En el ámbito nacional, la
reorganización de Alejandro Lerroux con la fundación del partido Unión
Republicana atrajo a muchos disidentes de la política turnista y a los obreros
de los núcleos urbanos. Además alcanzó un gran empuje, porque el nacimiento de
este partido, aglutinó a las distintas corrientes republicanas- federales,
zorrillistas y centralistas- que obtuvieron un progreso electoral, lo que fue
muy bien recibido por las organizaciones socialistas. Según testimonios
de personas de aquellos tiempos, los republicanos se desarrollaban en medio de
un ambiente de clandestinidad y se mantuvieron los núcleos
republicanos alcalaínos a principios del siglo XX. El del casco urbano, según
hemos manifestado, reflejaba más un
carácte gremial y artesano que un movimiento
anarquista y revolucionario, muy propio de las aldeas alcalaínas.
Incluso constituyó su Casino Republicano el diez de julio de 1903.
. Recibían los
periódicos republicanos El País, El Progreso o el Radical, incluso compartieron
uno provinicial , El Látigo Rojo. Frecuentaban las tertulias de los casinos en
los que se debatían los acontecimientos nacionales y seguían las directrices
del republicanismo de Lerroux. Además,
algunos frecuentaban las logias masónicas. Pero eran como unas islas en medio
de la influencia de los miembros del partido concervador. Asumían de los partidarios nacionales de Lerroux el
anticlericalismo y su lucha por las nuevas ideas, en las que se tenían más en cuenta a los
sectores obreros, sin apostar por ellos
en la lucha de clases e igualdad. Por eso, sus costumbres se manifestaban
contrarias a las del momento, pues hacían muestras ostentosas de su laicismo:
no iban a misa ni creían en los santos ni se quitaban el sombrero ante las imágenes en medio de un ambiente
enfervorizadamente religioso.. Esto no era óbice que, en 1917,
Batmala, se le viera preocupado
por la cultura local y fuera uno de los alcalaínos que compraron el libro de
Notas y Leyendas para la
Historia de Alcalá la
Real , junto con su primas y tío.
Sin embargo, la fundación del partido republicano en la
comarca alcalaína tuvo lugar dos meses
antes de la constitución de su Casino, pues el dos de junio su primer presidente el doctor Ruiz
Matas recibió el reglamento aprobado por
el gobernador civil y, con este motivo, celebraron el primer acto en su Casa
del Pueblo, ubicada en la calle Antón Alcalá. No cabe duda que este médico
titular de Castillo de Locubín acogió entre sus amigos a Pablo Batmala, ya que
había sido alumno suyo en el colegio de Enseñanza Media a finales del siglo
XIX. En este centro comenzó a leer los
periódicos republicanos nacionales y locales (la Prensa , dirigida por su
antiguo profesor), escuchó las primeras tertulias sobre temas republicanos en
boca del doctor, al que le preocupaban “difundir
la cultura, higiene, amor al trabajo y coadyuvar siempre dentro de su modesto
recinto, al mejoramiento moral y material de su adorado pueblo”. Hasta 1902, Pablo Batmala seguía de estudiante con
la edad de 27 años tal como aparece en
el padrón de 1902 y ya debió contactar también con otros rincones, donde se
expandía el republicanismo. El papel de
estos primeros republicanos no pasó de
balde y su presencia se tuvo en cuenta a la hora de la constitución de
organismos oficiales, pues llegaron a formar parte del Junta Local de Reformas
Sociales, entre ellos Ruiz Matas, Vicente Alameda y Juan Alameda Coca,
representando a los industriales, profesionales y artesanos o en la propuesta del administrador de Hacienda
para la Junta Pericial
junto con Víctor López en 1905.
Pero, pronto, en 1906, el Casino
Republicano sufrió el primer embate de la nueva política conservadora, pues
quedó disuelto el 15 de octubre de este año, lo mismo que la Sociedad “La Económica ” de Charilla.
Entonces, estos republicanos optaron más por una política divulgadora de su
ideología ilustrada a través de conferencias sobre temas de salud, progreso y
sanidad en las escuelas de adultos, lo que era muy del agrado de la política
turnista del ayuntamiento. Entre ellos
intervenía el hijo de Ruiz Matas, Buenaventura Sánchez Cañete, Agustín Santiago
y Fernando Serrano. Años más tarde, este Casino fue el vivero de miembros de sociedades y partidos republicanos, entre
ellas dio lugar a la Sociedad
de Oficios Varios de la
Emancipación y a otros partidos ligados con los republicanos
de Lerroux (PRR, UR, IR, AR).
Pero, en este clima de
semiclandestinidad consentida, al frente de los republicanos alcalaínos se
encontraba Pablo Batmala Laloya. Este hijo de un inmigrante francés aglutinó un grupo de unos diez miembros en la Sociedad Unión
Republicana de Alcalá y comenzó a contactar con los socialistas la política
emprendida por agrupaciones nacionales, en las que buscaban una coalición, que
les permitiera entrar en la vida municipal. A
Pablo por este tiempo le gustaba pasear a caballo y, montado en él, acudir a
sus fincas (Se lo prestaban sus familiares de la familia Camy). Y, lo mostraba
ostensiblemente, de tal manera que los días de fiesta lo hacía por el campo en
contra de las costumbres religiosas del momento. Pero, a veces, esta afición
comenzó a traerle problemas, pues se despegó de las creencias religiosas y se dedicó intensamente
a su espíritu republicano. Por eso, comenzó contra él una severa la crítica por
parte de los sectores conservadores que no veían con
buenos ojos aquel joven montado a caballo en días tan significativos como el
del Corpus Christi[1].
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