del expediente, donde se consignaron las causas de ello.m Parece que fue una visita a la ciudad de Loja, donde  pronunciaron un discurso el doctor Ruiz Matas, y don Manuel Cárdenas, que fue interrumpido por la autoridad. Dicen las crónicas” al día siguiente se repartieron las hojas impresas del discurso  y todos los disparates contra nuestra Religión. 

Pero, el grupo liberal, representado por Manuel del Mármol, cuya familia se emparentaría con Pablo Batmala, no estaba de acuerdo con esta sanción, y lo expresó de la siguiente manera:

”...en mi concepto el doctor don Miguel Ruiz Matas lleva con esmerado celo las obligaciones que impone su cargo de Médico Titular y debiéndose a su nada comunes conocimientos profesionales la curación de enfermedades muy peligrosas, y sintiendo por esta razón que los pobres de esta ciudad se vean privados de su asistencia, no puede de ninguna manera asentir el acuerdo tomado por lo que interesa se haga constar su voto en  contra de la proposición.”.
El diecinueve de julio de este año, a instancia de la minoría liberal, dirigida por Baldomero Sáenz de Tejada, antecesor del teniente Castillo y, compuesta por     Mármol, Ferreira, Vinuesa, Fernando Muñoz y Alejandro Serrano, se convocó un  nuevo pleno municipal para que cada concejal expusiera su posición ante tan enérgica medida. Los liberales  manifestaron;

“Habiendo dado sus votos para el nombramiento del Señor Matas, su silencio pudiera entenderse como acto de inconsecuencia consigo mismos, conceptuando que el mencionado facultativo tiene  las mismas condiciones de aptitud que los días del nombramiento y que nada les consta en contrario del celo e interés que es debido tener  para con los enfermos, antes bien son eco fiel en este instante del disgusto con que algunos vecinos han visto su suspensión acordada del cargo que aquel desempeñaba, y opinando sin que por ello se entienda que su ánimo es lastimar en lo más mínimo  ni la rectitud ni la ilustración del señor alcalde y demás compañeros suyos, que dicho acuerdo no está perfectamente ajustado a las prescripciones legales vigentes, se ven en la necesidad de protestar como protestan de aquel  declinando toda la responsabilidad y la indemnización  Para en su caso, en los señores concejales que la tomaron y piden al Ayuntamiento se sirva declararlo  nulo y de ningún  valor ni efecto, reponiendo en su cargo a l expresado  señor Matas,, y cuando   lugar a esto no haya,  ruegan al señor Alcaldes sirva suspender el acuerdo por   que no es competencia de esta Corporación”. 

El alcalde se ratificó en el acuerdo anterior, sobre la suspensión del facultativo y los argumentos aducidos para tomarla, y validez del acuerdo, tampoco  escuchó las quejas de los vecinos y además enfatizó con lo siguiente:

“ Y en evitación de su necesarias ausencia por razón de su cargo de forense, prive de su asistencia a los enfermos confiados a su dirección  facultativa; Y en cumplimiento por último de su deber  de representantes de una población de 17.000 almas y católica, por excelencia que ve no ya con n desagrado  sino con horror la propaganda que está haciendo dicho facultativo contra la religión del Estado y teme con fundamento que no dé a sus enfermos los avisos necesarios para hacer  sus disposiciones espirituales en el último trance de la vida”.

Ante esta tensa situación, los concejales conservadores (Fernando Belbel, Pedro Rodríguez  Tapia, Manuel Muñoz, Pérez Aguilera, González Robles, Félix Martínez, Córdoba y López Salado) apoyaron la postura del alcalde, y, los liberales, dimitieron de sus cargos aduciendo motivos de salud y edad. 
De la pujanza de los masones en la comarca de Alcalá la Real hay constancia de Ruiz Matas vió una carta al Orden General, para que se hiciera eco del malestar, que existía por la división interna, lo que les preocupaba, por ser signo de incultura, en una organización que abogaba el progreso y la ilustración.   En 1885, continuó de MysarTa , Miguel Servet, y el número de asociados o hermanos de la Logia se elevó a 35. Sus miembros son de dos tipos: hermanos del taller y masones adoptivos. Había  ya muerto el socio fundador y fue sustituido por Alejandro Mouton “Lanuza”, que ya había obtenido el grado 31, aunque le aventajaba un grado mas Miguel Ruiz Matas como Primer Vigilante Misartha. Además acudían miembros de otros lugares: de Frailes el médico José María Valverde Bonel; de Alcaudete el propietario Pedro Bravo Pére< (Homero); de Alagarinejo el empleador Rafael Gordillo Aguilar (Salmerón); de Úbeda el propietario Andrés Guerrero Reyes; de Rivello (Italia), los relojeros Alonso Santoro de la Rosa y Manuel de la Rosa, de Alcalá de Henares el comerciante Juan García Moreno; de Almedinilla el comerciante Manuel Adamuz Garrido y de Priego de Córdoba, el comerciante Daniel Montes Sánchez y el propietario José Arriero Manjón. En la aldea de la Ribera Alta, hubo un núcleo significativo de masones, pues pertenecieron a la logia: los maestros de harinas Antonio Díaz Ortiz, Ildefonso Luna Quiñones y Juan Antonio Díaz Ropero, el maestro Francisco Romero Hidalgo  junto con el estudiante Aurelio Romero García Taheño. Por otro lado, nuevos miembros  y profesionales de la burguesía alcalaína se afiliaron: el impresor Felipe Contreras Hinojosa, los industriales Elías Martín Moreno, familiar de Alejandro Mouton,  o Marcial Villuendas Romero, comerciantes como Juan García Moreno, los médicos Gumersindo Granados, Guzmán González romeros maestros de Harinas, e, incluso, entre los estudiantes Mariano Mouton. La mayoría de sus miembros superaban el grado veinte

