sELLO DE LA ÉPOCA DE FUNDACIÓN |
Batmala tampoco creía que no debía
aplicarse la política lastimera para
solucionar los problemas acuciantes de la clase obrera, -la única que hasta
ahora se había llevado a cabo, beneficencia y caridad-, sino que debían
adoptarse medidas serias y de gran
calado. Por eso, era muy frecuente que acudieran al alcalde comisiones de
obreros o se amotinaran en la plaza, y, a continuación, le presentaran un
escrito para que los atendiera sus demandas. En, en este primer momento de su
participación política, en concreto, el
31 de marzo de 1924, encabezó la protesta el republicano Eusebio Piñas.
Pedía que el ayuntamiento les diera trabajo por encontrarse parados, y sin
recursos para sus familias, y, si no se
les daba, que los alojaran los patronos[1].
. El debate
entre los miembros municipales no se hizo esperar. El alcalde era partidario de que se agotaran los fondos
municipales en la
Cocina Económica y luego alojar a los obreros. Frente a la Cocina Económica ,
recurso muy utilizado por conservadores y liberales en los primeros decenios, los concejales más progresistas (Batmala, el
socialista Frías y Gil) propusieron nuevas alternativas. En primer lugar
deslindaron claramente lo que era política y caridad, porque no debía
compararse a los verdaderos obreros con los pobres“vergonzantes o mendicantes”.
Por eso, había que aplicar los fondos municipales hasta agotar el último
recurso y obligar, en su caso, a los propietarios para que los alojaran
estableciendo dos reales como cantidad
de participación diaria a pagar[2]. Sin
embargo, otros concejales mantenían las
posiciones tradicionales. Pues eran partidarios de socorrer a los obreros sin
pagarle nada, e, incluso, los hubo que propusieron que se adelantara dinero por los concejales.
Al final, se acordó el recurso de la
Cocina , y el alojamiento valorado en dos pesetas por persona
alojada sin ocupación, y dos y media por invertirlos en alguna tarea agrícola.
Ante este nuevo aire que se vivía en la vida municipal, pronto, dimitieron los concejales monárquicos. Gregorio Torres Castillo, Julián Gil, Manuel Fernández Mendoza y Francisco Sierra Montañés. En su lugar, entraron los tecnócratas y liberales Francisco Rubio, Alonso Pineda y Miguel Casanova y Bartolomé Laguna.
Por el mes de
mayo, se tomaron algunas medidas administrativas de delimitación de términos en
la zona comprendida entre el caserío de Trujillos y el partido judicial de Moclín y además,
comenzaron las gestiones para adquirir el
Palacio Abacial ante la oferta presentada por el arcipreste de la
localidad, don Antonio Montañés Chiquero[3]. Y,
lo que fue una importante noticia en el ámbito nacional, la Real Academia de la Historia informó que
aconsejaba la compra de la estatuilla
del Hércules, que había aparecido en Alcalá[4].
EL
PSOE
Por este
tiempo, fue también noticia importante el alta de la agrupación socialista de
Alcalá la Real
dentro de la organización nacional del PSOE[5].
Junto con ella se integraron las agrupaciones jiennenses de Begíjar,
Villacarrillo, Villargordo, y otras de importantes ciudades del ámbito
nacional, como Manzanares, Montijo, Carabanchel Bajo, Orihuela, Torrevieja y
Rentería. Supuso un paso
significativo para el socialismo alcalaíno, por primera vez varios concejales
socialistas, junto con los republicanos, accedieron a ocupar puestos del
Ayuntamiento de Alcalá la
Real. Al no existir antes de esta fecha, una agrupación socialista definida
orgánicamente y tan sólo una sociedad obrera, la de la Emancipación , no
podemos constatar si ya estaba organizado el partido socialista aunque con una
afiliación reducida en sus miembros y simpatizantes.. Lo cierto es que Salvador
Frías, Esteban Gutiérrez y Pablo Batmala
ostentaron el cargo de concejal, atendiendo el primero a la línea emprendida
por el comité del PSOE en el día tres de octubre del 1923, aceptando la sustitución
decretada por el Directorio Militar de Primo de Rivera, en el que se integraban
los concejales de los ayuntamientos por los denominados vocales asociados. No
debió ser muy importante ni relevante su presencia, porque ya en el año 1924,
el veintiocho de abril se nombró un
nuevo delegado gubernativo de la zona de Alcalá que emitió un edicto
impidiendo la celebración del uno de mayo y exponiendo las medidas a tomar en
caso de coacciones. Ello no impidió que la Agrupación Socialista
de Alcalá se fundara por estos meses, tal como aparece en El Socialista, del 30 de junio de 1924.
No fue, durante este periodo, la
participación de los socialistas y de Batmala
muy significativa ni intensa,
pero les sirvió de experiencia para futuras empresas que posteriormente se
plasmarán con la II
República. La razón era obvia. Todavía, mantenía gran
influencia en el ámbito obrero, desde un punto de vista asistencial, la Sociedad conservadora de la Paz , que protegía a los
obreros asistencialmente. Curiosamente, en este tiempo formaba parte de
ella Esteban Gutiérrez como secretario general del PSOE local y, por tradición
familiar, ejercía su liderazgo Salvador
Frías[6].
