Miembro de una familia hidalga castellana, según se cita en la Sala de Hidalguías de la Chancillería de
Valladolid, obtuvo varios cargos de parte de los Reyes Católicos antes de la
llegada al corregimiento de Alcalá la Real.
Como letrado intervenía por los años ochenta del siglo XIV
en comisiones y pesquisas encargadas por la Corte en
Zamora a lo largo de 1485 en asuntos
de judíos. Fue corregidor de varias ciudades; en Ciudad Real y en el año 1486
, donde intervino en asuntos civiles
que trascendieron en la Corte
(el adulterio de doña Juana, hija de doña Juana Ramírez de Guzmán, y el de
Gonzalo Beltrán por el mismo delito), en 1487, estando por el mes de marzo
como juez pesquisidor de la ciudad de San Sebastián, se le comisionó para
echar la sisa para hacer frente a los gastos de la guerra contra los
franceses, peste e incendios, y fue prorrogado en otro mes ; también intervino por estas fechas en
asuntos relacionados con los términos de Toledo y Segovia; y en Vélez Málaga y 1588, donde intervino
en asuntos de imposiciones sobre mudéjares lo mismo que en Loja sobre términos
que disputaban con el conde de Cabra; en 1489 se le comisionó desde la ciudad
de Jaén por la reina Isabel en unas diferencias
entre los vecinos de Corbeña y los de Madrid acerca de pastos y repoblación y
sobre términos de la ciudad de Guadalajara; también en alborotos y un reparto
de moros cautivos entre el Cardenal de España y . En febrero de 1490 fue comisionado
para llevar a cabo la residencia de Pero Vaca Reyes, corregidor de Cuenca y
Huete. También lo fue corregidor de Trujillo e intervino por el mes de
octubre de 1491 en asuntos de almoneda de caballería para el
pago del corregidor valorada en 10.000 maravedíes y su mandato se prolongó
hasta 1492 . En 1493, fue corregidor de Guadix que cumplió por mayo del
siguiente año y se vio incurso en varios pleitos contra vecinos y penas de cámara
que hubo que resolver ante el receptor Morales.
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En
la primavera de 1495, nada más
incorporarse en el corregimiento, por cierto y por primera vez con nombramiento de las ciudades y villas de
Alcalá la Real,
Loja y Alhama, llevó a cabo la residencia del anterior juez pesquisidor y no del bachiller Romaní que no llegó a
incorporarse a su destino, se le
acumularon los problemas litigios. En Alcalá fue su teniente de corregidor Juan de Piedrola ( en documentos, Pedrula) y en Alhama .Tuvo que resarcir por el mes de
septiembre al bachiller Francisco de
Madrigal, alcalde mayor de Loja, que
había sido condenado y obligado a pagar injustamente. a varios vecinos lojeños y Mencía de Frías que había sido privada de los
bienes del repartimiento-casa, terrenos y viña (4.9.1495).
i
En su época, se llevaron a cabo
varias intervenciones de preservar los terrenos comunales, entre los que
destacan el amojonamiento de las veredas, cañadas y descansaderos, que habían
sido invadidos por los nuevos propietarios de tierras que concedieron los Reyes
Católicos, estableciendo una sanción de dos mil maravedíes. Se realizó un
importante libro de Veredas, que luego en el año 1530 sirvió de referencia para
el de Hernán Pérez de Torres. La ordenanza recogió todas las prohibiciones y se
realizó en el veinticinco de octubre de 1495 y perseguía tanto el rompimiento
de veredas y lugares de ganado como la entrada en tierra común y concejil.
En esta misma línea esta su
labor de poner orden a la adjudicación de tierras que tuvo lugar tras la toma
de Alhama que provocó un gran desorden entre todos los vecinos, ya que se destruyeron
entre los miembros del cabildo y oficiales y el resto de la población. Sin
embargo, invadieron gran parte de los terrenos baldíos en detrimento de los
terrenos de pasto y monte provocando grandes conflictos. A pesar de que los
regidores y los caballeros se habían quedado con las tierras repartidas, se les
quitó el resto de las tierras a las gentes más pobres y miserables dando lugar
a que el dicho corregidor volviera a mantener la distribución de las
tierras y rescatar las tierras de realengo e invadidas. Condenó a los
carceleros de la ciudad de Loja en una pena superior a los cien mil maraveds
que fueron obligados a pagar en 1499. Los
Reyes Católicos impusieron una sisa del pan, vino, carne y pescado en dicho
año.
De su época, el dieciocho de
julio se recibió una provisión real sobre la contribución a
la Hermandad, por la que se
consideraban exentos los hidalgos y los eclesiásticos según las conversaciones
mantenidas con el Arzobispo de Granada y el conde de Tendilla. Los clérigos y
beneficiados de la iglesia eran: el vicario Juan Sánchez del Moral, el
beneficiado Diego Rodríguez de Padilla, el padre Alfonso Fernández de Aranda,
el beneficiado Gonzalo de Aranda, Ruy López Capilla, los capellanes Fernán
García, Alonso Cano, Antón Bravo y Pedro Fernández Campo, Alonso Sánchez Almazán,
Alonsos Sánchez de Baena, Fernán López, Diego Ruiz Parras y fray Pedro, cura
del Castillo. Los legos pertenecían a varias familias de los Aranda, Villa real,
Badea, Montesino, Alcaraz, Cabrera, Villa
real y Contreras. Fueron Fernando de Aranda, Alfonso Fernández de Montemayor,
Ponce de León, Pedro de Gadea el viejo, los regidores ye hidalgos Juan de
Aranda, Luís de Leyva, Pedro de Aranda, Alfonso Ortiz, Pedro Hernández de
Alcaraz, el jurado Pedro de Aranda, hijo de Fernando de Aranda, Pedro de
Aranda, hijo del alcaide viejo, el alcaide Rodrigo de Góngora, Juan Cabrera,
Montesino de
la Isla,
Pedro de Gadea el mozo, Gonzalo de Gadea, Montesino de Gadea, Diego de
Torreblanca, escribano del cabildo, Montesino de Ávila, Cristóbal Rabel, Juan,
y Alonso de Villarreal, Alonso de Padilla, Diego Monte de de
la Isla, Juan Pérez de Gadea,
Gonzalo Roldán, Diego Rodriguez de Baeza, Cristóbal de Moya, Pedro de Contreras
el Viejo y el mozo, , Diego de Contreras y Alonso de Gadea. Se llevó un cálculo aproximado por
declaración de los distintos hidalgos y clérigos, que variaba de los
115 libras a las
400 anuales de consumo de pescado por
persona y de los
115 a
las 46o de carne respectivamente, y se les restituyeron a cada uno los maravedíes
pagados por la sisa del pan y vino, carne y pescado
.
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