En este año, los masones mantenían sus reuniones  y sus resortes de influencia, y en el mes de julio,   el alcalde Rafael Abril, admitió al doctor Matas como facultativo y derogó  el anterior acuerdo ante el informe de  la Comisión de Beneficencia,  que manifestaba la validez del acuerdo, pero no probados los cargos, “ aconsejaba la reposición de dicho profesor Ruiz MATAS en  su empleo y sueldo  con los pronunciamientos favorables a su buen nombre y fama e indemnización de los perjuicio que podido irrogársele de conformidad con  el dictamen de la referida comisión”.
            Por el mes de abril, en la procesión de la Virgen de los Dolores, un republicano fue encarcelado por un motivo, que hoy sería intrascendente, no descubrirse la cabeza ante la imagen. En su ayuda, acudieron otros republicanos lanzando vítores a dicho régimen. Lo mismo  sucedió años después con motivo de una rogativa en tiempos de sequía, donde el padre del futuro alcalde socialista, Joaquín Frías Paredes y un grupo concurrido llevó el incidente a mayor escándalo. El motivo fue la misma simulada falta de respeto. En este caso, un grupo numeroso  interrumpió la procesión e, incluso, la misa posterior a la manifestación religiosa. Pero lo que más alarmó a la población, fue le terremoto que aconteció en la noche del veinticinco de diciembre, que afectó a varios edificios públicos (las iglesias de Rosario y Consolación y la puerta de los Álamos) y a muchas viviendas particulares.
 En este bienio, al joven Batmala debieron impactarle dos importantes acontecimientos: en primer lugar se e inauguró Oficina Telegráfica, que se instaló en la calle Real;  y  en segundo lugar, se celebraron con gran solemnidad los funerales por el rey Alfonso XII en 1899.
Pero, lo que fue creando un poso en su carácter y su forma de proceder fue la miseria de muchos campesinos en los momentos de sequía.  En 1888, muchos vecinos acudieron a las oficinas de recaudación ocasionando grandes altercados, que se repitieron en 1892, matando las fuerzas de Orden Público a una persona.
Por estos años, su primo Indalecio Batmala Alba terminaba en la Universidad de Granada los estudios de derecho, en una carrera que se prolongó desde el año 1878 hasta 1889, cursando dos asignaturas por curso y con un expediente en el que alternaba  los  suspensos con algún notable y muchos aprobados. Por su biografía posterior, debió seguir  sus pasos, primero como estudiante, luego abogado y más tarde concejal del Ayuntamiento pues, En concreto, en 1891, Indalecio fue elegido por primera vez concejal del ayuntamiento alcalaíno en la candidatura de l partido conservador.  