MORAL Y COSTUMBRES
Era muy
frecuente, entre los movimientos de izquierdas, un moralismo austero, que propugnaba una lucha contra el
alcoholismo en muchos lugares de la provincia. Durante esta etapa, Batmala
compartió su agnosticismo y laicismo, al mismo tiempo
que una moralidad y una ética austera
con el socialista Frías, pues no sólo propugna el control de los horarios
de las tabernas, sino que no se cayera
en los vicios de la embriaguez, de lo que se aprovechaban los patronos
para pagar menos a los obreros en estos lugares. Por eso, trató de que se evitase el pago de los jornales en
establecimientos públicos, prohibió el juego de naipes y la venta de alcohol restringiendo
los horarios de apertura y cierre a
partir de la nueve de la noche. El
propio Salvador Frías acusó a la conservadora Sociedad Obrera de la Paz ante el delegado
Gubernativo de no ajustarse a las leyes, pues, en la calle de los Álamos tenían abierto un
establecimiento donde se expendía bebidas a los socios fuera de las horas
de cierre infringiendo las ordenanzas municipales [7].
. En
el mes de junio, con motivo de la
aprobación de la lista de
clasificación de quintos, todavía
Batmala asistía a las sesiones municipales. Pero, en el mes de julio hubo una
nueva sustitución de concejales entrando los banqueros y funcionarios por los
conservadores y liberales. Dimitieron Gregorio Torres Rosales y Julián Gil;
Francisco Sierra y Manuel Fernández Mendoza y entraron el industrial Francisco
Rubio, Alonso de Pineda y Miguel
Casanova, junto con el maestro Rafael López y Bartolomé Laguna. Las iniciativas del delegado gubernativo
apoyando el nacimiento del nuevo partido, creado por el dictador Primo de
Rivera, no complacieron a los sectores republicano.socialistas que vieron que
no era sino un movimiento de derechas donde se refugiaron todos los conservadores posteriores del
maurismo. Acudió una representación alcalaína junto con la delegación
provincial de Jaén a la
Asamblea de Alcázar de San Juan, donde se dio forma a una
estructura piramidal, en cuya cúspide estaba Primo de Rivera y el directorio militar, y en la base la Asamblea. Sus
principios fundamentales en contra del anarquismo, comunismo y materialismo,
además, ponían las bases para el golpe
de estado del 1936.
LOS SOMATENES
El
día 16 de agosto, Pablo Batmala acudió
al acto de la constitución del cuerpo
del Somatén, que fue muy celebrado por la población alcalaína. Lo organizó el
notario Rafael Azpitarte, cabo de la sección local. Anteriormente, este se
desplazó a la estación de Espeluy con
varios concejales, el gobernador civil y, el diputado Sedano para recibir al general Dabán, comandante
general de los somatenes de la 1ª Región. El acto de Alcalá la Real se celebró con gran
solemnidad y fue acompañado de una cohorte de jóvenes mujeres de la burguesía
alcalaína como madrinas del acto, a cuyo
frente estaba Teresa Suárez. Tuvo lugar en el Paseo de los Álamos, donde el
jefe de los somatenes hizo un largo discurso, basado en un canto a las
juventudes rurales insistiendo en su pureza bucólica y en la defensa del
apoliticismo, como política propagandística
emprendida por la
Dictadura de Primo de Rivera. Continuó con la alocución de la
madrina de honor, que ensalzó la bandera, enriquecida por los escudos bordados
por las señoritas de la localidad y, además, solicitó que se le ofreciera a la Patrona de la ciudad. Como
en todo acto extraordinario, hubo una manifestación cívica hasta la iglesia de
Consolación, acompañada de la banda del Regimiento de Córdoba, un banquete con discursos de Azpitarte, brindis, y verbena vespertina[8].
[1] AMAR. Acta del 31 de
marzo de 1924.
[2] AMAR. Cabildo Del 31 de
marzo de 1924.
[3] AMAR. Registro del 18 de
junio de 1924.
[4] JAÉN CRÓNICA DE UN SIGLO
1924. “Se trata de una figura d mármol blanco, incompleta, de un brazo y
piernas, de 29
centímetros . Obra griega selecta, el Hércules pertenece
al arte ático en su periodo arcaico
(s.VI a.C) y guarda una especial analogía en cuanto a la técnica del desnudo e
interpretación del rizado filamento con el grupo de las Tiranicidas que existió
en Atenas, obra de Antenor. Todo ello llevó al Museo Arqueológico Nacional para
adquirir la pieza jiennense.
[6] EL SOCIALISTA. 30 de junio
de 1924.
[7] AMAR. Acta del 14 de julio 1924.
No hay comentarios:
Publicar un comentario