Por los años ochenta del siglo XIX, murieron muchos familiares de Pablo Batmala. que le afectaron profundamente: su hermana Luisa el 1 de septiembre de 1885,, y su tía Juana en 11 de diciembre de  1883, una año después su tío Pablo que le había dado el nombre y su tío Pedro en 20 de noviembre 1888.
La familia del padre de Pablo Batmala no participaba activamente en la vida política. Se mantenía dedicada a  sus negocios. Como muestra de su progresivo enriquecimiento, sus tíos Pedro y Pablo Laloya  declaraban en 1888 una mediana hacienda, compuesta de pequeñas propiedades, la mayoría procedente de las suertes vendidas por los que habían sido colonos de las Nogueruelas, Celada, Aguadero, Cerro Quemado y Laguna,. Pero  Pedro murió   primero, y Pablo un año después. Los bienes tuvieron que repartirse entre sus parientes, sus hermanos de Francia y de Alcalá. La granja quedó para su hermano Antonio Laloya junto con algunos bienes más procedentes de Alcalá. Pero la mayoría de los bienes de Alcalá fueron heredados por las hermanos afincados en la comarca alcalaína, especialmente Clotilde Laloya, madre de Pablo Batmala de donde se surte el principal acervo hacendístico de los Batmala. Por su parte, la otra hermana superviviente en Francia, de nombre. Teresa  se trasladó a  Gan, la capital de aquella comarca de  estos emigrantes franceses  para recoger su herencia en 1889, pues sus hermanos  murieron sin descendencia.  A esta le habían correspondido muchas tierras de la zona de Charilla, cuyos bienes  legó posteriormente a su sobrino Pablo[7].Toda esta operación hereditaria estaba concluida en 1890, ya que en este año, precisamente,  se habían escriturado los bienes del tío de Pablo, Pablo Laloya, pues el ayuntamiento de Frailes solicitaba papeletas al alcalaíno para cobrar las contribuciones a  los herederos, a través de un edicto que  los apremiaba. Además, desde el ayuntamiento alcalaíno, los franceses Francisco y Santiago, padre de Batmala tuvieron alguna correspondencia con el vicecónsul de Francia Luis Grenier por  asuntos relacionados con la hacienda. Además en estos finales de siglo, se acrecentó la colonia de esta familia francesa con la llegada del nuevo miembro  Antonio Laloya Laborda. Pero, en estos años de finales de siglo y principios del siglo XX, destacó su tío Juan Batmala, casado con la francesa Martiana Uclés y Batmala (murió en 1904). Gracias a su comercio situado  en el primer local de  la calle Braceros, alcanzó un alto grado alto de influencia política y social. Por sus relaciones comerciales, mantuvo contactos con  los comerciantes locales Rafael Pérez Aguilera y Vicente López, y, sobre todo con el comerciante francés, afincado en Antequera, Simon Domens Amusie. Lo mismo que los otros emigrantes franceses, Juan logró un alto poder adquisitivo en una sociedad donde la banca brillaba por su ausencia y las transacciones comerciales quedaban reservadas a los empréstitos privados. De ello nos puede dar razón el  préstamo que hizo de nada menos que 12.500 pesetas a Antonio Collado Álvarez en 1894, todo el dinero en  plata, constante y sonante. Su participación en la vida política se hizo de mano de los liberales y ocupando la concejalía de hacienda y, con breves periodos de interrupción, participó en la vida municipal hasta 1909.
            Sin embargo, con la muerte de su tío Francisco, en 1904, comenzó a declinar la presencia del resto de miembros de la familia Batmala. Sus primos Francisco, Dolores, Mercedes e Isabel se repartieron una jugosa hacienda, de la que no quedó más testigo conforme avanzó el siglo XX que la casa nº 33 del Llanillo.   
      





[1] AMAR. Acta de 6 de agosto de 1880 El alcalde Rafael Abril y Ávila dio un gran empuje al colegio, que se denominaba “Nuestra  Señora de las Mercedes” mediante un acuerdo en el pleno municipal , en que  manifestó el deseo de la corporación para que subsistiera a pesar de la marcha del director Rosendo Maria de Orúe. Pues creía que era un elemento de ilustración y cultura y medio eficaz de difundir la enseñanza. Por eso, se le concedió una subvención anual de 865 reales.  A estructura administrativa se componía de director, censor y tesorero. Desde esta fecha   fue el director el licenciado y médico Pedro Rodríguez Ramos, censor Narciso Robles y Ruiz, el célebre arcipreste y tesorero el funcionario Vicente García Taheño.
[2] Archivo general de la universidad de Granada. Expediente académico de Indalecio Batmala Alba.

[3] Era el jefe del partido conservador de Jaén, doctor en Derecho, funcionario de la Diputación Provincial de Jaén, llegó a ostentar cargos de diputado,  y presidente de la entidad.

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[4]Natural de Mancha Real, médico militar.
[5] Montilla obtuvo el acta junto con Miguel de la Guardia, estudió abogacía en Granada, y fue diputado por Guadix, Granada y Las Palmas. También obtuvo la dirección de Correos y Telégrafos. Pertenecía al partido liberal, por el partido democrático en su ala izquierdista. Encuadrado con Emilio Castelar. El diputado de la Miguel  Guardia Coherencia fue profesor de la Universidad de Granada, Director del ministerio de Justicia y Gracia, y senador vitalicio por Granada y gobernador civil de
 cementerio lojeño en un patio con puerta independiente, en el cortejo lo acompañaron los miembros de los partidos políticos
[6] AMAR.  Acta del ayuntamiento del 23 de junio de 1884.

los, Cortijo Nuevo de Charilla,  y Canducho.
[7] AMAR. Libro de registro de 1890. 13.2.1890, registro de papeletas de segundo grado.
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